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Las soluciones del semillero que ayudan a River en la cancha y en lo económico
Marcelo Gallardo busca goles y Sebastián Driussi marcó dos ante San Lorenzo, en su vuelta como número 9; el club precisa dinero y Emanuel Mammana está a punto de ir a Fiorentina por 10 millones de euros
Sebastián Driussi nació el 9 de febrero de 1996. Emanuel Mammana, apenas un día después. Ni uno, ni el otro disfrutaron el River maravilloso de ese año, que incluyó la Copa Libertadores. Enzo Francescoli, Hernán Crespo y Ariel Ortega, entre tantos otros. Tal vez, se inspiraron en esas piezas de fútbol y vueltas olímpicas para aterrizar en Núñez, en donde compartieron pelotas, meriendas, siestas, historias mínimas. En días, apenas, cumplirán 20 años, dos décadas en las que integraron, siempre juntos, diversos elencos juveniles. Productos clásicos del semillero millonario –técnica, personalidad, irreverencia–, suelen ser una vía de escape para Marcelo Gallardo –otro de los fuera de serie de aquel tiempo–, que los protege, pero que apenas en etapas aisladas los arroja a la cancha desde el primer pitazo.
Gallardo precisa goles. Ni Nacho Scocco, ni Teo Gutiérrez. El Muñeco, ahora, anda detrás del uruguayo Iván Alonso, con casi 37 años: "Es un delantero con características que no hay en Sudamérica, muy atlético, que está sano y con muy buena mentalidad". Driussi, de pronto, puede ser una alternativa: después de ofrecer desbordes, sobre todo por el callejón izquierdo, volvió a su puesto natural, el clásico número 9, un sello en las inferiores.
Me siento cómodo como centrodelantero. El buen rendimiento sirve para mantener bien alto el ánimo. Con mucho laburo siempre salen las cosas. En el fútbol nadie regala nada, desde abajo hay que lucharla. Y cuando uno está arriba, hay que mantenerse. (Driussi)
Su amigo, el defensor elegante que suele cometer algún desliz, que se enfrenta con atacantes rivales en el centro y en el costado derecho de la última línea, también se muestra a modo de solución para el club millonario: está a punto de ser transferido a Fiorentina. Si Driussi puede crear goles –una necesidad mayúscula–, Mammana puede capturar billetes –una prioridad esencial–. Se cerraría entre hoy y mañana en 10 millones de euros, 8 limpios para el club y un contrato por cinco años. La casa florece: se fueron, en poco tiempo, Pezzella, Funes Mori y Kranevitter. De algún modo, las soluciones que precisa River las tiene escondidas en su semillero.
De pibe, Driussi usó las camisetas 10 y 18. El día de su debut en primera, con 17 años, Ramón Díaz le dio la 33. Después le tocó un tiempo la 22. Y desde hace más de un año, se adueñó de la 32. Pero desde su actuación en la victoria por 3 a 2 sobre San Lorenzo, su nombre quedó más asociado que nunca al 9 y se anotó en la pelea por un lugar en la delantera que se intenta reforzar.
"Juego donde le sea útil al equipo", dijo. Pero casi inmediatamente, dejó en claro que él se ve mejor como delantero. Después de casi una década jugando como volante, y algunas veces como opción de ataque por los costados, el juvenil demostró que puede ser una alternativa hecha en casa para los planes del técnico, que busca contra reloj robustecer la lista de hombres de punta que hoy integran Lucas Alario y Rodrigo Mora.
Mientras continúan las negociaciones para que Alonso se incorpore, Gallardo celebró la buena noticia. "Sebastián –dijo el entrenador–, en una posición en la que nosotros estamos buscando, nos dio buenas respuestas y eso es bueno, porque intentamos potenciar primero lo que tenemos".
El primero que decidió adelantar a Driussi fue Humberto Grondona, quien lo puso de punta en la selección Sub 17 en el Sudamericano 2013 de la Argentina. El experimento resultó bien, y con cinco goles fue el goleador del equipo que se quedó con el torneo. En la reserva de River tomaron nota.
Pocos meses después, Ramón Díaz lo ubicó como delantero en su debut, pero chocó bastante con Teo Gutiérrez. Como volante ofensivo fue ganando minutos y cierta regularidad, y se transformó junto a Tabaré Viudez en un recurso. Pero desde este verano, parece que el N° 32 –admirador de Falcao e Higuaín– está decidido a escalar. Mammana, en cambio, empezó a volar.
- 4 goles marcó Driussi en 2015, a Unión, Banfield, Colón y Nueva Chicago.
- 18 partidos tuvieron como titular a Mammana el año pasado; actuó como lateral y como zaguero.
avl/jt
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