Leonardo Ulloa: “Leicester campeón es como si en la Argentina lo fuera Temperley”

Desde hoy, Leonardo Ulloa ya está de vacaciones, pero el curso escolar de su hija mayor (Sofía, de 9 años) lo retendrá por un tiempo más en Inglaterra hasta viajar a su General Roca natal para visitar a sus afectos familiares. Hace dos semanas que Leicester, con dos fechas de anticipación, obtuvo por primera vez en sus 132 años de historia la Premier League que nadie sospechaba que podía ganar. Catorce días después se sigue hablando de la mayor sorpresa de las ligas europeas. Un batacazo al que el delantero de 29 años contribuyó con seis goles, todos útiles para conseguir puntos. Horas antes del empate 1-1 frente a Chelsea en Stamford Bridge que cerró la temporada, Ulloa atendió telefónicamente a La Nacion.

–¿Sos de apostar, te gusta el casino?

–No, he ido un par de veces, conozco, pero no es para decir que me gusta jugar.

–Nunca se te hubiese ocurrido apostar por Leicester a principios de temporada, cuando pagaban 5000 a 1 por el título.

–No... ja. Y más viendo lo que había hecho Leicester en la temporada anterior. Lo que conseguimos fue impensado, no hubiera apostado. Si me das a elegir, me guardaba la plata.

–El alcalde de Leicester tiene que cumplir la promesa de que cada jugador del plantel le dará un nombre a una calle de la ciudad. Dijo que las figuras tendrán una avenida. ¿Vos para qué estás, qué calle de la ciudad te gustaría?

–No escuché la promesa del alcalde, sólo la leí en los diarios. Vamos a ver, por ahí nos da una calle en un barrio donde no quiere vivir nadie... No…, no sé si será para todo el plantel. Para cualquiera de nosotros sería un orgullo. ¡Te imaginás lo que sería Ulloa Road!

–De todos los festejos y reconocimientos en estas casi dos semanas, ¿qué fue lo que más te sorprendió?

–La trascendencia a nivel mundial, que en tantos países estuvieran pendientes del equipo, que tanta gente simpatizara por nosotros. Muchos querían que fuéramos campeones, incluso hinchas de otros equipos ingleses. Es lo que más me sorprendió, no esperaba tanta repercusión internacional.

–Viviste dos tipos de alegría: la de salvarse del descenso cuando estaban muy complicados, en la temporada anterior, y la de ser campeón. Contame cuál es la diferencia.

–Salvarnos del descenso fue bastante estresante. Este año disfrutamos mucho más, ésa es la diferencia. No jugar con el agua al cuello es un alivio. Este año la pasamos mucho mejor.

–Vos venías de ser titular y fuiste el goleador en la campaña que se salvaron del descenso. Cuando en esta arrancaste de suplente, ¿en algún momento te preguntaste "para qué me quedé"?

–No, no, nunca pensaba para qué me quede. Sí hubo momentos en los que me costó asimilar el nuevo rol, que iba a arrancar desde el banco. Es duro cuando dejás de ser titular siendo el goleador del equipo. Encima, en las primeras fechas no tuve muchos minutos, pero me adapté, digerí la situación por la que estaba pasando. Trabajé de la mejor manera para cuando me necesitara el técnico.

–En cuanto a estilo de juego, ¿Leicester es una especie de Atlético de Madrid, con menos jerarquía individual?

–Pueder ser, sí. Tiene una filosofía parecida a la del Atlético. En Leicester tenemos mucho carácter para trabajar y luchar, nos defendemos juntos.

–¿Cuál es el mensaje que deja el título de ustedes en la Liga más rica del mundo?

–Que prevaleció el juego, no la economía. Eso fue lo más significativo. Los equipos con más nombres y dinero son los que pelean por el título. Pasá acá, en España, en Francia, en un montón de lados. Demostramos que más allá de la economía se puede armar un equipo competitivo, pelear y volver a creer en el fútbol en sí.

–¿Quién fue el primero que dijo "estamos para ser campeones"? ¿Ranieri o algún líder del plantel?

–Recién se empezó a pensar en el final del campeonato, a medida que se daban los resultados. Antes de eso, siempre era partido a partido. Cuando en diciembre/enero nos pusimos a dos puntos de Arsenal y después a dos de Tottenham, igual era difícil creer que podíamos ser campeones.

–Contame algunos de los rituales tuyos o del plantel a medida que avanzó la temporada.

–La música en el vestuario. Se encargaban Morgan y Vardy, mucha música inglesa, para mí no está tan buena. Cada tanto les metía una cumbia o un cuarteto, pero no tenía éxito, no entienden nada. Entonces, me tenía que poner los auriculares. Y de local venían los monjes al vestuario a bendecirnos y desearnos suerte.

–¿Los monjes?

–Sí, los traía el dueño tailandés del club. Son de la religión de él.

–¿Aprendiste a amasar pizza con el desafío que les planteó Ranieri?

–Ja ja, fue una tarde en una pizzería. Más que aprender a amasar terminamos jugando, tirándonos bollos de masa. Disfrutamos mucho, la pasamos lindo. Durante toda la temporada hubo un ambiente buenísimo en el plantel, fue un placer compartir varios momentos fuera de la cancha. Eso ayuda en el día a día para que el grupo esté más relajado y unido.

–Y ahora se viene la Champions League, aumentan los desafíos. No pueden arrancar la Premier diciendo que la prioridad es mantener la categoría.

-Bueno, mirá, contra tu pensamiento, yo creo que en lo primero que tenemos que pensar es en salvar la categoría lo antes posible y no despistarnos con la Champions League. Lo primordial y prioritario es seguir en la Premier.

–¿Te felicitó alguno de los jugadores argentinos que está en Inglaterra?

–Sí, "Chiquito" Romero, con quien tengo una relación de hace mucho tiempo y me mandó un mensaje. De colegas de la Argentina y España también me escribieron. El "Cuchu" Cambiasso (compañero en Leicester en la anterior temporada) fue el primero que me llamó y felicitó.

–¿Cambiasso te dijo "cómo le erré al irme"?

–No, no... Hablamos toda la temporada. A él no le fue mal, salió campeón en Grecia (Olympiacos). Habría estado bueno que estuviera con nosotros después de lo mucho que nos tocó vivir y sufrir el año pasado. Él también se merecía este festejo.

–Hace años, el goleador Vardy recibió una condena en la Justicia y el dueño de Leicester dijo que a algunos entrenamientos llegó borracho. ¿Tan bravo es?

–Yo te puedo contar los dos años que llevo compartiendo con él, y no es para nada bravo. Al contrario, es un tipo muy alegre, al que le gusta hacer grupo, se lleva bien con todo el mundo. Su pasado no me tocó vivirlo. Quizás aprendió de su experiencia. Es como lo ves en la cancha: aguerrido, peleador, muy de ayudar a sus compañeros. Siempre necesitás un jugador así.

–¿Le rompieron la casa a Vardy durante los festejos cuando se juntó el plantel a ver por televisión el empate de Tottenham que los consagró?

–No, la verdad fue que mantuvimos bastante la compostura, tanto durante el partido como en los festejos. Estuvo buena la invitación para que estuviéramos todos juntos.

–¿Leicester campeón en Inglaterra sería como que en la Argentina lo fuera cuál equipo?

–Y... (piensa) es difícil. Sería como si lo fuera Temperley, por ser un recién ascendido. Nosotros subimos hace dos años a la Premier. Es un caso de un equipo chico que se coló entre los grandes. Lo que pasa es que en la Argentina últimamente fueron campeones varios que no son grandes.

–Estudiantes de geología de Leicester registraron un movimiento de 0,3 en la escala de Richter durante los festejos de los 32.000 hinchas en las tribunas del King Power cuando le hiciste el gol a Norwich. ¿Fue para tanto?

–Y sí, vos pensá que si empatábamos ese partido se nos acercaban mucho los que nos venían siguiendo. Ese gol en el último minuto fue como un bombazo moral para nosotros. La gente estaba muy nerviosa, sentí como si fuera hoy el estallido y la euforia en el gol.

–¿Les cambió la vida en la ciudad, pueden caminar tranquilos?

–Ahora está más complicado, se acercan muchos, no podés andar fácilmente. Es todo muy reciente. Antes iba tranquilo al centro o al shopping con la familia. Igual, la gente es muy respetuosa para pedir una foto o un autógrafo. Estábamos acostumbrados a otra cosa. Hay que esperar que pase la euforia.

cm/jt

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