Marcos Díaz responde: por qué cree que es el mejor arquero, lo que dijo de Armani y el sueño de la selección

Envuelto en el radiante sol de un día primaveral, caminando a paso anestesiado, Marcos Díaz parece un transeúnte huérfano del barniz heroico que provee la fama. Lejos de los futbolistas que se las van de estrellas, la tranquilidad con que llega a la cita con LA NACION, en Puerto Madero, contrasta notablemente con la exposición mediática que tuvo a causa de su posible transferencia a Boca, no concretada. "La única mudanza que me tuvo preocupado esta semana, realmente, fue la de mi casa", comenta entre risas, apenas ingresa al salón de estética de su esposa y se apresta a charlar amablemente en un momento lleno de incertidumbre por su futuro profesional.

Convertido en ídolo por los hinchas del Globo, Díaz pertenece a la cofradía de los futbolistas sobrios que cuentan su historia sin decoraciones ni alfombras rojas. No recuerda por qué empezó a atajar en la canchita de su barrio, en la ciudad de Santa Fe, y muchos menos por qué traicionó a su familia hincha de Unión por los colores de Colón. Ajeno al vértigo con que se propagan las suspicacias de su continuidad en Huracán (su contrato expira en diciembre de este año), conversar con él se vuelve agradable e interesante.

–¿Cómo calificás el contexto de lo que estás viviendo teniendo en cuenta tus inicios y todo lo que te costó ganarte un lugar de respeto en el fútbol argentino?

– Estoy muy feliz por el reconocimiento y el interés de Boca, pero siempre viví con mucha calma cuando se hablaba de una posible transferencia. Mi presente es Huracán y no me gusta pensar más allá de lo que estoy pasando. Ya me había tocado atravesar algo parecido cuando se habló de que me quería River y no se dio. Todo el mundo sabe lo que son Boca o River a nivel mundial.

–¿Esta situación es diferente a la que viviste cuándo te quiso River?

–Fue especial porque en diciembre se define mi situación con Huracán y algunos lo aprovecharon para ensuciarme sin sentido. Siempre dije que sea el club que sea el que esté interesado en uno es importante. Eso significa que estoy haciendo las cosas bien y lo tomo como un halago. No me olvido de lo mucho que me costó consolidarme y lograr continuidad. Las condiciones para pasar a Boca no eran las ideales.

–¿Confías en volver a tener otra chance así?

–Uno siempre sueña con triunfar en lo que ama. Estas cuestiones no las imagino. Esperemos que si surge, sea en otras circunstancias. Ahora lo más importante es disfrutar el momento, tener los pies sobre la tierra y aguardar a diciembre. La experiencia me lleva a enfocarme más que nunca en los desafíos que tengo por delante con Huracán.

–¿Te imaginás cómo será el día que tengas que dejar al Globo?

– Sinceramente, no. Huracán me dio el reconocimiento que todo futbolista profesional anhela y estoy muy agradecido. No quiero pensar en lo que pueda suceder cuando llegue el momento de irme. Todos los días los vivo como el primero. Disfruto mucho de estar acá y ser uno más del plantel.

Es muy fácil descifrar si al 1 los hinchas quemeros lo quieren más por los dos títulos (Copa y Supercopa Argentina) y el ascenso aportado, por sus atajadas importantes a lo largo de los 166 partidos disputados, o por seguir poniendo el pecho en el club más allá de las tentadoras ofertas. "¿Qué es lo que más me valoran? Un poco de todo. Creo que lo que tenemos en común con el hincha es el respeto por el club. Siempre hubo un cariño genuino; los hinchas me demuestran su afecto y yo trato de responderle en los partidos. Es impagable que te quieran tanto en tan poco tiempo".

–¿Cuánto de tu presente se lo debés a Antonio Mohamed?

–El Turco tiene mucho que ver en mi carrera y en lo que estoy viviendo. Me hizo debutar en Colón tras mucho tiempo de estar en el banco, cuando otros entrenadores no se la jugaban o no confiaban en mí. Además apostó de nuevo al traerme al Globo. Ojalá alguna vez me lo vuelva a cruzar. Sería una forma de agradecer bajo los tres palos todo lo que hizo por mí.

–¿En qué mejoraste desde que comenzaste tu carrera hasta hoy?

–Maduré y adquirí confianza. En un arquero eso es fundamental para el rendimiento. Soy un convencido en que uno aprende mirando y jugando. Estar tanto tiempo en el banco me ayudó muchísimo para consolidarme como titular en el momento que tuve la oportunidad. Fui suplente durante mucho tiempo y recién a los 27 años pude tener continuidad y demostrar mis condiciones. Soy muy autocrítico, continuamente estoy exigiendo y buscando cosas donde mejorar. Si me quedara solo con las buenas atajadas, sería un mediocre.

–¿Cuáles son tus referencias como arqueros?

–Crecí admirando a Óscar Córdoba. Por el estilo jugado que tenía, es mi gran referente en el puesto de arquero. No se quedaba bajo los tres palos, arriesgaba y mostraba carácter. Tenía la personalidad para estar en un equipo como Boca. Ahora hay muy buenos, pero Óscar sigue siendo el mejor para mí.

–¿Te consideras un arquero "gana partidos"?

– El arquero debe evitar los goles y ayudar a hacerlos. Es un puesto ingrato y poco valorado. Yo simplemente trato de responder con eficiencia y responsabilidad cuando el equipo me necesita. Hoy, el buen momento de Huracán en la Superliga es producto del esfuerzo de todos y de lo fácil que asimilamos el mensaje del técnico (Gustavo Alfaro).

–¿Crees que es la mejor época de arqueros en el fútbol argentino por el muy buen momento que están pasando varios?

–El nivel actual de arqueros en el fútbol argentino es muy bueno. Hay muchos que están demostrando sus condiciones y lo trascendental que son para sus equipos. Guido Herrera, en Talleres, Armani, en River, y Arias, en Racing, están en muy buen nivel.

–¿Quién es el mejor arquero del fútbol argentino?

– En mi estilo, soy yo. Hay arqueros muy buenos, pero de mi estilo, no muchos. Guido Herrera es el que más me gusta. Tiene mucha personalidad, es seguro, rápido de reflejos y juega muy bien con los pies; tiene un potencial enorme.

–¿Qué tuvieron otros que te faltó a vos para llegar a la selección?

– Uno siempre tiene la ilusión de vestir la camiseta de la selección. Es mi sueño a cumplir. Sé que estuve cerca. Pero va en los estilos y gustos de quién decide. Soy un convencido de que las oportunidades tienen que darse a base de momentos y no por jugar en River, Boca o Europa. Hay clubes con mayor exposición y eso, lamentablemente, termina influyendo. Mientras tanto, hay que seguir trabajando para que esa oportunidad llegue.

–Se te criticó por decir lo que dijiste de Armani en su momento. ¿Se malinterpretó?

– Se usó mal por quienes tuvieron intenciones de interpretarlo mal. Armani está teniendo muy buenas actuaciones, es muy buen arquero y se merece estar en la selección. Pero, como dije anteriormente, la prensa suele apuntar jugadores e influye en los que deciden.

–¿Qué aspiraciones tenés a los 32 años?

–Hoy estoy cómodo en Huracán, en todo sentido. Pero también quiero seguir creciendo, como profesional y como persona. La vida del futbolista no es tan larga y tengo que pensar en el futuro económico de la familia. Obviamente que eso va acompañado de los desafíos deportivos, que todavía tengo varios.

–¿No te gustaría jugar en el exterior?

– Sí, me encantaría tener esa chance de jugar en el exterior. Más allá de lo económico, las ligas de Italia, España e Inglaterra me seducen mucho. Quién no sueña con jugar una Champions League. Ojalá se me dé…

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