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Leonel Pipa Gancedo: se crio al lado de Diego Maradona y fue multicampeón con River, pero no avala al fútbol argentino: “Hay mucha corrupción”
A los 52 años dirige a Unión Deportiva Lanzarote, la quinta categoría del fútbol español; la anécdota con Roberto Carlos cuando jugaba para Osasuna
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Leonel Pipa Gancedo (52 años), es un personaje con infinitas facetas. Creció al lado de Diego Maradona, fue multicampeón con River, ídolo en Osasuna, jugó en el ascenso, paseó su fútbol por Colombia y Puerto Rico, se retiró a los 47 años cómo jugador y técnico en Andorra, al lado de uno de sus hijos. Hoy es entrenador de un modesto club en España. Las mil caras de un personaje que le dio un giro a su vida y afirma: “A Jesus lo vivo las 24 horas, los 365 días del año y siempre presente en mi corazón”.
Gancedo cree que el fútbol argentino no es el lugar para ejercer su profesión y se siente fuera porque considera que el dinero y los intereses individuales están por encima de los clubes: “Hay mucha corrupción, negociados y manejos oscuros. Me siento muy lejos de esas formas que hoy tiene el fútbol en nuestro país”.
“Amo el fútbol y no me frena el lugar o la categoría donde pueda trabajar, si creo que se trata de un proyecto honesto”, cuenta Leonel Gancedo a LA NACION, que hoy es entrenador de Unión Deportiva Lanzarote, un club que participa en la Tercera Federación, la quinta categoría de España.
“A mí me motiva el fútbol y soy un enamorado de lo que hago. No me gusta decir que trabajo en el fútbol. Para mí esto es un juego donde nunca viví la presión. ¿De que presión me hablan, de la presión arterial?”, afirma Gancedo. “Cuando uno ama lo que hace, nunca trabaja. En cada club donde estuve me divertí, siempre disfruté jugando, y ahora dirigiendo”, explica Pipa, que desde julio está abocado a la preparación del conjunto de la isla de Lanzarote para la participación en el torneo que se iniciará en septiembre, y que cuenta con la presencia de seis argentinos en el plantel.
El equipo de Lanzarote se convirtió en noticia a partir de una imagen del jugador de Boca, Sebastián Villa vistiendo la camiseta roja del conjunto canario. “Somos un club amateur y tengo buena onda con los representantes del jugador. Vino por el fin de semana a la isla y le ofrecimos moverse un poco con el equipo”, dijo al respecto Gancedo y agregó, “No apruebo las malas acciones, pero tampoco estoy para juzgar. El que esté libre de pecado, que arroje la primera piedra”.
Argentinos Juniors y el recuerdo de Diego
Leonel Gancedo es el producto de la inagotable cantera de Argentinos Juniors, aunque se inició jugando al baby fútbol y pasó por Ateneo Popular de Versalles, el Club Parque y en Gimnasia de Vélez Sarsfield, junto con su hermano Gabriel, que es dos años mayor. “Estábamos horas jugando a la pelota y cuando llovía sufría porque las canchas era abiertas y no podía entrenar, el fútbol era mi vida”, afirma Pipa.
A los siete años se sumó al fútbol infantil de Argentinos Juniors y vivió un periodo de esplendor del conjunto de La Paternal porque creció en un ambito dónde brillaba la figura de Diego Maradona. “Nos criamos junto a Diego y a su familia, con Dani López, con el Turco que era categoría 69 y jugaba con mi hermano”, explica Leonel. “Diego fue un referente y el que nos inspiró a ser futbolistas”.
Gancedo despliega un repertorio de elogios y recuerdos cuando se refiere a Diego Maradona: “El apodo de Pipa me lo puso él cuando tenía ocho años porque ya de pibe tenía este perfil. El nos regaló el primer par de botines Puma a mi hermano y a mí”.
El ex jugador tiene una gran cicatriz en la palma de su mano derecha producto de un corte con una botella de vidrio que explica así: “En el 82 le organizamos una despedida a la familia de Diego porque se iban todos a Barcelona. Fue con un grupo grande de amigos en el Club Allende, en Devoto. En medio del festejo, yo le quité una botella a un amigo, salí corriendo, me resbalé y me lastimé. Se suspendió la fiesta y terminé operado porque me corté los tendones de la mano”.
Las vueltas olímpicas con River y el legado en Osasuna
En 1996 Leonel fue transferido a River donde jugó hasta el 2000, fue figura y se consagró campeón en los torneos Clausura y Apertura, Supercopa Sudamericana y la Copa Libertadores (7 títulos en total) en uno de los periodos más exitosos del club de Núñez, lo que lo ubica en un sitio destacado en el recuerdo de los hinchas millonarios.
A punto de cumplir los 30 años, en plena madurez futbolística, Europa le abrió sus puertas y se mudó a Pamplona a jugar en Osasuna. “Fue un amor a primera vista. En ese tiempo salvar la categoría era salir campeones y la mantuvimos tres años seguidos. Tengo un gran orgullo por lo que logramos en Osasuna, y la sensación de haber dejado un legado porque logramos cambiar la mentalidad de un equipo que iba a jugar de visitante con la intención de empatar o perder por poco. Le ganamos a Barcelona en el Camp Nou, algo histórico”, cuenta Gancedo acerca de su paso por el conjunto navarro.
Leonel relata una anécdota acerca de un encuentro durante un viaje a Turquía en el que la Reserva de River, dirigida por Gustavo Zapata, disputó un torneo donde se enfrentaron a Galatasaray y Besiktas, y en el que él acompañó a la delegación: “Estábamos caminando con mi hijo Santiago cuando se me acerca gritando desde lejos Roberto Carlos que jugaba en Fenerbahçe, me da un abrazo y le dice a mi pibe: cuando tu viejo jugaba en Osasuna nos daba miedo ir a El Sadar en Pamplona (refiriéndose al equipo de los Galácticos de Real Madrid)”. Gancedo remata la anécdota y afirma que el afecto de los jugadores, tanto compañeros como rivales, lo llena de orgullo porque siente que es la confirmación de su integridad y de la manera que se comportó en el mundo del fútbol. “Los mayores reconocimientos los tuve de parte de compañeros y colegas”, dice Pipa.
Los años que Gancedo estuvo en España generaron un vínculo que se extendió en el tiempo y que dividió a su familia entre la Argentina y la Península Ibérica. “Mi hermano Gabriel, que en la Argentina jugó en Argentinos Juniors y en clubes del ascenso, se vino a Pamplona conmigo y también se dedicó al fútbol. Al tiempo de estar en España comenzó a arbitrar y lo convirtió en su profesión. Hoy es supervisor y coordinador de árbitros, y se estableció definitivamente”, cuenta Gancedo. “Mi hijo Tomás juega al fútbol en la Tercera Federaciónde de Navarra, y también vive en Pamplona”.
El resto de los hijos de Pipa Gancedo también dedican parte de su vida al fútbol copiando el camino que recorrió su padre. Nicolás es periodista deportivo, Santiago es juez de línea en las categorías de ascenso de AFA, y el más chico Benjamín, es futbolista. “Santiago vivió un año en Pamplona y fue a jugar al fútbol pero al poco tiempo decantó por el arbitraje motivado por mi hermano. Cuando volvió a Argentina se dedicó de lleno a esa profesión”.
En una entrevista televisiva, el juez de línea Santiago Gancedo dijo de su padre: “El amor por el fútbol lo heredamos de mi viejo. Me acuerdo cuando estábamos en Pamplona y se levantaba una hora antes, tomaba unos mates y se iba trotando al entrenamiento. Aunque yo era chico, de esa imagen yo no me olvido más”.
El recorrido futbolístico de Leonel Gancedo no se agotó en Osasuna. Su siguiente parada fue en el otro extremo de España, en Real Murcia. Luego retornó a Argentina dónde jugó en Huracán de Tres Arroyos, América de Cali, en Colombia, y finalmente tuvo un breve paso por Deportivo Morón.
River Plate... de Puerto Rico
En 2008 fue parte de un proyecto pintoresco que lo llevó a ser entrenador y jugador en River Plate de Puerto Rico a los 38 años. El River argentino conformó una franquicia con un empresario boricua, con la intención de internacionalizar al club y Gancedo fue una pieza clave en el emprendimiento. Al punto tal que con Pipa, en el doble rol de jugador y técnico, ganaron el campeonato portorriqueño y Gancedo volvió a sumar un título con la camiseta de la banda roja. “Fui sin arrogancia, con toda la energía posible y sin ningún complejo. Con la intención de formar un equipo sumando a la gente local y salimos campeones de la Premier League de Puerto Rico”.
Pipa pospuso su retiro cómo jugador de fútbol y lo estiró todo lo posible. En 2013 tuvo un breve paso por el torneo Argentino C jugando para Independiente de Monte y en 2017 jugó para Ángeles Unidos Fútbol Club, un equipo del que es fundador y presidente, que compitió en la liga lujanense. El club fue la continuidad de un proyecto que incluye un merendero ubicado en la localidad de Merlo, que Gancedo y su familia sostienen como parte de una iniciativa solidaria. “Jugar para Ángeles Unidos fue hermoso aunque no lo pudimos mantener por falta de apoyo económico. Cuando me dicen ex futbolista yo digo ‘no’. Nada de ex, voy a ser futbolista toda mi vida. Esto me dio felicidad y nunca lo voy a dejar”, afirma Gancedo.
El último paso de Pipa como jugador volvió estar teñido de exotismo. En 2018 retornó a Europa y cerró su carrera como futbolista en FC Encamp de Andorra donde disputó tres partidos y nuevamente ejerció el doble rol de entrenador y jugador. “A los 47 años me di el gusto de compartir una cancha de fútbol y jugar con mi hijo Tomás”, cuenta Leonel orgulloso.
Cuando Gancedo eligió el camino de entrenador optó por formarse en España. “Con el fútbol me ocurrió como en la vida. Me gusta expresarme con fundamento y para eso es necesario capacitarse. Por eso hice el curso de entrenador UEFA A”, explica Gancedo y cuenta una anécdota que grafica su manera de entender el fútbol.
“En la clase de táctica, el profesor nos pedía que, en un tablero, neutralizáramos un sistema rival moviendo unas fichitas. Cada vez que alguien proponía algo, él replicaba moviendo las fichas como si bloqueara nuestros movimientos. Entonces le dije: ‘’Mañana en la práctica hagamos esto mismo pero yo elijo los jugadores de mi equipo’'. Al día siguiente armé un equipo con los mejores jugadores, le metimos diez goles y ellos no nos hicieron ni uno. La táctica es muy linda, pero los nombres propios están por arriba de eso” sentencia el entrenador de Unión Deportiva Lanzarote.
A pesar de haber sido un jugador prestigioso con un recorrido exitoso en de nuestro país Leonel Gancedo se manifiesta alejado y sin interés por ser parte del fútbol argentino: “Yo en la vida ando por la vereda de la verdad, porque nos hace libres y quiero estar lo más lejos posible de la corrupción. Me siento muy lejos de esas formas que hoy tiene el fútbol en la Argentina”, afirma.
Gancedo se muestra desencantado con la manera en que los clubes son administrados, con los modelos de formación en divisiones inferiores y por lo manejos, desde su perspectiva, poco honestos. “Los clubes están metidos en manejos oscuros y llenos de negociados. Yo vivo lo más lejos posible de eso. Prefiero las cosas de una manera diferente, estoy del lado de la verdad y todo eso me aleja de Argentina”.
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