Los 60 años del "Beto" Márcico: goles, 15 frases y sus mejores anécdotas

Alberto José Márcico cumple 60 años. En un contexto imprevisto, que le impide hacer una celebración como a él le gustaría. El Beto, que supo conquistar los corazones de los hinchas de Ferro, Boca, Gimnasia, el Toulouse francés y de todos los amantes del buen fútbol, deberá celebrar puertas adentro este cambio de década.

"Lo celebraré con mi pareja, con quien estamos pasando la cuarentena", le cuenta el ídolo xeneize a LA NACION. Y agrega: "Y hablaré con mis hijos y hermanos por videoconferencia. De a uno, nada de Zoom. Es de la única manera que podemos. Eso sí, cuando termine la cuarentena lo primero que voy a hacer es ir a un restaurante con toda mi familia para poder pasar momentos juntos como lo hacíamos antes de toda esta pandemia. Para hablar de nuestras cosas."

En sus 18 años de carrera profesional, Márcico jugó 643 partidos y marcó 136 goles, defendiendo las camisetas de Ferro, Toulouse (Francia), Boca y Gimnasia y Esgrima La Plata.

La colección de frases y anécdotas son tantas como sus goles y su calidad dentro del campo de juego. En esa siempre difícil tarea de seleccionar, LA NACION eligió recorrer la vida de Márcico a través de sus propios relatos (*).

• "Yo viví en muchos lados en Buenos Aires: Recoleta, Belgrano, Caballito. Pero para mí Barracas es el mejor barrio porteño. Es mi lugar, donde me crié y donde sigue viviendo toda mi familia. Cuando tengo tiempo me vengo al bar El Pensamiento, donde siempre paré."
• "Siempre fui hincha de Boca. En 1977, al desempate de la primera Libertadores, en Uruguay, fui en micro. De colado, tirado en el piso. No tenía un sope, pero antes era distinto: no tenías plata y te dejaban subir, te decían "dale, nene, pasá". Fui sin un mango, con la misma ropa, sucio, todo, y entramos a la tribuna empujando con mi amigo. Cuando volvimos, mi vieja casi me mata."
• "El Ferro de Griguol era sensacional. Todos aportaban lo suyo y salimos campeones en el Metropolitano de 1982 y el Nacional de 1984, ganándole la final a River, con una goleada en la ida. Tenía una forma de juego que hoy puede verse en equipos como Barcelona o Liverpool. Y sin embargo nos criticaban."
• "Aquel 3 a 0 del 84 en el Monumental fue uno de los mejores partidos de mi vida. Inolvidable, quería que no se termine más. El Monumental se quedó mudo. Todos los medios gráficos me pusieron 10. Bailamos al River de Alonso y Francescoli. En la revancha, íbamos 1-0 arriba, la hinchada de River quemó los tablones y se suspendió el partido."

• "En el '85 Bilardo fue muy claro y me dijo que si me iba a Europa ya no era prioridad para la Selección y me fui igual. Cuando volví de Francia, en 1992, fui convocado por (Alfio) Basile y le hice saber que mi único deseo era jugar en Boca. Obvio, no me citaron más."

• "El día que apareció la oferta de Boca, diez dirigentes de Toulouse me tiraron sobre la mesa un contrato en blanco por 10 años, de los que podían ser tres como futbolista y el resto como técnico o manager. Y yo no lo acepté, mi objetivo era jugar en Boca, no pensaba en otra cosa. Los tipos no me entendían, no me querían dejar ir. Me sancionaron. Incluso pusieron una bomba molotov en la puerta de la casa del presidente."
• "En el 92, cuando llegué a Boca, concentraba con el Colorado McAllister. Hubo un partido contra Ferro en el que hizo todo mal. Estaba destruido. Cuando volvimos al hotel, yo lo esperé con un banquito y una soga atada al techo. Cuando entró le dije: ´Colorado, subí tranquilo que yo te pateo el banquito. Peor que hoy no vas a jugar nunca en tu vida´. Unas semanas después jugamos contra River. Ganamos 1 a 0 con gol del Manteca Martínez, él rompió y de ahí en más comenzó su escalada que lo llevó hasta la selección."

• "Una vez, con Blas (Giunta) corrimos a un ladrón. Estábamos caminando por la avenida Santa Fe y escuchamos que gritan ´Ladrón, ladrón´: y salgo a correrlo. Le había afanado a un viejito. Lo corrí 150 metros y lo alcancé. Estaba rápido, recién había vuelto de Francia. ´No me entregués, no me entregués´, me rogaba. ´No te voy a entregar. Agarrá 10 mangos y tomatelas´. Y después el viejo se enojó porque le había dado guita. ´Lo importante son los documentos´, le dije".
• "Me fui mal de Boca, porque no tenía una buena relación con Bilardo. Además, no quería ser suplente de Maradona, quería jugar con él. A los 36 años necesitaba jugar."

• "Cuando llegué a Gimnasia la gente pensó 'este, con la edad que tiene, viene a robar'. Pero anduvimos bien, Íbamos punteros y yo era goleador del campeonato. Fue un amor terrible. Lamentablemente me rompi dos veces el tendón de Aquíles y no pude jugar tanto como hubiera querido. Lo quiero mucho al Lobo. Cuando hay posibilidades de que sea campeón, deseo que se concreten. Lo necesita la gente por el sentimiento que le tiene al club."
• "El papá mío es Timoteo (Griguol), pero lo que conocí con el Flaco Menotti a los 34 años me sedujo terriblemente. Lamento muchísimo no haberlo conocido antes. Aparte, Timoteo y Menotti tenían cosas muy parecidas."

• "En 2005 pregunté cómo se hacía un edificio. Y empecé de a poco a hacer construcciones. Contrataba gente que se encargara de contratar gente para laburar. Al principio me tomó tiempo tomarle la mano por los vaivenes que tiene el país. Desde 2006 hasta 2009 me fue bien. Era otro país, pero a medida que pasan los años, cada vez, se hace más difícil vender un departamento."

• "Si me das a elegir, yo en el 'pan y queso' elijo a Maradona antes que a Messi. Messi hace 10 años que es el mejor del mundo, pero en el época de Diego había seis o siete jugadores que le podían discutir ese reinado. Los tiempos de Diego fueron más competitivos, las defensas eran más duras, el fútbol era más violento. Ibas país por país y había tres o cuatro equipos con posibilidades de ganar la Champions. Hoy no es así. Ahora es Barcelona, Liverpool y un poquito el City, pero hasta ahí. La competición de antes era realmente dura y de mayor jerarquía individual.

• "Compartir un palco de la Bombonera con Rojitas y Riquelme fue una caricia al alma. Boca es un club abierto al barrio, a la gente, es pueblo. Durante la última época estuvo alejado de su esencia, había perdido identidad y si seguía la anterior dirigencia no hubiera ganado la Superliga. Con la llegada de Riquelme y otros exjugadores identificados con la camiseta, Boca recuperó el ADN que había perdido con el macrismo y fue clave para ganarle el campeonato a River. La Superliga la ganó Boca, a lo Boca, de arremetida y con huevos."
• Por último, a pedido de LA NACION, Márcico resume a sus 60 años qué es significa el fútbol para él: "Fue una parte de mi vida hermosa. Es la parte más linda y sana de este fútbol tan castigado, consecuencia de la plata que mueve, que lleva a que cualquiera entre a trabajar en el ambiente. Pero jugar a la pelota es lo más lindo qué hay."

* Testimonios extraídos de diferentes entrevistas realizadas a lo largo de toda su carrera por el diario LA NACION, la revista El Gráfico, TyC Sports, radio Rivadavia, Télam y el programa de TV Boca de Noticias

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