"El Enano es un extraterrestre, él ya es el mejor de la historia. Sólo le pido que no se le ocurra volver a Newell´s cuando yo esté cerrando mi carrera en Central". Bromea Ángel Di María, le da terror imaginárselo como rival en el clásico rosarino. "Una cosa es el Enano y después viene el resto. No lo puedo comparar con nadie. Cristiano es el que sigue; después está Zlatan, y más atrás pongo a Rooney, luego a Ney [Neymar], a Kylian [Mbappé]...". Lujo de pocos poder armar ese ranking de compañeros. No lo nombra. Simplemente es el ‘Enano’, su amigo. Di María habla de Lionel Messi..., y de Cristiano Ronaldo. Porque uno se explica a partir del otro. El éxito de ambos se entiende, también, desde el paralelo generacional. Se necesitan, se potencian. Di María coincidió con los dos y puede iluminar lugares hasta los que casi nadie ha llegado. Pertenece a un club de membresía exclusiva: sólo siete futbolistas argentinos jugaron con ambos.
Di María oficia de guía en el juego comparativo más atrapante del fútbol moderno: "Yo sé que esos dos monstruos, Leo y Cristiano, son diez veces..., nooooo, que digo, 40 mil veces, mejores que yo. Yo corría al espacio para que Leo me metiera la pelota, o trataba de meterle un centro a Cristiano. Gracias a Dios tuve la oportunidad de jugar con los mejores... Pero arriba de todos, Leo", remarca. Con Messi ha coincidido en la selección desde 2008 hasta la Copa América Brasil 2019. Tres mundiales, muchas angustias y la medalla dorada en Pekín 2008. Con Cristiano, cuatro temporadas en Real Madrid, de 2010 a 2014, y la cosecha de seis títulos, especialmente uno, la Champions League lograda en la temporada 2013/14.
De Cristiano Ronaldo, Di María se reconoce amigo. CR7 no dudó en defenderlo públicamente y no escondió su malestar cuando Ángel se marchó de Madrid a Manchester. "Aunque muchos no me crean, dentro del vestuario Cristiano es un pibe más. Dentro de la cancha vemos otra cosa porque él llegó siendo así. Como Leo llegó casi sin hablar, demostrando todo en la cancha, hay otros que necesitan mostrar más, y es el caso de Cris, que también demuestra quién es cuando hace goles con sus gritos, sus poses y sus bíceps. Cada uno es como es. Pero fuera de la cancha, yo lo he invitado a mis cumpleaños y Cris ha venido. Son cosas chiquititas, pero ahí notás verdaderamente cómo es cada uno", le confió Di María a LA NACION.
Carlos Tevez debutó en un Mundial el mismo día que Lionel Messi: 11 de junio de 2006. Aquella tarde, en Gelsenkirchen, la selección argentina dio una exhibición. Fue 6 a 0 sobre Serbia y Montenegro. Con otra casualidad: ambos convirtieron, el Apache hizo el quinto y Leo, el sexto. Recorrieron juntos una década albiceleste, con interrupciones por la ausencia de Tevez en el ciclo Sabella. En definitiva, penaron en dos mundiales y tres Copas América. Con Cristiano le fue mucho mejor: en Manchester United, dirigidos por sir Alex Ferguson, alzaron la Champions League 2007/2008 y el Mundial de Clubes 2008. Coincidieron en las dos últimas temporadas del portugués en Old Trafford. Curiosamente, se marcharon juntos: Tevez y su polémico cruce de vereda al Manchester City, y CR7 y su mudanza a Real Madrid por 96 millones de euros.
"La diferencia es que Messi es más natural, mientras que Cristiano trabaja para ser el número 1", resume el capitán de Boca ante LA NACION. "A Messi todo le sale de adentro. Es algo innato. Todo es más simple. Cristiano, en cambio, se enfoca cada día en prepararse para ser el mejor". Pero él prefiere evitar un veredicto: "No tiene sentido analizar cuál de los dos es mejor. Antes pasaba lo mismo cuando querían comparar a Maradona con Pelé. Es una discusión que va a estar siempre, pero que no conduce a nada. Son diferentes", concluye Tevez.
Fernando Gago también se cambió en un vestuario con los dos. Claro que compartió muchísimos más momentos con Messi que con Cristiano Ronaldo. Con el rosarino fueron socios y campeones del mundo Sub 20 en Holanda 2005. Y ganaron la medalla dorada en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. También masticaron bronca en la puerta de las Copas América 2007 y 2015, y nada menos que en el Mundial Brasil 2014. "Tener en el mismo equipo a Leo te da la tranquilidad de saber que en algún momento habrá algo de su potencial futbolístico, de su magia, que te deslumbrará y te permitirá ganar un partido. Desde lo táctico y desde lo individual es el mejor futbolista del mundo", sentencia el volante, en plena recuperación de la rotura de los ligamentos cruzados de la rodilla izquierda.
Gago y CR7 compartieron cientos de entrenamientos y una treintena de partidos en Real Madrid entre junio de 2009 y julio de 2011, y sumaron a las vitrinas del club la Copa del Rey 2011. "Con Cristiano compartí menos momentos, pero también sentís que contás con un jugador de una jerarquía increíble. Uno de los mejores del mundo, sin dudas. Tiene mucha ambición, y la competitividad de querer ganar siempre", describe. "Es un profesional con todas las letras. Se entrena y vive para el fútbol, eso lo hizo grande", detalla.
A la hora de comparar a Messi y al portugués, el excapitán de Boca opta por destacar qué los une y cómo se potenciaron al ser contemporáneos: "El secreto de ambos es que a los dos les sigue gustando jugar a la pelota, pese a la complejidad y el desafío de cada año tratar de superarse en cantidad de récords, goles y títulos. Es una competencia en los mantiene vivos y vigentes, a pesar de sus años y de la exigencia que tienen ante tantos partidos".
Claro que Gago no ahorra elogios ante su debilidad: "Leo sigue siendo el mismo chico humilde que conocí a los 17 años. Él está un escalón arriba de todos. Es el mejor futbolista del mundo, y lo que más me sorprende es la facilidad con la que entiende los partidos y sus momentos: cuándo se tiene que atacar, cuándo no, cuándo es mejor que el equipo haga una pausa. Siempre lleva el partido en la cabeza, incluso cuando los demás creen que está como ausente".
Gabriel Heinze fue el primero en completar el doblete. Es más: jugó primero con Cristiano antes que con Messi. Se resiste a las comparaciones. Y rápidamente descabeza una mentira: no es verdad que él haya elegido a CR7 por encima de Messi, como alguna vez publicó el diario británico The Sun. "No considero que haya que elegir a uno. Los opinólogos que hagan lo que quieran, pero para comparar tendríamos que estar hablando de jugadores similares, y ellos son muy diferentes. Te puede gustar más este o el otro, pero ese debate no lleva a ningún lado", le aclara a LA NACION. El Gringo coincidió tres temporadas con Cristiano, de 2004 a 2007, cuando conquistaron la Curling Cup y la Premier. Y curiosamente, también un mes en Real Madrid, en julio de 2009, antes que el argentino se marchara a París. Es más, el 21 de ese mes, en un amistoso con Shamrock Rovers, el Real alistó a Garay, Higuaín, Gago, Heinze... y CR7. Nunca más estaría tan rodeado de criollos el portugués.
"Cristiano tiene una rigurosidad y una autoexigencia envidiables. Es un obsesivo y hasta que no logra el objetivo que se puso en la cabeza, no deja de intentarlo. Es un jugador competitivo, de los mejores el mundo. Hay que admirarlo por todo lo que ha hecho y disfrutarlo dentro de una cancha. Es un profesional increíble, los resultados están a la vista. Después, lo que opine la gente en función de sus actitudes, a mí poco me importa", expresa el ex entrenador de Vélez.
Con Messi, Heinze tiene una relación muy cercana. El ex defensor fue titular aquella tarde de 2005, en Budapest, cuando la Pulga debutó en la selección de Pekerman. "A Messi lo quiero mucho, sé cómo piensa y lo que siente. Por eso, a veces, hasta creo que deseo que a la selección le vaya bien más por él que por todo lo demás. Leo es inexplicable, futbolísticamente no es de este planeta, y como persona lleva una vida tan tranquila que ahí también es admirable", le cuenta a LA NACION. Y completa: "El fútbol argentino le debe demasiado, tanto que él es el que nos ha mantenido en el mapa futbolístico durante tanto tiempo".
Ezequiel Garay es el futbolista de menor cartel. El que pasa inadvertido. El que casi siempre falta en el recuento. Sin embargo, junto con Gago y Di María, son los únicos que salieron campeones con ambos: con Messi, del Mundial Sub 20 y los Juegos Olímpicos; con Cristiano, de la Copa del Rey 2011 en Real Madrid. El zaguero compartió con el rosarino una década desde los tiempos de las selecciones juveniles; con Cristiano, la dos primeras temporadas del portugués en la Casa Blanca. Y sufrió a su compatriota, rosarino como él, cuando lo tuvo enfrente: "Es un jugador muy difícil de marcar, no sabes dónde va a jugar porque juega donde quiere. Y luego, cuando tiene el balón, es muy difícil de parar. Leo es el mejor jugador del mundo y tenemos que estar al cien por cien para que nos cree el menos peligro posible", asumió un día, ya como futbolista de Valencia. Quedaba claro quién era el N°1 para él.
Gonzalo Higuaín es quien más tiempo lo tuvo a CR7 como compañero, y el único que compartió dos camisetas: seis temporadas, cuatro en Real Madrid, y con la actual en vías de reanudarse, otras dos en Juventus. ¿Títulos? Tres en Real Madrid, pero ninguna de las Champions porque ‘Pipita’ justo se marchó. Y todavía ninguno en la Vechia Signora, porque el año pasado Higuaín estuvo a préstamo entre Milan y Chelsea. Tal vez la primera alegría llegue en la final de la Copa Italia, ante Napoli. "Estoy contento por estar de nuevo con Cristiano en el equipo después de algunos años, está mejor que antes, más completo y ambicioso", dijo el argentino en septiembre de 2019, cuando se reencontraron.
Después de la salida de Higuaín de Real Madrid llegó un ciclo dorado, primero con Ancelotti y luego, especialmente con Zidane en la dirección técnica, y un exitoso tridente ofensivo integrado por CR7, Benzema y Bale. "La virtud de un jugador, y la humildad del jugador, es adaptarse a las situaciones; de lo contrario, te limitás. Con Leo y Cristiano, yo me adapté a ellos, y si te adaptás a los mejores es más fácil. Ahora, hay muchos delanteros que son buenos, pero el mejor de la historia es Messi, mi amigo", enfatizó Higuaín.
La de Paulo Dybala, el último legionario, es una situación muy particular. Primero, es el único que actualmente puede jugar con ambos. Segundo, es el único que conserva la posibilidad de cosechar títulos con ambos. Ya lo hizo con Cristiano, por cierto, como los otros seis compatriotas. Todos ganaron con CR7, no así con Messi.
La Joya suma cinco temporadas en Juventus, por eso fue él quien recibió al portugués a mediados de 2018. "Mis amigos me cargaban, claro, me decían: ‘Ya tenías al mejor en la selección y ahora te traen al otro mejor al club’. Y estaban equivocados, yo explicaba que para mí era una ventaja. ¿Sabés lo que es tener a dos fenómenos al lado tuyo, siempre…? Imposible no aprender. Son dos tipos que están uno o dos escalones por encima del resto. Se hicieron bien el uno al otro a partir de la competencia", explicó Dybala, que ya ganó un scudetto y la Supercopa italiana con Cristiano.
Con Messi, la Joya empezó a interactuar en la selección hace cinco años. El ambiente todavía espera la gran conexión futbolística. Mientras, afuera, la convivencia entre las eliminatorias, el Mundial 2018 y Copa América 2019, los acercó: "La relación ha crecido mucho. Compartimos tardes de mate y tenemos un grupo en el que jugamos al truco en la habitación". En la cancha, Dybala prefiere evitar las comparaciones: "Es imposible decir quien es mejor, están muy por encima del resto desde hace años. Son diferentes, pero su influencia es igual de desequilibrante por lo que generan en los rivales".
El cordobés logra humanizar al portugués, quitarlo de esa pose robótica y presumiblemente vanidosa. "Tengo buena onda con Cristiano. Hablamos de fútbol, pero también de otras cosas que no tienen nada que ver con el fútbol. Es amigable, muy dispuesto a charlar. Una vez le dije que me había sorprendido porque en la Argentina un poco lo odiábamos, por eso de la manera de ser, de caminar... Me acuerdo que se rió, me dijo que ya lo sabía, que estaba acostumbrado y que no pasaba nada". Lo cuenta Dybala, el último en obtener la membresía. ¿Quién será el próximo argentino? No asoma nadie en el horizonte. El Club más exclusivo del planeta fútbol se reserva el derecho de admisión.
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