Mariano Andújar: "Yo no soy así, jamás tuve una pelea"

MAR DEL PLATA.- Mariano Andújar sacude la cabeza cuando escucha la pregunta. "¿Qué pienso?", se repite a sí mismo, y mira para los costados. Después de varios segundos en silencio, dice que lo que más le duele es que sus hijos hayan visto todo lo que pasó. Sabe que es muy probable que así haya sido. Y dice que no es la imagen que él suele dar. "Ese no soy yo. Yo no soy así, jamás tuve una pelea con nadie". El arquero de Estudiantes y de la selección fue uno de los protagonistas del final más penoso de un partido de verano en muchos años. Estuvo en los dos extremos de la batalla en medio de la cancha: pegó y recibió. Vale reconstruir las últimas horas del escándalo en la voz de un protagonista. El encuentro contra Gimnasia terminó hace rato y ya no queda gente en el estadio José María Mínella, él todavía no pasó por las duchas y sigue con el buzo número 21 puesto. Si no se apura, va a tener que pasar la noche en la costa, porque el resto del plantel está por subir al ómnibus que lo depositó en La Plata.

Andújar luce afectado, y no parece ser tanto por las patadas que recibió en las costillas de parte del jugador de Gimnasia Nicolás Mazzola, sino por la imagen que dejó la pelea en la que intervinieron hasta los suplentes de ambos equipos. Dice que por eso quiere hablar, como referente del plantel, y desde ese rol asume también que hay que pasar a la acción. Las palabras ya no son suficientes. De eso acaba de conversar con el referí Silvio Trucco en el vestuario del sexteto arbitral, donde fue a pedir disculpas en medio de un clima de velorio. "Lo único que pienso de todo esto -le dice a LA NACION- es que no puede ser, simplemente. No puede ser. No podemos dar esta imagen del club a la gente que está mirando, a la organización del torneo. Es un espectáculo que da vergüenza."

-¿Entonces por qué pasó?

-No lo sé, la verdad. No tiene explicación. Nos hacemos totalmente cargo de la parte que nos corresponde, y tenemos que pedirle disculpas a toda la organización y a toda la gente de Estudiantes y a los que lo ven en la casa. Es muy triste lo que pasó. Y es muy triste que se repita, que hablemos de calmarnos y después lleguemos a esto.

-¿Por qué se llegó a que estas escenas sean casi una constante en este tipo de partidos?

-La verdad que nos fuimos pasando todos de revoluciones, y se termina en un espectáculo que después da la vuelta por todos lados, y eso no es bueno. Hay que hacerse cargo, hay que ser autocríticos. Y entender que esto hay que evitarlo. Tenemos que bajar los decibles, controlarnos, pero en serio, porque no podemos seguir pidiendo disculpas y que pase una y otra vez.

-¿Entendiste cómo se detonó todo?

-Yo vi que le pegaron a Israel (Damonte), y ahí me acerqué. Pero se fueron haciendo muchos tumultos. Y nos dejamos llevar. Pero la verdad es que se termina en una gresca tan grande que no se termina de entender dónde empezó.

-Pero Mariano, después parecía que había terminado esa gresca, y empezó otra...

-Sí, por eso; eso es producto de las revoluciones. Pero bueno, hay que ubicarse. Tenemos que ubicarnos. Esto no puede pasar, así de simple. No puede repetirse. No le sirve a nadie. No nos sirve a nosotros, al club, a la gente que está viendo.

-¿Qué hablaste con Trucco?

-Le fui a pedir disculpas. Porque ellos también salen perjudicados y no tiene nada que ver. Él dirigió bien, y nos expulsó bien a dos jugadores. Por eso pedí perdón en nombre de todo el plantel.

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