Mundial Qatar 2022: cómo utiliza la FIFA los 15.000 datos que captura por partido

Una de las principales novedades que trajo el Mundial Qatar 2022 desde la perspectiva de la FIFA fue el armado de una estructura de datos propia que alimente el interés de los cuerpos técnicos, jugadores, medios y fanáticos. Sin falsas modestias, FIFA anunció un año antes del Mundial que iba a revolucionar el sector con la captura de 15 mil datos por partido y con un ejército de 25 analistas. Habitualmente las compañías dedicadas al rubro utilizan cinco recolectores de datos por partido.

Más datos no necesariamente significa obtener más conclusiones, ya que depende del criterio que se aplique al evaluarlo y el contexto del juego para que tengan sentido. Pero hay que señalar que algunas de las estadísticas avanzadas que FIFA publica en sus reportes, tienen datos originales respecto a lo que ya registraban otras empresas. Elegimos algunos para destacar.

Uno de los nuevos criterios apunta a la posesión de la pelota. Hace ya tiempo que se sabe que no tiene mucha relevancia analizar ese dato de modo absoluto, ni como sinónimo de dominio de un equipo sobre otro. FIFA introdujo la variable de posesión “en disputa” cuando la pelota se encuentra con un destino incierto, como por ejemplo el despeje de un defensor o el corte de una jugada que se va fuera de los límites del campo.

Si vamos al partido de la Argentina contra Australia, para FIFA la posesión total de la Argentina fue de 53.2 por ciento, 35.8 para Australia y 11 por ciento “in contest”. Se trató de la tenencia más baja del seleccionado de Scaloni en todo el Mundial. Para otras compañías de datos, la Argentina redondeó un 60 por ciento de posesión, lo que tampoco altera el concepto de menor tenencia con respecto a otros partidos.

Otro dato novedoso y de gran valor se vincula a una idea muy instalada para analizar el juego: si un futbolista tiene o no opciones de pase. Los reportes incluyen la cantidad de veces que los jugadores de un equipo se ofrecen para recibir de un compañero. Contra Australia, los futbolistas argentinos estuvieron en condiciones de recibir el balón 869 veces y efectivamente lo hicieron en 347 oportunidades.

Rodrigo De Paul fue el jugador que más se ofreció en ese partido para recibir el pase de un compañero: 137 veces. Pero esa oferta se concretó en 59 ocasiones (43.1%). En cambio, Messi estuvo en condiciones de recibir 81 veces -es lógico, ya que suele tener más jugadores encima y precisa generarse espacio para la recepción-, pero su tasa de conversión fue del 56.8% (46 veces). La más alta del equipo.

Si se cruzan esos datos con algunos parámetros físicos, podemos descubrir que De Paul tuvo contra Australia su partido con mayor cantidad de distancia recorrida en el Mundial (11.7 kms), lo cual le da un nuevo sentido a la idea de correr: lo hizo, entre otras cosas, para presionar al arquero Mathew Ryan en el gol de Julián Alvarez y también pudo haberlo hecho para ofrecerse como opción de pase para sus compañeros.

Suponer que estos ejemplos son suficientes para explicar el desarrollo de un partido, es un error. Creer que ninguno de estos ejemplos sirven para explicarlo, también. FIFA con sus 15.000 datos por partido pone a disposición la profundidad de un océano particular, con cada cruce del Mundial. Y cada quién elige hasta donde quiere bajar.

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