Lionel Messi en Paris Saint-Germain: deja el traje de goleador serial y mantiene el de eximio asistente

Todo va en dirección a que la Ligue 1, de Francia, no verá al Lionel Messi que fue el señor gol en la liga de España. Seguramente este año el rosarino no sumará otro Botín de Oro a su cuantiosa colección de trofeos personales. Sus últimas 13 temporadas en Barcelona tuvieron un piso de 23 tantos en 2009, con la cifra estratosférica de 50 en el curso 2011/12, y un promedio de 34 en el período 2008/2021. Una eficacia apabullante, sustento para la obtención de varios títulos.

Paris Saint-Germain no tiene la versión de goleador serial que solía encarnar Messi. En 16 partidos anotó de Ligue 1 dos tantos. Pero sí empieza a valorar su contribución como asistente, el socio que lee e interpreta los desmarques de Kylian Mbappé, punto final de la mayoría de los ataques de un equipo que con el 3-1 a Saint-Étienne en el Parque de los Príncipes sigue su marcha al título. Al cabo de 26 fechas les sacó 16 puntos de ventaja a Niza y Olympique de Marsella (con un partido menos).

Messi hizo dos pases-gol a Mbappé, que con el doblete acumula 14 tantos e igualó la línea de Ben Yedder (Monaco). Leo suma 10 asistencias en el torneo; seis fueron este año, cifra que lo pone en el primer lugar en el rubro entre las cinco grandes ligas de Europa.

Pocos minutos antes de finalizar el partido, cuando habían sido reemplazados Mbappé y Neymar, y Leo era el principal referente ofensivo, en el Parque de los Príncipes se entonó “Meeeeesi, Meeeeesi...”, en reconocimiento al buen rendimiento del argentino. Su producción fue de menor a mayor. Al 30 le costó entrar en el partido, sobre todo mientras Nantes fue duro y aplicado en la marca, y el arquero Paul Bernardoni apuntaba como para ser figura.

A medida que Messi elevó el nivel y estableció sintonía con Mbappé, PSG fue el equipo temible que se desprende de sus individualidades. Siempre riguroso en la calificación a Messi, al que aplazó en alguna ocasión, esta vez el diario L’Equipe lo puntuó con un 7, mientras eligió como figura a Mbappé, con un 9. Con los dos tantos ante Saint-Étienne, Mbappé suma 156 por competencias oficiales en PSG y equiparó a Zlatan Ibrahimovic, segundo entre los máximos anotadores del club francés. El récord es del uruguayo Edinson Cavani, con 200.

Lo más destacado de PSG 3 vs. Saint-Étienne 1

Recuperado Neymar desde hace un par de semanas, Mauricio Pochettino volvió a apostar por el tridente con Messi y Mbappé, una fórmula que no le dio resultado en la fecha anterior, con la derrota por 3 a 1 frente a Nantes. La conformación de esta delantera relega a Ángel Di María al banco.

El tridente también condiciona la presión al rival cuando éste recupera la pelota y sale en contraataque. La estructura tiende a partirse entre la ofensiva y la contención, con lo cual PSG sufre con las veloces transiciones del adversario de turno.

Este sábado se vio en desventaja a los 16 minutos, aunque no se debió a los espacios que deja descubiertos, sino a un descuido del volante Danilo. El portugués quiso girar con la pelota dominada y la perdió ante Denis Bouanga, un rayo para encarar y definir con un remate cruzado, fuera del alcance de Gianluigi Donnarumma.

El córner de Di María que por poco no fue gol olímpico

Paris Saint-Germain empezó a atacar con más insistencia que claridad. La lucidez fue puesta por Messi, ubicado en la posición de Nº 8, con un pase entre el zaguero central izquierdo y el lateral de ese sector para un desmarque en diagonal de Mbappé, cuyo remate venció las manos del arquero.

Pochettino reforzó la apuesta ofensiva en la segunda etapa con el ingreso de Ángel Di María por el lateral Thilo Kehrer. Fideo nunca deja de mostrarse y sus cambios de ritmo son un martirio para la defensa rival. Estuvo cerca del gol con un emboquillada que el arquero le adivinó con un manotazo y con un córner que dio en la base de un poste.

Además de su faceta pensante, Messi desempolvó al que se sacudía marcadores con su gambeta y sus quiebres de cintura. Esta vez desairó a dos adversarios con enganches hacia afuera y hacia adentro, para quedar de frente al área y soltar un pase sutil que tenía como destinatario a Di María, anticipado por un voraz Mbappé. La función del delantero francés que tan inquietos tiene a los dirigentes porque no renueva el contrato se completó con una exquisita asistencia con el empeine derecho para un cabezazo de Danilo en el 3-1.

Con un tiro libre que le atajaron y otro que salió desviado, Messi pudo anotarse en el marcador. En camino a los 35 años, el gol ya no es de su exclusiva autoría, aunque sí lo mantiene como un avezado mentor.

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