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Los Mac Allister y una historia de película: la familia más famosa de La Pampa, del abuelo bohemio y futbolista al nieto campeón del mundo
El primer futbolista fue el abuelo materno; la tragedia que fortaleció a Patricio y a Carlos Javier; el record de los tres hermanos y la figurita de Alexis en el Mundial
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Alexis le pegó de derecha, despacio y al ras del piso. La pelota cruzó entre dos jugadores polacos y se fue abriendo para entrar bien pegada al palo, a pesar del esfuerzo del arquero. Miró atento el recorrido y cuando la pelota entró, corrió hacia una esquina donde flameaba una bandera argentina con la leyenda: “La Pampa 20″. Se abrazó primero con Nahuel Molina, y cuando quiso alzar la mirada para buscar a su familia, una montaña de jugadores lo sepultó. Alexis no los veía, pero sabía que estaban. Muchos ahí en Qatar, otros en Santa Rosa y alguno en Malasia, pero todos representados en esa bandera y unidos por una forma de andar por la vida: jugando al fútbol.
Silvina Riela conoció a Carlos Javier Mac Allister en un cumpleaños de 15 en Santa Rosa. “Me llamó la atención porque tenía el pelo largo y colorado, y además era muy charlatán”, le cuenta Silvina a LA NACION, y agrega: “Comenzamos un noviazgo de adolescentes, pero al tiempo nos distanciamos, porque él se fue a Buenos Aires para jugar en Argentinos Juniors y yo a Bahía Blanca, donde estudié Diseño de indumentaria”.
Javier y Silvina se reencontraron en Buenos Aires, formaron una familia y tuvieron tres hijos, Francis (27), Kevin (25) y Alexis (24), que heredaron la profesión de su papá. Lo cierto es que el primer antecedente de un futbolista en la genealogía de los tres Mac Allister llegó de parte de su mamá. El abuelo materno, Carlos Riela, fue el primer jugador de fútbol en la familia. Don Pocho, así se lo conocía en La Pampa, fue un personaje polifacético; artista plástico y bandoneonista que se ganó la vida como gerente del Banco Nación, pero los fines de semana se vestía con botines y pantalones cortos. Riela fue un hábil delantero que jugó en el Club Cochicó de Victorica y en Racing de Eduardo Castex, ambos clubes pampeanos.
El tío Patricio y papá Carlos Javier
El primer futbolista del lado de los Mac Allister fue el tío Patricio (también se llama Carlos de primer nombre, pero para todos es simplemente Patricio), que a los 17 años se fue de Santa Rosa y recaló en Estudiantes de La Plata, donde jugó casi 100 partidos. “En mi familia, de chicos, tuvimos una gran desgracia. Mi viejo falleció cuando Javier tenía 8 años, yo 10 y mi hermana Marita 13. Fue un golpe terrible, mi viejo era ingeniero, empresario, un tipo espectacular, y de repente nos encontramos sin nada. Mi mamá, que era ama de casa, con 40 años tuvo que salir a trabajar y toda esa situación nos marcó. En lugar de caer en un bajón nos hizo más fuertes y luchadores, y encontramos en el fútbol una contención”, dice Patricio en diálogo con LA NACION. “Desde muy chicos, los dos arrancamos en las inferiores del Club Belgrano de Santa Rosa y a los 13 o 14 años ya jugábamos en la primera división. Eso nos ayudó a formarnos y a foguearnos porque era un juego muy duro y cuando fuimos a Buenos Aires éramos pibes, pero teníamos mentalidad de grandes”, explica Patricio, que tuvo una larga carrera como futbolista en Estudiantes, Argentinos Juniors, en México y Japón.
Carlos Javier, el papá de los Mac Allister, también se hace un tiempo para hablar con LA NACION sobre su infancia: “Con mi hermano jugábamos en el patio de mi casa a la pelota. Poníamos unos tachos de basura como arcos y pateábamos escuchando el relato de los partidos en una radio Tonomac. Nuestra ilusión era estar ahí, en una cancha de fútbol, y ese deseo fue el que nos dio la fuerza para luchar por un objetivo. Me acuerdo escuchar los relatos de Víctor Hugo del Boca del 81. En ese momento yo tenía 13 años y mi gran sueño era jugar en la Bombonera y compartir equipo con Maradona. Arranqué igual que mi hermano, en el Club Belgrano, y a los 17 años me fui a Buenos Aires, donde José Pekerman, que era el coordinador de inferiores en Argentinos me convenció y al tiempo debuté en primera. Como futbolista cumplí los sueños que tenía de chico: salí campeón con Boca y jugué con Diego en la selección argentina”.
El Club Parque y J. J. Batista
Francis, Kevin y Alexis crecieron en Buenos Aires y desde los cuatro años comenzaron a jugar al fútbol en el Club Parque. Kevin atiende a LA NACION y da más pistas sobre los primeros pasos de esta nueva generación de Mac Allister: “Con mis hermanos nos llevaban al club y pasábamos el día completo ahí. Como jugábamos los tres en categorías distintas arrancábamos temprano y nos venían a buscar a la noche. Sacábamos fiado en el buffet y cuando llegaban mis viejos pagaban la cuenta”.
Y continúa: “En Parque estaba Fernando Bocha Batista, que junto con sus hermanos siempre nos acompañaron. Cuando crecimos y comenzamos a jugar en cancha de 11 nos fuimos a J .J. Batista, que es el club que fundaron Checho, Bocha, el Chino, y que le pusieron ese nombre en homenaje a su papá, Juan José. Después, cuando Fernando comenzó a coordinar las inferiores de Argentinos Junios nos llevó con el”.
De su paso por la escuelita de los Batista, Kevin recuerda: “Una vez fuimos a jugar a Wilde contra Independiente y como no completábamos los 11, Chirola (cuñado y colaborador de Checho Batista en varios cuerpos técnicos) le dijo a Alexis, que era más chico, que jugara. Y él no quería. Para convencerlo, le ofreció un paquete de figuritas pero él no aceptaba. Chirola le subió la oferta a cinco y Alexis se volvió a negar. Finalmente arregló por 10 paquetes y jugó con nosotros”. La vueltas de la vida hicieron que Alexis se sumara a último momento al plantel de la selección argentina en Qatar, hizo un gol clave frente a Polonia, fue una de las figuras en la final y levantó la copa, pero va a tener que esperar al próximo Mundial para tener su figurita: en la edición de Panini para Qatar 2022 su imagen no estuvo incluida.
El primero en mudarse a Argentinos Juniors de la mano de Fernando Batista fue Francis mientras que Kevin y Alexis tuvieron un paso muy fugaz en las inferiores de Boca. Pero Javier y Silvina priorizaron que los tres continuaran juntos. “Nosotros tuvimos la ventaja de tener a mamá, que creció con un padre futbolista y después, se casó con un futbolista. Yo creo que mi vieja tranquilamente puede dirigir un equipo con lo que sabe de fútbol. Ella y mi viejo fueron muy importante para nosotros, por lo que son como padres, pero además con el conocimiento que tienen acerca de la vida de un jugador. Eso nos ayudó mucho y nos hizo el camino mucho más fácil”, se explaya Kevin. El del medio de los Mac Allister es un lateral aguerrido y con mucho despliegue que juega en Argentinos Juniors. En 2019, tuvo un paso fugaz por Boca, donde solo jugó dos partidos. Luego volvió a La Paternal, donde se siente como en su casa. Kevin está en pareja con la hija del Bocha Batista, una relación que amaga con perpetuar una dinastía interminable de futbolistas.
Francis es el mayor de los tres hermanos, el más extrovertido y al que le tocó viajar más. Después de su comienzo en Argentinos Juniors, donde debutó como profesional en 2016, pasó por Boca Unidos de Corrientes y Talleres de Córdoba, hasta llegar a Rosario Central, su actual equipo.
El fútbol es un elemento omnipresente en la vida de los Mac Allister, que les da y les quita. Francis reflexiona ante LA NACION respecto de algunos aspectos duros que vive un futbolista: “Cuando tenía 16 años falleció en un accidente mi abuela materna. Viajamos a Santa Rosa y yo me tuve que volver con una familia amiga casi en el medio del entierro, porque me entrenaba en Buenos Aires. Toda mi familia lo entendió y estuvo de acuerdo, pero son situaciones que te muestran cómo vive un futbolista y que te marcan”.
Histórico: tres hermanos en un mismo equipo
Francis, Kevin y Alexis protagonizaron una situación muy especial: tres hermanos que jugaron juntos un partido de fútbol oficial. Esto ocurrió el 25 de noviembre de 2017, cuando Argentinos Juniors enfrentó de visitante a San Lorenzo. Francis y Alexis, arrancaron de titulares y Kevin ingresó a los 14 minutos del segundo tiempo. “De ese día me acuerdo que nos cambiamos los tres juntos en el vestuario, nos pusieron uno al lado del otro y nos reímos mucho. Del partido recuerdo que entré en el segundo tiempo y que lo quería empatar. En ese momento no era demasiado consciente de la situación que estaba viviendo y lo que me preocupaba era el resultado pero me di cuenta de lo lindo que fue”, contó Kevin.
Después de ese partido un periodista entrevistó a Francis -que tuvo un buen desempeño- y le preguntó que sensación tenía de haber jugado con sus hermanos y el mayor de los Mac Allister. Respondió: “En este momento nada porque estoy recaliente que perdimos”.
Cuando Patricio y Javier se retiraron, fundaron un club en Santa Rosa al que llamaron Deportivo Mac Allister. La idea de los hermanos fue ayudar a los futuros jugadores profesionales en los primeros pasos de su formación, pero además, generar un espacio de contención de cientos de chicos a partir del deporte. Hoy el club cuenta con un equipo que compite en la liga de Santa Rosa y además es una cantera de donde surgieron Franco Cángele (de pasado en Boca e Independiente, hoy ya retirado) y Nicolás Capaldo (también ex Boca y actualmente en Salzburgo, de Austria).
Los primos: Luciano y Nico
Otro de los futbolistas que inició su formación en el Deportivo Mac Allister es Luciano Guaycochea, el hijo de María Alejandra, la hermana mayor de Patricio y Javier. El primo de Francis, Kevin y Alexis cuenta a LA NACION acerca de su inicio como jugador de fútbol: “Arranqué en el 98, cuando el Colo y Pato comenzaron con la escuelita en Santa Rosa; yo tenía cuatro o cinco años. En unas vacaciones de invierno, a mis doce años, fui a la casa de mis primos y estando ahí los acompaño a jugar al Club Parque. Me sumé en un partido, jugué bien y Ramón Maddoni me invitó a probarme a Boca, pero mis viejos no me dejaron porque era muy chico. Los volví locos insistiendo y un año después estaba viviendo en la pensión de Boca”.
Luciano hizo las inferiores en el Xeneize y durante esos años acompañó el crecimiento de sus primos. “Yo soy más grande que ellos, tengo tres años más que Francis, pero en la época en que estuve en Boca iba muy seguido a la casa mi madrina y mi tío, y ellos me acompañaron en un momento que fue duro, porque no es fácil estar lejos de tu familia a esa edad”, contó Luciano.
Guaycochea es un trotamundo que debutó como profesional en Turquía, luego de quedar libre en Boca a los 20 años después de una serie de lesiones. Paseó su fútbol por Venezuela, Colombia, Bolivia y estuvo un tiempo en el ascenso en Argentina. Hoy, el mediocampista juega en el Perak de Malasia y desde ahí fue donde sufrió y alentó a su primo Alexis. “En Qatar no pude estar y los primeros partidos los vi desde Buenos Aires. Después tuve que volver a Malasia porque estaba comprometido con mi club para iniciar la pretemporada. La final la vi por televisión a las 3 de la mañana, solo y extrañando a mi familia. Pensé que me iban a echar por los gritos. Fue una emoción muy grande ver a mi primo ganar una final del mundo”, comparte Luciano.
En el Club Mac Allister, junto con Luciano, se formó otro de los primos: Nicolás el hijo de Patricio. El Colito, como lo llaman en la familia, tiene la misma edad que Lucho y compartieron durante varios años el azul y rojo del club de su tío y su papá. A los 16 arrancó para Buenos Aires y recaló en Almagro, donde estuvo un tiempo y luego se fue a jugar a Ferro de Caballito. Cuando se dio cuenta de que no se cumplían sus expectativas decidió volver a Santa Rosa, donde jugó hasta que finalmente dejó el fútbol. “Durante un tiempo anduve deprimido y muy perdido, porque sentía que había dejado pasar oportunidades, pero eso me duró solo un tiempo. Surgió la posibilidad de tomar la dirección técnica de una división en el club de mi familia, y así arranque. Me entusiasmé y luego hice el curso de director técnico. Continué formándome en España y estudiando, y hoy siento que esta es mi vocación”, se entusiasma el que hoy es DT del primer equipo de Deportivo Mac Allister.
Mundial de Qatar: un sueño en familia
“La experiencia del Mundial fue increíble porque la vivimos en familia y con amigos. Yo casi no voy porque estábamos jugando instancias finales del regional amateur y si seguíamos en competencia, me tenía que quedar. Perdimos en cuartos de final y pude ir. Confieso que fue la derrota más linda de mi vida”, dice el “Colito” Mac Allister.
Los hijos de Carlos Javier Mac Allister y Silvina Riela se sienten pampeanos, aunque el único que nació allí es Alexis, y fue por una casualidad. El menor de los tres sorprendió a la familia durante las vacaciones de fin de año en Santa Rosa y nació un 24 de diciembre.
En La Pampa vive buena parte de la familia y el punto de encuentro es doña Verónica, la mamá de Pato, Javier y María Alejandra. La abuela de los Mac Allister está cerca de cumplir los 90 años y su habilidad culinaria atrae a todos sus nietos. “Cada vez que vamos a La Pampa volvemos con un kilo y medio de más por los budines, las tortas y la pasta frola de la abuela Vero”, avisa Francis.
Hoy los hermanos Mac Allister viven separados. Francis en Rosario, Kevin en Buenos Aires y Alexis en Inglaterra, pero están conectados todo el tiempo y atentos el uno del otro.
El Mundial fue un momento de encuentro. “La primera ronda estuvimos todos juntos con la familia y fue una locura, pero después del partido contra Polonia, Francis y yo nos volvimos pero nos prometimos que si llegaban a la final de alguna forma íbamos a estar”, recuerda Kevin. Los dos pidieron permiso en sus clubes y arrancaron para Qatar, donde los esperaba un grupo de casi 20 entre familiares y amigos.
Cuando Kevin recuerda el gol de su hermano a Polonia y se refiere a lo que pensó en ese instante, no duda y dice: “En ese momento se me vinieron a la cabeza las situaciones complicadas. Las lesiones, lo mal que la pasó Alexis al principio en Inglaterra, sus dudas y las ganas de volverse. Todo eso la gente no lo conoce y es la familia la que está para acompañar. Por ese motivo la alegría es incalculable porque uno sabe el esfuerzo que hay detrás de ese gol”.
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