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Las 100 preguntas a Fernando Redondo: “Me quedó pendiente haber jugado más con mi país”
Fue, para muchos, el mejor volante central de los últimos 30 años. Formado en el semillero de La Paternal, dueño de un estilo singular que hizo escuela, revolucionó el Tenerife, triunfó en el Real Madrid, ganó todo con el Milan, tuvo un vínculo traumático con la Selección y las lesiones le terminaron dinamitando la carrera. “Me quedó pendiente haber jugado más con mi país”, admite hoy, pisando los 50 años, Fernando Redondo, una de las figuritas más difíciles para los periodistas deportivos. “Pero no todo se hace a cualquier precio”, argumenta, ya dispuesto a lanzarse como entrenador y repasando, con nombre propio y conceptos claros, su recorrido por el fútbol: Passarella, Simeone, Bilardo, Scaloni, Maradona, Messi, Gago, Zidane, Florentino Pérez, Old Trafford, Bielsa, Sergio Ramos, Maradona, Pekerman, Berlusconi, Independiente, el Indio Solari, Gallardo, el juvenil del 85, Guardiola, sus hijos.
1| ¿Quién es Fernando Redondo?
–Uh, hablar de mí no me gusta ni me sale. ¡Qué difícil! Podría decir que siempre intenté ser consecuente con mi manera de pensar y de sentir, tanto dentro como afuera de la cancha. Y sigo siendo así.
2| ¿Por qué empezaste a jugar al fútbol?
–Nosotros somos de Adrogué y mi papá, Fernando, jugó al fútbol en Brown de Adrogué. Era N° 5 también; sus amigos suelen decir que era mejor que yo, pero mi respuesta es que no hay registros fílmicos que lo corroboren, así que para mí es todo poesía (risas). Mi papá llegó a jugar en la Primera de Brown, en la C, pero en ese entonces no se le daba tanta importancia, además su padre falleció cuando él tenía 18 años y debió ponerse a trabajar, algo que por suerte a mí no me tocó de joven.
3| O sea que tu viejo te inculcó la pasión por el fútbol...
–Desde muy chico yo andaba con la pelota todo el día. Era el estudio por insistencia de mamá y después fútbol, fútbol y fútbol. En el fondo de casa jugábamos con Leo, mi hermano, al que le llevo 18 meses. Y con los chicos del barrio pateaba en la calle, como se hacía antes. Papá me llevó a 9 de julio de Adrogué, un club de baby, de muy pibe. Ahí estuve poco tiempo y enseguida me vieron de Talleres de Escalada, en unas finales del torneo policial que se disputaron en su estadio. Siempre jugué en el medio. En el colegio tuve un profesor de gimnasia llamado Lentini, muy futbolero, que también me estimulaba. Mi papá, aparte, nos llevaba a la cancha de Independiente, a mí me encantaba.
4| ¿Eras de los hinchas fanáticos?
–Bastante, sí, porque eso también nos transmitió papá: sentir las cosas, tener carácter, que no nos diera lo mismo. No sólo mi papá es hincha de Independiente: también lo era mi abuelo materno, de apellido Nery Huerta, socio vitalicio, así que la influencia venía por las dos partes. Agarramos una etapa espectacular de Independiente, fines de los 70 y comienzos de los 80, con Alzamendi primero, después Marangoni, Bochini, Villaverde, Trossero...
5| ¿Recordás algún partido en especial?
–La final del Nacional 78 que le ganamos 2-0 a River en Avellaneda, con los goles de Bochini. Me acuerdo porque estábamos en la Cordero y papá dijo: "Si metemos un gol le tiro los zapatos al linesman" (risas). Lo dijo como un chiste, una promesa, no como algo violento. Y así fue, se los tiró nomás. ¡Zapatos nuevos… y se volvió descalzo a casa! ja, ja, increíble...
6| Regresemos a tu carrera: estábamos en Talleres.
–Bueno, fui a jugar unas finales con mi club de baby y ahí me vio Tito Sarlenga, el que también descubrió a Zanetti, y empecé a jugar en cancha de once. Al año siguiente, en un partido contra Argentinos, los que me vieron fueron Oscar Refojos y el padre del Checho Batista, entrenadores de las inferiores del Bicho. Averiguaron donde vivía y vinieron hasta casa para hablar con papá y decirle que me querían. Tenía 11 años.
7| ¿Tuvo dudas tu papá?
–No. Su decisión se basó en que Argentinos tenía muy buenas inferiores. Contaba con grandes maestros como Francisco Cornejo, el descubridor de Maradona. También Pekerman, Balcázar, Refojos. Eso ayudó mucho. No era sencillo, porque ir de Adrogué a La Paternal quedaba muy a trasmano y papá me llevaba y me esperaba, al principio tres veces por semana y después todos los días. Por eso siempre digo que gran parte de mi carrera se la debo a papá, porque sacrificó mucho tiempo por acompañarme. Ahí formamos la categoría 69 que era buenísima. Fuimos campeones en novena.
8| ¿Quiénes estaban?
–El Turco Maradona, Silvio Rudman, el Negro Cáceres, Gabriel Marino, Diego Segovia, Gabriel Tesitore. Un equipazo.
9| ¿Cómo se forjó ese estilo tan particular que tenías para jugar?
–Creo que viene con uno, y después vas mirando e incorporando cosas. Ahí influyeron por un lado el gusto futbolístico de mi padre, el de Independiente, y también el hecho de ver seguido a Marangoni. Siempre fui 5, en algún momento me quisieron poner de 10, por características técnicas, pero muy poquito.
10|¿Qué es lo que más te gusta del puesto de volante central?
–Es el lugar de la cancha donde se cruzan todos los caminos. A mí me encantó jugar ahí. Es una posición desde la que tenés una visión muy importante de tu equipo y del juego. Como entrenador, para mí ese sería un puesto importantísimo, sobre todo para el estilo de juego que me gustaría que desarrolle mi equipo. Fijate que cuando en la selección jugaba Gago la pelota salía mejorada siempre, encontraba en él a un vértice de jugada para sacar un momento de presión y romper una línea rival, para encontrar con un pase a Messi en situación de ventaja. Es una posición que te obliga a leer el juego: hay momentos donde tenés que ralentizar y otros para profundizar y acelerar. El 5 le da equilibrio defensivo al equipo y aporta en la elaboración del juego. Me parece un puesto clave.
11|¿Es posible que tu apodo de infancia sea Loco? Porque siempre se te vio bastante cuerdo.
–Sí señor. Es que soy Géminis, ¿viste? Tiene como dos polos (risas). Me lo pusieron en Argentinos, pero no por un hecho puntual, sino por un carácter medio explosivo. Me iba rápido a las manos. De hecho, en el colegio también era de pelearme seguido.
12| Confirmame si dejaste colgados a los invitados de tu primera comunión.
–Colgados no, porque ya todos sabían que tenía que jugar un partido con Argentinos apenas terminaba la ceremonia. Un partido en La Plata, recuerdo muy bien. Mi hermano Leo también jugaba. Así que tomé la comunión en Adrogué, no hubo fiesta ni nada, y de ahí salimos a las corridas con mis padres hacia La Plata, cambiándonos en el auto.
13| ¿Qué significó para vos el Sudamericano Sub 16 que ganaron con la Selección en cancha de Vélez?
–Fue hermoso, el primer sueño cumplido en la carrera, y también el primer empujón para empezar a tener cierta notoriedad. Para nosotros era todo nuevo: concentrar, jugar en estadios llenos. Hubo que madurar de golpe, y en eso fue muy importante el técnico Carlos Pachamé, de quien guardo un muy lindo recuerdo.
14| Le ganaron la final a Brasil…
–Así es: 3-2, después de ir abajo dos veces en el resultado. Y antes ganamos por goleada todos los partidos, creo que fueron siete. La gente se sintió muy identificada con el equipo. Tuve la suerte de ser el capitán y compartir el vestuario con chicos con los que hicimos amistad y con los que nos hemos seguido viendo en muchos casos: el Turco Maradona, el Negro Cáceres, Kuyumchoglu, el Gato Miguel, Salaberry, Frutos... El Negro habla más ahora que antes, que era introvertido (risas): tiene una gran vitalidad, es un ejemplo tremendo el Nano.
15|¿Quién fue tu gran maestro, el que más te marcó?
–No puedo decirte uno solo. Tendría que empezar por mi viejo, en realidad, por la transmisión de los valores, en esos tantísimos viajes que compartíamos. Tiene que ver con una manera, con que no todo se hace a cualquier precio. Me sirvió mucho, sobre todo en un momento en el que uno está forjando su carácter y aparecen dudas. Siempre tuve mucho diálogo con él y con mi madre, han sido importantísimos en mi formación, y lo siguen siendo a diario. Por suerte los puedo disfrutar.
16| Nombraste a tu padre. ¿y entrenadores de inferiores?
–Francisco Cornejo, obviamente, fue el primero. En el predio de Malvinas había un pizarrón apenas entrabas. Ahí, Francis dibujaba el bichito colorado y ponía los destacados del fin de semana, lo que le había gustado, y lo primero que hacíamos al llegar el lunes o martes era pasar a ver si había puesto algo de tu categoría o algo tuyo. Aparte, cuando hablaba Francis se hacía un silencio absoluto. El alimentaba el espíritu ganador, de pertenencia. Después de Francis, salté unas categorías y lo tuve a José (Pekerman) en sexta y también me dejó una marca..
Redondo, en Real Madrid
17| ¿qué enseñanzas te dejó?
–Y… todo lo que transmite José: esa tranquilidad, esa deportividad digamos, la pelota por encima de todo, el orgullo, decir: "Somos Argentinos Juniors, un equipo chico en recursos pero grande en cuanto a juego, con un estilo definido y ofensivo". Con José salté a la Reserva, me marcó realmente.
18| ¿Qué recordás de tu debut en Primera?
–Fue en septiembre del 85, ya después del Sub 16, contra Gimnasia en cancha de Ferro. El técnico era José Yudica. me acuerdo de que José (Pekerman) estaba muy pendiente de que no me apuraran, de que no me quemaran. Tenía 16 años recién cumplidos, y me tocó debutar en un equipo alternativo, porque el principal estaba jugando los tramos decisivos de la Libertadores, aquel equipazo que alzó la Copa y estuvo a unos minutos de ganarle a la Juventus la Intercontinental con un fútbol hermoso. Tuve la suerte de llegar a Primera con esos enormes jugadores. Yudica tenía una gran personalidad. "Jugá con total tranquilidad, como vos sabés", me dijo. Yo igual tenía unos nervios tremendos. Entré en el segundo tiempo.
19| Tardaste en agarrar la titularidad...
–Claro, porque ahí estaba el Checho (Batista), que era inamovible. Jugué algunas veces con él, yo tirado a la izquierda, pero la titularidad la agarré cuando vendieron al Checho a River, en el 88, ya con Nito Veiga, del que también tengo un grandísimo recuerdo. Nito llegó con Rojitas y el Beto Menéndez como ayudantes, dos tipos geniales, y anduvimos muy bien. Les ganamos a casi todos los grandes.
20| ¿Dónde te instalaste desde tu retiro en 2004?
–Apenas me retiré fuimos a Madrid, donde tengo casa, y en 2007 volvimos a la Argentina. Lo hablamos con mi mujer: ya eran 17 años viviendo afuera y todavía los chicos tenían una edad en la que los podíamos sacar. Si dejábamos pasar un poco el tiempo se iba a hacer muy difícil. Dijimos "vamos a probar" y la verdad que estamos encantados de haber vuelto, porque los chicos se adaptaron perfecto y nosotros recuperamos los afectos y el día a día con la familia.
21| ¿Cuántos hijos tienen?
–Tres: Fernando (24), Luciana (21) y Federico (16). Luciana estudia diseño industrial, Fernando hizo inferiores en Argentinos, All Boys y Tigre, jugaba de 5 o de 8, pero tuvo problemas en las rodillas: se rompió los ligamentos cruzados de las dos. Mirá vos cómo es la vida: lo mismo que me pasó a mí. La segunda rotura fue justo después de su debut en la Primera de Tigre. Le costó recuperarse y él solo tomó la decisión de dejarlo y seguir con sus estudios de Administración de empresas. Fede tiene 16, y juega en la Séptima de Argentinos, voy seguido a verlo. Es 8 o doble 5, como se estila ahora. Dependerá de él. Condiciones tiene.
22| ¿Les pesa o les pesó el apellido?
–Lo llevan con naturalidad. A veces está la comparación, el apellido salta enseguida, pero siempre les dije que eso no lo eligieron ellos, así que debían aceptarlo y tomarlo con tranquilidad. Los tres son hinchas de Independiente y del Madrid, y le tienen gran afecto a Argentinos. Van seguido a la cancha, allá y acá.
23| ¿Qué significa ser "embajador" de la Liga?
–Me llamó Fernando Sanz, excompañero del Real Madrid y amigo, que estuvo 5 años difundiendo la Liga en países árabes, abriendo oficinas. Y de eso se trata, de promocionar la Liga, transmitir su esencia. Yo desarrollé la mayor parte de mi carrera en España. Fueron 10 temporadas, así que conozco bien la Liga a partir de haberla vivido desde adentro. ¿Cómo se promociona? En concreto, hace un par de semanas, estuvimos en Colombia con motivo del Madrid-Barça y se llenó el Arena que está al lado del Campín para ver el partido ahí: hablamos, interactuamos con la gente y también se arman cosas con la Fundación de la Liga vinculada a la formación de escuelas, becas para chicos. Todo un tema de inclusión que está muy bueno.
24| Eso te obliga a dar notas, algo que nunca te gustó demasiado: en un par de meses habrás dado más que en 20 años de carrera. ¿o me equivoco?
–Ja, ja, ja, es cierto, pero bueno, ya lo tenía asumido al tomar la decisión de aceptar el trabajo. Igual lo hablé con Fernando (Sanz): lo que a mí no me gusta es aburrir, porque al fin de cuentas las preguntas terminan siendo las mismas y las respuestas, por ende, también. Y si me aburro yo, cuando después me veo o me leo, imagino que también aburro a los demás. Por eso quedamos en hacer este tipo de eventos y notas de manera esporádica.
25| Vos dabas pocas notas como jugador, pero desde que te retiraste desapareciste del mapa. ¿por qué?
–Tiene que ver un poco con mi manera de ser y otro con que en muchas entrevistas que di, después, cuando las leía no veía reflejados mis pensamientos, y eso te va cerrando también. Entonces decís: "Prefiero no hablar antes que hablar y después tener que salir a explicar que eso no era así". Lo peor es que sufro cuando me pasan esas cosas, porque si me diera igual, no tendría problemas..
26| ¿En qué le gana la Liga a la Premier?
–No me gusta enfocarlo de esa manera. Para mí, la Liga es única por su historia, por los grandísimos futbolistas que la disputaron, por las rivalidades regionales y porque tiene al gran clásico del mundo, el Madrid-Barça. Y con esos clubes tenés a los mejores jugadores. Ojo: a mí me encanta la Premier, pero la Liga es única, tiene su sello.
27| ¿Qué hacías antes de ser embajador?
–Le dediqué mucho tiempo a mi familia, fue la prioridad cuando dejé de jugar. Eso me llevó una década y me sirvió también para despegarme de mi carrera de futbolista y verlo desde otra óptica. Miré mucho fútbol en estos años, eso sí, porque nunca dejó de ser mi pasión. Me divertí jugando con los veteranos del Madrid y de Argentinos, y aplacé bastante el tema de hacer el curso de entrenador, hasta que lo hice en 2017. En ese lapso me ofrecieron distintos cargos, pero entiendo que la única manera de volver al fútbol profesional es siendo entrenador.
28| ¿Seguís jugando?
–No, ya no puedo. Lo hice hasta que mi tendón y mi rodilla me dijeron basta, otra vez me retiraron de la actividad. Es también por una cuestión mental, porque al no darme el físico, tampoco podía jugar a media máquina, entonces prefiero salir a correr subaeróbico como para quemar algo, y listo.
29| ¿Hiciste el curso con Lionel Scaloni?
–Con Scaloni, entre otros, sí. Es un curso intensivo dado en la Federación Española para exjugadores que cumplen ciertos requisitos. Dura un año y medio y está dividido en tres fases. Scaloni hizo la primera en Italia y se sumó para las dos últimas en España. También estaban Leo Franco y Saviola, entre otros argentinos.
30| ¿Cómo lo viste a Scaloni en ese momento?
–Participaba muchísimo. Lo noté como una persona muy extrovertida, con personalidad, muy segura de sí mismo.
31| ¿Qué pensás de que sea el entrenador de la Selección sin haber dirigido nunca un equipo?
–No es lo natural, en eso coincidimos todos, pero tiene que ver con cómo se fueron dando los hechos en la AFA. Tampoco era lógico traer la décima opción porque los nueve anteriores no querían agarrar. Valoro que con personalidad y coraje asumiera una situación complicada y que lo hiciera con naturalidad, como si tuviese muchos años de entrenador encima. En síntesis: dada la situación de emergencia, me pareció una solución lógica. Por otro lado, la experiencia es importante, pero tampoco es sinónimo de éxito, ¿eh? Hay muchos casos que lo demuestran.
32| ¿Cuáles son para vos los principales atributos que debe tener un buen DT?
–Ser entrenador hoy es muy complejo, es necesario contar con un montón de atributos. Cómo transmitir, para mí, es fundamental, porque podés saber mucho, pero si no le llegás al jugador, no sirve. Antes de esto, debés tener muy en claro qué querés. El jugador percibe enseguida cuando el entrenador tiene dudas, y si deja de creer, ahí se complica. Entonces: idea muy definida, saber transmitirla y gestión de grupo, que es complejo. Ahí juega la sinceridad y honestidad del entrenador, no mentir y poner las reglas claras. Ser uno mismo. Vicente del Bosque fue muy importante en mi carrera, entre otras cosas por la valoración que hacía de mí y del resto no sólo como jugador, sino como ser humano, no se trata de ganar de cualquier manera. El otro atributo es saber de fútbol, verlo bien, obviamente.
33| ¿Ya estás para arrancar como entrenador?
–Esa es la idea, sí, yo extraño la adrenalina de la competencia. No me importa el país donde aplicarlo sino poder encontrar un club donde desarrollar un proyecto. Por suerte también tengo a mi suegro (el Indio Jorge Solari) con Renato Cesarini. Ahí estuve haciendo prácticas. Fue una gran ayuda porque se dedican a formar jugadores y entrenadores y cuentan con una experiencia enorme. Es una locura: ¡tienen 40 canchas en Renato! Por eso lo primero que le dije a Fernando (Sanz) cuando me llamó es que yo pretendía empezar como entrenador, pero que si salía algo que me interesaba, la actividad de embajador iba a tener que dejarla stand by.
34| ¿Te animarías a la locura del fútbol argentino?
–Estoy abierto a todo, debería analizar bien la propuesta. Si es para ir a un equipo a colgarme del travesaño, no. Yo no quiero ser entrenador por un tema económico, sino porque el fútbol es mi pasión y aspiro a poder desarrollar mis ideas. Si coincido con la directiva en los pensamientos, lo haría en cualquier liga.
35| ¿Es cierto que te ofrecieron ser manager de Independiente?
–Sí, pero no fue ahora, sino antes de que llegara Holan, incluso. Agradecí, pero les expliqué que no me veía en otra función que no fuera la de entrenador.
36| ¿Y existió la chance de que te retiraras como futbolista en el Rojo?
–Cuando se supo que no quería renovar en Milan, gente de Independiente se acercó a Ricardo Luri, mi representante, pero yo ya sufría mucho con la rodilla, no tenía sentido. Me hubiese encantado entrar a la cancha de Independiente a jugar y que mi abuelo, mi padre y mis hijos me vieran desde la tribuna con esa camiseta (se le ilumina la cara). Hubiera sido coronar de una manera muy linda mi carrera, pero estando bien, no así como estaba.
37| ¿Vas al Libertadores de América?
–Muy poco, prefiero pasar desapercibido. Mis hijos sí van seguido.
38| ¿Cómo te sentiste comentando fútbol en la tele en España?
–Me di cuenta de que no es lo mío, me siento muy condicionado porque hay ciertas cosas que, aunque las pensara, no las diría nunca, entonces tampoco tiene mucho sentido.
39| ¿El apodo Príncipe te lo puso Simeone?
–Si te digo, te miento. Sí recuerdo que fue en Arabia, en el 92, cuando ganamos la Copa Rey Fahd con Basile de técnico. Creo que empezó el Cholo y luego salió en El Gráfico algo de El Príncipe de Arabia y quedó, porque de hecho algunos me siguen diciendo así. Si me gritan "Príncipe", me doy vuelta, lo mismo si me gritan "Loco". Esos seguro que son de los primeros años.
40| ¿Qué pensás del Atlético de Madrid?
–Que es tremendo lo que hizo el Cholo. A mí me sorprende el poder de convencimiento que sigue teniendo sobre sus jugadores. Cuando ves la entrega y la seguridad de esos jugadores en esa idea no sólo es respetable, ¡es realmente admirable!
41| Imagino que los partidos del Aleti no son los que más te gusta mirar. ¿o sí?
–Ojo, que hubo una evolución en el juego del Atlético, pasó de un estilo muy directo a otro no tanto, aunque como lo dijo el mismo Cholo, no le da una importancia suprema a la posesión. Además, no ganás la Liga siendo defensivo. Y el Atlético la ganó una vez y la peleó otras más. Después, hay cosas que me pueden gustar más o menos, pero nunca diría que no miraría al Atlético de Madrid.
42| ¿Tuviste muchas agarradas con periodistas en tu carrera?
–No muchas, aparte te digo sinceramente: las cosas malas las borro. Sí me está viniendo a la mente ahora una insólita que me pasó: una entrevista en la revista Don Balón de 2 o 3 páginas que nunca había hecho. O sea: se inventó una entrevista completa, así que en ese caso tuve que acudir a un abogado.
43| ¿Es casualidad que Argentinos haya sacado tantos cinco "tipo Redondo"? Cambiasso, Ledesma.
–Tiene que ver con eso que hablábamos antes de los formadores y el estilo: es una marca de Argentinos. Espero que no se pierda con esto del doble cinco.
44| ¿En qué jugador de los últimos años te viste reflejado?
–Con el que me sentí más identificado fue con Gago, sobre todo por esa característica prioritaria de ofrecerse siempre, de estar bien ubicado para leer el juego, para sacar a un compañero de una situación complicada y poner a otro en situación de ventaja, para manejar los tiempos. También admiro muchas cosas de Busquets: el sentido de la simplicidad, la buena ubicación. Recuerdo un consejo que me dio Francis Cornejo apenas me iniciaba: "Si estás bien ubicado vas a correr menos y la vas a agarrar más". Esa es la cuestión del 5. Y para eso es fundamental leer e interpretar el juego. En el fútbol lo que tenés que ganar es tiempo: eso lo conseguís, en esa zona, ubicándote en el lugar justo, con un buen control, estando bien perfilado antes de recibir, habiendo mirado antes de recibir.
45| Fuiste compañero de Maradona. ¿Messi llegó a su altura con la pelota en los pies?
–Sí, absolutamente.
46| ¿El personaje del fútbol que más te impactó en una charla?
–Menotti, el Coco Basile… A Menotti lo conocí a poco de debutar en Argentinos. Un día, el Beto Menéndez me dijo: "Vamos a comer con Menotti, ¿querés venir?". Y realmente me impactó.
47| ¿Cómo definirías lo que hizo aquel Tenerife que integraste a comienzos de los 90?
–El club casi no había estado en Primera en su historia, y cuando llegamos venía de salvarse del descenso en una promoción, con Azkargorta de técnico. Al buscarme me explicaron que la idea era armar un equipo importante para tratar de aspirar a una plaza en la vieja Copa de la UEFA (hoy Europa League), y así se fue dando la transformación, y lo terminamos consiguiendo. No fue fácil al principio, la pelota la veía pasar por arriba de un lado para el otro (risas). Después llegó el Indio (Solari), trajo al Tata Martino, y más tarde vinieron Valdano y Cappa y muchos argentinos: Ezequiel Castillo, Dertycia, Pizzi, Latorre… El equipo jugaba muy bien. Al llegar a España, se decía que si sacabas un empate de visitante era un positivo, y si empatabas de local, era un negativo. ¡Vos fíjate la mentalidad! Entonces para un equipo chico sacar un empate afuera era la gloria. Yo no lo podía entender. Con aquel Tenerife rompimos con esa idea y salimos a ganar en cualquier cancha..
48| Le sirvieron en bandeja dos títulos seguidos al Barcelona, ganándole al Real Madrid en la última fecha, dos cierres calcados.
–Sí, fue tremendo. En la segunda no participé del final porque estaba con la Selección en la Copa América. Se habló muchísimo en la previa, de dinero de un lado y del otro, de que estaba todo arreglado, y la verdad que no hubo nada y ganó el fútbol limpio. Arrancamos 0-2 y lo dimos vuelta hasta 3-2 y el Barcelona de Cruyff salió campeón. Y al año siguiente pasó exactamente lo mismo, sólo que ganamos 2-0. En ambos casos el Madrid había llegado un punto arriba a la última fecha y en ambos casos perdió con nosotros y se le escapó el título. ¡Increíble!
49| ¿En qué se nota que el Madrid es distinto al resto de los clubes, como suele decirse?
–Cuando entrás al Bernabéu y mirás para arriba, ahí tomás conciencia. Después, la repercusión que tiene la camiseta. En lo mediático, pero también cuando vas por España y el mundo: lugar al que íbamos, lugar en el que había gente del Madrid esperándote.
50| ¿Es muy pesado el vestuario del Madrid?
–Mi experiencia dice lo contrario: cuanto más grandes los jugadores fue más fácil la convivencia. Obviamente siempre hay cosas dentro de un vestuario, pero cuando a mí me tocó llegar al Madrid, estaba la famosa "Quinta de El Buitre", todos decían que manejaban el equipo y la verdad que no era así para nada, gente bárbara. Hay mucho mito en todo eso del vestuario.
51| ¿Qué es lo que más te enorgullece de tu paso por el Madrid?
–Haber podido demostrar mi fútbol. Haber conservado mi estilo con diferentes entrenadores y en diferentes situaciones. Si bien la primera temporada fue espectacular, porque cortamos la serie de 4 Ligas consecutivas del Barca ganándola nosotros, en la segunda el equipo no anduvo bien, hubo críticas, y no fue fácil, pero lo pude superar. Por supuesto, conseguir la séptima Copa de Europa fue el hecho más destacado de mi paso por el club, ya que el Madrid volvió a reinar en Europa tras 32 años, y pude jugar todos los partidos de esa Champions. Repetimos dos años después, y allí ya con el honor de haber sido el capitán.
52| ¿Lloraste el día que volviste al Bernabéu jugando para el Milan?
–Uf, creo que jugué mi peor partido, fui un desastre, se la daba a los de blanco (risas). Fue un reconocimiento que no esperaba y me pegó fuerte: estábamos para empezar el partido y todo el Bernabéu empezó a gritar "Redondo, Redondo", y yo miraba para los costados y aplaudían mis compañeros, y también aplaudían los jugadores del Madrid, algo espontáneo, inesperado. Me superó, la verdad, tomé ese instante como el homenaje que me hizo el Real Madrid siendo jugador activo.
53| La famosa jugada en Old Trafford, con el taconazo, desborde y pase atrás a Raúl, ¿la venías practicando o te salió en el momento?
–La había hecho en inferiores, nunca en Primera, quizás en algún entrenamiento. Fue inspiración, lo sentí ahí, y viste que decidís en milésimas de segundos, ¿no?
54| Si no hubiera aparecido Raúl para transformarlo en gol, ¿habría tenido tanta repercusión?
–Obviamente que el hecho de que termine en gol hace que una jugada sea más importante. También que fuera en Champions y ante el campeón vigente que no perdía ahí hacía mucho tiempo. Más allá del taco, para mí fue importante haber hecho la pausa, levantado la cabeza y ver a Raúl, que sólo la tuvo que empujar (risas). Fue por cuartos de final, habíamos empatado 0-0 en Madrid y en Manchester ganamos 3-2 y los eliminamos. La gente nos aplaudió cuando nos íbamos al vestuario. Está buenísimo que el fútbol se entienda así.
55| Cuando levantaste la Orejona 2001/02 como capitán en la final ante el Valencia, ¿imaginabas que habías disputado tu último partido en el Madrid?
–No, en absoluto, yo pensaba que me iba a retirar en el Madrid.
56| ¿Florentino Pérez decidió venderte porque habías apoyado a Lorenzo Sanz en las elecciones?
–No creo. Florentino se había comprometido en la campaña a traer a Figo, costaba mucho dinero y el Milan ofrecía por mi pase 3 mil millones de pesetas (18 millones de euros), era un montón de dinero por un futbolista de 31 años. En ese momento, con Florentino había llegado Pirri como secretario técnico y me avisó que había una propuesta del Milan y que el club estaba de acuerdo en aceptarla. Un tiempo antes me había querido comprar el Inter y el Madrid le contestó que no había ninguna posibilidad.
57| Te abrieron la puerta de salida...
–Me tocó un poco el amor propio que me quisieran vender, la verdad. Por otro lado se trataba del Milan y estaba Berlusconi, que me llamaba a mi celular para que fuera. En el Madrid yo había dado todo, ganado dos Champions y dos Ligas, entre otros títulos, los entrenadores me habían elegido el mejor futbolista de esa Champions, o sea que sabía que el puesto ahí no me lo sacaba nadie. Lo del Milan, en ese sentido, era un desafío también para mí.
58| ¿Cómo fueron esas charlas con Silvio Berlusconi?
–Mi representante me avisó que en 10 minutos me iba a llamar Berlusconi y así fue. Me contó que me seguían desde que jugaba en Tenerife, porque una vez habíamos enfrentado al Milan en un amistoso, y evidentemente tenían referencias mías por Fabio Capello, que me había dirigido en el Madrid. Estaba en el momento más alto de mi carrera, físicamente me sentía bárbaro, con mucha experiencia, y resulta que fui y me lesioné en una de las primeras prácticas. Insólito.
59| ¿Cómo se produjo la lesión?
–Yo había hecho la pretemporada con el Madrid y, al finalizarla, se produjo la venta. Llegué al Milan y el sistema de entrenamiento era diferente, con mucha carga física y mucho trabajo de fuerza. No dije nada, un poco por orgullo, pero estaba muerto muscularmente. Debí haber hecho una adaptación progresiva, pero eso lo analicé después. En ese contexto hicimos fútbol, y en una jugada giré y sentí… track: me rompí los cruzados de la rodilla derecha y no pude jugar ni un partido durante dos años. Es decir: fui al Milan y el primer partido lo pude jugar recién a los dos años, una locura.
60| ¿Por qué dos años por una rotura de ligamentos?
–Porque la primera operación no salió bien. A mí me operó un médico italiano que había intervenido a otros jugadores del Milan, pero no era especialista en rodilla, y la verdad que el ligamento no quedó colocado en la mejor posición, estaba rozando el cóndilo femoral. No se lo achaco al médico, me tocó entrar en ese 3 o 4 por ciento de error. El tema es que en la recuperación, la rodilla se me hinchaba y me dolía, y los médicos me decían que tenía que superar la barrera del dolor. Entonces le daba más duro, musculaba, y al final era un círculo inflamatorio, y cada vez estaba peor.
61| ¿Qué hiciste?
–Lo primero fue hablar con Galliani: le pedí que no me pagaran más el sueldo hasta que pudiera jugar. Y le dije que quería ir a Madrid para ver a Del Corral, mi médico de confianza. Necesitaba salir de Milanello, también, porque ahí todo el mundo me preguntaba cuándo volvía, y yo ya no sabía qué decir. Si todo esto me hubiese pasado en el Madrid, habría sido distinto, porque ya le había dado muchas cosas al equipo, pero en este caso no había podido jugar ni un minuto. Era una situación terrible, la cabeza me funcionaba a mil. También vine a Buenos Aires a ver a Jorge Bombicino.
62| ¿Cómo se destrabó?
–Decidimos consultar a los mejores especialistas en rodilla del mundo. Fuimos a Francia a ver al que había operado a Ronaldo, a un par más y nos quedamos con Martens, un belga que nos dio mucha seguridad. Viví un par de meses en Amberes, trabajé con técnicas totalmente novedosas para mí tres veces por día durante toda la semana. Pasaba el domingo con la familia en Milano y el lunes estaba otra vez en Bélgica. Me aplicaron una técnica llamada Bier Block, que estaba prohibida en Italia y actuaba sobre el sistema nervioso central para romper la memoria del dolor. Me metían en el quirófano, me ponían la pierna hacia arriba, me la vaciaban de sangre con un torniquete y me pasaban fármacos. El riesgo era que si algo de eso se iba al corazón, podía tener un problema. Te dejaban hacerlo 6 veces como máximo y yo hice 5 y de ese modo pude superar el umbral del dolor y trabajar en la rehabilitación.
63| ¿Te metiste en las aguas heladas del Mar del Norte, puede ser?
–Sí, hice de todo. Me llevaron a Knokke, una ciudad de veraneo del norte de Bélgica… ¡pero en invierno! Me metía en el Mar del Norte y corría con el agua hasta la cintura y hacía diferentes trabajos en la arena, con elásticos y almohadones. Al ver que podía superar el dolor y la inflamación, di lo máximo de mí, pude recuperarme y jugar dos años más.
64| ¿Ya no te molestó más?
–Podía jugar, pero no tenía la misma flexibilidad, se me inflamaba después de los partidos, me costaba, necesitaba 2 o 3 días para recuperarme. Así y todo, tuve partidos en un muy buen nivel y ganamos todo: Scudetto, Copa Italia e incluso la Champions, aunque sin la continuidad que hubiese deseado.
65| ¿Te sentís en deuda con el Milan?
–No, no, porque al final cuando me tocó jugar tuve un rendimiento alto. Me hubiera gustado jugar mucho más, naturalmente, pero me siento en paz, muy agradecido además por el trato que me dieron mis compañeros, los directivos y los aficionados. Aparte fue una etapa de superación muy buena para mí, porque un día estaba acá arriba (levanta la mano) y al otro allá abajo, roto sin haber debutado. Es duro, muy duro. Tuve la gran suerte de tomar yo la decisión de dejar de jugar, no que una lesión decidiera por mí, como hubiera pasado si no volvía a jugar tras la última rotura de ligamentos. Eso hubiera sido realmente frustrante. Me retiré porque ya no lo disfrutaba de la misma manera, porque tenía que pasar tres días por semana arriba de la camilla para desinflamar la rodilla, pero me retiré jugando.
66| Alguna anécdota de Berlusconi...
–Más allá de sus ideas políticas, con las que podés congeniar o no, es un tipo con una gran personalidad y un carisma especial. En Milanello estábamos entrenando y de repente empezaban a llegar autos con vidrios negros, enseguida aterrizaba el helicóptero, Berlusconi bajaba, nos saludaba y daba una especie de charla técnica, un comentario de lo que había visto el fin de semana. El tipo sabe de fútbol. En un Milan-Inter, estábamos para entrar en el campo de juego, de golpe los allegados empezaron "el presidente, el presidente", se abrió la puerta del vestuario, entraron los escoltas y detrás Berlusconi. "Ragazzi, a esta hora tendría que estar reunido con Angela Merkel, suspendí la reunión para venir a verlos, hoy hay que ganar, eh". No me acuerdo si dijo Merkel o algún otro peso pesado, pero sí me acuerdo que ganamos (risas).
67| ¿Qué pensás de las presidencias de Florentino Pérez?
–Hay que reconocerle la modernización del club y cómo quedó el estadio. La ciudad deportiva del Madrid es modelo en el mundo, y dejo de lado los posibles negocios por la venta de la vieja ciudad deportiva. También rescato la intención de que el Madrid tenga a los mejores jugadores y que haya ganado todo, cuatro Champions de las últimas cinco no es fácil, tiene todos los méritos ahí.
68| ¿Te pareció bien que negociara con Lopetegui en la antesala del Mundial o que dejara ir a Cristiano?
–Hay ciertas cosas que yo no hubiera hecho, pero no soy quién para criticar esas decisiones, para juzgarlas, porque no puedo opinar con la cabeza de un presidente del club. No lo soy. Y tampoco quiero opinar desde el lugar del futbolista que se tuvo que ir durante su presidencia. No me interesa, además no guardo ningún tipo de rencor. Después, en cuanto a la salida de Cristiano, no conozco la interna. Por un lado me sorprendió su salida, pero por el otro también recuerdo sus declaraciones en pleno campo de juego cuando ganó la última Champions diciendo que se iba. Fue raro.
69| ¿Cómo evaluás a Sergio Ramos? ¿Es el compañero súper ganador y temperamental o el sucio que atenta a cada rato contra el Fair Play?
–Uno, cuando juega, está a mil. Y siempre habrá cosas para corregir, también. Sergio Ramos es increíble: ganador técnica y físicamente, una tremenda personalidad, a mí dámelo siempre para mi equipo. Después, como compañero, le aconsejaría que tratara de autocontrolarse en algunas situaciones puntuales, nada más.
70| ¿Sos de desenfundar fácil? A Antonio Pinilla, compañero tuyo en Tenerife, le desviaste el tabique de una piña y tuvo repercusión pública.
–Siempre fui calentón y me costó manejar ciertas situaciones, como te contaba en el comienzo. No me causa gracia haber tenido estos episodios, la verdad es que me hubiese gustado evitarlos, pero pasaron. Aquella vez discutimos, nos peleamos, el club me sancionó económicamente y debí entrenar unos días aparte y hasta me citó un fiscal.
71| "Comé pasto, burro", le dijiste a un rival del Osasuna. ¿Verdadero o falso?
–Verdadero. Jugaba en Tenerife, y los árbitros no nos cuidaban demasiado: me hacían personal, me venían dando duro, entonces me agaché, arranqué pasto y se lo tiré en la cara diciéndole "¡comé, burro!". Me pareció mejor eso que contestarle con una patada o un codazo, pero a la noche salió diciendo que yo era un provocador.
72| ¿Fue muy dura la reunión que tuviste con Maradona antes del repechaje con Australia?
–Fue mucho más simple de lo imaginado. Apenas llegamos a Australia, lo primero que hice fue acercarme a Diego y decirle que quería hablar con él: nos juntamos en su habitación y fue todo muy corto. Le expliqué por qué no había ido en su momento con Bilardo, y, enseguida, Diego me dijo que estaba contento por mi presencia, que teníamos que hacernos cargo de la situación y sacarla adelante. Y listo.
73| Redondo elegía los técnicos para jugar en la selección. ¿Verdadero o falso?
–Obviamente que falso. Una de las cosas que me quedaron pendientes de mi carrera fue haber jugado más en la selección, evitar ciertas diferencias que tuve, pero como te decía al principio: a cualquier precio, no. Tuve que decidir y no fue fácil para mí. En clubes tuve la gran suerte de jugar al nivel más alto y de conseguir todos los títulos posibles, pero a nivel selección me faltó jugar más.
74| ¿Lo de los estudios fue una excusa porque no coincidías con la metodología y la ideología de Bilardo?
–Para nada, no estaba claro que fuera a jugar, era apenas una preselección, no iba a ser un aporte importante para el equipo. Y es mentira que Menotti me llenara la cabeza. Fue una decisión pensando en mí: no podía jugar en Argentinos, ir a la selección y estudiar.
75| Pero no terminaste tus estudios.
–Cuando me vendieron al Tenerife no pude seguir, lógicamente.
Redondo, en la selección argentina
76| ¿Cuál fue el motivo real del desacuerdo con Passarella?
–El me llamó y nos reunimos en el hotel Palace de Madrid. Me pidió que me cortara el pelo y yo le dije que no lo haría. Y me dijo, me acuerdo literal, que como la selección estaba por encima de los hombres y los nombres, si necesitaba convocarme lo iba a revisar. Cuando esto salió en la prensa, él declaró que en realidad lo del pelo había sido un tema secundario, que no me había convocado porque yo no quería jugar por la izquierda, una mentira gigante. Y a partir de ahí, para mí, ya no hubo vuelta atrás.
77| Ahora, ¿no es un sacrificio menor cortarse un poco el pelo para jugar en la selección? Ya se lo había pedido a Batistuta, no podía hacer una excepción con vos.
–¿Vos considerás que un jugador de fútbol tiene que llevar el pelo de determinada manera para representar a un equipo? Yo entiendo que es importante la disciplina y la responsabilidad, tener una imagen aseada, por supuesto, pero el pelo lo llevo como quiero. Sinceramente, no había sustento en su pedido y le dije que no lo compartía. Después, ya no podés trabajar con alguien que miente públicamente como lo hizo él. Con el tiempo, pensé que quizás hizo todo eso por compromiso, que él prefería otro tipo de jugador en mi posición, pero a la vez sentía la presión por llamarme, y por eso buscó la excusa del pelo, sabiendo que no me lo iba a cortar.
78| ¿Qué hacés si te cruzás a Passarella por la calle?
–No sé, la verdad que no sé, pero tampoco guardo rencor, pasó hace mucho tiempo. Me perdí la posibilidad de jugar un segundo Mundial justo después de haber ganado la Champions con el Madrid y fue muy doloroso para mí. Pero vuelvo al comienzo: a cualquier precio, no. Son los valores que me inculcaron mis padres.
79| ¿Se enojó Bielsa cuando le pediste que no te convocara más?
–No, al contrario. Lo respeto mucho a Marcelo, a pesar del poco tiempo que compartimos. Me dejó toda la impresión de ser una persona íntegra, esas que en privado dicen una cosa y en público, lo mismo. Yo no estaba bien de la rodilla izquierda, jugué los amistosos contra Holanda y Brasil, y me di cuenta de que no podía, porque en el club lo manejás diferente. "La realidad es que no estoy para jugar en la selección", le dije. Marcelo me pidió que no me apresurara, que no lo comunicáramos de forma definitiva, trató de cuidarme, pero a mí me pareció un acto de responsabilidad: si no estoy bien, debo dejarle el lugar a otro que sí lo esté. Era lo más justo.
80| ¿Por qué decís que en el club "lo manejás diferente"?
–Porque en el club contás con una semana para recuperarte y en la selección tenés la carga del domingo, vas a jugar el miércoles, con 12 horas de vuelo en el medio, la rodilla hinchada, imagínate. Está de más que lo diga, porque el orgullo máximo para mí siempre fue vestir la camiseta de la selección, representar a mi país, que mis padres, mis hermanos, mis amigos y la gente que te quiere me vieran con la camiseta de la selección, por eso me dolió mucho tomar esas decisiones. Asumí la carga de las cosas que se pudieron haber dicho, eso del falso nacionalismo, pero el dolor más que nada era por mis seres queridos, que también lo sufrían al estar acá.
81| El mejor DT que tuviste y el peor.
–Sería injusto si eligiera uno solo. Ya te nombré a los maestros, y a nivel profesional debo mencionar a Del Bosque, Basile, Capello, Valdano, Cappa y Heynckes. El peor fue uno que tuve en Madrid, prefiero no nombrarlo.
82| Tu día más feliz y tu día más triste en el fútbol.
–Felices: mi primer partido con la selección mayor, un amistoso contra Australia en cancha de River, el día que ganamos la Copa América en Ecuador (1993), la Séptima del Madrid, pero más que un título sentía felicidad cuando entraba al vestuario con la satisfacción de haber demostrado el fútbol que sentía, recuerdo un 0-0 contra el Dortmund en Alemania, por ejemplo, que nos clasificó a la final de la Champions. El día más triste, cuando quedamos eliminados en el Mundial 94, fue durísimo.
83| ¿La proliferación del "doble cinco" va a matar a los cinco "tipo Redondo"?
–Parece que el doble cinco da más seguridad defensiva, es la tendencia. Ahora, te pongo un ejemplo de mi etapa: yo jugaba de cinco solo en Tenerife y Madrid; en la selección durante el Mundial 94, por caso, compartíamos con el Cholo, como dos mediocentros, porque arriba estaban Caniggia, Maradona, Balbo y Batistuta y nosotros dos marcando más atrás. En el Madrid, cuando llegó Capello nos puso a Seedorf y a mí en el medio: cuando defendíamos lo hacíamos con línea de 4 pero cuando atacábamos armábamos un rombo y yo quedaba como vértice retrasado, único cinco. Para mí, al jugar con un solo cinco tenés más espacios y es más aprovechable el otro jugador.
84| ¿Por qué creés que tuviste tantas lesiones en tu carrera?
–No tuve casi nunca problemas musculares, pero sí articulares. En total sufrí 5 operaciones, 3 de ligamentos cruzados y en ambas rodillas. Creo que tenían que ver con mi físico, con ser muy laxo, y ante diferentes situaciones de estrés, por esa laxitud terminaron sufriendo las rodillas. Intenté asociarlo a lo mental en lo que me pasó en el Milan, más allá de que me faltó una adaptación progresiva a la metodología de los entrenamientos, quizás ahí yo mentalmente estaba en Madrid.
85| ¿La patada más fuerte que te dieron?
–Una que me dio un defensor brasileño en el Trofeo Ramón de Carranza, en La Coruña: me metió los tapones, me traspasaron la canillera, me dejó unos agujeros tremendos. No recuerdo el nombre.
86| ¿De verdad sentís más placer haciendo un caño que un gol, como declaraste alguna vez?
–Disfruté siempre más de meter un buen pase que de patear al arco, y quizás fue un error porque profesionalmente hubiese sido más completo de haber pensado más en el gol, pero disfrutaba más del pase, la verdad es esa.
87| ¿Imaginabas al ganar la Copa América 93 que iba a ser el último título de la selección mayor hasta hoy?
–No, ¿cómo iba a pensar eso con la cantidad de grandísimos jugadores que pasaron en estos años por la selección? Pero viste cómo es el fútbol, a veces no entiende de merecimientos, por eso como deporte es único: no sabés qué puede pasar, no es solo presupuesto.
88| Si tuvieras que sintetizar por qué llevamos 26 años sin ganar nada en mayores…
–Hay algo de azar, porque en algunos torneos mereció ganar el título, en otros se fue por penales, lo que te decía: a veces el fútbol no entiende de merecimientos y otras es porque las cosas se hacen mal, porque hay una conducción con muchos traspiés.
89| ¿A quién conociste primero: a Jorge Solari o a su hija Natalia?
–Ja, ja, a ver… creo que… bueno, antes de irme a Tenerife nosotros coincidimos en Mar del Plata con todos los Solari, en el balneario, y ahí la vi a Natalia por primera vez. Después, cuando Jorge llegó a Tenerife, nos pusimos de novios, a escondidas primero, con mi suegra Esther como cómplice, se portó muy bien (risas).
90| ¿Quién le dijo al Indio?
–Creo que Jorge supo desde un principio y se hacía el tonto (risas), hasta que llegó un momento en que ya no nos podíamos esconder, porque aparte la isla es chica, y una vez me invitó a comer a la casa. Todavía era mi técnico en el Tenerife.
91| ¿Alguna vez andás despeinado, o con un pelito fuera de lugar?
–No me digas esas tonterías (risas), siempre traté de cuidar mi imagen, porque es lo que me gusta, nada más.
92| "No fumo ni tomo alcohol, mi único vicio es la Coca Cola", declaraste en 1993. ¿Seguís igual?
–Tal cual, sólo que ahora tomo Coca Zero, después sigo sin fumar ni tomar alcohol, por ahí media copa de vino en alguna cena ocasional, apenas eso.
93| ¿Cuántas veces fuiste a Luján caminando?
–Ufff, varias, deben ser cerca de diez. Empecé acompañando a papá, por una operación de hernia discal de mamá, y después seguí yendo solo o acompañado por alguien. Nunca en procesión, si no por nuestra cuenta. Arrancamos en Morón bien temprano, y le metemos pata sin parar, lo más livianos posibles, y después ya nos levantan a la nochecita alguno en Luján. Nunca hice esas caminatas por algo futbolístico o material. La última fue en 2018, y en general las hago una vez por año. Es duro, son cerca de 60 kilómetros.
94| ¿Qué sensación te generó ver el River-Boca del Bernabéu?
–Lo vi por la tele acá, en Buenos Aires. Por un lado está el bochorno de nuestro fútbol, que determinó que se tuviera que jugar en Madrid, y eso te da impotencia; por el otro, la verdad, un River-Boca, un clásico a nivel mundial disputado en semejante estadio, que para mí es el mejor de todos, y no lo digo por ser madridista, tenía su atractivo, no podemos negarlo.
95| ¿Quiénes son los técnicos que más te gustan en la actualidad?
–Por supuesto no voy a decirte uno solo (risas). Me gustan Guardiola, Zidane, Pochettino y de los de acá, Gallardo.
96| ¿A Gallardo lo trataste?
–Coincidimos en mi última etapa en la selección, con Bielsa, pero poco. Tuve la posibilidad, sí, de hablar bastante con él varios años después, cuando coincidimos en los entrenamientos de nuestros hijos; Matías, el de él, y Federico, el mío, ambos categoría 2003, en el baby de Estrella de Maldonado. Ahí charlamos, como padres en la tribunita mientras los mirábamos. No sólo me gusta su propuesta futbolística, y por eso me alegra que le vaya bien, sino también lo que muestra afuera del campo, lo que transmite cuando habla.
97| ¿Te sorprendió que Zidane, con ese estilo de manos en los bolsillos y sin casi experiencia, ganara tres Champions en el Madrid?
–A mí, Zizou me recuerda a Del Bosque. Aunque no fuimos compañeros en el Madrid, después sí jugamos juntos con los veteranos y tiene una personalidad fuerte. El silencio de Zizou transmite. La mirada de Zizou transmite. Soy de los que creen que hay entrenadores para diferentes equipos, y no creo que haya una fórmula mágica.
98| Por ahí en el Madrid es mejor un entrenador que no hable tanto, que no sea tan verborrágico, de perfil tan alto.
–Es que no sé cuánto habla Zidane, porque no estuve en el vestuario, pero evidentemente su mano es importante. Y esto sí lo sé, porque lo dijo Del Bosque: cuando él lo dirigió en el Madrid una mirada de Zizou podía cambiar una situación de partido en el entretiempo. Y creo que como entrenador esa cualidad se hace extensiva. Después, creo que Zidane también naturaliza el manejo de situaciones complicadas, hay que darle ese crédito, que no es menor. Para lo bueno y para lo malo, el Madrid es así.
99| ¿Te dio envidia, como madridista, el fútbol que desplegó el Barcelona de Guardiola?
–Envidia, no, lo disfruté. Por más que sea muy madridista, no hay que ser "anti". Yo quiero que gane el Madrid pero no le deseo el mal al Barcelona. Como amante del buen fútbol, no puedo dejar de reconocer que ese fue un equipo espectacular.
100| ¿Dónde te piden más autógrafos: en Buenos Aires o en Madrid?
–Recibo mucho respeto y cariño en Argentina y España, pero está claro que mi etapa en el Madrid fue muy fuerte. Igual, más que un tema de lugares es una cuestión generacional: son los padres los que me piden una foto con el chico, pero para ellos, creo que los chicos ni saben quién soy (risas).
La ficha personal
- Nombre: Fernando Carlos Redondo.
- Nacimiento: 6/6/1969, en Adrogué (provincia de Buenos Aires).
- Edad: 49 años.
- Trayectoria: 9 de julio de Adrogué (baby); Talleres de Remedios de escalada (infantiles); Argentinos Juniors (inferiores y 1985-90); Tenerife, España (1990-94); Real Madrid, España (1994-00); Milan, Italia (2000-04).
- Selección Nacional: Integró la Sub 16 (1985) y la mayor (1992-94) con Alfio Basile de entrenador. Disputó los 4 partidos de Argentina en el Mundial 94.Títulos (14): 1 Sudamericano Sub 16 en 1985, Copa Rey Fahd en 1992 (actualmente Copa de las Confederaciones) y Copa América en 1993 (todos con la Selección); 2 Ligas, 1 Supercopa Española, 2 Champions League y 1 Copa Intercontinental (Real Madrid); 1 Scudetto, 1 Copa Italia, 1 Supercopa Italiana, 1 Champions 1 Supercopa de Europa (Milan).
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