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Las confesiones de Rafael Di Zeo, el barra más poderoso del país: "Como no le pueden pegar a Angelici, me pegan a mí"
"Como no le pueden pegar al presidente de Boca porque hoy el hombre tiene otra situación...", señaló acerca de su procesamiento como presunto instigador del delito de homicidio agravado.
Rafael Di Zeo es hoy, tal vez, el barra brava más poderoso del país. Coordina una tropa de 800 personas y administra una caja de dinero negro que se alimenta de aportes de la política, de empresarios y de la multifacética red de financiamiento que caracteriza a las barras argentinas: reventa de entradas y control de los accesos a los estadios, comercialización de indumentaria oficial, paquetes turísticos y la explotación de los estacionamientos en los alrededores de la cancha.
Di Zeo es el líder de La 12, como se conoce a la hinchada de Boca, desde 1996. Perdió el gobierno de la tribuna sólo cuando cayó en prisión, entre 2007 y 2012, por una golpiza a hinchas de Chacarita y por haber sido acusado de encabezar una asociación ilícita, de lo que resultó absuelto.
Durante su ausencia, la interna por el control de la barra siempre hirvió y hasta hubo enfrentamientos a tiros. Desde hace dos años y hasta la actualidad, Di Zeo cogobierna la tribuna con Mauro Martín, uno de sus viejos rivales, con el que se llegó a desafiar a muerte. Antes del pacto, hubo en julio de 2013 un violento choque entre las diferentes facciones de La 12. Por entonces, Di Zeo se aprestaba a retomar el liderazgo de la hinchada. Aquella tarde de invierno murieron dos personas antes de un partido amistoso con San Lorenzo, en el Bajo Flores.
El 10 de marzo pasado, la Justicia involucró directamente a Di Zeo con ese episodio. Él jura que no tiene nada que ver. Sin embargo, la Cámara del Crimen confirmó su procesamiento como presunto “instigador” del delito de “homicidio agravado”. En el fallo de los camaristas Marcelo Lucini, Rodolfo Pociello Argerich y Mariano Scotto se precisó que esa tarde hubo 150 disparos en el Bajo Flores y que “el motivo de la disputa, lejos de responder a la rivalidad propia del fútbol, habría estado dado para establecer cuál de estas dos facciones ocuparía la conducción de la barra brava oficial”. Y vincularon al jefe de la barra brava xeneize con los ex funcionarios kirchneristas Alejandro Granados (ex ministro de Seguridad bonaerense), Ricardo Casal (ex ministro de Justicia bonaerense) y Julián Álvarez (ex secretario de Justicia de la Nación).
Di Zeo atribuye la reactivación de la causa “a un trasfondo político”. Pero sospecha, sobre todo, de una interna dentro de la coalición oficialista Cambiemos contra Daniel Angelici, el presidente de Boca, a quien él apoya abiertamente. “Como no le pueden pegar al hombre [Daniel Angelici] por la situación que tiene, me pegan a mí”, dice Di Zeo durante una entrevista con la nacion.
–Se reactivó la causa después de más de tres años sin avances...
– La Justicia, la Cámara, habla de la violencia del fútbol y como si Di Zeo supiera todo lo que iba a pasar. Yo no estuve en ese lugar, estaba en mi casa.
– Circularon imágenes con un hombre de casco en una moto. ¿Era usted?
– No estuve, estaba en mi casa. El del casco no era yo. De hecho se hicieron las pericias y dan que en un 85% no lo soy y que en la parte de la nariz hay un parecido. La segunda pericia, que la pide el juez [Rodolfo Gustavo] Pierreti y me la hace la Metropolitana, dice que en un 100 por ciento que no soy. Pero no la toman. No sé para qué mandan a hacer las pericias. Por llamarme Di Zeo y ser conocido creen que estoy involucrado en todo.
– Quedó procesado y podría ir ahora a otro juicio. ¿Qué puede pasar?
–Realmente no soy el de la moto y me presenté espontáneamente. No tengo nada que ocultar. Dicen que un teléfono se activó [en la zona del tiroteo] y no es el mío. A mi teléfono lo tuvieron pinchado cinco años.
–¿Por qué se activó el caso ahora?
–Hay una parte política. De golpe uno de los fallos habla sobre vínculos con el kirchnerismo. Sí los tenía, pero por Boca.
–¿Con quiénes?
– Con [Alejandro] Granados. Fue ministro de Seguridad y tenía ese vínculo porque te manda gente para saber cómo te vas a manejar y evitar tener quilombos en las canchas. Eso lo hacen todos: kirchneristas, macristas y radicales. Lo hacen los que están en ese momento en el cargo. Por eso digo que hay un trasfondo político. Me parece que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, está jugando mucho ese partido y quiere el estandarte de Di Zeo. Pero no se dio cuenta de que durante los cuatro años que estuve detenido hubo más muertes en el fútbol que cuando estaba en la calle.
–En el fallo hablan de 150 disparos y de sus vínculos con el kirchnerismo: mencionan a Granados, Julián Álvarez y Ricardo Casal.
–No lo conozco a Julián Álvarez. Lo conozco por Boca porque tenía una peña en Chacabuco. Pero nada más. No he hablado con él nunca ni tengo vínculo. A Casal tampoco lo conozco. De los tres, al único que conozco es a Granados.
–¿Hubo 150 tiros?
–No sé si fue tan así. Sí es verdad es que hubo dos muertos [Marcelo Carnevale y Angel Díaz] y a los dos los conocía.
–En caso de encontrarlo culpable, ¿le podrían dar perpetua por acumulación de antecedentes?
–Sería una injusticia. No debería pasar. Pero va a terminar como siempre: se hará justicia y me voy a ir a mi casa.
–¿Cree que su procesamiento responde a una pelea interna del oficialismo por Daniel Angelici?
–Sí, va por ahí. Como no le pueden pegar al presidente de Boca porque hoy el hombre tiene otra situación [se ríe]...
–¿Qué situación tiene Angelici? Tiene más poder e influencias...
–Es más conocido, está en el mismo partido que el Presidente [de la Nación]. Es más difícil pegarle hoy. Angelici no es lo mismo que Di Zeo.
–Tienen algo en común: los teléfonos del poder, como se jactó usted hace varios años...
–No sé si él los tiene. No le conozco el directorio.
–¿Y por qué Bullrich querría verlo preso?
–Está mal asesorada la ministra. Es al revés: si sacan de la cancha a los que son más respetados, los que quedan adentro van a hacer lo que quieran. Si el Estado no puede contener a 5000 personas de visitantes es porque sos un inepto. No hay mucho de ingeniería en eso. Así el país no puede ser nunca seguro.
–Le prohibieron ahora ir a la cancha por seis meses. ¿Teme perder el control de la barra?
–No tengo miedo de perder la tribuna. La ministra y el juez creen que sacándome a mí van a mejorar algo. Y será peor porque eso después genera internas en la tribuna.
–¿Qué significa tener hoy el control de La 12?
–Significa mucho para el que está en el tema y nada para el que no lo está. Para el que está en el tema es porque todos quieren y luchan por estar en ese lugar.
–¿Eso justifica un enfrentamiento a tiros?
–Un montón de grupos que estaban dentro de la barra querían mi lugar y el de Mauro Martín y vieron que el que estaba era débil y creyeron que esa [los tiros] era la manera. Parte de la culpa la tiene la seguridad deportiva. En su momento fue cuando yo y Mauro estábamos detenidos. Yo salí y estaba haciendo cosas de política y no me interesaba volver.
–¿Qué hacía para la política?
–Trabajaba para la política, para algunos dirigentes y no eran todos kirchneristas como piensan. Eran muchos radicales y muchos otros que hoy están en el PRO.
–¿Cuál es el negocio de manejar la barra?
–Siempre fue lo mismo. Hay mucho que tiene que ver con peñas, cosas turísticas, las camisetas, rifas.
–¿Con eso alcanza para financiar los viajes?
–De los 45 millones de habitantes del país, 20 millones son de Boca. De esos, imaginate un millón que sean empresarios y tengan dinero. Con que diez de esos empresarios nos ayuden, podemos viajar por el mundo. Eso es lo que no ven. Hay muchos empresarios fanáticos de Boca que quieren que la hinchada vaya a todos lados y que nos ayudan.
–Un ejemplo es la empresa de transporte Caccia, que empleó en blanco a Maximiliano Mazzaro y a otros barras y los afilió en el gremio de camioneros...
– No viene por ahí. [Facundo] Caccia es el padrino de mi hijo. No es una empresa tan grande para sostener a la barra de Boca. Se necesitan varias empresas. Pero como este chico [Caccia] que quiere ayudar con lo que pueda hay cien, mil y nosotros recurrimos a ellos.
–Es decir, está la ligazón con la política y también con los empresarios. ¿Y con los sindicatos?
–Y tiene que ver. Este país se maneja por el fútbol. Siempre te quieren ayudar. Pasa lo mismo con los de River. Si en este país no hay fútbol se arma la guerra civil. Hubo 80 días sin fútbol y sólo se hablaba de ese quilombo.
–Tuvo una relación con Mauricio Macri cuando era presidente de Boca. ¿Pudo hablar ahora que es Presidente de la Nación?
–No tuve contacto con él, pero... [se ríe]. Le va a ir bien. Sé que es una persona capaz y lo demostró en Boca.
El PRO y la UCR negaron tener vínculos con Di Zeo
“Con nosotros, Di Zeo no trabajó seguro. No lo vi en las campañas de 2011, 2013 ni en 2015”, aseguró Humberto Schiavoni, presidente del Consejo Nacional del PRO. Por su parte, José Corral, presidente del Comité Nacional de la UCR, afirmó: “No me suena para nada que haya trabajado con nosotros. Si hubo algún vínculo, podría ser con la gente de la Capital”. Repreguntado sobre la vinculación histórica que Di Zeo tuvo con Enrique Nosiglia, Corral dijo desconocer tal relación.
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