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Mundial Sub 17: Agustín Ruberto, el goleador de la selección argentina y River que quiere hacer historia ante Brasil
Nacido el 14 de enero de 2006 en San Fernando, llegó a las categorías infantiles de River en 2013 y hoy tiene una cláusula de US$ 20.000.000
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A más de quince mil kilómetros de su hogar, ubicado en la localidad bonaerense de San Fernando, Agustín Ruberto sueña con ser campeón en Indonesia, donde se está disputando el Mundial Sub 17, una competencia que nunca pudo ganar la selección argentina. Entre lluvias continuas, volcanes, diversos idiomas y las profundidades del Océano Indico rodeando la escenografía, se encuentra la isla de Java. Allí están Bandung y Yakarta, las ciudades que forman parte del archipiélago más grande del planeta, el lugar que la FIFA eligió para un certamen que a partir de este viernes tendrá los cuartos de final, instancia en la que el representativo albiceleste dirigido por Diego Placente deberá enfrentarse a Brasil desde las 9 de la mañana.
Para meterse entre los ocho mejores de la competencia, Argentina contó con el poder desequilibrante de Claudio Echeverri, la joya principal, la capacidad de Santiago López para lastimar a través de su velocidad y el olfato goleador de Ruberto, máximo artillero del Mundial Sub 17 con cinco tantos.
Lejos de ser un joven que se limita a empujar la pelota en las inmediaciones del arco rival, el atacante de la reserva de River exhibió un interesante repertorio para vulnerar las redes con diferentes recursos: en el debut (1-2) ante Senegal consiguió el descuento mediante un tiro libre, mientras que en la segunda presentación sacó un derechazo desde afuera que se desvió en un rival para lograr el 3-1 definitivo frente a Japón. Su tercera conquista fue con una buena definición cuando iban 11 segundos del complemento para anotar el 2-0 parcial en el 4-0 sobre Polonia, en tanto que los últimos dos gritos fueron de penal y con una mediavuelta de zurda para sentenciar el 5-0 contra Venezuela.
A pocas horas para medirse a Brasil, Ruberto no quiere perder el eje, pero sabe que al mismo tiempo River inició los trámites para que obtenga la visa que le permita entrar a Estados Unidos en caso de que Martín Demichelis decida llevarlo a la pretemporada.
Nacido el 14 de enero de 2006 en San Fernando, Ruberto llegó a las categorías infantiles de River en 2013, tras cautivar el ojo clínico de los captadores del club.
“Agustín jugaba en el club de barrio, Barrio Nuevo. Lo vinieron a buscar de Parque Chas. Empezó a jugar ahí. Se hizo muy amigo del arquero, que ya atajaba en River. Un día iba a entrenarse a River y su padre le dijo a Agustín si quería ir a mirar el entrenamiento. Lo autorizamos y el padre le mandó un mensaje a Cristina, la mamá de Agus, para ver si quería hacerle un apto físico para que el técnico de River lo probara. Lo probó, le pidió que fuera al día siguiente. Evidentemente, le gustó y le pidió que fuera otro día más, un viernes. Al terminar el entrenamiento, llamó a la mamá de Agus para ficharlo. Cuando tenía siete años, empezó a jugar en River, así fueron sus inicios en el club”, le cuenta Fabián Ruberto, padre del atacante, a LA NACION. Y agrega: “Fue un camino sacrificado, tomándose el colectivo y el tren para ir a entrenarse. Eran dos horas de viaje, acompañado por la mamá y los hermanos, aunque hiciera frío. A la vuelta del entrenamiento, tomaba un mate cocido en el colectivo para pasar un poco el frío”.
La tenacidad fue determinante para que Ruberto, respaldado por su familiar, pudiera ir a cada práctica. “A veces, quería abandonar porque no alcanzaba el dinero y llegábamos con lo justo a fin de mes. A veces, había que gastar el último manguito en combustible para el auto o la entrada para verlo de visitante en algún club. Él sabe el sacrificio y el camino recorrido, nada le fue fácil. Todas esas lo marcaron para el temple y la fuerza que tiene”, revela su padre, orgulloso por semejante presente.
Más allá de ser una de las figuras de Argentina en el Mundial Sub 17, Ruberto despierta grandes expectativas en River: tiene contrato profesional desde el 5 abril de 2022. Su vínculo rige hasta el 31 de diciembre de 2024, con una cláusula de rescisión valuada en 20.000.000 de euros, cifra que asciende a 25.000.000 de la misma moneda cuando restan 10 días hábiles o menos para el cierre del mercado de pases en la Liga Profesional.
Estudiante del instituto de River y fanático de la leche chocolatada, al punto de que cuando era chico soñaba con comprarse una vaca para no tener que ir permanentemente al almacén en busca de un sachet, Ruberto ya ostenta 21 partidos oficiales en la reserva, siete de ellos como titular. Tuvo su estreno por los puntos el 3 de febrero de este año en el predio de Ezeiza, donde el equipo que dirige Marcelo Escudero perdió por 2-1 contra Belgrano. Lleva cinco goles repartidos en 863 minutos: anotó ante Arsenal, San Lorenzo (2), Talleres y Atlético Tucumán.
Mentalizado por completo para evolucionar, Ruberto suele entrenarse en doble turno, respeta una dieta y tiene como pasatiempo las reuniones con sus amigos y el billar: tiene una mesa de pool en su casa. Allí se respira fútbol porque no sólo él actúe en las categorías formativas del fútbol argentino, sino que su hermano menor, Benjamín, también se desempeña en San Lorenzo.
Con la camiseta número 9 de Argentina, Ruberto, de 1,80 metros de estatura, logró un récord al ser el primer jugador que en un Mundial Sub 17 alcanzó los cinco goles para el representativo nacional, relegando las marcas de Fernando Gatti (Ecuador 1995) y Joaquín Ibáñez (Emiratos Árabes 2013). En el certamen actual supera por un tanto al uzbeko Amirbek Saidov, al brasileño Kauã Elias y al japonés Rento Takaoka.
Integrante de todo el proceso de la Sub 17, Ruberto aportó cuatro goles en el Sudamericano de este año en Ecuador. Además, en las inferiores de River señaló 17 tantos para la octava subcampeona de 2021, tras no haber actuado oficialmente en la novena a raíz de la pandemia durante 2020. En 2022 repartió su cosecha entre la séptima y la sexta, sumando 20 goles.
Ahora, Ruberto, el principal socio del Diablito Echeverri, su compañero de categoría, quiere que sus goles sirvan para darle el primer Mundial Sub 17 a Argentina.
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