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Sentado sobre la clásica heladerita móvil que lo acompaña hace muchos años al costado del campo de juego mientras observa las acciones de su equipo de turno, esta vez Marcelo Bielsa no pudo contrarrestar a esa Argentina que supo dominar en la Bombonera hace un año y cuatro meses siendo el entrenador de una Uruguay que se había impuesto por entonces con un contundente 2-0, superándolo -además- tácticamente, una rareza en el equipo multicampeón de Lionel Scaloni. Este viernes fue el entrenador rival el que le hizo jaque mate en el estadio Centenario.
Este viernes se dio a la inversa. El seleccionado argentino le mostró a Bielsa una cara durante el primer tiempo, mucho más posicional que lo normal, pero pareciendo engañar con lo que seguiría en el segundo capítulo: salió a dominarle el partido a Uruguay, exhibiendo la versión más auténtica del equipo que acostumbró a no parar de ganar títulos y marcar una supremacía, prácticamente, partido a partido. Con modificaciones en la delantera tampoco pudo cambiar un rumbo muy perdido de su equipo, que terminó cayendo por el golazo de Thiago Almada, pero que tampoco terminó de encontrarle la vuelta a un trámite que se le estancó en tener la pelota y poco más.
El rosarino asumió la responsabilidad y, en medio de la autocrítica, analizó que su equipo tuvo claramente mayores cosas para corregir y que llevaron a que, en ningún momento de los 90 minutos, mereciera los tres puntos. “Lo negativo es que la falta de peligrosidad se hizo evidente. En los momentos que tuvimos dominio no logramos traducirlo en situaciones de peligro. Al comienzo de la primera mitad, o un poco más, jugamos de acuerdo a lo que el equipo es capaz, pero no generamos peligro. Ya en el resto del partido tampoco. En el segundo tiempo empeoramos”, sentenció con sinceridad.
Incluso, el mea culpa fue más profundo: “Reafirmo mi responsabilidad cuando Uruguay pierde. Nuestro equipo está diseñado para defender sin dejar de atacar y para atacar sin dejar de defender. Está preparado para desequilibrar. Lo dicen las individualidades que hay en el equipo y hoy generamos pocas opciones de gol. Entonces, si el entrenador persigue un equipo que dañe cuando ataca y no crea situaciones de gol como pasó, la responsabilidad no puede ser de las individualidades. Esta más ligada a que yo consiga que la suma de jugadores tan destacados establezca diferencias que nos costó crear”
En una de las primeras preguntas, a su estilo, hizo una extensa explicación acerca de por qué disentía con el parecer de un periodista que le consultó si no creía que al equipo le faltaba mayor contención para cuidar a los mediocampistas de juego. “No comparto lo que dice. Detrás de Bentancur, Valverde y De Arrascaeta, hay una línea de cuatro defensas, con dos zagueros muy importantes y Olivera, que juega de titular en Nápoles. No sé qué imagina cuando propone una estructura defensiva que respalde el buen juego de los volantes: habría que sustituir a los que están jugando por otros más defensivos, si el perfil que me reclama es de mayor contención. Yo diría que es todo lo contrario”, comenzó la respuesta el entrenador, de 69 años.
Con tono pacífico, explicó su visión. “Porque mientras estuvo De Arrascaeta en el campo, sin que hayamos lucido, la construcción de juego ofensivo más o menos funcionó. Y cuando lo sustituimos, no. Porque De La Cruz es un volante de perfil distinto: más trabajador, dinámico y colectivo, y menos creativo e individual. Pero normalmente, en la posición de volante ofensivo, juegan jugadores con inspiración ¿no? Entonces, tener un mediocampo que proteja un poco más la pérdida de la pelota no tuvo el efecto que sugiere”. Incluso, le retrucó una estadística que incluía la pregunta: “Usted se basa para justificar su conjetura en que sacamos seis puntos de 18. También podríamos decir que sacamos cuatro de seis, contra Brasil y Colombia”.
🗣️ "Si usted cree que Argentina es un equipo en el que hay diferencias sustanciales entre titulares y suplentes, equivoca el análisis. Únicamente, ese análisis se confirma en Messi, los demás jugadores son de la misma calidad".
— TyC Sports (@TyCSports) March 22, 2025
✍️ Firma: Marcelo Bielsa. pic.twitter.com/2gL24W4Vyh
Si bien no perdió la cordura aunque alguna interrogación le asegurara que la actuación de su equipo había sido “paupérrima”, sí mostró un ligero malestar ante una consulta que incluyó informaciones recogidas previas al cotejo acerca de haber exigido en una prueba el físico de Giorgian De Arrascaeta y pensado inicialmente otro esquema, algo que desmintió radicalmente.
“Le soy sincero: no es cierto que lo exigimos ni que probamos con una línea de tres defensores... ¿Qué otra sospecha me dijo?”, repreguntó, recibiendo que “de repente” había cambiado el equipo pensado. “¿Cómo de repente? No, no es así. Siempre la idea fue jugar con cuatro defensores. Hay un solo entrenamiento que se hace, los demás son de mantenimiento. Lo que usted me comenta no sucedió. Y utilizo la palabra “sospecha” porque lo contrario es la confirmación. Y usted no me dice ‘mire, sucedió tal cosa’. En realidad lo sospecha. Me dice lo de De Arrascaeta y que probé una línea de tres: ninguna es cierta”, sentenció, igualmente, sin ánimos de confrontar.
A propósito, para seguir negando la versión de una lesión previa, se refirió al estado del volante de Flamengo, de Brasil, que pidió el cambio a los 42 minutos del primer tiempo: “En el partido tuvo la dolencia, una molestia en el aductor, y no pudo continuar. Si hay algo que yo cuido es que no jueguen jugadores que corran riesgo por el antecedente inmediato de lesionarse”.
Apenas hizo una referencia sobre el vencedor debido a la crítica de un periodista que sentenció que Uruguay perdió ante los relevos argentinos. “No es el equipo suplente. Si usted cree que Argentina es un equipo con diferencias sustanciales entre los titulares y los suplentes equivoca el análisis. Porque ese análisis únicamente se confirma en Messi. Los demás jugadores, los que juegan y los que sustituyen, son de la misma calidad”, elogió.
El martes tendrá que visitar El Alto para jugar frente a Bolivia y, al respecto, aseguró que no va a jugar el mismo equipo que cayó este viernes: “Ya sabemos que jugar por encima de cuatro mil metros aumenta la dificultad de un enfrentamiento. No van a jugar futbolistas que han jugado hoy. Algunos sí y otros no. Al partido lo imagino con lo limitante que significa la disminución que provoca la altura en el rendimiento físico, pero eso no invalida nuestra posición de querer ganar el partido”.
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