Cristiano Ronaldo, el depredador de récords al que la pandemia agitó todavía más

Hay cosas que no cambian ni con pandemias mundiales. El fútbol se desconfinó y ahí seguía Cristiano Ronaldo taladrando más si cabe la portería contraria y logrando récords goleadores, una foto fija de la última década. Con sus dos tantos a la Lazio en la fecha anterior se convirtió en el primer jugador que anota, al menos, 50 goles en la Serie A, la Liga de España y la Premier. En el torneo italiano, las 31 de esta temporada interruptus se suman a las 21 de la pasada. En realidad, lo extraño es que haya tardado tanto en el Calcio en alcanzar este hito. El escaso registro de la campaña precedente, el más bajo en su carrera desde los 18 de la 2008/09 en el Manchester United, tiene la culpa de este retraso.

Lo que no sorprendió fue su análisis el martes pasado tras la nueva marca. "Acostumbré a la gente a batir récords en una competición u otra. Pero lo más importante son las victorias del equipo", comentó. Sus goles fueron decisivos para que la Juventus obtuviera el noveno Scudetto consecutivo: faltando todavía dos jornadas, le sacó siete puntos al escolta Inter y ocho al Atalanta, tercero. No se sabe qué es más inmutable: si CR castigando al portero oponente o la Vecchia Signora dominando en casa.

Finiquitado el título, sólo a falta de la sentencia matemática, Ronaldo anunció su nuevo objetivo personal: superar los 36 goles de Gonzalo Higuaín con el Napoli en 2015/16. Nadie ha metido en una temporada en la Serie A más que el argentino, hoy compañero de Cristiano en la Juve tras haberlo sido también en el Madrid. "Sería bonito, pero lo importante es ganar. Los récords vienen de un proceso natural. Lo voy a intentar", avisó. En todo caso, en esa ambición no está solo porque Ciro Immobile, de Lazio, lleva 34 y entre los dos se disputan el trofeo. Y en el horizonte, la Bota de Oro, que ahora comparten Immobile y Robert Lewandowski (Bayern), fuera de los campos hace un mes al terminar la Bundesliga. Dos golosinas que jamás despreciaría el portugués.

Tras la suspensión, el luso desató uno de sus habituales tornados. Ha marcado en nueve de los once choques jugados. En total, diez festejos. Sólo se le escaparon Sassuolo y Udinese. Un acelerón clave porque cuando el fútbol, y el mundo entero, se detuvieron, la Juventus apenas aventajaba en un punto a la Lazio. Un mes después del regreso a la competición, los romanos ya son historia. Para lo colectivo, además, le conviene afinar bien la mirilla porque luego vuelve la Champions League y su equipo aspira a remontar al Olympique de Lyon el 1-0 de la ida. Quien pase se enfrentará al vencedor del Manchester City-Madrid.

Cristiano persigue en Italia los 36 goles de Higuaín mientras en la Liga, cuyo Pichichi se lo acaba de adjudicar Lionel Messi con 25, se miran con nostalgia esos duelos entre ambos. Lo nunca visto en España. El luso se apuntó tres, frente a los cinco de La Pulga, y alguno (2011/12) se le fue con una marca de 46. Se lo birló con 50 el rosarino, que dos temporadas más tarde sufrió lo mismo cuando sus 43 dianas se quedaron cortas ante las 48 del exmadridista.

Enganchado a esa rivalidad y empujado por un afán de superación desmedido, alcanzó la cima goleadora del club blanco con 451. Su media en la Liga española (0,93 tantos por partido) es la mejor de su trayectoria, por encima de los 1,19 de Italia o los 2,3 de Inglaterra. Metió, incluso, los que no creía posibles. Cuando llegó al Bernabéu le hicieron una entrevista con Hugo Sánchez y al mexicano le reconoció, ante la satisfacción de este, que ojalá tuviera su chilena. "Yo no sé hacer goles así", le confesó. Hasta que se la clavó a la Juventus en su actual estadio.

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