Mauro Icardi, otra vez en la incertidumbre: entre París y Milán, su futuro está en el aire

La cuarentena por el coronavirus no implica ocultamiento ni invisibilidad para Mauro Icardi y su familia. Su pareja, Wanda Nara, se encarga de subir en Instagram imágenes, varias de ellas con el fondo del Lago de Como que bordea su residencia. Milán y no París, ciudad en la que está el domicilio futbolístico del delantero argentino hasta que a mediados de año concluya su préstamo en Paris Saint-Germain, aunque las fechas de cumplimiento de los contratos son una incógnita, sujetas a conversaciones entre federaciones, clubes y futbolistas, hasta que se defina cómo continuará lo que resta de la temporada.

El viaje de la familia Icardi a Italia es una muestra más de lo arraigada que tiene su vida a la región de Lombardía, a pesar de que es la más castigada del país por el coronavirus. Este destino volvió a surgir en las últimas horas para el futuro cercano de la carrera deportiva del rosarino. Eso no implicará un regreso a Inter, dueño de su pase y club del que tuvo que irse en agosto pasado por la deteriorada relación con los dirigentes, con los hinchas –defraudados cuando se negó a jugar durante dos meses porque le habían quitado la capitanía– y el rechazo del director técnico Antonio Conte, que armó una nueva dupla de ataque con Lautaro Martínez y Romelu Lukaku.

Los medios italianos informan que Inter procurará reflotar una operación que se evaluó antes de que Icardi se fuera a PSG: un trueque con Juventus por Paulo Dybala, pretendido por Conte. ¿Y si Lautaro es transferido a Barcelona no se abriría un hueco para readmitir a Icardi? En principio no, pero el coronavirus también dejará secuelas en el mercado de pases, con operaciones más restringidas y precios a la baja. Por ejemplo, para hacer uso de la opción por Icardi, PSG debería pagar 70 millones de euros por la transferencia. En un contexto tan recesivo, muchos montos serán renegociados.

Icardi tiene contrato con Inter hasta 2022, con un salario de siete millones de euros si se reincorpora en la próxima temporada. Esa suma es la que cobra actualmente en PSG, que crece hasta los ocho millones por los bonus, y se incrementaría a ocho (diez con bonus) si continúa en la capital francesa.

El deseo de Icardi (cumplió 27 años en febrero) de volver a Italia coincide con su malestar por haber perdido la titularidad en PSG. Es más, su relación con Thomas Tuchel está rota desde que el director técnico lo dejó en el banco los 180 minutos de la serie ante Borussia Dortmund por los octavos de final de la Champions League. Si el entrenador continúa en la próxima temporada –su suerte está muy atada a lo que ocurra en la competencia europea–, no habría lugar para los dos en el plantel.

La cuarentena en Milán

Mientras residen en París, las intromisiones públicas de Wanda Nara en la carrera de su esposo no son tan recurrentes y conflictivas como cuando estaba en Inter. Pero Wanda siempre hizo saber de la incomodidad que le representaba tener a su pareja jugando en Francia y a sus hijos escolarizados en Milán. Esta disyuntiva fue sobrellevada bastante bien al principio, cuando Icardi se acomodó rápidamente al funcionamiento ofensivo del equipo y aprovechó muy bien el espacio que dejó un Edinson Cavani inactivo por una lesión. Los goles llegaron enseguida. Entre el 5 de octubre y el 21 de diciembre de 2019 marcó nueve en 11 cotejos de la Ligue 1 y cinco en seis encuentros por la Champions League. Este año, con menos minutos, bajó la productividad: hizo tres tantos por la liga local y está en blanco en la Champions.

Cavani estuvo muy presente en los últimos días en los medios argentinos por la posibilidad de que se incorpore a Boca. Icardi ve en el uruguayo al competidor que está relegándolo en el equipo. No es un rival cualquiera: Cavani es el goleador histórico de PSG, muy querido por los hinchas. Hacia fines de año, el argentino sintió que se consolidaba en el centro del ataque porque Cavani, requerido por Diego Simeone, parecía irse a Atlético de Madrid. No se hizo la operación y su presencia fue en aumento en la ofensiva de PSG.

Otras cuestiones también se posaron sobre la balanza. Algunas, futbolísticas, como que Cavani participaba más en la construcción del ataque y que Icardi sólo leía los movimientos para aparecer para el último toque. Su obsesión es el gol, lo cual lo hace dependiente de la generosidad de Kylian Mbappé y Neymar, dos figuras también muy enfocadas en su eficacia individual. Según informó L'Equipe, esta construcción personal que cada uno hace de su carrera generó celos y envidias en el vestuario.

Con este panorama, la reanudación del fútbol es tan incierta como el futuro de Icardi, cuya estada en Milán no hace más que recordarle lo integrado que está el resto de su familia en esa ciudad. Y muy atrás también empieza a quedar su participación en la renovación del seleccionado que Lionel Scaloni encaró tras el Mundial Rusia 2018. Jugó cuatro amistosos (dos ante México, uno contra Brasil y otro frente a Colombia) en el segundo semestre 2018. Lo hizo mientras no eran convocados Lionel Messi y otros referentes de ciclos anteriores. Esas ausencias llevaron a Icardi a decir que en el seleccionado se respiraba otro clima, de más unión. La vuelta de Messi coincidió con su inactividad durante el conflicto con Inter. Y se abrió otro capítulo de sus desencuentros con el seleccionado, que se mantiene hasta estos días.

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