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Lionel Messi, entre abucheos, conflictos políticos, una molestia muscular y una gira agotadora con Inter Miami
La Pulga pidió disculpas por no haber jugado el domingo en Hong Kong
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Lionel Messi experimenta sensaciones nuevas. La Pulga está acostumbrado a ser un rockstar, a que le pidan una selfie o una firma en una camiseta, a que lo aplaudan de los cuatro puntos cardinales de un estadio, a aparecer en los carteles promocionales de un partido amistoso; es la atracción central allí donde vaya. Sin embargo, la pretemporada de Inter Miami, que tiene más en común con una gira de los Harlem Globetrotters que con partidos preparatorios para la competencia oficial, lleva al rosarino a lugares inhóspitos: jugar en un estadio con capacidad para 90 mil espectadores que está semivacío -como ocurrió en Dallas-, ser abucheado por casi 40 mil hinchas en Hong Kong porque una lesión muscular le impide jugar o ver en el banco de suplentes cómo a su equipo le hacen un gol desde atrás de mitad de la cancha y lo pulverizan por 6-0. Hitos negativos de un tour por medio mundo que dejará huella.
“Pantomima de pretemporada”, dice el diario inglés The Guardian al hablar de la gira de Inter Miami, una franquicia que busca monetizar al máximo la presencia del capitán argentino. “Go global” (”Ser global”) es el leitmotiv del viaje, que acumulará 37 mil kilómetros en el aire y que terminará con una caricia en el alma para el argentino: el jueves 15, y tras volver a Miami, el equipo de la Florida jugará con Newell’s Old Boys. Messi y Martino vs. la camiseta rojinegra, el club donde todo comenzó para ambos.
Claro que para llegar a ese encuentro, Inter Miami (léase Lionel Messi FC) deberá cumplir con su compromiso en Japón ante Vissel Kobe, el campeón de la J-League nipona y donde supo jugar Andrés Iniesta, compañero de La Pulga en el Barcelona campeón de todo. Ese amistoso, que se jugará este miércoles desde las 7 (hora de Argentina) llegará precedido de un nuevo viaje de la comitiva de cinco horas. Si bien Messi dijo sentirse mejor de su problema muscular, su presencia -para disgusto de los hinchas- no está asegurada. Algo parecido sucede con el uruguayo Luis Suárez, quien arrastra problemas crónicos de rodilla.
El “go global” de Inter Miami es un slogan para justificar sus ansias de facturación. Sacar hasta el último dólar por la presencia de Messi, un hito para la liga y el fútbol estadounidense. Tanto, que cinco de los siete partidos de la gira fueron y serán transmitidos a través del streaming oficial de la liga: MLS Season Pass, de Apple TV. Ningún otro equipo tuvo tanta atención en sus partidos de preparación en toda la historia de la competencia. En la página oficial de la MLS, por ejemplo, la cobertura de la pretemporada del equipo de Messi sobrepasa con distancia la de cualquiera de los otros equipos. Pero hay un problema: mientras Inter Miami hace negocios, sus rivales se preparan para la competencia oficial.
De dosificar las energías de sus futbolistas debería encargarse Gerardo “Tata” Martino, el entrenador argentino que ya tuvo a Messi, Jordi Alba y Sergio Busquets en Barcelona. Ahora vuelve a dirigirlos en el ocaso de sus carreras y promediando la tercera década de sus vidas. Son otros físicos, aunque con el mismo talento. El “Tata” dijo antes de embarcarse hacia El Salvador -primera escala de la gira, empate sin goles con la selección local- que todos en el el club “entendían” el costado deportivo y el negocio. Y que intentarían “conjugar ambas cosas” durante la gira por medio mundo. Hay malas noticias para Martino: perdió a Facundo Farías, el futbolista llamado a correr y amagar para generarles espacio a Suárez & Messi, para toda la temporada por una rotura de ligamentos cruzados en tierras salvadoreñas. Y tampoco tendrá a Benjamín Cremaschi, sangre argentina, documento estadounidense, en el comienzo de la temporada: una hernia deportiva lo tendrá de baja entre dos y tres meses.
Esas dos lesiones de larga duración, sumado al promedio de edad de sus cracks, hacen que la gira de pretemporada se haya transformado en un dolor de cabeza para el cuerpo técnico que encabeza el Tata. Al comienzo de la travesía, pocos se percataron de que los rivales de la liga saudita estaban en plena competencia. Los dos primeros partidos sirvieron para calentar motores ante equipos similares: Inter Miami no pudo hacerle un gol a El Salvador (ocupa el puesto 78 en el ranking FIFA) y perdió contra Dallas (1-0), una franquicia que también se preparaba para la temporada. En los encuentros siguientes se vio el verdadero nivel de las Garzas de la Florida: recuperaron la memoria ante Al-Hilal (los goles de Messi y Suárez no alcanzaron para evitar la derrota por 4-3) y sufrieron una afrenta frente a Al-Nassr, el equipo de Cristiano Ronaldo, ausente con aviso. Fue 6-0 y no alcanzó ni el cameo de Messi sobre el final para salvar el honor.
Ese amistoso ante Al-Nassr había sido promocionado como “The Last Dance” (”El último baile”, en inglés). No hubo Messi vs. CR7 y probablemente ya no haya más. Para muchos, se trató de publicidad engañosa: “El Last Dance es un desastre”, tituló el diario español Marca. El atractivo del choque de titanes hizo que los tickets para el encuentro volaran: US$ 10 millones de facturación aproximada. La localidad más cara costaba 100 dólares. ¿La más cara? US$ 11.214.
Lo que siguió para Inter Miami fue aún peor. Messi ya arrastraba una molestia en el aductor. Había aparecido contra Al-Hilal y una resonancia mostró un edema. Suficiente para que su presencia en la siguiente escala de la desgastante gira estuviera en duda. El rosarino compareció ante miles de fanáticos que ¡pagaron! para verlo entrenarse el sábado con la camiseta rosa en el principal estadio de Hong Kong. ¿Los precios? Entre 74 y 100 dólares. Nadie se atrevía a confirmar su presencia en el encuentro ante un combinado local del día siguiente. La cancha estuvo repleta de decepcionados. Primero, cuando anunciaron la formación inicial y el rosarino estaba en el banco de suplentes. Luego, cuando la Pulga ni siquiera tocó una pelota. Tampoco habló. Su presencia fue testimonial.
Hubo carteles con la leyenda “refund” (”reembolso”, en inglés), abucheos para el ídolo y un reclamo oficial del gobierno de Hong Kong, que había subsidiado parte del evento con un aporte cercano a los US$ 2 millones. Otro terreno virgen para Messi: apenas Marruecos, en 2019, había protestado por una ausencia suya. Después de todo, los futbolistas son atletas y pueden lastimarse. La lesión, de hecho, era una de las posibles causas de no presentación de la Pulga estipuladas en el contrato. ¿La otra? “Cuestiones de seguridad”.
“La más grande decepción de todos los tiempos”, tituló el diario South China Morning Post, sin eufemismos. Messi pidió disculpas. “La verdad es que fue mala suerte que no pude estar en el partido de Hong Kong. Lamentablemente son cosas del fútbol, en cualquier partido puede pasar que no podemos jugar. Siempre quiero participar, quiero jugar, sobre todo en estos partidos que viajamos tan lejos y la gente quiere ver los partidos nuestros. Ojalá podamos volver y podamos jugar un partido en Hong Kong”, comentó el capitán argentino este martes, en la conferencia de prensa previa al partido en Tokio con Vissel Kobe.
La Pulga dejó frases que no van a gustar en las oficinas de su club. Ante la “gira global”, el jugador franquicia de la MLS habló de cansancio: “Yo estoy contento de estar otra vez acá en Japón. No es la primera vez que me toca venir: ya tuve la oportunidad en otros momentos. Y cansado, un poco, también, de toda esta gira que llevamos y con ganas de jugar el último partido antes de regresar a casa”. El capitán argentino agregó: ”Venimos haciendo una gira de muchos partidos seguidos, mucho viaje, mucho cambio de horario y bueno, intentaremos prepararnos de la mejor manera para afrontar este partido”. La gira, está claro, aportó resultados deportivos decepcionantes. Y está por verse si Inter Miami consiguió convertirse en una marca global, como pretendía. En Hong Kong, por ejemplo, no quieren saber más nada con el color rosa de sus camisetas.
El contraste de las pretemporadas: 2022 vs. 2024
Muy de reojo, Lionel Scaloni, entrenador de la selección argentina, observa la pretemporada de su tocayo, el futbolista insignia del equipo albiceleste. Esta preparación debería parecerse a la de 2022, cuando el rosarino vestía la camiseta de PSG, de Francia: en el horizonte estaba el Mundial de Qatar, que se disputaría cinco meses más tarde. Casi como la Copa América de este año, cuyo comienzo está previsto para el 20 de junio.
A exigencias similares, los trabajos preparatorios deberían ser parecidos. Pero no. Un dato: en julio de 2022 la Pulga tenía una semana extra de vacaciones por haber jugado con Argentina en la doble fecha de junio (3-0 en la Finalissima ante Italia en Wembley y 5-0 ante Estonia en Pamplona, con cinco goles suyos). Sin embargo, el rosarino no usó esa licencia extra y se reintegró antes a la concentración junto a sus compañeros. Ayudó que PSG confirmó entonces a Christophe Galtier como entrenador, en reemplazo del argentino Mauricio Pochettino.
¡ARRANCÓ LEO! Messi ya se entrena en el PSG, en el comienzo de la temporada 2022/23. pic.twitter.com/0GngwjLZSx
— SportsCenter (@SC_ESPN) July 5, 2022
La llegada de Galtier fue una revolución: tenía a Messi, el brasileño Neymar y el francés Kylian Mbappé a disposición. Los tres, sanos; los tres, con la mira en el Mundial. La pretemporada también incluyó tres partidos en Japón en cinco días. Pero aquel Messi era año y medio más joven y tenía la motivación de su vida a la vuelta de la esquina. El equipo parisino llegó al primer partido oficial con la mejor energía. Y pasó por encima de Nantes, su rival: fue 4-0, con goles de Messi, Neymar (dos) y Sergio Ramos. El equipo estaba listo.
En 2024, en cambio, Inter Miami está en formación. Y Messi no tiene a su lado a las mejores versiones de Neymar o Mbappé: delante suyo juega un 9 que conoce de memoria, pero que acaba de llegar y acaba de cumplir 37 años. Puede que Luis Suárez no pierda la puntería, pero su cuerpo, como el del rosarino, también se abolla. Para algunos, la MLS es una liga prejubilatoria: el paso previo al retiro. Sin embargo, exige que los futbolistas sean verdaderos atletas. Si Inter Miami llega a las finales en las cuatro competencias -incluida la Concachampions, que puede depositarlo en el Mundial de Clubes- podría llegar a jugar ¡66 partidos! entre febrero y diciembre.
Messi supo lo que se venía antes que nadie. Su último partido oficial, por los puntos, sigue siendo la victoria 1-0 contra Brasil en el Maracaná, disputado el 21 de noviembre de 2023. No tendrá hasta ahora la mejor pretemporada de su vida, pero sí pudo disfrutar de unas vacaciones XL: casi dos meses (53 días) sin trabajar de futbolista. El plantel regresó el 13 de enero y apenas tuvo cinco días en Fort Lauderdale, a 40 kilómetros de Miami, para entrenarse a las órdenes del Tata Martino. Julian Gressel, mediocampista derecho, se incorporó entonces a las prácticas. Y debutó en El Salvador, con un puñado de entrenamientos encima. La nueva normalidad de Inter Miami.
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