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Mundial Qatar 2022: cinco campeones y cinco selecciones invictas, pero nadie con puntaje ideal
Confirmadas las llaves de los octavos de final, qué rivales se podrían interponer a la Argentina camino a la final; Países Bajos, en cuartos de final, y Brasil, en las semifinales, asoman como potenciales candidatos
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Después de 13 días y 48 partidos, el Mundial de Qatar 2022 finalizó la primera etapa eliminatoria. La mitad de las selecciones avanzaron en la aventura y los emparejamientos de los octavos de final señalan que cinco de los ocho campeones que tiene la historia de la Copa del Mundo sostienen el sueño y que solo cinco selecciones lograron la clasificación de modo invicto, aunque ninguna con puntaje ideal. Nadie ganó los tres juegos de la ronda de grupos, una situación que no se repetía desde el Mundial de los Estados Unidos 1994.
De los 16 participantes que apuntan a la final del 18 de diciembre, todos ofrecen experiencias en los mata-mata, pero el recorrido se convirtió en una ruta imprevisible y la lógica saltó por el aire en el territorio qatarí: varios históricos, algunas potencias y un puñado de equipos con reciente valoración se marcharon envueltos por el fracaso y, en algún caso, por las injusticias. La Argentina iniciará el nuevo ciclo, donde no hay espacio para las revanchas, frente a Australia, en un cuadro en el que, de avanzar en el futuro podría cruzarse con Países Bajos, en los cuartos de final, y Brasil, en una hipotética semifinal.
Varios resultados dejaron patas para arriba al Mundial, por esa razón las llaves asoman desordenadas, sin selecciones que en los papeles se enseñaban con ambición, pero que el juego hizo que ya abandonaran Doha. Australia es uno de los planteles que modificó el mapa. Llegó a la cita a través del repechaje con Perú y luego de una definición por penales, en la que el entrenador promovió un cambio de arquero para la serie: Andrew Redmayne, con sus estrambóticos bailes, desenfocó a los ejecutantes peruanos y, además, le lanzó a Pedro Gallese –guardavalla rival- la botella que contenía información sobre los lanzadores australianos. El seleccionador Graham Arnold anotó en la lista al héroe de la clasificación, aunque no es el titular y se esperanza en no tener con recurrir a sus dotes para hacer historia frente a la Argentina.
Quinto mundial consecutivo, el sexto de su historia, Australia se repuso de un mal inicio, que fue la goleada 4-1 ante Francia. Pero lejos de derrumbarse, los Socceroos derrotaron a Túnez y a Dinamarca –a ambos por 1-0- y así asestaron uno de los golpes de la Copa del Mundo. Sacrificio, esfuerzo, un plan de juego que está marcado a fuego en los intérpretes y en el que el orden es prioridad, exprimir las acciones de balón detenido y ser paciente para esperar agazapado y lanzar contraataques, las características de la selección que pretende jaquear a la Argentina.
La selección y Australia jugarán por primera vez en una Copa del Mundo, aunque hay antecedentes de toda clase. El más recordado, el repechaje para el Mundial de Estados Unidos 1994, con el regreso de Diego Maradona. La serie empezó con empate 1-1 en Sidney –Abel Balbo marcó para la Argentina- y terminó con triunfo 1-0 en el Monumental, con gol de Gabriel Batistuta. La historia, sin embargo, comenzó a favor de los oceánicos, con una goleada por 4-1, por la Copa Bicentenario de Australia, en 1988; fue el único éxito, luego la selección dominó el historial con cinco triunfos y un empate.
De superar a Australia, la Argentina se medirá con el ganador de la llave ente Países Bajos y Estados Unidos. Son dos de los cinco invictos que mantiene el Mundial, también selecciones que ofrecen a jóvenes que se perfilan como futuras estrellas. Cody Gapko es el faro de la Orange, un equipo que no genera admiración, pero que exige consideración y respeto. El delantero de PSV Eindhoven anotó en los tres partidos del grupo –Senegal, Ecuador y Qatar- y sus goles enseñan la versatilidad del futbolista de 23 años: los hizo de cabeza, de zurda y de derecha. “Todavía tiene mucho potencial”, lo elogió el capitán Virgil Van Dijk a quien también se destaca por las asistencias: en 2022, entre los 53 partidos entre su club y la selección tiene registros de 28 goles y 21 pases-gol. Países Bajos era el candidato a ganar el grupo y lo hizo, aunque es entendible que se espera algo más de la formación que alista Louis Van Gaal y que dispone también a Denzel Dumfries, Frenkie De Jong y Memphis Depay.
Para Estados Unidos, el juego puede ofrecerle un mayor espaldarazo a un deporte que logró trascender en un país donde el fútbol americano, el básquetbol, el béisbol y el hockey sobre hielo arrasaban en popularidad frente al soccer. “El apoyo en Estados Unidos está siendo espectacular. Mi padre es profesor en un colegio y estuvieron viendo el partido con Irán. Te das cuenta de cómo este torneo puede cambiar el apoyo al fútbol y esperemos que las próximas generaciones tengan ese apoyo detrás”, comentó el capitán Tyler Adams, que con 22 es el más joven de la historia de su selección. La estrella futbolística es Christian Pulisc –autor del gol de la clasificación ante Irán-, pero que salió lesionado después de anotar; el seleccionador Gregg Berhalter confía en disponer del jugador más desequilibrante en un equipo dinámico, con laterales que se proyectan –Sergiño Dest, que recorre la banda derecha, se medirá ante el país en donde nació-, el volante Yunus Musah –de 20 años y que pudo representar a Inglaterra- o el delantero Timothy Weah -hijo de la leyenda George, presidente de Liberia y único futbolista africano que ganó el Balón de Oro-, que tiene nacionalidad francesa, aunque nació en Nueva York y eligió jugar por los Estados Unidos.
Del lado bajo del cuadro asoma Brasil como favorito, aunque Qatar 2022 demostró que puede resultar la ruina del más encumbrado. El scratch reservó a su equipo de gala en el último partido del grupo, con Camerún, y perdió el invicto al caer 1-0. La derrota significó la primera caída frente a un rival africano en la historia de la Copa del Mundo y trastabillar por primera vez en la etapa de grupos en un Mundial, desde Francia 1998 (Noruega lo batió 2-1). La verdeamarela espera la recuperación de Neymar, lesionado en su tobillo derecho en el partido con Serbia; también los laterales Danilo y Alex Sandro son parte de la enfermería del plantel de Tite, que espera los estudios médicos de Alex Telles, que debió ser reemplazado ante Camerún y se retiró con gestos de dolor. Futbolísticamente, la riqueza individual y un entramado colectivo que pocas veces se apaga y que cuando reluce es una aplanadora, invitan a imaginar que Brasil y la Argentina podrían quedar frente a frente en las semifinales de la Copa del Mundo.
La sorprendente Corea del Sur, que con un agónico tanto de Hwang Hee-Chan superó 2-1 a Portugal y se adueñó por mayor cantidad de goles a favor del segundo puesto del Grupo H -en detrimento de Uruguay- es el rival de Brasil en los octavos de final. De aquel equipo aguerrido y violento que fue rival de la Argentina en el estreno en México 1986 –el recorrido en la Copa del Mundo lo inició en Suiza 1954- a esta versión donde la estrategia, varias piezas juveniles y el desequilibrio que ofrece Son Hueng-Min (Tottenham) en ofensiva son los argumentos que presentará Paulo Bento para reescribir la historia con los Guerrero de Taeguk en Qatar.
Del duelo entre Croacia y Japón saldrá el rival de la llave entre Brasil y Corea del Sur. Los europeos, subcampeones en Rusia 2018, se clasificaron con angustia, tras empatar sin goles con Bélgica. La fantasía y conducción de Luka Modric, la dinámica de Mateo Kovacic, el desequilibrio por la banda izquierda de Ivan Perisic y el oportunismo de Andrej Kramaric, el sustento de un seleccionado que se renovó -estrellas como Ivan Rakitic o Mario Mandzukic dejaron la selección- y todavía busca su identidad. Croacia tendrá como rival a la sensación del certamen: Japón. Los asiáticos ganaron el grupo, después de superar a España y a Alemania –eliminada- y exhiben un juego que se sostiene en la disciplina, el tesón, la perseverancia. Un equipo que nunca se sale del libreto, pero que está dispuesto a sacrificios para lograr por primera vez el pase a los cuartos de final. El triunfo de Arabia Saudita sobre la Argentina fue una inspiración para ganarle a los alemanes; “Nuestra fortaleza es el equipo, el bloque, la unión… Ya lo demostramos”, asegura el capitán Maya Yoshida.
La otra cara de la llave
Tres campeones aparecen como mejores perfilados en el restante perfil de la llave: Francia, Inglaterra y España asoman con cierto favoritismo, mientras que el emparejamiento entre Portugal y Suiza resulta más cerrado en el pronóstico. Campeón defensor del título, Francia se aseguró la clasificación luego de su segundo juego –triunfos sobre Australia y Dinamarca- y encaró el tercer partido con una alineación alternativa. Túnez la sorprendió, la superó 1-0 y le quitó el invicto, aunque a los africanos la victoria no le alcanzó para seguir en la aventura. Las lesiones –N’Golo Kanté, Paul Pogba, Presnel Kimpembe y Christopher Nkunku no integraron la lista; Karim Benzema se marchó de la concentración una vez la selección se asentó en Qatar y en la competencia, ante Australia, Lucas Hernández sufrió la rotura de los ligamentos cruzados de la rodilla derecha- no doblegaron a Les Bleus, que ofrecen un repertorio nutrido de solistas, con Kylian Mbappé como mejor interprete. Colectivamente, los galos se enseñan robustos, con un equilibrio en las transiciones, con el doble cinco que componen Adrien Rabiot y Aurélien Tchouaméni ejerciendo de respaldo para el póquer ofensivo integrado por Ousmane Dembélé, Antoine Griezmann, Mbappé y Olivier Giroud.
Polonia le tomará el pulso a Francia. Los polacos se clasificaron por una mejor diferencia de goles sobre México, aunque jugaron al límite. En las manos de su arquero Wojciech Szczęsny podría considerarse que están los motivos del pasaje: le detuvo un penal a Salem Al Dawsari –héroe saudita en el éxito frente a la Argentina- y también uno a Lionel Messi. Sus intervenciones exponen la endeblez de un equipo que parece apostar solo a las áreas: las atajadas de Szczęsny y el gol de Robert Lewandowski, que aportó un festejo en el triunfo frente a los árabes, en el segundo juego del grupo. En proyección, asoma como argumentos escasos para detener a Francia.
Inglaterra inició la aventura con una trepidante goleada 6-2 sobre Irán, luego tuvo un apagón frente a Estados Unidos –empate sin goles- y se reactivó con Gales, a quien superó 3-0. Marcus Rashford se ofrece como la carta de desequilibrio, pero el seleccionador Gareth Southgate dispone de un delantero centro cerebral y que tiene sentido colectivo como el capitán Harry Kane, goleador que lleva 51 festejos en la selección, aunque ninguno en Qatar 2022. Igualmente, el poder de fuego que demostraron los ingleses repartiendo las anotaciones resulta alentador para el entrenador, que dispone del talento de Jack Grealish y de Phil Foden para modificar el mapa de juego con una simple intervención.
Senegal arribó al Mundial sin Sadio Mané, su máxima estrella –baja por lesión- y para el juego con Inglaterra tampoco dispondrá de Idrissa Gueye, que acumuló su segunda amonestación en la victoria 2-1 sobre Ecuador, triunfo que clasificó a los Leones de Teranga a los octavos de final. Las selecciones africanas perdieron en ocho de los nueve duelos con seleccionados europeos en los octavos de final de los Mundiales. ¿El dato favorable? Senegal fue la única victoriosa, cuando eliminó a Suecia en Corea-Japón 2002; aquel equipo tenía a Aliou Cissé como capitán y ahora como seleccionador.
Para España, la aventura fue de mayor a menor: de la goleada y show sublime frente a Costa Rica al empate con Alemania y de ahí a la derrota con Japón. Durante tres minutos, la Roja estuvo eliminada, aunque se favoreció con el éxito germano sobre los centroamericanos. “Me habría dado un infarto”, reconoció el seleccionador Luis Enrique, que asegura que no tenía noticias del resultado del restante juego. Un equipo que hace del control de la pelota un culto, que por momentos se excede en desafiar al rival con salidas comprometidas desde el fondo -vistoso para el espectador, pero no siempre efectivo-, que se toma su tiempo para generar riesgo, pero que por momentos queda atrapado por el pánico, como le sucedió después de la igualdad de Alemania y tras quedar debajo en el marcador con Japón. “Nos nos pueden superar en intensidad”, el enojo del DT, luego de la caída que por unos minutos puso en riesgo la continuidad. En la llave es favorita frente a Marruecos, que hizo de la defensa un sostén para desarticular a Croacia en el debut y fueron implacables para doblegar a Bélgica. La clasificación realza la figura del DT Walid Regragui, el hombre que concilió el vestuario y provocó el retorno de la estrella Hakim Ziyech y del lateral Noussair Mazraoui, que abandonaron la selección por discrepancias con el bosnio Vahid Halilhodzic, al que le la Federación hizo dimitir tres meses antes de la Copa del Mundo. Achraf Hakimi, Sofiyan Amrabat, Sofiane Boufal y Youssef En-Nesyri, un póquer que ilusiona a los marroquíes, que por segunda vez en la historia jugarán los octavos de final.
La figura de Cristiano Ronaldo engloba todo en Portugal, desde lo bueno a lo malo. La estrella, desafectada de Manchester United, debió aclarar que no tuvo un intercambio de opinión con el entrenador Santos, cuando se decidió sustituirlo frente a Corea del Sur. CR7 es el único jugador que anotó en cinco mundiales y su estrella brilla a pesar que Bruno Fernandes es quien ofrece desequilibrio, junto con Joao Felix y Bernardo Silva; los zagueros Pepe y Rúben Dias ofrecen seguridad en una selección que hizo un recorrido sin sobresaltos, aunque también sin brillo. Ahora Suiza le tomará el pulso: eliminó a Serbia en un juego en donde se produjeron variados y polémicos cruces entre los protagonistas en el campo de juego. El capitán Granit Xhaka y el desequilibrante Xherdan Shaqiri son las figuras futbolísticas y también quienes encienden con gestos y palabras los conflictos, que pueden ser geopolíticos o personales con los rivales. El arquero suizo Yann Sommer y el delantero camerunés Breen Embolo, exponentes de una selección multicultural, compuesta en su mayoría por inmigrantes o hijos de inmigrantes, una decisión que aprobó hace casi una década la Federación para conformar un plantel más competitivo.
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