

Encontrá resultados de fútbol en vivo, los próximos partidos, las tablas de posiciones, y todas las estadísticas de los principales torneos del mundo.
“El sentido de pertenencia se construye. Racing tiene como particularidad que venimos de lugares difíciles. Nosotros sacamos jugadores prácticamente sin tener pelotas para entrenar. Sin tener una cancha, hemos entrenado hasta en medio de la Ricchieri, donde está el pasto, o acá en la plazoleta de Güemes. Y sacábamos jugadores. Venimos de un lugar que nos hace valorar lo que tenemos, más allá de que sabemos que hay otros predios que tienen otras cosas”. Miguel Gomis mira más allá de la ventana de su oficina, como si el relato lo llevara a observar otra vez la escena de aquellos convulsionados tiempos de carencias e indicaciones entre autos, camiones y colectivos que pasaban por la Autopista. Está feliz: a los 80 años -y con 45 de experiencia en la formación de jugadores- asumió hace dos meses como director de Juveniles de la Academia. El descubridor del presidente Diego Milito, que lo considera su padre futbolístico, es el cerebro de un plan que propone “sacar jugadores representativos de la historia de Racing”.
En la tierra arrasada del Racing de la década del ‘90, la vocación para entrenar en esas circunstancias era la primera prueba –entre tantas– de no ceder ante la adversidad, una característica imperiosa para un jugador de elite. Y el amor por los colores, ése que de manera única moviliza a los hinchas, llevó a que un grupo de fanáticos convirtiera un terreno rocoso en la piedra angular de los millones de dólares que en ese momento el club no tenía: el predio Tita Mattiussi.
“El programa que elaboramos va más allá de una persona, por eso le pusimos Método Academia, no lleva mi nombre ni otro, es el método que tiene Racing”, sentencia Gomis, otra vez llevado a un plano preponderante en la institución. Cuando Milito decidió presentarse a las elecciones y enfrentar a Víctor Blanco, el presidente con el que fue campeón como jugador (2014) y director deportivo (2019) y del que luego se alejó “por diferencias insalvables” a fines de 2020, le comunicó a Gomis la intención de tenerlo al frente del Tita, la cuna de talentos albicelestes, si era elegido mandatario. El Príncipe sabía que su mentor futbolístico, cuya sabiduría es reconocida en el ambiente formativo, había quedado desplazado en el final de la gestión saliente.
Mientras las leyes del mercado laboral dictan que para ser tomado en cuenta el paso del tiempo es un enemigo, Milito escogió a Gomis, consciente de los prejuicios hacia los adultos mayores: “Sé que a Diego algunos le decían ‘¿cómo vas a poner a un viejo de 80 años?’”. Y en línea con una mirada que prescinde de revisar documentos y se centra en las experiencias, Gomis fue a buscar para la Novena, la categoría de los más chicos, a Patricio Hernández, de 68 años y un vasto currículum como jugador y entrenador. “Haber traído a Patricio es un logro tremendo, tiene vocación de enseñar. En muchos clubes un jugador se retira y le dicen ‘bueno, agarrá la Novena’, como si fuera lo menos importante. Y no es así, ahí tenemos que tener a los mejores porque es donde nace todo. ¡Ahí los chicos son esponjas y absorben los conceptos! No me importa si en Novena perdemos diez partidos, sé que vamos a formar chicos dotados técnicamente y con una conducta acorde al escudo, algo clave”, enfatiza.
En su propuesta contracultural ante el imperativo del resultado urgente, Gomis rescata al pase: “Que los centrales le peguen para arriba, apostemos al error y ganemos, no sirve para formar. El pase obliga a pensar a todos. El que está con la pelota debe mirar quién es la mejor opción y el que no la tiene, buscar el mejor espacio para recibirla. El fútbol es posesión, posición, tiempo y espacio. Todo eso se hace pensando”.
Además de determinar qué jugadores buscar y cómo formarlos, otra situación decisiva es cuándo deben dar el gran salto hacia Primera. En esas circunstancias, la nueva estructura futbolística de Racing tiende puentes entre el predio Tita y el Cilindro de Avellaneda, donde funciona la oficina de la Secretaría Técnica liderada por Sebastián Saja, cuyo equipo está conformado por Javier Wainer (secretario técnico que desempeñó ese rol cuando Milito era el director deportivo), Ezequiel Scher, Alejandro Bonamico y Tomás Anastasi (scouts que se dividen el seguimiento de jugadores sudamericanos con posibilidades de llegar en los siguientes mercados y de observar las ligas de Sudamérica, Primera Nacional, Reserva y los seleccionados juveniles de la Región).
A pocos metros de ellos se encuentra el vestuario que lidera Gustavo Costas, el ídolo que llevó al club a la gloria internacional luego de 36 años y a quien Saja había calificado como “el único plan” para la dirección técnica, en medio de rumores que -previo a las elecciones- señalaban a Guillermo Barros Schelotto como el preferido de Milito para la Academia.
Al asumir a mediados de diciembre, la nueva administración se encontró con 66 contratos profesionales en fútbol masculino, según pudo confirmar LA NACION. En ese contexto, Saja y Wainer tuvieron que enfocar una parte de su tarea en aquellos jugadores juveniles que, pese a estar ligados contractualmente a Racing, se encontraban con una doble dificultad: por nivel no entraban en el radar del plantel principal, pero a su vez estaban por encima de jugar en Reserva.
Con la premisa de que el club sea “autosustentable” con los formados en Tita Mattiussi, iniciaron gestiones para buscar los mejores destinos posibles para esos futbolistas, con el criterio de cederlos a ligas cuyos estilos fueran los más acordes a estimular sus crecimientos. ¿El resultado pretendido? Que al regresar, tengan más herramientas que puedan servirles para ir a la Primera de Racing o -según el análisis de cada caso- tener una nueva cesión, una venta o rescindir. Además, se incluyó la opción de repescar al mediocampista Catriel Cabellos, de 20 años, que firmó con Sporting Cristal tras destacarse en Alianza Lima.
“No somos millonarios ni la mitad más uno: somos distintos”, definió Costas, emocionado, a los hinchas de la Academia. Tanto el técnico como Milito, ahora máximo dirigente, son ídolos de la casa y entienden qué representa jugar con la celeste y blanca. Para Ezequiel Videla, campeón con el club en 2014 y flamante coordinador de Juveniles que acompaña a Gomis, la identificación es un factor esencial para los pibes: “Es importante tener como presidente a un ídolo tan grande como Diego, potencia la idea de pertenencia y el chico ve que dentro de la estructura hay gente que conoce y que representó al club”.
“Y los chicos que llegaron a Primera y hoy juegan afuera, vuelven de Europa y se vienen para el predio: se genera un espejo que refleja el sacrificio y la gratitud que tienen con el club”, analiza Gomis, hasta hoy agradecido especialmente con Rodrigo De Paul. Es que el campeón del mundo lo defendió en las redes sociales, en 2021, ante mensajes hirientes del hijo de Adrián Fernández, ex dirigente con quien Milito tenía profundas diferencias. Además, entre los ex jugadores de la institución que siguen en el proyecto están Matías Martínez (técnico de Séptima), José Shaffer y Gonzalo García (ayudantes de campo de Cuarta y Sexta, respectivamente).
Vestir la camiseta de la Primera de Racing y ser algún día de selección, es el anhelo de cada pibe que pisa el Tita Mattiussi. “Apuntamos a que en el próximo Sub 20 haya dos o tres chicos nuestros”, desafía Gomis, a sabiendas de que la Academia no le aportó valores a Argentina en el actual Sudamericano de la categoría.
Tanto en la Secretaría Técnica como en Juveniles establecen parámetros de búsqueda. En el área profesional, para aspirar a la Academia hay que obtener una buena calificación de los scouts. De cada análisis, se elaboran informes cuyas notas proyectan si el futbolista tiene condiciones para jugar en Racing y/o con qué status. Con un promedio de 1 a 4, no tiene el nivel para la Academia; el 4,5 significa que puede mostrar algo interesante para ser seguido a futuro; con 5, sería un suplente de menor relevancia, mientras que con 6 se perfilaría como un relevo que ingrese seguido. En tanto, con 6,5 de promedio se estima que el futbolista podría ser el primer suplente y con 7, se vislumbra como un titular “funcional”. Entre los más encumbrados, con 8 están quienes se advierten como titulares “firmes o indiscutidos”; con 8,5 aparecen aquellos titulares próximos a ser top, mientras que con 9 o 10 ya se considera que son jugadores de máximo nivel, con futuro de selección o de transferencia importante.
Para concretar el sueño de jugar en el Cilindro, el creador del Método Academia describe qué futbolistas buscan formar en cada posición: “Técnicamente dotados, con una cabeza muy firme para superar las adversidades y una conducta acorde al escudo adentro y afuera de la cancha. Tienen que ser valientes y atrevidos. Buscamos arqueros de 1,85 metros como mínimo, con presencia, porque históricamente ha sido así; los zagueros deben jugar lejos del arco, dar buen primer pase y romper líneas; los mediocampistas interiores tienen que llegar y los centrales, tocar y saber cuándo meterse para hacer los relevos; queremos que los extremos tengan el atrevimiento de jugar uno contra uno; y el 9 debe saber asociarse, tipo Licha (Lisandro López) o Milito. Buscamos esos jugadores porque Racing los tuvo a lo largo de su historia. Y a la historia hay que respetarla”.
Jorge Valdano aseguró en varias ocasiones que “el fútbol es la mayor fuente de conversación del mundo” y, en ese contexto, las redes sociales también siguen esa tendencia. En tiempos de registrarlo todo, los goles de juveniles de distintos clubes pueden inundar las pantallas en segundos y viajar por todos lados, lo que para Miguel Gomis “es peligroso porque se crean cracks prematuros” y los hinchas “ya los piden para Primera”. A raíz de esas situaciones, planea una reunión con los medios que cubran juveniles en el club: “Valoro su trabajo, pero hablar de cracks prematuros lleva confusión del chico y de su entorno. Por desgracia, no llegó ninguno de los cracks prematuros que hemos tenido. A la larga perjudicamos al chico, a los intereses del club y se frustra toda una familia”.
Mientras cultivan entre gambetas el sueño de ser futbolistas para vivir de lo que aman y dar un mejor futuro a sus familias, los pibes pueden toparse con la pesadilla de pasar hambre. Al menos un millón de niños en Argentina se fue a dormir sin cenar en 2024 (según un informe de UNICEF, publicado en septiembre pasado), por lo que para Gomis la situación genera alarmas. “Nos preocupa muchísimo. Nuestra zona de captación es el Conurbano y sabemos que no se la está pasando bien. Estamos buscando solucionar y cómo hacer para que los chicos, ya desde fútbol infantil, tengan una mejor alimentación. Necesitan más proteínas, lo que justamente es más caro y a las familias les cuesta comprar. Muchos se alimentan con hidratos, fideos y arroz, que son más económicos pero que no ayudan para el desarrollo físico e intelectual”, explica. Y va más allá: “Las familias que tienen trabajo se pueden ocupar poco del chico. Y las familias que no tienen trabajo, prácticamente se desintegran por la falta de ese trabajo, entonces también se pueden ocupar poco de ellos. Hoy la contención de ellos está en los clubes, hacen mucho. Queremos implementar una política de club que no dependa sólo de voluntades y colaboraciones para poder alimentar a los chicos. La alimentación es fundamental para la inteligencia y la condición física”.
Encontrá resultados de fútbol en vivo, los próximos partidos, las tablas de posiciones, y todas las estadísticas de los principales torneos del mundo.
Iniciar sesión o suscribite