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La posición fue lo de menos. En realidad, con el empate ante Godoy Cruz en Mendoza 1-1, Boca salvó el último puesto, que quedó en poder de Unión, pero terminó cerrando su peor campaña en torneos cortos. Hasta anoche, Boca no había sido nunca 19°. Apostó a la Copa Libertadores y eso le generó inconvenientes en el certamen local, donde apenas sumó 18 puntos. Lo más flojo desde 1991 había sido en el Clausura 2010, cuando ganó 5 partidos, empató 5 y perdió 9 (anotando 28 goles y recibiendo 35). En aquel certamen, las primeras 13 fechas las dirigió Abel Alves y en las últimas 6 tuvo el interinato de Roberto Pompei. Este torneo Final 2013 lo superó negativamente.
Para Boca fue un semestre del que, principalmente, recordará la falta de identidad, las expulsiones (11), los penales en contra (12) y la gran cantidad de lesiones (más de 20). Y en el desarrollo puntual del torneo local hubo otra marca roja: cosechó la peor racha sin triunfos, con 12 partidos sin victorias entre la 2° fecha y la 14°. Le ganó en la primera fecha a Quilmes (3-2) y luego recién superó a Colón (1-0), también en la Bombonera. Como visitante no triunfó.
El presente de Boca es inimaginable para todos: desde los dirigentes, pasando por el cuerpo técnico y llegando hasta los jugadores. Cuando en enero pasado, con la llegada de Carlos Bianchi, la proyección marcaba la chance de pelear en los tres frentes (sobre todo en el campeonato local y en la Copa Libertadores), además de la Copa Argentina (que además de defender el título le otorgaba el boleto directo a la Libertadores 2014), la realidad lo golpeó duro en los certámenes domésticos, donde fue tempranamente eliminado por All Boys (cayó en Catamarca 3-1) y en el puesto 19° en el Final.
El "nuevo Boca", claro está, girará en torno de Juan Román Riquelme. Es lo que pretende Bianchi, aunque se supo que el enganche está dolido y triste por la salida de Clemente Rodríguez: "Es uno de los mejores jugadores del fútbol argentino. Tiene más Copas Libertadores que River y es el jugador con más presencias en el torneo. No creo que otro pueda superarlo", dijo hace poco, presumiendo que a su socio le renovarían el contrato. Pero no será así. A Clemente los dirigentes le abrieron la puerta de salida como a todos los futbolistas a los que se les vencía el vínculo tras muy flojas actuaciones: detrás del lateral seguirán Leandro Somoza, Franco Sosa, Emiliano Albín, Nicolás Colazo, Lautaro Acosta y Oscar Ustari (querían que siguiera, pero el arquero pretende continuidad); además serán negociados Santiago Silva, Walter Erviti, Lucas Viatri, Guillermo Burdisso, Christian Cellay y (después de la infantil expulsión de anoche) no sería descabellado que a Leandro Paredes lo cedan también. Más de un equipo entero. Todo esto siempre y cuando aparezcan clubes interesados en ellos. Está claro que la decisión de los dirigentes enojó a Román, pero -según se supo- acatará la medida sin hacer problemas.
Tanto el presidente Daniel Angelici como el Virrey saben que el vestuario necesita soluciones, cicatrizar divisiones que luego repercuten en el campo de juego. Más allá de que los jugadores lo desmientan, eso influye. El descontento ya no se disimula, por eso no sorprendieron las declaraciones de Silva y Erviti durante la semana. El primero, reconociendo un malestar porque Bianchi no lo ponía, y el segundo, pidiendo un cambio de aire porque el sistema táctico le exigía un esfuerzo que no estaba dispuesto a hacer a los 33 años. Parte de la interna se puede solucionar con la partida de algunos jugadores, con la llegada de refuerzos (Daniel Díaz, Emmanuel Gigliotti, ¿Fernando Gago?) y con lo que pueda corregir la mano de Bianchi, pero no es un tema sencillo de resolver. Riquelme anoche reconoció culpas de todos. Y es cierto. "Menos mal que esto ya se terminó", pensó más de un protagonista. También es cierto. A partir de ahora, con muchas o pocas modificaciones, Boca estará obligado a cambiar.
Juan Román Riquelme cumplirá hoy 35 años, el mismo día que Lionel Messi cumplirá 26. Su semestre fue irregular. Apenas jugó 13 partidos de los 31 de su equipo. Ayer, encima, se fue reemplazado por un fuerte golpe en la rodilla derecha.