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Marcelo Larrondo se rebela pese a su racha de lesiones: "A la gente que me quiere retirar no hay que darle bola"
En una entrevista con LA NACION, el delantero de River se muestra ilusionado con su recuperación física y espera volver a las canchas; con sólo dos amistosos disputados en la pretemporada, no juega un partido oficial desde el 4 de diciembre
Tener enfrente a Marcelo Larrondo es encontrarse con la sensación de estar ante una persona que necesita un abrazo, una palmada en la espalda; en fin, un gesto de contención. Larrondo está golpeado por sus dificultades físicas, una serie interminable de lesiones que apenas le permitieron jugar 136 minutos oficiales distribuidos en seis partidos con la camiseta de River , el club del que es hincha. Se nota que está triste por el tono de su voz, por sus gestos, por su lenguaje corporal. En su diálogo con LA NACION, está apoyado sobre una baranda con todo el cuerpo hacia adelante, como quien se desploma sobre un lugar porque está castigado anímicamente. Responde con amabilidad y disposición, aunque en breve deberá marcharse porque así lo requiere su trabajo.
El domingo, en Mendoza, iba a ser titular en el partido de Reserva frente a Godoy Cruz tras recuperarse de un desgarro en el aductor de la pierna derecha. Sin embargo, durante los movimientos precompetitivos en el predio Coquimbito sintió una molestia muscular, le comunicó la mala nueva a los médicos del plantel y en conjunto decidieron que lo mejor era no arriesgar. "La idea era sumar minutos porque en la semana había entrenado bien, pero se me cargó el aductor y con los médicos decidimos no jugar por precaución. Prefiero esperar una semana más y no estar quince o veinte días afuera", explica.
-¿Qué sensaciones tuviste al decidir parar?
-Tuve las mismas sensaciones que cuando sufrí la última sobrecarga, hace unos diez días. No quería arriesgar, y más sabiendo que para los juveniles del club es importante jugar en la Reserva y para nosotros sirve básicamente para sumar minutos. No quería restar en ese sentido. Y, obviamente, no quería exponerme a tener que estar más tiempo parado.
-¿Nada que ver con la lesión más grave, con la que tuviste en la rodilla derecha?
-No, en la rodilla no tuve nada por suerte. (Se ríe) La rodilla se viene portando bien, eso te da bronca porque pasé por un momento crítico en la rodilla, no podía salir adelante, y ahora que está bien, vienen estas cosas pequeñas. Pero ahora no hay que bajar los brazos, y sí seguir pensando en positivo.
Larrondo llegó a River a mediados del año pasado, a cambio de 3.300.000 dólares y envuelto en una fuerte polémica con Rosario Central, cuyos hinchas lo tildaron de traidor por el cambio de camiseta. De alguna manera, algo parecido a lo que le pasa a Gonzalo Higuaín, hoy despreciado por la mayoría de los hinchas del Napoli por su ida a Juventus. La diferencia con Pipita es que éste se cansó de anotar goles con la camiseta de la Vecchia Signora y que Larrondo se volvió más una desilusión frecuente a causa de sus reiteradas lesiones que una alternativa de primer nivel para el ataque de River, tal la expectativa con la que arribó.
El delantero, de 28 años, no juega un partido oficial desde el 4 de diciembre, cuando River cayó ante Independiente 1 a 0 en Avellaneda. Había desembarcado en River con el antecedente de una lesión en el menisco externo de la rodilla derecha por la que debió ser operado en marzo del año pasado, todavía como futbolista de Central. Perseguido por las dificultades en esa rodilla, antes de fin de año debió ser sometido a otra intervención quirúrgica -en este caso una artroscopia- para tratar de corregir la situación. Comenzó este año entre los trabajos de pretemporada en Orlando y algunas molestias en la rodilla que no le permitían ni entrenarse con normalidad ni estar a disposición de Marcelo Gallardo para jugar. Actuó un rato en los amistosos frente a San Martín de San Juan e Independiente Rivadavia de Mendoza, pero un desgarro detuvo su evolución física. Y, cuando parecía que lo había dejado atrás y que iniciaba el camino del regreso definitivo, surgió la inoportuna lesión muscular del domingo en Mendoza.
-¿Cómo estás en el aspecto anímico?
-Si no te dijera que estoy un poco bajoneado, te mentiría. Después de tantas cosas que me venían pasando, quería jugar y el domingo no pude. Pero tengo el apoyo de todos: de mi familia, de mis compañeros, de los directivos y del cuerpo técnico, que es lo más importante. Y con la ayuda de todos estoy confiado en que voy a salir adelante.
-¿A quiénes o a qué te aferrás en estos días difíciles?
-En estos momento así hay que aferrarse a la familia y a la gente buena que rodea a uno. Y también trabajar el doble para volver más fuerte que antes. Mi hijos y mi mujer siempre están a mi lado y me apoyan constantemente. No me dejan bajar los brazos y eso es muy importante para mí. Hay que seguir pensando en positivo porque esta racha negativa ya se va a ir.
-Se te vienen presentando demasiadas pruebas de fortaleza anímica
-La verdad que sí. Estoy pasando un mal momento porque tengo muchas ganas de jugar. Pero voy a seguir trabajando porque sé que esta racha negativa ya va a pasar.
-¿Alguna vez imaginaste que podías tener tanto aguante para no bajar los brazos?
-(Se ríe) Ahora es cuando se ve el carácter de uno y las ganas de querer volver más fuerte que nunca. Por mi parte, voy a seguir con todo y pensando que las cosas buenas van a venir.
-¿Seguís soñando con algo o ya no querés proyectar a futuro?
-Siempre soñé con estar acá en River. Trabajé duro para poder estar en un club tan importante, en uno de los más grandes del mundo. ¿Te digo la verdad? Lo disfrutaba hasta ahora, que estoy viviendo un momento difícil porque uno lo que quiere es jugar. Lo único que deseo es recuperarme.
-¿A los hinchas de River qué les dirías?
-Que vine con una expectativa diferente y que por culpa de una lesión u otra, no pude demostrar mis características. Cuando estuve al cien por ciento de mis condiciones, demostré ser un jugador importante. Y espero que River pueda ver esa versión mía dentro de la cancha.
-¿Y creés que eso es posible?
-Claro que sí, porque lo más importante es que la rodilla me está respondiendo bien y ahora los problemas son otros y están vinculados a mi falta de juego. Pero digámoslo despacio (sonríe nuevamente, con timidez): la rodilla me responde y eso es lo más importante.
-Sé que sos consciente de que en las redes sociales hay mucha gente que dice que no vas a poder volver a jugar. ¿Qué les dirías?
-Se dijeron tantas cosas que si uno no es fuerte de la cabeza, no sale adelante. Lo demostré cuando se dijo que no iba a poder jugar nunca más y después me volví a entrenar con el grupo y tuve la posibilidad de jugar ante San Martín de San Juan e Independiente Rivadavia. Tal vez estas contracturas o mínimas distensiones que a veces me afectan al aductor o a un isquiotibial son por tanta falta de juego o con haber estado tanto tiempo parado. Así que bueno, a la gente que me quiere retirar, no hay que darle bola y hay que seguir adelante.
Su mirada sobre el juego de River en 2017
-¿Cómo lo estás viendo a River desde afuera?
-Venimos muy bien de la cabeza. El equipo ha levantado muchísimo. Es el River que todos queremos ver. Estamos mostrando un fútbol muy interesante. Desde que ganamos en Colombia contra el Deportivo Independiente de Medellín, es otro River. Cuando repasamos los videos de los partidos, vemos que los goles vienen producto de un juego muy lindo, de muchos toques. Y lo más importante es que estamos concretando en el área rival, algo que es clave para poder ganar los partidos.
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