LA NACION

Messi nunca renuncia al sentido de pertenencia

Después de varios meses de conjeturas y especulaciones sobre su futuro, el rosarino, como siempre, dijo presente en Houston para la gira de la Argentina; jugaría los dos amistosos, con Bolivia y con México

Actualizado el 20 de julio de 2020
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No fueron pocos los registros que en los últimos meses pusieron en duda su continuidad en el seleccionado después de la final perdida en la última Copa América. Guiarse por realidades acerca certezas. Y las informaciones e imágenes que llegan desde Houston entregan una importante: Lionel Messi dice presente cuando de estar con la selección argentina se trata.

Con bermuda blanca y remera azul ingresó unos pasos detrás de Javier Mascherano. Acompañado por dos custodios de traje gris entró en el ascensor del hotel Four Seasons de Houston, el búnker elegido por el seleccionado en la espera del primer amistoso de esta gira, que será este viernes, ante Bolivia. Cuatro días después la selección se enfrentará con México, en Dallas, y aunque existe una posibilidad de que Gerardo Martino no exija de más a Messi, el recientemente elegido mejor jugador de Europa vestirá la camiseta albiceleste en ambos amistosos en los Estados Unidos.

Es cierto que luego de la frustración vivida en la final de Santiago, algunos creyeron que Messi podía ser el problema del seleccionado. Él jamás señaló que se apartaba de la selección. "Nunca dije que no iba a ir a la selección. Más de lo que me mataron, no me iban a matar. Yo ya estoy acostumbrado a que digan ciertas cosas", manifestó Messi el jueves pasado, en Mónaco, tras la gala de la UEFA que lo coronó como el mejor futbolista del Viejo Continente en la última temporada.

El impacto que provocó la final perdida con Chile fue significativo en Messi. Durante toda la Copa América entregó material para el asombro, el elogio y la admiración. Dentro y fuera de la cancha sorprendía con una voz de mando que excedía el papel de los años anteriores. Una vez más, en el camino hacia el partido decisivo no quedaba mal parado en ninguno de los sitios que el fútbol les reserva a sus figuras. Aunque en el terreno de las presiones, su motivación y personalidad trastabillaron en el partido en que no debía, y confundido, se marchó de Santiago sumergido entre lágrimas y una profunda deuda.

El rosarino se encerró en su mundo. Tanto es así que hasta ayer no había tenido contacto alguno con el Tata Martino después del 4 de julio pasado, día de la final con Chile. No fueron pocas las oportunidades en las que el técnico del seleccionado tuvo que responder sobre la continuidad de la Pulga en la selección. Muchos dirigentes cercanos al mundo del seleccionado comenzaron a preguntarse entre ellos sobre lo que decían los comentarios, que nada menos daban cuenta de un supuesto alejamiento temporal de Messi. Pero la respuesta la tuvieron ayer, cuando por la mañana el rosarino se hospedó junto al resto de la delegación. Y nada menos que en un contexto de muchas bajas, como consecuencia de las lesiones de varios de los compañeros con los que compartió la Copa América.

A pesar de los contratiempos que presentó esta gira del seleccionado, por los problemas para conseguir rivales, por las lesiones y el malestar de algunos dirigentes del fútbol argentino, el nombre de Messi integra la nómina oficial que la Argentina entregó a los organizadores. Está, poniendo por encima de cualquier circunstancia el hecho de defender los colores y confirmar su sentido de pertenencia.

La convivencia con Tevez

Desde que llegó a Houston, Messi brindó parte de su tiempo a sus fans. Accedió a los pedidos de autógrafos y fotos, tanto en el hotel como en el entrenamiento vespertino en el Dynamo de Houston. Se entrenó con sus compañeros, se rió con Carlos Tevez y Ezequiel Lavezzi y habló unos minutos con el Tata Martino, que especialmente le agradeció el gesto de sumarse a esta gira que sirve como banco de pruebas para las eliminatorias sudamericanas.

Cuando aún no habría irrumpido en la consideración del fútbol mundial, España lo tuvo en la mira y él eligió aceptar el llamado de los juveniles argentinos. Mucho tiempo ha pasado desde entonces, pero sin renunciamientos, el fuego sagrado se mantiene intacto. Él mismo lo dijo: "Sean amistosos o por los puntos, mientras el técnico me cite, yo seguiré viniendo a la selección". Messi siempre está. Con todo lo que representa su presencia.

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