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La tarde en que un japonés metió un gol en Boca y Carlos Bianchi dejó a Mauricio Macri hablando solo
Veinte años atrás ocurrió un doble episodio muy particular en la historia boquense: la tarde en que Nahoriro Takahara anotó un gol, el entonces presidente le exigió al DT que explicara en la conferencia de prensa posterior por qué no quería seguir en el club; “No hagamos como esos programas que dan a las tres de la tarde”, dijo un incómodo Virrey, que se levantó y se fue
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La del 23 de septiembre de 2001 es una tarde perfecta para Boca. Se florea en su estadio y ante su gente. Golea a Lanús 6 a 1. Para colmo, el sexto tanto lo anota el japonés Naohiro Takahara, una curiosa incorporación realizada por el presidente Mauricio Macri para potenciar la marca Boca en el mercado oriental. Antes de empujar la pelota al arco vacío, se tropieza. El técnico Carlos Bianchi no lo había pedido como refuerzo, pero ese día lo utiliza.
Se repite. Es una tarde ideal para el Xeneize. Soleada. La Bombonera canta, late y celebra, exultante por el bicampeonato de América que el equipo concretó apenas tres meses antes con la Libertadores y a la expectativa del choque de fin de año con Bayern Munich, para intentar revalidar en Tokio la doble corona Intercontinental. Nada puede salir mal.
Pero sí. Algo ocurre tras el encuentro. Que lo eclipsa todo. Mientras Bianchi ofrece su habitual conferencia de prensa en la vieja y amplia sala del segundo piso, Macri irrumpe en el lugar y se sienta junto al DT, que lo mira con sorpresa.
La razón de la presencia del ingeniero en un lugar infrecuente es concreta: unos días antes el Virrey había ratificado que no renovaría su contrato con el club, que concluye a fin de año. Después de liderar el ciclo más exitoso de la historia del club (dos Libertadores, una Intercontinental, tres campeonatos locales –uno invicto- y 40 partidos seguidos sin perder), el entrenador necesitaba pisar el freno y correrse.
“Tenemos una fecha muy importante el 27 de noviembre (la final intercontinental con el Bayern). Y nosotros lo que queremos ese día es, cualquiera sea el resultado, estar a la altura del acontecimiento”, responde el entrenador a una pregunta, justo cuando Macri aparece. “¿Qué hacés Mauricio?”, le dice, sorprendido. Se para, le da un apretón de manos y le cede su asiento.
Sorpresivamente, el dirigente le consulta al DT si son verdad esos rumores de que no prolongaría su contrato, dándole paso a un sainete innecesario en el cual Bianchi se muestra muy incómodo, al igual que todos los presentes.
El tenso diálogo, durante el cual Macri por momentos lo trata a Bianchi de “vos” y en otros de “usted”, dura cuatro minutos y 50 segundos y fue el siguiente:
Macri: “Cuando me enteré del tema este me sorprendió. Pero más me sorprendió el fin de semana, cuando a través de la prensa pude apreciar que el problema que tiene nuestro querido técnico es que lejos de no querer seguir, él quiere seguir trabajando a partir de fin de año. Tampoco es un tema económico, sino con algunos directivos del club. yo lo que quiero decir es que así como hace tres años y medio, cuando tuve que ir a España a hablar con él y ponerme de acuerdo en una forma de trabajo para el proyecto que encarábamos, yo encaré una dura batalla interna para conseguir darle la oportunidad a él de ser el técnico de Boca, con el convencimiento de que era lo mejor para Boca. Hoy yo sigo pensando que Carlos Bianchi es lo mejor para Boca a partir de diciembre de este año. Y estoy dispuesto a hacer todo lo mismo que hice antes, para que juntos sigamos teniendo un resultado tan bueno como el que hemos tenido hasta ahora. Y creo que es lo mejor para Boca, que es lo que siempre he buscado: lo mejor para Boca. A este punto, si vos, Carlos, querés tirás la toalla y pensás que no vale la pena volver a remar, porque hay que remar más duro que lo que viene en el futuro. Pero yo estoy acá para hacer lo mismo que cuando te fui a buscar a Italia. O a España era, ¿no?”.
Bianchi: “Está bien, es el presidente. Yo escucho” (apoya su frente sobre su mano derecha).
M: “Vos tenés que darnos una respuesta porque los hinchas de Boca merecemos tener claramente la situación y no que haya malos entendidos que llevan a una situación tan penosa como la que hemos vivido hoy, cuando Boca es una institución modelo. Así que tenemos el derecho... Así como vinimos acá a explicar cuál era nuestro proyecto, cuál era nuestro compromiso. Por la misma razón tenemos que explicarle por qué el proyecto no sigue. Y así las cosas se aclaran y yo también me termino de enterar porque la verdad quiero saber las razones, o si estoy equivocado. Porque por ahí yo estoy equivocado. Entonces le pido por favor que, corresponde, que aclare”.
B: “Me hicieron la pregunta recién y dije que no iba a hablar del contrato. Yo he tomado la decisión de no renovar el contrato con Boca. No he renunciado: yo no prolongo el contrato a partir del primero de enero. ya está. No tengo por qué decir las causas yo. Esto es así. No hagamos como esos programas que pasan todos los días a las tres o cuatro de la tarde. Yo a los 52 años no estoy para eso”.
M: “No es justo hacia la gente de Boca que ellos no sepan cuál es el problema. Porque si hay algo que pueda hacer Boca para que vos te quedes, Boca lo va a hacer. Como máxima autoridad del club lo puedo comprometer. Pero vos tenés que decir: ‘No. Boca no puede hacer nada. Es una decisión mía que quiero dar por terminado un ciclo’”.
B: “Lo he dicho recién. Es una decisión mía. No prolongar el contrato a partir del 31 de diciembre. Ya está...”
M: “Pero no es por ningún otro motivo de los que dice la prensa...”
B: “No puedo ponerme a discutir...” (se para y se va)
M: “¡Pero tenés que aclararlo!”.
B: “Ya está. Chau”.
M: “No corresponde...”
B: “Buenas tardes” (ya cerca de la puerta de salida).
Los minutos posteriores son muy tensos en esa sala de prensa. A Macri, desplantado, le cuesta reaccionar. Pero dice: “Lamento mucho no haber podido aclarar este tema”. Luego, habla durante seis minutos más para repetir una y otra vez que Boca ofrece hacer todo lo que haga falta para que Bianchi se quede. “Hablé con todos los dirigentes del club y si ellos son parte del problema, se van todos”, agrega. “Bianchi enojado por la interrupción de Macri, abandonó la conferencia”, se lee en la placa roja de Crónica TV.
A través de las radios, los hinchas se enteran. Decenas de ellos lo esperan al Virrey en la puerta por la cual habitualmente se retira después de cada partido. Lo rodean, lo ovacionan y lo acompañan en su caminata hasta su auto particular.
Dentro del club los rumores se disparan. Una vez que reacciona, Macri abandona la sala de conferencias y camina los metros que lo separan de su despacho de presidente de Boca. Allí se encuentra con otros dirigentes. Cuando les cuenta lo sucedido, alguien propone convocar a una reunión extraordinaria de la Comisión Directiva para votar, en ese mismo instante, el despido del hombre que apenas 10 meses antes le había ganado al Real Madrid la Copa Intercontinental. No sucede. Ni el despido, ni la reunión.
Pero el dirigente jamás olvidó lo sucedido. Recién 8 años más tarde lo cruzó a través de los medios. “Desde afuera no se entiende bien cuál es el rol de Bianchi dentro del club. Yo lo querría como técnico, me gustaba más en esa función, no como manager”, declaró Macri, ya entonces como Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El Virrey no se quedó callado y respondió: “Estoy preocupado como ciudadano por saber qué es lo que hace el Jefe de Gobierno por los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires”.
Dos rumores los volvieron a vincular. Uno se refiere a que fue Macri el que evitó que Bianchi asumiera en algún momento con entrenador de la selección argentina. Aunque lo cierto es que Julio Grondona jamás quiso al DT tricampeón del mundo y tetracampeón de América con Vélez y Boca.
El otro es más reciente. En 2014 se dijo que fue Macri el que en agosto levantó el teléfono rojo para decirle a Angelici que despidiera al entrenador más exitoso de la historia del club de la Ribera, a quien le costaba enderezar el rumbo de su tercer ciclo.
Hoy se cumplen 20 años de aquel episodio. La tarde en la que Naohiro Takahara se convirtió en el primer japonés en anotar un gol en el fútbol argentino. Mauricio Macri lo había fichado para potenciar la marca Boca en Tokio, ciudad que el equipo xeneize visitaría a fines de ese año para disputar la Copa Intercontinental con Bayern Munich. Para esa final, Bianchi dejó a Takahara en Buenos Aires.
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