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Las contradicciones que subyacen entre la suspensión del fútbol local, la continuidad del internacional y la celebración de la Copa América
El coronavirus y las decisiones gubernamentales y de AFA provocan un escenario difícil de comprender, con marchas y contramarchas de dirigentes y criterios diferentes para los torneos según sean nacionales o sudamericanos.
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El fútbol argentino sobrevive entre contradicciones. Un día lo postulan para organizar en soledad la Copa América. Al día siguiente le suspenden la Copa de la Liga Profesional, los encuentros de ascenso y el femenino. Sin embargo, los partidos internacionales son jugados como están previstos. Otro día, dictan un decreto de necesidad y urgencia que impide jugar más allá de las 20 en el Área Metropolitana de Buenos Aires. Cambian todos los cronogramas para el fútbol local. Los enfrentamientos por copas regionales siguen como estaban, en horario nocturno. Fútbol de acá vs. fútbol de acá y allá. Mercado interno vs. exportación. Dos realidades diferentes. Un mismo laberinto.
En el medio, la situación sanitaria causa un efecto dominó. Con días de casi 40.000 casos y más de 700 muertes, el mismo presidente de la nación que había candidateado al país para tener todos los partidos de la Copa América dio un giro rotundo. Todo prohibido y todos confinados. La salud, primero. Ése era el lema. Con la lectura del Boletín Oficial, las miradas apuntan hacia los tres partidos que le quedan a la Copa de la Liga. Dos en San Juan, la provincia que gobierna el peronista Sergio Uñac, amigo de su comprovinciano Claudio “Chiqui” Tapia, presidente de AFA. Y la final en Santiago del Estero, la provincia de Gerardo Zamora, aliado político del gobierno nacional y de fluida relación con el 2 de AFA, Pablo Toviggino. Suspender, en rigor, era decirles a dos amigos que tenían que esperar.
Mientras Santiago Cafiero hablaba por radio y no confirmaba que la pelota se paraba, Matías Lammens (ministro de Turismo y Deporte) se comunicaba con Tapia y Marcelo Tinelli, presidente de la Liga Profesional. Tal como ocurrió en marzo de 2020, cuando ante el avance del coronavirus fue el Gobierno el que ordenó frenar todo con una notificación firmada por Lammens, fue el propio ex presidente de San Lorenzo el encargado de tomar este viernes la misma decisión. Según trascendió, la idea tuvo “consenso absoluto e instantáneo” por parte de la Liga Profesional y de AFA. Ambas lo comunicaron minutos después de las 10, y cuando toda la logística para las semifinales en tierra cuyana estaba a punto de ponerse en marcha.
Los jugadores de Brown, de Puerto Madryn, no tuvieron tanta suerte. Acababan de llegar al hotel de concentración en Buenos Aires luego de un viaje de 1300 kilómetros, que les había insumido 17 horas. Debían jugar este sábado con Tristán Suárez, por la Primera Nacional. Desayunaron en la Capital y volvieron a subir al micro. Otras 17 horas, para volver a casa. Nadie les avisó, cuando salían de Chubut, que el partido, la fecha de la segunda categoría y el fútbol de ascenso en general estaban en riesgo. Una señal más de la improvisación.
La coherencia también escasea entre los propios clubes. River, por caso, se negó a completar la lista de buena fe de la Copa Libertadores para “no crearles falsas expectativas” a sus juveniles, en palabras de Marcelo Gallardo, su director técnico. Puso 32 futbolistas en lugar de 50. Un brote de coronavirus en el plantel hizo que la semana pasada llegara al superclásico eliminatorio con 15 jugadores menos. ¿Qué hizo? Debutó un arquero, Alan Leonardo Díaz, que ni siquiera había sido suplente en la reserva. Y más chicos fueron al banco de relevos. En la semana le pidió por favor a Conmebol que el coronavirus fuera considerado “lesión grave”. ¿Para qué? Reemplazar a los contagiados Franco Petroli y Germán Lux por los juveniles Díaz y Agustín Gómez. Dos de aquéllos a los que, meses atrás, no había que ilusionar. Conmebol lo denegó, amparándose en el reglamento y en los días que suele tardar un futbolista en curarse de la enfermedad de moda en el mundo.
La radiografía de River dice que suma más casos (José Paradela y Fabrizio Angileri) y que tiene apenas nueve futbolistas aptos para jugar la semana que viene contra Fluminense. Sus 15 contagiados originales llegarán sin entrenamiento y con un alta epidemiológica justísima, siempre que sus estudios cardiológicos den resultados positivos. El partido en el Monumental está confirmado. Y si River no llega a reunir siete jugadores aptos perderá el encuentro, posiblemente la clasificación y millones de dólares. Todo junto.
¿Más incoherencias? El estallido social de Colombia obligó a Conmebol a recalcular la Copa América, que comenzará dentro de tres semanas. Uno de los escenarios trazados fue hospedar todos los partidos en territorio argentino, aunque la imposibilidad de que hubiera público en los estadios fuera una limitación fundamental. El plan fue estudiado. En cuanto los dirigentes del fútbol local se enteraron, comenzaron a postular a sus estadios. ¿El Bicentenario de San Juan? Por supuesto. ¿El Único de La Plata y Uno, el moderno escenario de Estudiantes? Adelante, ¿cómo no? Conmebol recibió todos los papeles. El primero de todos fue el Libertadores de América, el estadio de Independiente. “No soy especialista en salud, pero creo que hay que hacer el esfuerzo para evitar la Copa América en Argentina. Primero está la vida”, postuló este viernes Moyano. ¿Qué cambió entre la postulación del estadio del club al que preside y sus declaraciones? “Hay que hacer el esfuerzo de acompañar al gobierno nacional y salvar vidas”, agregó el líder sindical. Traducido: cambió la voluntad política.
Pero las incongruencias no son sólo argentinas. Colombia no aloja ningún partido internacional por su inestable situación interna. Ya no tiene la Copa América y Conmebol movió toda participación de sus equipos a países cercanos. Incluso San Cristóbal, en Venezuela, recibirá a un equipo colombiano que hará de local. Sin embargo, FIFA confirmó este viernes al estadio Metropolitano, de Barranquilla, como sede del encuentro por la eliminatoria sudamericana para Qatar 2022 entre el seleccionado colombiano y el argentino. Ese estadio iba a albergar la final de la Copa América.
Hay más. Ante la baja de Colombia, Chile está dispuesto a albergar los partidos que iban a tener lugar allí. El diario El Mercurio anticipó el plan de la ANFP, que incluye dos posibilidades: una, con público, y la otra, sin espectadores. Además, un posible enroque de selecciones: Chile, al grupo Norte, y Colombia, al Sur. En ese caso, si el país trasandino reemplazare al caribeño, la Argentina debutaría contra los colombianos el 13 de junio. Es decir, cinco días después de jugar contra el mismo rival por la eliminatoria.
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