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Las 100 preguntas a Oscar Ortiz, campeón en el Mundial '78: "A Sampaoli lo hubiera echado el día que basureó al policía"
1. –¿Podemos ir a tu casa para sacarte fotos con recuerdos del Mundial?
–No tengo nada. Nunca en mi casa hubo un recuerdo mío: ni camisetas, ni cuadros, ni fotos. Lo que me regalaban fue siempre a la casa de mis hijos. Ni siquiera conservo la medalla de campeón: la perdí en una mudanza.
2. –Apodo de pibe.
–Beto. En Chacabuco y en Junín me siguen diciendo así, por Alberto, mi segundo nombre. Cuando llegué a las inferiores de San Lorenzo, pasé a ser El Negro, y quedó. También me decían El Rebelde.
3. –¿No acatabas las órdenes?
–Arrancó con la huelga del 71. Como ya había jugado unos partidos en Primera cuando se decidió la huelga, me sumé al paro, y por eso me sacaron de la pensión. Ahí me volví a Junín con la idea de no jugar más en ningún club. Me llamaron un montón de veces hasta que regresé después de un tiempo. En realidad, de chico tampoco quería ir a jugar a Buenos Aires.
4. –¿Por qué?
–Porque a mí me gustaba jugar en el campo, en el potrero. Lo hacía en el BAP (Buenos Aires al Pacífico), en Junín, un club de barrio. Me vinieron a buscar de Atlanta y de Estudiantes y los rechacé, hasta que lo hicieron de San Lorenzo y, como la gente del BAP les sugirió que fueran a hablar directamente con mi vieja, porque yo les iba a decir que no, entraron por ahí.
5. –¿Cómo te convencieron?
–Una tarde llegué a casa y había dos delegados de San Lorenzo. Mi vieja me apuró: "O trabajás o estudiás o jugás al fútbol, decidite, acá los señores dicen que tenés condiciones para el fútbol". Esto fue un sábado, el lunes estaba arriba del tren y el miércoles me probó Don Ernesto Duchini. Jugué 15 minutos, porque venía con una molestia, pero metí 3 goles y fue suficiente. Jugaba de 10 en esa época, y Chaparrito, que venía de Formosa, jugó de 9.
6. –¿De qué equipo eras hincha?
–De Racing, por mi viejo, pero no iba a la cancha ni escuchaba los partidos. No teníamos televisor porque éramos una familia muy pobre. Mi viejo, Oscar Eduardo, jugó en Racing de Chacabuco junto al padre de Passarella, formaban la pareja central. Yo viví en Chacabuco hasta los 7 años, ahí se separaron mis padres y me fui con mi vieja a Junín.
7. –¿Pasaste privaciones?
–En Chacabuco vivimos con mi hermana, en un hogar de niños. Teníamos desayuno, almuerzo y merienda y nos llevaban al colegio a una cuadra. A la noche pasábamos de largo, o por ahí tomábamos un vaso de leche con pan duro.
8. –O sea que pasaste hambre de chico…
–En Junín fue igual, recién cuando vine a Buenos Aires la pasé mejor. En Junín vivía en el Club de Pescadores. Mi mamá trabajaba en el restaurante y yo dormía en el altillo. Salía a pescar para comer.
9. –¿Trabajaste?
–A los 10 años empecé en el campo, cortando totoras con la hoz, levantaba papas también. Después trabajé en un taller de niquelado, arreglé bicicletas, ayudé en un taller mecánico, hice varias cosas.
10. –¿Cómo la pasaste en la pensión de San Lorenzo?
–Era la pensión de la abuela Catalina, ja, ahí estábamos con Victorio Cocco, el Lele Figueroa y otros chicos de inferiores. Era a unas 7 cuadras del Gasómetro, estuve del 69 al 71, cuando declararon la huelga y me sacaron. Me fui a Junín decidido a no volver. Me llamaban y llamaban y no les daba bola.
11. –¿Por qué volviste?
–Un día llamaron de la AFA al BAP para decirme que estaba convocado para ir con una selección juvenil a Cannes. "Listo, voy, conozco Francia y después me vuelvo a Junín", pensé. Fui a Francia, pero cuando volví me estaban esperando 4 dirigentes de San Lorenzo en Ezeiza, y me llevaron derecho a la concentración del club.
12. –¿Cuándo te compraste tu primer auto?
–En 1975, después de ganar tres campeonatos con San Lorenzo. Antes me había comprado dos departamentos, para mí eso era más importante, además el coche te lleva a salir y a tentarte con otras cosas. En el 75 me vinieron a buscar de España y como no me querían vender porque había elecciones en el club, les pedí un dinero extra y con eso me compré el primer coche.
13. –¿Cómo jugaba el San Lorenzo bicampeón del 72?
–El técnico era Lorenzo. Yo jugué ese año pero no mucho, tenía 19 años. Cuando se fue el Lobo Fischer, el Ratón (Ayala) empezó a jugar de 9, Victorio de 10 y Chazarreta bajó más y a mí me pusieron como un cuarto volante.
14. –¿El campeón del 74 jugaba mejor?
–No sé, lo que sí te puedo decir es que ese año tuve al mejor técnico de mi carrera: Osvaldo Zubeldía. Al Huevo le costaba transmitir lo que quería pero veía muy bien el fútbol, sabía quién era el jugador clave del otro equipo, por dónde pasaba todo. Nosotros concentrábamos en Ezeiza, pero no en el predio ¿eh?, en el hotel de Ezeiza (risas). Una noche, después de cenar, me dijo: "Vamos a estar 30 días concentrados acá, ninguno da como favorito a San Lorenzo pero si usted se cuida y practica bien, se la tira al Gringo (Scotta) y somos campeones, no tengo dudas". Tal cual, así pasó.
15. –¿Labruna te pidió para River y después te limpió?
–En el 76 quería venir de Brasil porque era la única forma de llegar al Mundial. En esa época, los que estaban afuera del país no eran convocados a la Selección. Yo había formado parte del ciclo de Menotti en el 75, Gremio me quería vender a España pero me negué, tenía muchas ganas de jugar el Mundial. Por suerte apareció River.
16. –¿Por qué te fuiste de River?
–Labruna no me ponía, entonces le fui a decir que si no iba a tener lugar, no tenía problemas en ir a otro club más chico para poder jugar. No era de esos que se quedaban tranquilitos sentados en el banco. Tampoco iba a jugar de volante marcando, no era lo mío y Labruna lo sabía. Agarré las cosas un día y me fui. La verdad que terminé mal con Angel.
17. –Y apareciste en Huracán.
–En esa época ya conocía del barrio al Inglés (Babington) y a Chichín Seijo, el presidente de Huracán, y me insistían con ir. Les explicaba que ya no jugaba más. En realidad, llevaba unos años de yapa porque mi meta era jugar el Mundial 78 y retirarme. Lo que había mamado de chico era el fútbol de potrero, cuando entré en la profesión, ya no me gustó.
18. –¿Qué no te gustó?
–Un montón de cosas: las concentraciones, los entrenamientos. A mí me gustaba jugar. Y ojo: tampoco tenía ganas de jugar siempre el domingo (risas). En Junín por ahí me jugaba cuatro partidos por día, pero cuando tenía ganas.
19. –¿Ir a Huracán no fue una traición a San Lorenzo?
–¿Por qué traición? Noooo, para nada. El hincha debe saber que somos profesionales y jugamos donde nos pagan mejor. Nunca le dije a San Lorenzo: me voy a Gremio y a la vuelta juego en San Lorenzo.
20. –¿Te insultaron mucho en ese momento?
–Para nada, me pueden haber puteado porque jugué mal un partido, no por ir a Huracán. El problema no es que juegues donde te pagan mejor si no lo que se paga hoy en el fútbol. ¿Cómo puede ser que en un país en crisis como el nuestro se paguen 14 millones de dólares por un jugador o 20 millones de dólares al técnico de la Selección? ¡En un país donde los chicos no comen! Cómo puede haber jeques que compren jugadores por 200 millones de euros mientras en Africa los chicos se mueren de hambre. No lo entiendo. Eso sí que no lo entiendo.
21. –¿Desde cuándo fumás?
–Desde los 15 años. Los técnicos sabían que fumaba, han entrado a las habitaciones y veían el humo. En ese tiempo, fumar no era un tema tabú. Fumaba más estando concentrado que afuera, por eso dejé de fumar dos años cuando terminé mi carrera. Ya lo dije: nunca fui un profesional del fútbol.
22. –¿Por qué decís que nunca fuiste un profesional?
–Porque siempre lo tomé como lo que es, un juego. Era un jugador de pelota, no de fútbol, por eso no quería venir a jugar a Buenos Aires, por eso me fui varios meses al poco tiempo de debutar y por eso lo quise dejar lo antes posible. Me había propuesto retirarme después del Mundial, con 25 años, pero entre mi vieja y los "amigos", que en ese momento tenés un millón, como canta Roberto Carlos, no me lo permitieron. Seguí por mi vieja.
23. –¿Cómo se dio el final?
–Fue en el 83, estaba en Independiente. Hablé con la Flaca. "Voy a dejar el fútbol", le dije. Me abrazó, me dio un beso (le tiembla la voz, se emociona), estaba contenta. Fuimos a cenar y ahí mismo le dije: "no fumo más". Al día siguiente le avisé a Pastoriza. Me quería matar. "Escuchame, te pedí para Racing, para Vélez y nunca te pude tener, y ahora que al fin te tengo, te vas, déjate de hinchar", me decía el Pato. "Es que no te quiero joder, Pato, no estoy para entrenar", le expliqué. Y me fui.
24. –¿Eras de los últimos de la fila?
–Siempre iba atrás y daba unas vueltas menos… Me ha pasado de perderme en la pretemporada, en Necochea, con River. Estaba con Luque, y el Profe nos dijo: "No se retrasen porque después no van a saber cómo salir", y terminamos llamando a una pareja que estaba apretando por ahí (risas) y les pedimos por favor que nos saquen. La única vez que trabajé en serio en lo físico fue para el Mundial.
25. –¿Qué otras cosas te costaban?
–Me ha pasado no tener ganas de jugar. Alguna vez, Labruna esperaba para dar la charla técnica y yo estaba durmiendo. Preguntó quién faltaba y Jota Jota le dijo: "Angel, falta el Negro, pero déjelo que duerma, si igual no va a los corners, no va a la barrera, no marca, tiene dos pelotas, una para él y otra para nosotros, ¿para qué lo va a despertar? Déjelo al Negro que duerma" (risas).
26. –Así y todo, a pesar de tu poco profesionalismo, te fue muy bien: fuiste campeón del mundo, ganaste un montón de títulos…
–Los campeonatos son un accidente del juego. Después, sé que tenía condiciones: era rápido y gambeteaba. A pesar de que me inicié como 10, enseguida me pusieron de 11 y aprendí rápido el oficio de wing, pero la verdad es que nunca me sentí bien en el fútbol profesional, a mí me gustaba jugar a la pelota en el barrio… y cuando tenía ganas.
27. –¿Quién fue el 9 que más aprovechó tus centros?
–Víctor Marchetti metió como 30 goles en un campeonato en River, en el 77. El Gringo Scotta hizo 60 goles en el 75. El Toscano Rendo era el técnico y contó que de esos 60 goles, 45 habían venido de centros míos. Hasta Babington metió goles de cabeza por mis centros, y eso que el Inglés no cabeceaba ni en los bailes.
28. –¿Les pedías parte del premio?
–Scotta siempre me decía: "Te voy a dar algo del sueldo". Todavía estoy esperando (risas).
29. –¿Lo ves todavía a Scotta?
–Al Gringo, sí, vamos los sábados a enseñarles a los chicos en San Lorenzo con él, con el Sapo Villar, Chazarreta y el Tano García Ameijenda. Es una muy buena iniciativa de San Lorenzo: fútbol recreativo, para sacar a los chicos de la calle, no son los juveniles del club.
30. –¿Seguís jugando a la pelota?
-Estuve jugando hasta hace un año al papi en Parque Chacabuco, mi barrio de toda la vida, ahora tengo que ponerme bien de nuevo. Suelo salir 4 o 5 veces por semana a caminar o trotar unos 5 kilómetros, estoy en estado.
31. –¿La gente te reconoce por la calle, sabe quién sos?
–Los de mi edad o un poco menos, sí. Me preguntan por el Mundial, yo saludo, porque soy un tipo educado, pero no soy de hablar mucho.
32. –¿Alguno de tus hijos o nietos se dedicó al fútbol?
–Con La Flaca nos casamos a los 19 años y aquí seguimos. Tenemos dos hijos y dos nietos: Tomás (18) y Tiziano (12). Con los nietos no pasa nada con el fútbol, vienen con la sangre del otro lado (risas). Mi hijo jugaba bien pero lo jodió que todos le dijeran: "Si jugás un cuarto de tu padre, llegás a Primera".
33. –¿Cuál es la clave del buen wing?
–Encarar al marcador. Si el wing se escapa y se abre con la pelota es mucho más fácil para el defensor. Tenés que encararlo, pasarlo y tratar de tirar el centro.
34. –¿Cómo hacías para sacar tan buenos centros?
–Hay que darle una buena comba a la pelota para que vaya de afuera hacia adentro. Así, al arquero se le complica, porque la pelota se aleja, y el delantero la agarra bien de frente. Para eso hay que rodear toda la pelota con el pie, terminar el movimiento; si le das con la puntita va derecho y no agarra bien la comba.
35. –Vos eras de bailotear sobre la raya, ¿tus marcadores no te levantaban por cargarlos?
–No, no, ese era mi estilo, lo hacía cuando ganaba y cuando perdía. Si alguien lo tomaba como una cargada es porque no me conocía… Los pasaba, después enganchaba para atrás y los volvía a pasar. Muchos decían que gambeteaba de más, pero si no tiraba el centro es porque no había llegado nadie al área, no soy tan tonto. Era muy rápido y muchas veces no llegaba el compañero y tenía que enganchar para darle tiempo.
36. –El rival que más te pegó…
–A mí me pegaron unos cuantos (risas), pero nunca les decía nada. Lo tomaba como algo lógico: lo hacían para no dejarme pasar. Recuerdo que una vez, después de 7 u 8 años enfrentándonos en Estudiantes-San Lorenzo y River-Boca, el Tano Pernía me dijo: "Negro, la verdad que hace años que te pego y nunca me dijiste nada". Le contesté: "¿Qué querés que te diga?".
37. –¿Cómo hacías para que no te limitara la raya?
-Es cuestión de aprender el oficio: tiraba la pelota por el costado y saltaba, o hasta me iba por afuera de la raya. Muchas veces he saltado los carteles de publicidad que había al lado.
38. –¿Por qué no se ven muchos wines en el fútbol argentino?
–Creo que es un problema de formación. Si alguien tiene aptitudes para jugar de wing, hacelo jugar como wing. Veo desde hace tiempo que muchos que van por los costados juegan con pierna cambiada y ahí se pierde un poco, eso en mi época no se hacía.
39. –¿El Toto Lorenzo te volvía muy loco?
–Lo tuve a los 19 años, me acuerdo que una vez me insistía en un entrenamiento para que pateara el córner al primer palo. Yo pateaba desde la izquierda pero no me salía al primer palo. Que si, que no, estuvimos discutiendo, hasta que le pegó él a la pelota para mostrarme. "Pero usted le está pegando con la derecha y yo soy zurdo", le dije. No había caso. "Péguele usted el domingo", terminé diciéndole y me fui. No miré la pizarra, pensé que me sacaba. Al otro día me dejaron un mensaje en la pensión: "Lo llamó el profesor del club, tiene que ir al hotel a concentrar con el equipo".
BIO
- Nombre: Oscar Alberto Ortiz
- Nacimiento: 8/4/1953, en Chacabuco (provincia de Buenos Aires).
- Edad: 65 años.
- Trayectoria: BAP (Junín); San Lorenzo (1969-76); Gremio, Brasil (1976); River Plata (1977-80); Huracán (1981-82); Independiente (1982-83); Wichita, Estados Unidos (indoor) y Apeadero, Saladillo.
- Selección Nacional: Jugó 23 partidos (2 goles) entre 1975 y 1979.
- Mundial 78: Jugó 6 de los 7 partidos (sólo faltó en el debut ante Hungría), fue titular en 4. No metió goles.
- Títulos: 3 con San Lorenzo (Metro y Nacionales 72 y 74), 4 con River (Metro 77, 79 y 80 y Nacional 79), 1 con Independiente (Metro 83) y 1 con la Selección (Mundial 78).
40. –¿De Zubeldía qué remarcás?
–Era un adelantado y sabía la condición de cada jugador, aunque a veces fallaba en la comunicación. Había un compañero que quería llegar hasta el arco. "Usted no puede pasar a nadie, pero el Negro sí, entonces le da la pelota a él y va a buscar el centro al área que por ahí se equivoca y la mete", le dijo, ja, ja, no te voy a decir el nombre del compañero...
41. –¿Labruna sabía de táctica o lo manejaban los jugadores?
–Tenía muy buen ojo para elegir, no era tanto de plantear partidos.
42. –¿Eran buenos los asados de Pastoriza?
–Estuve muy poco con el Pato, unos meses, se quería morir cuando le dije que dejaba el fútbol.
43. –Sufrías en la semana y disfrutabas los domingos. ¿Verdadero o falso?
-Verdadero. No me gustaba entrenar, pero tenía un físico que me permitía jugar igual los domingos y miércoles por la Copa. Los técnicos sabían que no hacía lo mismo que mis compañeros pero como el domingo rendía, no me decían nada.
44. –Una de las cosas que te hacían sufrir era marcar…
–Roberto Scarone, un técnico uruguayo que tuve en San Lorenzo, una vez me gritó que siguiera al cuatro. "Que se vaya, yo no lo voy a marcar, que me marque él a mí, o que me den la pelota y voy a estar solo", le contesté. Era lo que sentía. Cundo empezaron con eso de que el wing volanteaba y tenía que marcar, ya no me gustó. Yo estaba para correr para adelante, no para atrás.
Fui un jugador de pelota, no de fútbol, por eso lo quise dejar lo antes posible
45. –Imagino que Menotti te habrá pedido marcar y vos no le habrás contestado lo mismo.
–Me lo pidió una sola vez, en la final del Mundial, que me retrasara para agarrar la subida de Neeskens, que manejaba todo. Como era el último partido le dije que sí. Cuando en el segundo tiempo salí para que entrara René (Houseman), íbamos ganando 1-0, pero René entró por derecha y pasó Bertoni a mi lugar, ahí perdimos un poco la marca y nos embocaron el empate.
46. –¿Por qué terminaste jugando en Estados Unidos?
–Fue al año siguiente de dejar. Me llamó una gente que vivía en Los Angeles, por intermedio del Indio Gómez, el de Quilmes, y como quería conocer Estados Unidos, porque para conocer un país de verdad tenés que vivir ahí, lo hice. Era fútbol cerrado, con paredes, en el estado de Kansas, jugué un par de meses. Hacías jugadas levantando la pelota por arriba de la cabeza del rival y nadie aplaudía pero lo tiraban a uno de una patada contra las tablas y lo ovacionaban.
47. –El cierre de tu carrera, igual, se dio en Saladillo.
–Sí, ahí saqué campeón al equipo, che (risas). Apeadero se llamaba, era un campeonato regional. El León Espósito me vino a buscar, llevaban un montón de años sin salir campeón, siempre ganaba Huracán de Saladillo. Cada tanto me cruzo al Vasco Olarticoechea y me dice: "¡No sabés cómo la gente se acuerda de vos!". Iba el mismo domingo, jugaba, comía y me volvía a casa.
48. –¿Es verdad que les enseñaste a los alemanes cómo juega un wing?
–Algo así. Empezó con un equipo de estrellas con el que hicimos una gira por Japón, Singapur, Malasia, China… Estaban los brasileños Carlos Alberto, Eder y Dunga, los chilenos Elías Figueroa y Carlos Caszely, el paraguayo Romerito, yo era el único argentino. Enfrentamos a un equipo de estrellas de Europa, donde estaban Overath, Gerd Müller, Paul Breitner, Berti Vogts y me propusieron ir a enseñar el oficio de wing a Alemania, pero con el estilo sudamericano. Estuve un par de meses en Frankfurt, eran como 2 mil chicos. Enseñaba cosas básicas: cómo poner el pie, cómo cubrir la pelota cuando recibís de espalda. Distintos jugadores enseñaban cada uno de su puesto, a mí me tocaron los wines.
49. –¿Kempes, Maradona o Messi?
–Saquemos a Mario, que es un goleador; Maradona y Messi son diferentes, son los jugadores que están 20 escalones por arriba del resto. Nosotros jugábamos bien al fútbol, pero estos entran en otra categoría. Si me das a elegir, a mí me gusta más Messi. ¡Hay que hacer 800 goles, eh! Y no me digas que juega en Barcelona, porque cuando Messi no está en Barcelona, lo extrañan tanto como en la Selección.
50. –¿No sentís que Messi tiene una deuda con la Selección?
–No, no, ¿cómo va a tener una deuda Messi con la gente? Escuchame, esto no es tenis ni boxeo, que entra uno solo a ganar o perder. Es un equipo, y como te digo, a veces el resultado es un accidente, si Argentina perdió dos finales por penales, ¿qué querés?
51. –Vos que tiraste tantos centros al 9, ¿qué pensaste al ver a la Selección sin 9 contra Francia?
–Noooo, pasa que la gente dice que Messi armó el equipo… (risas) Messi no es tan estúpido para ponerse de 9, ¿no? Creo que Sampaoli se equivocó en todo. Para mí, debieron echarlo de la Selección el día que basureó al policía diciéndole que ganaba 100 pesos. Me jodió muchísimo eso, lo hubiera echado allí mismo, y nos evitábamos todo el quilombo que hizo después.
52. –Tu día más feliz en el fútbol…
–Ehhh (piensa unos segundos)… cuando salí campeón con la Sexta en el BAP. Teníamos que empatar con Independiente de Junín para salir campeones, perdíamos 1-0, nos dieron un tiro libre sobre la hora, y la metí en el ángulo. Gol y campeones. Una alegría increíble. Y encima, enseguida vino García, el DT de la Quinta, y me pidió que me quedara a jugar el siguiente partido contra Defensa. "Beto, quédese por favor, que ya le consigo unos botines", me dijo. En ese momento no se tuteaba y en la Quinta se jugaba con botines a diferencia de la Sexta, que era con zapatillas. Perdíamos 1-0 y ganamos 2-1, también metí un gol. Un día soñado.
53. –¿Elegís ese día antes que cuando saliste campeón del mundo?
–Sí, sí, porque ese día me subí a la bicicleta y me fui llorando hasta el Club de Pescadores, donde vivía (se emociona). Era chico, tenía 12 años, nunca me olvidé de esa sensación, en cambio por ahí si me preguntás algo del Mundial, se me puede pasar.
54. –¿Cómo tomaste ser campeón del mundo?
–Es lindo ser campeón del mundo pero el resultado a veces es un accidente, porque si no tenemos que hablar de estos pibes que hace 10 años están jugando en la Selección y que para mí son buenísimos pero no ganaron nada, y entonces hay que decir que no sirven. El título es un accidente del juego, si la pelota de Rensenbrink, en vez de pegar en el palo, entraba, vos no estarías haciéndome esta nota. No es justo.
55. –Tu día más triste en el fútbol.
–No tengo, porque así como lo tomo para un lado, lo tomo para el otro, como un juego.
56. –El mejor técnico que tuviste y el peor.
–Zubeldía fue el mejor. Y malos tuve unos cuantos, pero no merecen que los nombre, ni por ellos ni por sus familias.
57. –Los mejores amigos que te dio el fútbol.
–Compañeros con los que me hablo hay algunos pero pocos: Olguín, Killer, Ardiles, nos saludamos para los cumpleaños. Amigos te puedo nombrar dos: Miguel Filardo y Eduardo Domínguez, un cordobés que jugaba en Talleres. Y punto. Para mí, la palabra amistad es muy grande.
58. –¿El rival al que volviste más loco?
–Hubo uno de Vélez, estaba haciendo la colimba, no recuerdo su nombre. "Negro, aflojá que me estoy jugando el contrato", me dijo, y me fui a jugar de wing derecho, a la otra punta, lo ayudé (risas). Me pasó con otros 4 o 5 que me pedían que aflojara. Si no me pegaban patadas, les cumplía… Lo que nunca hice fue pedir tarjeta a un tipo que me marcaba. Y tampoco sabía pegar. Una vez me dio Pernía, me di vuelta y levanté el pie, pero le terminé pegando a otro. "Perdón, no era para vos", le dije. O sea: la única vez que quise pegar, le pegué al equivocado.
59. –Ahora es bastante común pedir tarjeta para el rival.
-No lo entiendo. Tampoco la forma de gritar los goles: se tiran al piso, se dan vuelta, bailan, todo eso. Me parecen cosas de mal gusto, después te meten 3 goles y perdés 3-1 (risas). Yo levantaba los brazos y listo.
60. –¿Nunca quisiste ser entrenador?
–Hice quince años de docencia, pero siempre con chicos, en escuelitas. En un momento llegué a tener 3 escuelas, hoy varios de esos chicos tienen 20 años y me invitan a sus cumpleaños, voy a comer con ellos. Siempre tuve en claro que no me iba a sentir cómodo como entrenador. Habría cosas que no podría permitir.
61. –Por ejemplo...
–Si tuviera a un jugador que le pega una patada a un rival que está de espaldas contra la raya, le diría: "Sentate dos meses en el banco hasta que te des cuenta de que eso no se hace". Fijate en el 1-0 que nos mete Croacia en el Mundial, el marcador de punta no puede girar hacia adentro, es el abc del fútbol. Eso no lo toleraría, por eso siempre trabajé con los chicos.
62. –¿Con quién concentrabas en la Selección?
–Estuve con Luque, después con el Beto (Alonso) y terminé con Omar (Larrosa), íbamos rotando.
A Sampaoli lo hubiera echado el día que basureó al policía y nos evitábamos todo el quilombo que hizo después
63. –¿Tenías cábalas?
–Ninguna. Lo único que hacía al entrar a la cancha era la señal de la cruz pero pidiendo que no le pase nada a nadie, no por ganar.
64. –¿Cuál fue el partido más difícil del Mundial?
–Varios. El peor de todos, para mí, fue Brasil, que nos peloteó. El Pato (Fillol) sacó 5 o 6 pelotas terribles.
65. –¿Los sorprendió que Maradona se quedara afuera de la lista?
–En los picados se notaba que Diego era un crack, pero no había un clamor para que se quedara. De hecho, no estaba concentrado con nosotros, él venía los días de práctica de fútbol, así fue durante unos meses. Todos sabíamos que uno de los que salía de la lista era Maradona.
66. –¿Se veían campeones del mundo antes de empezar, charlaban entre ustedes de esa posibilidad?
–No. Antes de empezar no, porque no es como ahora que en el grupo te toca un equipo fuerte y dos más o menos. Los tres de nuestra zona eran europeos y podíamos perder tranquilamente con cualquiera de los tres. Con Hungría y Francia no perdimos por poquito, después nos tocaron Polonia y Brasil, otros dos durísimos. En la previa, no escuché a ninguno de mis compañeros decir que íbamos a ser campeones del mundo, la verdad.
67. –¿Con cuánto calificás tu Mundial, de 1 a 10?
–Mi Mundial no fue bueno. Tengo una explicación. La Selección jugaba un 4-2-4, con Gallego en el medio, Ardiles a su derecha y luego arriba éramos, desde la derecha, Bertoni, Luque, Kempes que arrancaba de 10 y terminaba de 9, y yo por la izquierda. Entonces, a mi espalda había 30 o 40 metros sin nadie, porque Kempes no estaba y porque Tarantini no era de ir al ataque. Yo era un jugador que necesitaba estar en contacto con la pelota, que me la dieran, y la pelota no me llegaba.
68. –Lo que más se recuerda de tu Mundial es el gol que te perdiste con Brasil.
–Si hubiese hecho el gol creo que no se acordarían tanto (risas). Me quedó la pelota medio abajo del pie, no tuve recorrido, le pegué tres dedos y se fue rozando el palo.
69. –Los partidos contra Brasil y Holanda fueron una carnicería, ¿o no?
–Sí, esos mellizos de Holanda eran tremendos (René y Willy van de Kerkhof). Después los encontré jugando en un equipo de Holanda y seguían pegando (risas).
70. –¿Cuál es la primera imagen que te viene del vestuario campeón?
Que no pude tocar la Copa, porque había mucha gente… Ojo: tampoco me tiraba encima ¿eh?, no le daba tanta importancia. Que después había que esperar un par de horas largas para ir a la fiesta. Nuestras mujeres llevaron el traje directamente para la fiesta. No fue una locura ese vestuario ni mucho menos…
71. –¿Cumpliste alguna promesa por ser campeón?
–No. Yo puedo hacer una promesa por algo importante.
72. –¡¿Salir campeón del mundo no era importante?!
–Era importante como un juego, pero es mucho más importante la educación, que la gente tenga trabajo, que tengamos un país normal, donde los políticos vivan como los trabajadores, como el resto de la gente. En Chacabuco tenía una bomba de agua toda escarchada, y pasé a los 30 años y seguía esa misma bomba ahí, sin funcionar. O sea que nadie hizo nada por la gente. Y después salimos a la calle por cosas menos importantes como el fútbol.
73. –¿Qué se siente ser campeón del mundo?
–Si salgo campeón, en buena hora, pero no me quita el sueño, te digo la verdad. A mí me quita el sueño la chica que murió ayer drogada, la gente que muere porque no tiene para comer.
74. –Insisto: ¿no sentiste una gran felicidad el día que fueron campeones del mundo?
–Tomé las cosas de la misma forma en que encaraba lo que hacía. Yo jugaba al fútbol, lo tomaba como un juego. Si no hubiese salido campeón no me hubiese jodido. Muchos se sorprenden de esto que digo, pero es lo que siento.
75. –¿Sabías algo de los desaparecidos?
–No, lo que sabía la mayoría. La gente siguió trabajando en sus profesiones, los periodistas también, y no les dijeron nada, y a los jugadores de fútbol, que continuamos haciendo nuestra tarea, nos echan la culpa de lo que pasó. En el plantel no hablábamos de política, esa es la verdad. Nos fuimos enterando con los años.
76. –¿El 6-0 a Perú fue normal o creés que existió algo raro?
–Por ahí hubo; que yo sepa, no. Una vez me preguntaron si había doping y soborno en el fútbol y contesté: "Existe la droga y existe el dinero, así que seguramente existirán las dos cosas", pero para decirte que hubo un soborno o un doping tengo que verlo o enterarme. Y nunca lo vi ni me enteré.
77. –¿Ponés las manos en el fuego por todos los peruanos de ese partido?
–No pongo las manos en el fuego por nadie.
78. –¿Se juntaron este 25 de junio para festejar los 40 años del título?
–Quizás algunos se juntaron, el grupo en general, no. Yo no tengo celular, pero mi señora sí, y ella está en el grupo de whatsapp de los campeones del '78 y me avisa si se organiza algo. Pero casi no tuvimos festejos, recuerdo uno que se hizo en la cancha de River, cuando Passarella era el presidente, creo que en 2013, pero en general no se recuerda a la Selección del '78. Por el hecho de haber jugado con un gobierno militar es como que nos desmerecieron, nos ensuciaron. Le dan más importancia a la Selección del '86, que a la nuestra, esa es la verdad.
79. –¿Te da bronca?
–No, eso no, me da bronca lo que pasó en la dictadura, pero no lo del festejo. Ya está, ya pasó.
80. –¿Sentís que cierto sector de la prensa los ninguneó?
–Creo que cuando fue pasando el tiempo, la prensa cambió la posición y empezó a culparnos, a decir que nosotros sabíamos lo que pasaba en el país y no fue así, por ahí había gente que sí sabía y siguió haciendo cosas.
81. –¿Con el tiempo te dio bronca enterarte de lo que pasaba realmente en el país durante el Mundial?.
–Claro, ¡cómo no te va a dar bronca que muera gente inocente en tu país! No sé si nos usaron, yo no me sentí usado en ese momento y creo que mis compañeros tampoco. Nosotros jugamos a la pelota para tratar de ganar. ¿Qué hubiese cambiado si salíamos subcampeones o si nos eliminaban en primera ronda? Los desaparecidos habrían existido igual.
82. –¿Por qué no usás celular?
–Porque no me gusta, porque lo voy a perder, porque igual mi mujer tiene uno y cualquier cosa me avisa. Jamás usé el whatsapp, después todos empiezan con los mensajes. Escuchame, viene tu cumpleaños y te mandan mensajes. No, si un tipo cree que es amigo mío, que me llame y que no empiece con los corazones y esas pavadas, dejá.
83. –¿Qué te pasó en el avión de regreso a Buenos Aires durante la gira de 1979 con la Selección?
–Jugué Argentina-Holada, en Berna, el partido que se promocionó como la revancha del Mundial y Rep se me tiró de atrás y me agarró el tobillo. Estuve varios días sin poder practicar, todavía quedaba algún partido, entonces le pedí al Flaco que me dejara volver, porque no tenía sentido seguir ahí. Me volví solo en el avión, desde Escocia, y ahí sufrí una parálisis facial.
84. –Se dijo que habías tomado pastillas.
–Tomé una pastilla para dormir, como la tomo hoy también. Después, me mandé una cerveza con la comida y me desperté a las 6 de la mañana sin poder hablar. Querían bajarme en Brasil pero el comisario de a bordo se hizo cargo y se quedó conmigo. Apenas pisé Ezeiza me llevaron al Sanatorio Güemes y me quedé 20 días internado.
85. –¿Tuviste miedo de morirte?
–No. Mi problema es que perdí el habla, porque el virus me agarró una arteria o un nervio que no son los más importantes, porque, si no, no estaríamos hablando en este momento. Volví a jugar un par de meses después, y terminé mi carrera cuatro años más tarde, en el 83, así que no me afectó para jugar.
86. –¿Te dejó secuelas en el habla? Hoy tenés ciertas dificultades.
–Es cierto, pasó porque tenía que hacer un tratamiento de rehabilitación en fonoaudiología, fui dos veces y lo dejé. A ver, cómo decirte… antes me manejaba con 5 mil palabras, ponele, y hoy me manejo con 3 mil.
87. –Pero te cuesta un poco, ¿o no?
–Es la secuela que me quedó, porque físicamente no tengo nada. Algunas palabras me complican más que otras y me patina un poco.
88. –¿Se te complicó para volver a hablar?
–Pensé que no iba a hablar más, te digo la verdad. Al bajar del avión no decía ni una palabra y cuando el médico me explicaba que en 20 días iba a hablar, pensaba que era todo verso. Pero no, a los 20 días fui arrancando de a poco. Tuve que leer bastante, pero a mí me gusta leer. Siempre leí de política e historia, también me gustó escribir.
89. –¿Menotti se enojó con vos por esto que te pasó?
–Para nada, si en el 80, estando en Huracán, fuimos a tomar un café con el Flaco a Rond Point. Bah, más que café nos tomamos unos whiskies. Me dijo: "Negro, vamos a España". Me quería llevar al Mundial 82. ¿Viste cuando hay un mal saque de tenis y gritan "Nop"? Bueno, así le dije: "Nop". ¿Estar cinco meses concentrado para jugar 7 partidos? No, aparte ya me había sacado el gusto de un Mundial.
90. –¿Por qué este año no fuiste a la Bombonera cuando homenajearon a los campeones del 78 y del 86, antes del partido con Haití?
–Porque no voy a la cancha, fue mi hijo en mi lugar. No me gusta cuando hay tanta gente.
91. –¿No te gusta que te reconozcan como campeón del mundo?
–Soy tímido, tampoco me gustan las fiestas. Muchas veces me han dicho: "Ortiz, queremos ponerle tu nombre a tal peña, te invitamos" y les agradezco pero les digo que no cuenten conmigo, que no voy. Ya te expliqué: a mí me encantaba jugar a la pelota en el campo, sólo jugar; el resto, no.
Le dan más importancia a la selección del 86 que a la nuestra, nos ensuciaron por jugar durante un gobierno militar
92. –¿La AFA te invitó al Mundial de Rusia como al resto?
–Me invitaron, sí, pero no tenía ganas de ir. ¿Te imaginás: 800 kilómetros para allá, 800 para acá? No, dejá. Mi hijo me insistía. En el 2006 lo llevé al Mundial de Alemania, cuando la FIFA invitó a todos los campeones del mundo para desfilar en la inauguración. Estuve dos días y enseguida cambié el pasaje para volverme, mi hijo se quedó.
93. –¿Al de Brasil fuiste?
–Sí, para hacerle el aguante a mi mujer. La Flaca es muy futbolera, cuerva cuerva. Yo justo venía de una operación jodida en el páncreas, por la que estuve casi un año internado, no todo de corrido, pero entraba 20 días, salía, volvía a entrar otros 25. Una pancreatitis, bajé 27 kilos. Y como ella me bancó ahí todos los días en el sanatorio y tenía ganas de ir al Mundial, le dije a la AFA que no podía ir solo y pedí otro pasaje para que fuera mi mujer. Si era por mí, no iba.
94. –¿Vas a la cancha seguido?
–No, ni loco, miro al Barcelona los fines de semana, eso sí me gusta.
95. –¿Cuánto cobrás de pensión como campeón mundial?
–Hasta hace unos meses eran 4 mil pesos, con Chiqui Tapia lo llevaron a 10 mil.
96. –¿Vas a la AFA todos los meses para cobrar?
–¡No, si te lo van a traer!
97. –¿Qué pensás de esa pensión?
–Mirá, cuando empezó, nosotros no pedimos plata, pedimos trabajo. No sé, ir al interior, dar clínicas, enseñar, contar nuestras vivencias. Lo hablamos con Julio (Grondona), arrancó bien, pero después nos cambió eso por plata. Y al principio era buen dinero, pero después se fue cayendo. Ahora lo subieron bastante.
98. –Había un plan de esta conducción de darles una oficina y la obra social.
–Lo más importante es la obra social, porque hay algunos muchachos que no tienen. Escuchame, yo no tiro manteca al techo pero me arreglo; otros muchachos, no. Lo de la obra social se iba a firmar antes del Mundial y se suspendió, no sé bien qué pasó.
99. –¿Cómo estás vos económicamente?
–Tengo algunas cosas, una casa en Junín, alquilo este gimnasio de acá arriba (señala), cobro la pensión de AFA, San Lorenzo también me paga, vivo bien, no me quejo, pero digo que hay chicos que no están para nada bien.
100. –¿Cómo tomaste que este año se murieran los dos primeros campeones del 78?
–Es parte de la vida… pero me gustaría que la AFA hiciera algo. Nosotros fuimos los primeros campeones del mundo y si se cobra un determinado dinero en los amistosos es porque Argentina tiene dos campeonatos del mundo. Ya se nos fueron dos este año, el Loco René (Houseman) y Rubén (Galván), y si vos dejás pasar, viste… pensá que ya andamos todos con más de 60 años. Yo tengo seis cinco, por ahí voy y corro, juego a la pelota, pero hay otros que no pueden ni caminar, algunos se tienen que operar la cadera. No hay que esperar a que se vaya alguien más para hacer lo de la obra social. Ojalá se concrete rápido.
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