La selección argentina ganó en Australia en el medio de la “locura” por Lionel Messi, que regaló un golazo

Un estadio completo vestido con la camiseta Argentina y específicamente con la 10 de Lionel Messi. En China. Un par de jugadores rivales reconociendo el campo de juego y asombrándose: “Todos tienen la de Messi”. En China. Un grupo de hinchas locales intentando cantar la versión actualizada de “Muchachos” en las inmediaciones del estadio. En China. Otro hincha que sobre pasa límites y corre ante los agentes de seguridad para saludar a Messi. En China. Y el propio Leo, sonriendo mientras ejecuta un tiro de esquina, mascullando el deseo de que nada de eso se torne violento. Es la locura generalizada que genera la selección, es la locura con nombre propio: Lionel Andrés Messi, el ídolo de las estratósferas en el primer amistoso de la selección en tierras foráneas tras alcanzar la gloria máxima.

Si Lionel Messi ya generaba locuras de las lindas alrededor del mundo antes de su consagración en el Mundial Qatar 2022 y los homenajes se tornaban infinitos, a tal punto que él mismo se ha mostrado incrédulo hasta tantas muestras de amor, el ahora, con su sueño máximo consumado es un Big Bang inexplicable. O sí, porque se vive en una época de conectividad total en la que cada movimiento que hace lo transforma en noticia y hace crecer su figura a niveles exponenciales: la admiración es total. Por eso su llegada a Pekín no fue la excepción. Y para muestra basta un... Una frase del DT Lionel Scaloni en la antesala del partido: “En principio va a jugar todo el partido. Iremos viendo cómo se da. Pero tranquilos, conmigo jugó siempre, no se preocupen por eso”, tuvo que reafirmar en la conferencia de prensa previa al partido ante las solicitudes agobiantes. Preguntas y repreguntas sobre la presencia del capitán en cancha.

Leo sabe lo que genera y cuando está en la selección mucho más. Y como además es una instancia que disfruta con un éxtasis total tampoco sorprende que en ese estado pueda hacer menos: abrió el marcador con un golazo a los 2′ para convertir el gol más rápido de su carrera y para seguir alimentando un camino de celebración que inició el 18 de diciembre en Doha y en principio no tiene por qué tener fecha de caducidad. El estado de nirvana de Messi vistiendo la albiceleste no lo exime de responsabilidades: sabe el juego que juega, conoce su papel y la pide, más o menos, pero siempre la pide. Porque tiene voracidad competitiva y porque quiere devolver el amor que llega de afuera. Los lujos que regaló en varios momentos de destellos ante Australia son parte de eso: afuera, el delirio fue alucinante. Las tribunas “estallaron”.

La secuencia de la invasión y saludo a Messi

Cuando transcurrían los 20′ del segundo tiempo un hincha saltó a la cancha para intentar abrazar a Messi, por lo que, como es habitual, la televisión dejó de mostrarlo. Mientras lo llevaban detenido los agentes (el chico continuaba riéndose), Leo acomodaba la pelota para tirar un córner, mientras “relojeaba” el desenlace de esa situación. Está acostumbrado, lo tiene algo naturalizado, pero no le quita la peligrosidad ante los riesgos del fanatismo desmedido.

Messi habla en chino

La selección argentina se presentó en el partido con dorsales con los apellidos en lenguaje chino. Como si hiciera falta un guiño más, en la previa, Leo dio una entrevista a un canal local (no hay que ser inocentes, todos requieren su figura como parte del acuerdo comercial) y se mostró disponible y buena onda para aprender a pronunciar su nombre en... chino.

En la previa al partido, las gradas tiñéndose paulatinamente con los colores de argentina más de 20 mil kilómetros, sólo tienen un responsable: Lionel. Y aunque su figura rebote en cada rincón del planeta ni sus propios colegas, los futbolistas de Australia reconociendo el estadio De los Trabajadores lo podían creer: “Todos tienen la de Messi”, se escuchó entre ellos en un video que mostró la Federación Australiana en sus redes.

Un estadio especial, desde el que lo admiró Kobe Bryant

El estadio De los Trabajadores, donde se disputó el amistoso vs. Australia no es un recinto ni desconocido ni intrascendente para Messi. Allí se consagró en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, en unos Juegos muy importantes para él, que le hizo un pedido especial a Barcelona y al DT ‘Pep’ Guardiola para poder estar con la selección, cuando en principio los catalanes se lo habían negado. La historia fue bastante contada: Leo volvió a España feliz con esa consagración y su medalla dorada.

Aquella vez, no sólo despertó admiración total entre los deportistas argentinos en la Villa Olímpica, sino que tuvo una visita especial en ese estadio de fútbol: Kobe Bryant fue especialmente a verlo a él. El ex basquetbolista fallecido hace dos años se rindió a los pies de Leo, como ya es común que lo hagan otras figuras exponenciales como él. Messi, con su perfil bajo y su andar de hombre común que no es conmueve al mundo por lo que hace con la pelota: habla un idioma universal en el que millones lo miran como héroe.

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