La última imagen profesional de Pablo Aimar, el 10 que volvió a Río Cuarto para retirarse en su casa

Ya lo dijo el matemático y filósofo francés Blaise Pascal hace más de 300 años: el corazón tiene razones que la razón no entiende. Solo la cabeza, el alma y el cuerpo de Pablo Aimar pueden describir lo que le debe estar ocurriendo por estas horas. Su relación con los botines y los pantalones cortos parecía un capítulo cerrado. Una historia que había dejado muchos grandes momentos pero que había llegado a su final hace más de dos años y medio. Pero el enganche tiene un par de líneas más para escribir: hoy volverá a jugara a los 38 años con Estudiantes de Río Cuarto, el club que lo vio nacer, por la Copa Argentina.

Actual DT de la Selección Argentina Sub-17, Aimar encontró un nuevo desafío cuando menos lo esperaba: volver a sentir esa emoción y adrenalina de entrar a un terreno de juego. En el estadio Antonio Cadini, a las 21.30 y con transmisión de TyC Sports, jugará el partido de vuelta de la fase clasificatoria frente a Sportivo Belgrano de San Francisco y buscará remontar la llave, tras la caída por 1-0 en el partido de ida que se disputó el viernes pasado. Además, cumplirá otro sueño pendiente: jugar con su hermano Andrés, actual integrante del plantel profesional de Estudiantes.

"Es un sueño jugar con mi hermano. Genera nervios y sensaciones distintas que un partido común. Ojalá que sea todo una fiesta y que disfrutemos del fútbol. Son cosas irrepetibles lo que te produce jugar un partido de fútbol. A lo mejor estoy más nervioso hoy que otras veces. Y creo que mañana va a ser el último partido, por más que salga bien", contó Aimar ayer en conferencia de prensa, junto al técnico Marcelo Vázquez y el presidente Alicio Dagatti. La revolución en Estudiantes es total: hasta hay una camiseta especial en homenaje al ídolo con la leyenda "el final es en donde partí".

El fútbol es muy difícil de dejar. Sigo disfrutando de esto. Con ser compañero de Andrés (su hermano) un rato dentro de una cancha por los puntos, me basta y me sobra (Pablo Aimar)

A priori, será un partido para decir adiós. Una despedida fuera de lo común que tendrá en juego un boleto para seguir en la Copa Argentina. "Hubiera sido más fácil jugar un amistoso y que me dejaran hacer un par de goles, ja. Es un desafío, puede salir bien o puede salir mal. Ojalá que pueda salir todo bien. Mi idea es jugar desde el inicio, jugar todo el partido sería otra locura... Yo agradezco que me dejen hacer esto, cumplir este capricho, jugar por los puntos, Estudiantes se juega pasar una fase de Copa Argentina. Agradezco que me permitan participar de esto", explicó el cordobés. Tal vez, su inesperada salida de River en 2015 no fue el cierre esperado de una prestigiosa carrera internacional. Hoy tendrá la oportunidad de redimirse en la institución que lo ayudó a dar sus primeros pasos antes de llegar a las inferiores millonarias.

La última imagen profesional que el público tiene del número 10 es el esperado y demorado regreso a Núñez desde que emigró en el 2000. Tras jugar solo cuatro partidos en siete meses y tener que partir de Johor Darul Takzim de Malasia en abril de 2014 debido a los problemas físicos (en junio se realizó una intervención quirúrgica en un sobrehueso del pie derecho), volvió a River en enero de 2015 para realizar la pretemporada con el plantel e intentar recuperarse para estar a disposición del técnico Marcelo Gallardo. Pero, tras no poder trabajar al 100% en la preparación en Punta del Este, en febrero volvió a ser operado por una entesopatía aquiliana que le causaba severos dolores en su tobillo derecho y no le permitía retomar la actividad profesional.

Así, su regreso recién se dio el 31 de mayo de 2015 en la victoria 2-0 ante Rosario Central por la fecha 14 del Torneo Primera División en el Monumental. El Payaso, con la camiseta número 35 (su edad de aquel momento), ingresó a los 30 minutos del segundo tiempo en reemplazo de Leonardo Pisculichi. Ovacionado por todo el estadio, en el poco tiempo que estuvo en cancha se mostró movedizo, se hizo cargo de la pelota y hasta tiró un caño a los pocos segundos

Luego de su noche estelar, Aimar volvió a jugar a los pocos días, el 3 de junio de 2015 en el triunfo 3-0 ante Liniers de Bahía Blanca por la Copa Argentina. Aquel día, en Formosa, entró a los 15 minutos del complemento en lugar de Juan Kaprof. "Es complicado jugar después de tanto tiempo y sentirse a gusto, pero de a poquito podré ir retomando buen ritmo. Es muy difícil saber cómo voy a estar para la Copa Libertadores, no puedo regular en los entrenamientos. Si ven desde afuera que puedo ayudar, para mí sería buenísimo. Si no, aceptaré la decisión", declaró el enganche esa noche.

Pero todo cambió cuando Gallardo anunció la lista para jugar la semifinal y final de Copa Libertadores y el Payaso no estuvo en la misma. A partir de allí, hubo un quiebre irreversible en la cabeza del volante ofensivo, que decidió dar un paso al costado y dejar la actividad profesional. Luego de la filtración de audios en los que contaba sus emociones, terminó anunciándolo con la prensa.

"Con Gallardo fue totalmente hablado y sincero. No me hubiera puesto en la lista de la Copa Libertadores porque no puedo jugar en River y regular. No me gusta hacer cosas a medias y mi futuro está con mi familia. Hay muchísima vida fuera de la cancha", explicó por aquel entonces. "Yo no quería favores. No está la chance de seguir porque sería hacerlo regulando. No me gustaría regular en ningún lado, ni en Estudiantes de Río Cuarto. No tengo ningún otro problema, siempre fui profesional y me gusta jugar al fútbol bien y no hacerlo caminando".

El recuerdo de sus últimos instantes como jugador

Hace poco menos de dos años, en una entrevista con LA NACION, Aimar recordó las vivencias de aquellos meses en River y habló del poco disfrute que lograba debido a las molestias físicas. "Me quedan las ganas de haber jugado un poco más. Pero tenía que poder hacerlo en condiciones. Hoy, que hasta alquilo una cancha para jugar, podría hacerlo bien. Pero en ese momento, sobre todo esos últimos entrenamientos, que realmente no los disfrutaba, no era para seguir adelante", explicó el cordobés.

"Del partido con Central recuerdo la felicidad de hacer algo que es adictivo. Entrar a una cancha con gente es algo adictivo. Entrar a una cancha, la Estudiantes de Río Cuarto, con 5000 o 7000 personas, o la de River o a la de Racing o la de Sarmiento de Leones, donde se puede juntar mucha gente, es una sensación única. Me imagino lo que debe ser para un cantante que toca para 200 personas igual que para una multitud. Me quedó la sensación de querer haberlo un poco más, pero por lo menos me saqué las ganas", agregó.

¿Cuándo se dio cuenta que quería regresar? "El último año en Lisboa estaba en inferioridad de condiciones con los demás. Y no soy alguien al que le guste dejar las cosas a medias. Mientras estuve bien me quedé y cuando ya no lo estuve a la altura me fui. En Malasia me di cuenta que quería entrar otra vez a la cancha de River. Y la verdad es que familiarmente fue espectacular, porque estuve 8 meses con mis hijos todo el día. Y al menos me saqué el gusto de hacerlo un ratito en River", comentó el Payaso. "Para mí jugar al fútbol y hacerlo bien era una felicidad casi incomparable. Hacer un gol o... Cuando volví a mi casa después de esos 20 minutos con Central fui la persona más feliz del mundo. Porque me gusta jugar al fútbol".

La carrera de Aimar

Tan solo cinco equipos formaron parte del camino de Aimar en el mundo del fútbol. Debutó en River en 1996 y emigró en el 2001 a Valencia de España, que desembolsó alrededor de 24 millones de euros por el joven de Río Cuarto. Allí jugó por cinco temporadas y media, y conquistó cuatro títulos: dos Ligas de España (2001/02 y 2003/04), la Copa de la UEFA (2003/04) y la Supercopa de Europa (2004).

Luego, pasó al Zaragoza por dos temporadas antes de llegar a Benfica de Portugal, club donde fue amo y señor. En tierras portugesas, Aimar jugó cinco temporadas entre 2008 y 2013 y alzó cinco títulos: una Liga (2010/11) y cuatro Copas de Liga (2009, 2010, 2012,y 2013). Finalmente, y antes de terminar su ciclo en el Millonario, tuvo un fugaz paso por Johor Darul Takzim de Malasia.

En tanto, su historia con la Selección Nacional comenzó de muy joven. Fue semifinalista en el Mundial Sub-17 de 1995 que se disputó en Ecuador y luego dio el salto en 1997 al ser campeón y una de las figuras del seleccionado Sub-20 que se consagró campeón del Sudamericano en Chile y del Mundial en Malasia. En 1999 volvió a conquistar el Sudamericano Sub-20 que se jugó en la Argentina.

En la mayor, integró el plantel que perdió en cuartos de final en la Copa América 1999, jugó los Mundiales de 2002 y 2006 (seis partidos sin goles) y fue subcampeón tanto de la Copa Confederaciones 2005 como de la Copa América 2007. En total, sumando partidos amistosos y oficiales de todas las categorías, disputó 79 tantos con la camiseta albiceleste y anotó 17 goles.

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