Lionel Messi en Barcelona: del burofax y los récords al anuncio de la salida, el último año convulsionado del 10

No fue un año más en la vida de Lionel Messi. Desde el burofax que envió hace poco menos de 12 meses exigiendo la libertad de acción en Barcelona, el 25 de agosto de 2020, a este anuncio de la institución blaugrana notificando que el 10 argentino se va. En el medio, un sin fin de situaciones, desde polémicas y vivencias que, por primera vez en mucho tiempo, lo tenían a Messi mucho más feliz en la selección argentina que en el club de toda la vida. Incluso más allá de los récords que batió de Xavi Hernández y Pelé. Hasta la paradoja: este contexto se da con un Messi campeón en la Copa América de Brasil y justo en la única temporada que no pudo ganar ningún título con Barcelona.

Aquel enojo: el envío del burofax

El 25 de agosto de 2020, Lionel Messi sorprendió al mundo del deporte con su decisión de irse libre de Barcelona a raíz de las diferencias que tenía con la dirigencia que por aquel entonces encabezaba Josep Maria Bartomeu. Ese día envió el burofax a las oficinas del club. Dijo luego que fue una forma de “hacerse escuchar”, que los dirigentes no le atendían el teléfono y que él venía reclamando una vía de diálogo desde hace tiempo.

Messi estaba convencido de que tenía derecho a rescindir su vínculo de manera unilateral, a pesar de que el acuerdo indicaba que el 10 de junio había vencido el límite para que el futbolista tomara esa determinación. Los abogados entraron en escena. La pandemia alteró los planes de todos, porque las suspensiones postergaron el calendario futbolístico, pero no los contractuales.

Así las cosas, con amenazas de juicio de un lado y del otro, Barcelona se ató a su herramienta legal y la única posibilidad que le quedaba a Messi de irse del club sin litigios que se extendieran en el tiempo era pagar una cláusula de 700 millones de euros. Ni el jugador ni ningún club del mundo (por más interesado que esté en el delantero) iba a abonar semejante cifra.

La renuncia de Bartomeu

En Octubre de 2020, se dio la primera situación que hizo pensar que la historia de Messi en Barcelona no estaba terminada. La renuncia de Josep Maria Bartomeu como presidente de Barcelona hubiera pasado inadvertida en la Argentina de no haber sido él quien estuvo a punto de quedar en la historia como el hombre que “dejó ir” a Messi. Hacía un par de meses antes de la renuncia, dirigente y futbolista sostuvieron una contienda legal y mediática que, a regañadientes, terminó con el argentino aceptando quedarse a cumplir su contrato con el club catalán pese a que la relación parecía acabada.

Con el impacto emocional aún a cuestas y con un entrenador como Ronald Koeman, rígido y distante de la convivencia con la que Messi suele sentirse más a gusto, daba la impresión de que trataría otra vez de forzar una salida en enero. Ahí se dio un nuevo disparador, ¿cambiará la situación? Otra vez dependería de múltiples factores.

Los próximos 60 días iban a ser decisivos para el futuro de Messi en Barcelona, pero luego todo se extendió mucho más: el contrato con el club catalán de Messi venció en junio de 2021. Y recién ahora el club anunció una decisión.

Messi fue a votar y ganó Laporta

El 7 de marzo de 2021, otro paso para la continuidad de Messi. Con el 10 argentino presentándose a votar (algo que llamó la atención porque nunca antes lo había hecho) y el triunfo de Joan Laporta en las alecciones todo hacía pensar que era un guiño para la continuidad. Laporta ganó ampliamente las elecciones con el 54,28 por ciento de los votos (30.184) y se convirtió en el nuevo presidente. Se impuso a Víctor Font, que cosechó el 29,99 por ciento (16.679), y a Toni Freixa, con el 8,58 (4769).

Messi sorprendió a todos cuando a las 11.41, de la mano de Thiago, su hijo mayor, apareció en el Camp Nou para dejar su sufragio en la urna. Fue la primera vez en 20 años que participó en un acto eleccionario.

“Ver cómo Messi vino a votar con su hijo es una muestra de lo que hemos venido diciendo: Leo ama al Barça. Y ojalá eso sirva para que siga en el club, que es lo que queremos todos”, dijo ese día Laporta. Todos vieron la continuidad del argentino más factible bajo el mando de quien ya había sido presidente entre 2003-2010, período en el que Messi debutó en la primera división y obtuvo 12 (incluidas dos Champions League) de los 34 títulos que conquistó con la camiseta azulgrana. También en esa etapa había levantado los primeros dos balones de Oro de los seis que tiene en sus vitrinas.

Más récords, pero un futuro sin definir

Mientras Messi se mantenía en silencio con respecto a su futuro, el 21 de marzo de 2021 batió un récord de su amigo Xavi Hernández: se convirtió en el futbolista con más presencias en Barcelona, con los 768 partidos –uno más que Xavi- que alcanzó en el festival del 6-1 a Real Sociedad. No fue la única marca que consiguió: Desde hace tiempo, la carrera de Messi se mide en muchas cifras, casi todas inalcanzables, para la posteridad. Con los dos goles a Real Sociedad alcanzó los 700 en Barcelona, entre oficiales (663) y amistosos (37). Para poner en perspectiva estos números, basta con recordar que hace varios años que Messi superó a quien era el goleador histórico del club, César, con 230.

Ya el 19 de diciembre de 2020, el rosarino había batido la marca de un gran tótem de la historia del fútbol mundial: Pelé. La última plusmarca que hizo suya tenía una vigencia de 46 años, desde que en 1974 Pelé cerró una gloriosa carrera de 19 temporadas en Santos con 643 goles oficiales –en 757 partidos-, la mayor cantidad lograda por un jugador en un solo club. Luego su carrera siguió en el Cosmos de Nueva York.

Desde que el 1° mayo de 2005 convirtió su primer tanto oficial para Barcelona con una emboquillada sobre el arquero Valbuena (Albacete), Messi emprendió una misión tan metódica y rutinaria como rutilante: una progresión goleadora que más de 15 años después lo pone (a la misma altura/un peldaño por arriba de Pelé. Con el gol/goles a Valencia, al que ya le había anotado 28 en 16 cotejos anteriores, estableció el contador personal en 643 festejos en 748 encuentros. Y después siguió convirtiendo, claro.

La espina con la selección

El 11 de julio de 2021, la Argentina fue campeón luego de 28 años y Messi conquistó su primer título con la selección mayor. El 10 estaba feliz, se había sacado una mochila pesada. Fue determinante en el equipo de Lionel Scaloni y se dio el gusto de vencer en la final nada menos que a Brasil. Fue, sin dudas, el gran logro de Messi en el año. Y su rostro lo decía todo.

Del optimismo de Laporta a...

El 15 de julio pasado, el presidente del Barcelona, Joan Laporta, le había pedido “paciencia” a los aficionados culés al ser preguntado por la renovación de Leo Messi y recordó que se trata de un mercado de fichajes “especial” que además requiere “habilidad y algunos juegos malabares” para poder confeccionar la plantilla por el límite salarial. “Se está trabajando bien desde el club. Los profesionales están haciendo bien su trabajo”, dijo Laporta durante el pregón de la fiesta mayor de S’Agaró (Girona), donde fue presentado como “el hombre que conseguirá que el mejor jugador del mundo siga en el Barça”.

“Estamos muy satisfechos de cómo está progresando todo, pero ya saben que es un mercado especial que requiere paciencia, habilidad y algunos juegos malabares, pero creo que a medida que vaya avanzando el verano podremos dar buenas noticias”, había dicho Laporta hace apenas 20 días.

Muchos afirman que esta jugada de Barcelona puede ser una forma de presionar a LaLiga de España para que apruebe contratos y ceda desde lo contractual/legal para aprobar el plan destinado al financiamiento del club catalán y así retener a Messi. Se verá, pero (por lo pronto) lo único oficial fue el comunicado de este jueves en el cual el club lo despidió y le dijo “gracias por todo”.

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