Los volantes con gol, una especie que no abunda y es codiciada en el fútbol argentino

Edgardo Bauza se lamentó durante largo tiempo y repetidamente por los goles que se le fueron cuando Ignacio Piatti emigró al fútbol canadiense. San Lorenzo no encontraba la manera de suplirlo. A Marcelo Gallardo se le instaló una mueca de disgusto y contrariedad desde que hace unos días le confirmaron en River que es imposible retener a Carlos Sánchez , que continuará su carrera en Monterrey. Son dos casos que sirven para medir la alta valoración que se tiene por los mediocampistas con gol. Lo mucho que se los aprecia y lo codiciados que son en el mercado. No abundan y ese aporte diferencial les da una inmediata visibilidad.

El torneo de 30 fechas que finalizó hace poco dejó algunos nombres destacados en el rubro mediocampista con gol. En la lista de los primeros 26 goleadores que lideró Marco Ruben con 21 se cuelan tres volantes entre el lógico predominio de los delanteros. Uno es la revelación del certamen, Ignacio Fernández (Gimnasia La Plata), autor de nueve tantos y seis asistencias en 28 partidos. En sus dos años y medio anteriores en el Lobo, había marcado seis goles en 77 cotejos. A Gimnasia le será muy difícil retener a su jugador más cotizado. Entre varios interesados, uno de los últimos es River.

Nacho Fernández tiene 25 años. Cuando Pedro Troglio lo recibió, a mediados de 2012, tras un préstamo en Temperley, no lo impresionó demasiado. "Éste conmigo no va a durar mucho", pensó el entrenador en un primer momento. Consultado por LA NACION, hoy la visión de Troglio es totalmente diferente: "Cada jugador explota en un determinado momento. Nacho fue de menor a mayor, se afianzó de a poco. Al principio era un poco errático. A las condiciones naturales le agregó sacrificio, es más completo. En los partidos que no está bien igual es útil para el equipo porque ayuda. Cambió la actitud".

Troglio compara a Fernández con Franco Vázquez, el ex Belgrano que juega en Palermo. "Tiene una explosión parecida. Es temible cuando arranca con la pelota al pie, en los dos primeros pasos te saca ventaja, al marcador le cuesta seguirlo. Puede jugar de doble pivote o más adelante, en tres cuartos de campo, de frente al arco. También puede ir por la izquierda. Lo que yo le pido es que tenga movilidad, que colabore con la presión; cuando más rápido se recupere la pelota, más chance tendrá de llegar al área". Fernández hizo tantos goles como Ábila, Albertengo, Sand, uno más que Bou, Luna y Milito

Troglio se va resignando a que no lo tendrá en 2016: "Gimnasia es un club vendedor y por Nacho podrán sacar un buen dinero. Yo lo aconsejo: que se cuide, que sea responsable. Es un chico inteligente, sabe que está en su mejor momento", dijo el DT.

En la nómina de goleadores aparece Alejandro Gagliardi, con 11 para Nueva Chicago. Por más de un motivo es un caso especial el de este cordobés de 26 años. Cuatro de esas conquistas las consiguió contra Newell’s. Y la otra peculiaridad es que con Rubén Forestello –hace 48 horas se desvinculó del club de Mataderos– volvió al puesto de delantero en el que debutó en la primera de Instituto hace más de siete años. Pero entre esos extremos, el resto de su carrera (cuatro años en Instituto, Rosario Central, All Boys, Unión y un año y medio en Chicago) la desempeñó en la ubicación de volante por la derecha. Un extenso recorrido en el que cosechó 16 goles. Para los 11 del último torneo empleó menos de cuatro meses.

"En agosto, en un partido por la Copa Argentina que íbamos perdiendo por goleada contra Lanús, aproveché para ponerlo a Gagliardi como delantero. No le salió bien, pero igual confiamos en él, sabíamos que iba a rendir. Los partidos siguientes nos dieron la razón. Nos solucionó buena parte de los problemas y falta de variantes que teníamos en ataque", expresó Forestello, consultado por este diario.

El director técnico se explayó sobre el perfil futbolístico de Gagliardi: "Tiene anticipo y muy buen timming para entrar en la jugada que viene por el lado opuesto al que él avanza. Sabe atacar el espacio, tiene una buena lectura del juego. Cabecea muy bien y también sabe aguantar la pelota de espaldas al arco. Puede ir tanto por dentro como por fuera. Era un N° 8 que podía convertirse en extremo. En junio estaba para irse de Nueva Chicago, pero nosotros pedimos que se quedara, le veíamos potencial".

Más habitual es verlo a Maxi Rodríguez en el lote de los goleadores. Terminó con 10; en 2014 hizo 11 para Newell’s. Maxi es uno de esos casos fronterizos entre la función de volante y la de delantero. "Desde chiquito me gustaba atajar. Me considero un centrocampista ofensivo, pero empecé jugando de delantero. Después me dijeron que por la estatura (1,73 metros) no podía hacerlo y me fueron pasando hacia atrás. Y me quedé en el medio", contó hace varios años.

Carlos Sánchez fue vital con varios goles en los títulos internacionales de River. Ayer, Enzo Francescoli admitió cierta demora en la renovación del contrato. Y River ya lo empieza a extrañar. Gallardo sabe que no tendrá más eso que le dijo LA NACION el 27 de octubre: "Los rivales no saben cómo marcar a Sánchez, para nosotros sería una pérdida muy grande, porque es un jugador que no te da ningún tipo de referencia. Vos sabés por dónde se mueve, pero no por dónde va a llegar".

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