El alumno Messi: el chico que esperaba los recreos para jugar al fútbol

ROSARIO.- El reloj marca que faltan apenas unos minutos para el recreo. Corre el año 1998 y son tiempos del Mundial de Francia. En el Colegio N°66 General Las Heras de Rosario, hay un joven menudito que prepara su pelota de trapo para compartir con sus compañeritos su máxima pasión: el fútbol.

"Era muy tranquilito y no se destacaba como alumno. Cumplía con los deberes y las tareas que le mandábamos y no generaba problemas", cuenta con nostalgia Andrea Liliana Sosa, la maestra en 5to y 6to grado de Lionel Messi.

canchallena.com recorrió las instalaciones de esta escuela pública del sur de la ciudad de Rosario que, evitando toda presunción de frivolidad, no tiene ninguna referencia al crack en todo el edificio.

A este lugar, Lionel concurría acompañado por su madre Celia o su tía Marcela desde el preescolar, en 1992, y hasta los 11 años, cuando emigró a Barcelona para completar sus estudios y comenzar a forjar su historia en la capital catalana como estrella del fútbol.

Cuando rememoran cómo era Lionel, sus maestras lo definen como "el más menudito de todos, muy callado y que generalmente se sentaba en los primeros bancos y ayudaba a sus compañeros cuando se lo pedían". Su principal compañera era Cintia Arellano, una amiga de Leo actualmente.

"Lo que más le gustaba del colegio era el recreo, jugaba a la pelota todo el tiempo. Tengo la imagen de él en el patio del fondo siempre detrás de una pelota hecha con aquello que consiguiera", cuenta Andrea, una de sus maestras.

En las notas de sus primeros años escolares Leo se destacaba en gimnasia y tenía 8 de promedio, al igual que en otras áreas creativas como plástica o música. En matemática, lengua, ciencias sociales, ciencias naturales o tecnología, su promedió era de 6.

La maestra y la ex subdirectora del colegio recuerdan que Messi ya era un crack de chiquito: "Lionel participó con un grupo de la escuela en cuarto grado en un torneo y ganaron el trofeo. En ese tiempo, ya se destacaba por su habilidad con la pelota".

La escuela, que acaba de cumplir 60 años de vida, recibió tres visitas de Lionel como ex alumno. La más recordada fue en 2005 cuando ya comenzaba a deslumbrar en Barcelona con sus gambetas y habilidad. "Fue un acto a la mañana y nos sacamos una foto con todos en el patio. Recibió una gran ovación y luego regresó otro día a la tarde para firmar autógrafos", recuerda Andrea Liliana Sosa.

"En aquel momento cuando vino a la escuela me abrazó; me saludó muy afectuosamente, aunque creía que no se iba a acordar de mí. Siempre es una emoción que alguien que tuviste en la escuela, con el que compartiste tantos momentos, sea una persona tan conocida y llegue a triunfar", completó la maestra, que es una de las pocas que queda de aquellos años del pequeño estudiante Leo.

El salón de actos, el jardín de infantes, las aulas de primaria y los accesos comienzan a cerrarse para dar inicio al receso invernal para alumnos y maestras… Y ese patio ahora vacío recuerda los recreos de la década del '90 cuando un chiquilín llamado Lionel Messi pateaba una pelota de papel soñando ser un crack del fútbol.

Tras las huellas de Messi, en Rosario, canchallena.com recorrió la ciudad donde nació Leo para contar sus orígenes, su infancia y sus primeros pasos como jugador. La serie de notas, que comenzó ayer, se extenderá a lo largo de toda la semana. Mañana, la saga continúa con Messi, un chico de barrio.

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