Leeds United-Leicester, por la Premier League: el equipo de Bielsa se hundió bajo la lluvia en Elland Road

Bajo un diluvio naufragó el Leeds de Marcelo Bielsa. Derrota por goleada, la primera que recibe desde el ascenso. Leicester fue implacable con los errores locales para asestarle un 4-1 por la séptima fecha de la Premier League.

Las condiciones climáticas extremas que anuncian el invierno británico destiñeron al equipo que venía de dar una lección de fútbol con la goleada a Aston Villa. Está muy agitada la Premier League, con varios resultados sorpresivos y equipos en un subibaja de rendimiento. "Está muy rara la Premier, la más igualada en mucho tiempo", es el análisis que hacen en la dirección deportiva de Elland Road sobre este primer tramo de siete fechas.

No distribuí correctamente a los jugadores en el campo. Nos costó recuperar el balón y eso hizo que jugáramos mal.

La lluvia pareció oxidar a Leeds desde el comienzo. Al minuto, Patrick Bamford, que venía de un hat-trick potenciado por definiciones espléndidas, cabeceó a las manos de Schmeichel en la puerta del área chica. El saque de arco del hijo del recordado Peter Schmeichel fue el inicio de los tormentos que sufrió Leeds.

Pese a las intensas precipitaciones, en la cancha no se formaron lagunas. Pero el zaguero Robin Koch se confió demasiado al dar un pase hacia atrás al arquero. La pelota no viajó rápido a ras del piso, mucho más veloz estuvo Jamie Vardy para interceptar el pase y asistir a Barnes para la definición a los dos minutos. Del posible 1-0, Leeds pasó al concreto 0-1 en menos de 60 segundos. Un golpe del que no se repuso en el primer tiempo porque abundaron las imprecisiones y las malas coberturas en las reiteradas pérdidas de pelota.

Leeds fue una presa débil para un viejo zorro como Vardy, delantero astuto y profundo, curtido en las categorías más bajas del fútbol inglés, hasta que en 2016 alcanzó la gloria mayor al ser el goleador del Leicester campeón de la Premier con la conducción de Claudio Ranieri. Bielsa lo había alabado en la conferencia de prensa previa al encuentro: "Es un gran goleador, un jugador vigente, muy rápido. No se le nota la edad" (33 años).

Con un esquema 5-4-1, Leicester capitalizaba cada recuperación en campo propio con contraataques en los que los dos interiores más ofensivos, Praet y Barnes, llegaban en apoyo de Vardy. Cada réplica era un sufrimiento para los zagueros centrales locales, el errático alemán Koch y el capitán Cooper, que reapareció tras una lesión.

Sin el volante central Phillips, una pieza clave en la estructura, Bielsa no insistió con el holandés Struijk en esa ubicación. En el partido anterior lo había reemplazado a los 21 minutos, cuando quedó tempranamente amonestado. De N° 5 se paró Klich, que normalmente es uno de los interiores con llegada, función que recayó en el juvenil Shackleton. No funcionó el ensayo en la primera etapa. El equipo no estaba equilibrado y generaba poco juego, sin que apareciera mucho Pablo Hernández, otro que volvía a la titularidad tras la baja del español Moreno. El español salió muy fastidiado –revoleó la cinta de luto que llevaba en un brazo- cuando a los 21 minutos del segundo tiempo fue sustituido por Tyler Roberts. Cuando llegó al banco, Hernández pateó una botella. Consultado Bielsa por la reacción del media-punta, respondió: "No creo que necesite hablar con él. Si pateó una botella, ¿qué puedo hacer?"

Leicester aprovechó otra falla de coordinación para ponerse 2-0: Vardy se anticipó a Koch con un cabezazo y Tielemans recogió el rechazo del arquero Meslier. El partido era un tormento para Leeds: le costaba llegar y sufría en defensa.

Para el segundo tiempo, Bielsa hizo un reacomodamiento que no es habitual: sacó a Shackleton y colocó a otro extremo, Iván Poveda, con lo cual Costa dejó la banda derecha y pasó a zonas más cerradas.

La búsqueda de Leeds tuvo recompensa más por un golpe de suerte que por precisión: un centro de Dallas se terminó metiendo junto a un poste luego de que Schmeichel quedara descolocado por el cabezazo que falló un compañero.

La noche escampaba y el panorama para Leeds podía despejarse con el temprano descuento. Los contraataques de Leicester eran más aislados, pero al equipo de Bielsa le costaba armar avances claros, todo era muy forzado.

Agazapado, Leicester volvió a golpear a 15 minutos del final. Desde un saque de arco, con cuatro pases para llegar al área rival, Vardy madrugó otra vez a la dormida zaga local para conectar un centro y establecer el 3-1. Al rato llegó el penal del 4-1. El equipo de Brendan Rodgers, que en la semana había sido muy elogioso con Bielsa, le dio continuidad a su buena temporada. Con el triunfo quedó a un punto del líder Liverpool; hace unas semanas goleó 5-2 a Manchester City. También es meritoria su campaña en la Europa League.

Leeds hizo un viaje a los extremos: de la estupenda producción con Aston Villa -la League Managers Association’s que integra Alex Ferguson había elegido a Bielsa como el técnico de la semana- pasó al que fue su partido más flojo desde el ascenso. Por primera vez perdió por más de un gol de diferencia. Era una oportunidad para dar un salto a la parte más alta de la tabla, pero se quedó en la zona media. Para el objetivo de la permanencia, desempeños como en esta derrota por 4-1 obligarán a Bielsa a recapacitar y buscar soluciones.

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