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Los cinco datos que entusiasman a Boca para seguir consolidando el rumbo frente a lo que viene
El equipo de Diego Martínez continúa en su curva ascendente de rendimiento
- 7 minutos de lectura'
Boca volvió de Córdoba con la oxigenación que necesitaba. El triunfo por 3 a 2 ante River en Córdoba, por los cuartos de final de la Copa de la Liga, le sirvió para confirmar todas las buenas sensaciones que venía exhibiendo el ciclo del DT Diego Martínez, que sigue en una curva ascendente. Al club xeneize, la agenda más urgente le marca la visita a Fortaleza el jueves, por la Copa Sudamericana, y el cruce con Estudiantes del lunes 29, por las semifinales de la Copa de la Liga. En este contexto de optimismo, hay cinco datos que entusiasman al Mundo Boca:
Martínez, recargado
Todo ciclo necesita un impacto deportivo para consolidar una idea. Para el afuera, claro. Pero también puertas adentro. En el caso de Diego Martínez, si bien la tendencia positiva era clara, esta “final” con River significaba una verdadera bisagra para, justamente, usarla como trampolín o retroceder algunos casilleros en el camino.
La forma en que se concretó la victoria, sostenida en un buen juego asociado, actitud, garra, variantes ofensivas y una entrega y un compromiso evidentes de sus dirigidos, gratifica al DT y le da un espaldarazo grande, que terminará de darse si logra coronar.
Algo en relación a este tema decía anoche Juan Román Riquelme. “Creo que el entrenador que tenemos hizo las cosas muy bien en Tigre y en Huracán. Y los jugadores acompañan el sentido que el entrenador le quiere dar al equipo. Estamos por el buen camino, ojalá podamos jugar cada vez mejor y ojalá el entrenador pueda disfrutar también. Creo que a Diego le gusta jugar bien, lo jugadores lo están entendiendo y todo es una cuestión de confianza. El equipo se está sintiendo bien”.
El poder de fuego
Boca recuperó el poder de fuego. Lo que antes era un juego mezquino, en el que muy cada tanto derivaba en convertir en más de un gol, ahora mutó en una postura más voraz. Por ejemplo, este equipo le hizo cuatro tantos a Racing, tres a Newell’s y tres a River en las últimas semanas.
Justamente, frente al Millonario, a Boca le costaba mucho convertirle en cantidad. Hay que remontarse a diciembre de 2016 para encontrar un Superclásico en el que el Xeneize haya marcado más de dos veces (4-2 en el Monumental, la tarde en la que brilló Carlos Tevez).
Y más aún: en lo que va del siglo, Boca solo pudo convertir más de dos goles frente a River en esa ocasión y otras dos antes del 3 a 2 de este domingo, en Córdoba. Con una curiosidad: en ambos partidos fue determinante Juan Román Riquelme. El 24 de mayo de 2000, por los cuartos de final de la Copa Libertadores, primero asistió a Marcelo Delgado para el 1 a 0 y luego marcó de penal el segundo, además del épico caño a Mario Yepes y de disfrutar como un niño el Muletazo de Martín Palermo. Un año más tarde, el 10 abril de 2001, anotó un gol de cabeza (Constanzo le atajó un penal, pero no pudo evitar el gol en el rebote) y en el festejo inmortalizó el Topo Gigio.
La última vez que Boca le había metido más de dos goles a River
Más claro: en los 61 Superclásicos oficiales disputados en este siglo, Boca apenas le marcó más de dos goles a River en cuatro ocasiones. Una escasa estadística para la historia reciente y, a la vez, muchísimo mérito para el ciclo de Diego Martínez.
El equipo por delante de los nombres
Posiblemente, una de las cosas más complejas para un entrenador sea sustituir a los que son considerados irremplazables. Y ése es un ítem en el que Diego Martínez está cumpliendo. Ante River, por caso, mucho se habló de la ausencia de Cristian Medina, expulsado ante Godoy Cruz en la última fecha de la etapa regular de la Copa de la Liga. Sin embargo, y más allá de la dinámica que ofrece el chico de 22 años, el hecho de que no pudiera jugar por estar sancionado no afectó al correcto funcionamiento del mediocampo.
De otro, su reemplazante Jabes Saralegui (el niño mimado de Martínez), jugó muy bien y fue clave en el inicio de la jugada que terminó con el desborde de Advíncula y el empate de Miguel Merentiel justo antes del final del primer tiempo.
Es lógico interpretar que Romero tiene más experiencia que Brey en el arco, o que Marcos Rojo y Edinson Cavani aportan toda su jerarquía. Pero, justamente, la clave está en saber disimular esas ausencias y que el equipo se adapte a esos imponderables que siempre existen en el fútbol. Diego Martínez transita por ese camino.
La recuperación de Pol Fernández
Silencioso, Pol Fernández es uno de los castigados por el hincha de Boca. El fusible más fácil para cuestionar cuando las cosas no van bien. Sin embargo, el mediocampista tuvo un trabajo casi perfecto en suelo cordobés, en donde mostró un nivel de juego similar al que había tenido en el segundo semestre de 2020 con Miguel Russo, en donde era una pieza fundamental.
“A mí me pasa una cosa con Pol. Para mí es el jugador más inteligente del fútbol argentino. Siempre contestaré lo mismo. Para mí es, sin dudas, el jugador más importante que tenemos y ojalá podamos tenerlo acá muchos años más. Algunos jugadores son muy queridos rápidamente y otros no tanto. El hincha puede opinar lo que quiera, pero nosotros somos mejores con Pol en el campo que fuera del campo”, sentenció Riquelme.
El aura Riquelme
La noche del 7 de marzo de 2020, cuando Boca venció a Gimnasia en la Bombonera y le arrebató a River, de manera agónica, una Superliga que parecía asegurada para los de Núñez, comenzó a deslizarse un runrún que fue haciéndose vox populi. Aquello aseguraba que con el retorno de Juan Román Riquelme se habían acabado las penurias recientes contra el rival eterno.
Y así como aquella jornada se dio el resultado más complejo (que River no ganara en Tucumán y Boca pudiera pasarlo en la tabla a minutos del epílogo del torneo), todo prosiguió por esa senda. Porque después de cinco derrotas consecutivas en cruces mano a mano durante la era de Daniel Angelici, bajo la gestión Riquelme (antes vice y ahora presidente) todo cambió.
Al triunfo por penales por los cuartos de final de la Copa de la Liga 2021 le siguió otro definido de igual forma por los octavos de final de la Copa Argentina 2020. Y a ellos le continuó este disputado en suelo cordobés, ganado en los 90.
En relación a cómo cambió la tendencia, Riquelme chicaneó a los medios: “En esta semana vi que en la tele decían que Demichelis iba por su tercera victoria contra Boca. Pero nunca pusieron que Boca iba por su tercer triunfo seguido en una eliminación directa contra River. Eso no lo pusieron. Estamos felices de que por tercera vez los enfrentamos y les ganamos. Quiere decir que estamos haciendo las cosas bien. Estamos felices de haber podido hacer esto con nuestra gente en la cancha, porque las otras dos fueron en pandemia. Dijeron también que les ganábamos porque no había gente. Hoy hubo gente. Y también les ganamos”.
Si a esos tres éxitos como dirigente se le suma aquella victoria en los cuartos de final de la Libertadores 2000 (en la que anotó un gol de tiro libre en la ida y otro de penal en la vuelta), Juan Román Riquelme está 4-0 en cruces de eliminación directa frente a River.
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