Encontrá resultados de fútbol en vivo, los próximos partidos, las tablas de posiciones, y todas las estadísticas de los principales torneos del mundo.
La otra cara del fútbol femenino: abusos sexuales, violaciones, maltratos y miedo a contarlo
Casos de jugadoras atacadas por entrenadores en Argentina y en el mundo, que llegaron a denuncias públicas pero pocas veces a condenas
- 16 minutos de lectura'
Carlos Javier Torres, exdirector técnico del fútbol femenino de Deportivo Español, fue condenado en abril de 2023 a 9 años de prisión por haber violado a una de sus alumnas, de 15 años, en 2021. Por estas semanas, Jorge Martínez, exentrenador de Las Gladiadoras de Boca, afronta una causa judicial que se encamina al juicio oral por una denuncia de abuso sexual realizada por Florencia Marco, hasta entonces jefa de prensa del equipo femenino xeneize. Diego Guacci, DT del Sub 15 y Sub 17 argentino, fue desvinculado de la AFA, luego de que un grupo de jugadoras lo denunciara ante el Comité de Ética de la FIFA por abuso sexual y envío de imágenes íntimas.
Los casos se acumulan y no saben de fronteras. Pero tienen un punto en común: las mujeres no solo deben tolerar situaciones incómodas que atentan contra su integridad física, sino que muchas veces tampoco tienen los elementos adecuados para alzar la voz y ser escuchadas sin reprimendas.
Torres vivirá tras las rejas hasta octubre de 2030. En abril pasado, el exentrenador de 43 años fue señalado como “autor material penalmente responsable de los delitos de abuso sexual con acceso carnal, por aprovechamiento de la inmadurez sexual de la víctima”.
En su caso, la denuncia fue realizada por la madre de la víctima, que dijo que en noviembre de 2021 Torres había citado a su hija, de 15 años, a una reunión en su casa, con la excusa de firmar unos documentos. Una vez que ingresó, la encerró y abusó sexualmente de ella. El nivel de confianza de la joven con el violador trascendía las fronteras del fútbol. Torres no solo era su DT en Español, sino que también era amigo de su padre. Por ese vínculo la víctima jamás imaginó lo que sucedería en esa habitación.
El caso de Marco en Boca expone claramente el contexto. La mujer trabajó entre 2011 y 2019 cerca del plantel masculino y jamás vivió una situación incómoda con entrenadores, futbolistas ni periodistas. Nadie se propasó. En cambio, se sintió muy incómoda cuando pasó a cumplir un cargo similar, pero como jefa de prensa del plantel femenino.
Puntualmente, Marco denunció a Jorge Martínez, DT del equipo de Boca, de acoso sexual. En diálogo con LA NACION detalla: “Cuando él asumió, en enero de 2022, empecé a sentir el acoso y el abuso. Había momentos en los que tenía que hablar con él de cosas relacionadas con el trabajo y el tipo me miraba las tetas y se relamía. En verano me miraba las piernas. Me ponía en una situación muy incómoda”.
Marco reconoce ese momento de parálisis: “Me generaba mucho asco y no sabía cómo ponerlo en palabras. Porque ante una situación así, una no sabe qué hacer. Hasta que se da un hecho en el que yo estaba hablando con una jugadora, tenía el celular en el bolsillo trasero de mi pantalón, y de repente siento una mano que toca toda mi cola y mi pierna. Y te paraliza porque no sabés qué es lo que está pasando. Y aparece él con mi celular y me dice ‘Tomá. Acá es donde guardás todos tus secretos’. Ahí empecé a los gritos”.
El primer paso lo dio en febrero de este año. Fue a hablar con Recursos Humanos del club para activar el Protocolo de Prevención y Acción Institucional correspondiente, aprobado en septiembre de 2021 para casos de discriminación, acoso y violencia por razones de género y orientación sexual y que contempla sanciones como amonestación, suspensión, cesantía y expulsión del acusado. Todo de acuerdo a lo estipulado por el Departamento de Género e Inclusión del club de la Ribera, presidido por Adriana Bravo, quien en su momento fue anunciada con bombos y platillos como la primera vicepresidenta (tercera) de la historia de Boca, tras el fallecimiento de Roberto Digón.
Allí le explicaron que su caso sería elevado al Consejo Interdisciplinario y luego a la Comisión Directiva para ser evaluado, antes de iniciar una investigación y tomar una decisión. Marco se tomó 20 días de vacaciones y, cuando volvió, la licenciaron sin motivo. Mientras, Martínez siguió trabajando rodeado de mujeres.
Dos meses después, sin ninguna señal del club, Marco decidió ir a la Justicia ordinaria. Tomó su caso el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional número 3 de Capital Federal. Entonces sí, el denunciado fue apartado de su cargo. La imputación contra Jorge Martínez quedó firme y todo indica que en breve será elevada a juicio oral.
En mayo de 2021, un grupo de jugadoras argentinas presentó ante el Comité de Ética de la FIFA una denuncia por acoso sexual contra el entrenador Diego Guacci, empleado de la AFA. El ente encargado de hacer pública la noticia fue FIFPRO, el sindicato mundial de jugadores, que destacó que es una causa en la que “futbolistas denuncian que el técnico utilizó su posición de poder para intimidar y acosar sexualmente a distintas jugadoras adolescentes”.
La respuesta de la AFA no se hizo esperar. “Vamos a ir hasta las últimas consecuencias”, publicó el presidente Claudio “Chiqui” Tapia, muy enfocado en mostrarse como un paladín de la equidad de género en el fútbol argentino. Pero la AFA sólo sacó un comunicado en el que deslindó su responsabilidad en los hechos denunciados y dijo desconocer la identidad del denunciado y sus denunciantes. Más claro: las “últimas consecuencias” terminaron en ese mismo tuit. De hecho, LA NACION intentó dialogar con alguien de esa entidad sobre el caso Guacci y no hubo chance de recibir una explicación de por qué fue desvinculado.
Un año más tarde, la FIFA cerró la investigación contra Guacci. Llamativamente, el informe de 40 páginas, que es de acceso público, concluye que después de recabar cinco testimonios que ofrecen detalles de situaciones concretas, la entidad discirnió que los relatos no fueron prueba suficiente para sancionarlo. Pero, al mismo tiempo, asevera que la conclusión a la que llegó el Comité de Ética “no puede ser considerada como un reconocimiento de que los hechos denunciados no ocurrieron”.
Entre otras cosas, las declaraciones en primera persona de las denunciantes expusieron que Guacci les pedía imágenes de sus cuerpos y las intimidaba al exponer sus partes íntimas, incluso en sus etapas formativas, cuando muchas eran menores de edad. Además, dijeron que las agredía individual y colectivamente con referencias sexuales y persecuciones.
Curiosamente, mientras su propio Comité de Ética lo investigaba por estos delitos, en 2021 la FIFA nombró a Guacci “experto técnico y mentor” de esa entidad. A la vez, sin dar muchas explicaciones, la AFA lo corrió de su cargo (entre otras tareas fue el DT de los seleccionados Sub 15 y Sub 17) y en marzo de 2022 el entrenador asumió en Defensa y Justicia como coordinador de… Fútbol Femenino.
En diálogo con el canal FutFemGol, Gabriela Garton, exarquera de la selección argentina, se mostró sorprendida por la no sanción de la FIFA a Guacci. “Leyendo la decisión ves que hay cinco jugadoras dando testimonio y te quedás pensando: ¿Cuántos testimonios son necesarios para que sean evidencia suficiente en contra de un DT acusado de abuso y acoso sexual?”.
Lo más preocupante comenzó después. Periodistas que cubren la actualidad del fútbol femenino comenzaron a recibir amenazas de personas cercanas a Guacci, presionándolas para que no hablaran más del asunto y amparándose en la supuesta inocencia del involucrado, algo que la FIFA, aun no sancionándolo, descartó. “Que no jodan más con el tema”, fue el textual que ellas vieron en Whatsapp de una persona allegada a Guacci.
Ludmila Martínez, hoy futbolista de Rosario Central, denunció en la Justicia que había abusado de ella Eduardo Micheli, el entrenador que la dirigía cuando ella tenía 9 años. Pudo ponerle palabras a aquel trauma en 2018.
“Desde los 6 años jugaba en el club Los Andes, de Munro. A los 9 este profesor abusó de mí. Me llevaba a su oficina, cerraba la puerta, me llevaba a un rincón, me manoseaba, me metía la mano abajo de la remera y del corpiño. Y esto pasó durante varios meses en el año 2009″, dijo en un video en el que compartió su vivencia. Y agregó: “A veces también lo hacía durante un partido. Se me acercaba al oído, me hacía comentarios de que íbamos a ir a la oficina. A mí me incomodaba, pero nunca supe qué hacer porque me paralizaba. Nunca antes lo conté porque me daba vergüenza y me daba miedo de que no me creyeran. Quiero que se difunda esto lo más que se pueda, porque este profesor sigue dando clases a nenas y nenes, y eso puede volver a pasar en cualquier momento”.
Los casos se replican, pero aún persiste el miedo a hablar en voz alta. Los testimonios en on todavía escasean, los temores subsisten y las denuncias llegan de manera anónima o en voz baja. “Hay chicas que ponen en la balanza el todo. Hoy, con el contexto del fútbol femenino profesional, muchas de ellas desayunan, almuerzan y hasta se bañan en el club, porque viven en lugares muy precarios. Y se ven obligadas a tolerar un acoso o un abuso sin hacerle frente porque, de lo contrario, automáticamente pasan al grupo de las conflictivas y no les renuevan el contrato”, comparte alguien que elige hablar desde el anonimato.
Otra voz que pide preservar su identidad alerta: “En Lanús había una entrenadora que era dueña de un boliche en Palermo enfocado en la comunidad lesbiana. Con el aval de la Comisión Directiva, ella obligaba a las jugadoras del club a ir a ese boliche. La que no iba, no jugaba”.
En el caso de Boca, nadie del club asistió a las jugadoras del plantel femenino, que en medio del torneo se quedaron sin entrenador como consecuencia de una grave denuncia. Una vez que asumió Florencia Quiñones, exfutbolista xeneize, uno de los que se sientan en la mesa chica de la Comisión Directiva dio un mensaje que puertas adentro sorprendió: “Esto ya pasó, tema terminado. A mirar para adelante”.
La resignación es generalizada. Los clubes crean y anuncian con entusiasmo la creación de departamentos de género, pero en la práctica no solo no resuelven estos asuntos, sino que además las personas que ponen a cargo de estos espacios no cuentan con la capacidad suficiente como para imponerse. En otras palabras: en agradecimiento a su designación, esas personas hacen oídos sordos a las denuncias, por miedo a perder ese puesto. Un contexto favorable a los abusadores.
Un problema mundial
Muy lejos de ser algo que ocurra solo en la Argentina, las denuncias son cada vez más habituales en el nivel global. Gracias a las que les ponen voz a situaciones inaceptables, otras mujeres se animan a poner en palabras sus propias vivencias. Que, incluso, por muchísimos años se han naturalizado, dentro y fuera del fútbol.
A comienzos de octubre de 2021, la National Women’s Soccer League (NWSL, la liga femenina de fútbol profesional en Estados Unidos), canceló los partidos de un fin de semana en repudio a las acusaciones de acoso sexual que se habían hecho públicas en los días previos. Nada fue inesperado. Carolina Courage, Sinead Farrelly y Mana Shim habían denunciado públicamente en The Athletic a Paul Riley, el entrenador de North Carolina Courage, por “coerción, amenazas y abusos sexuales”.
Desde agosto de ese año habían trascendido diversas acusaciones contra Richie Burke, entonces preparador del equipo Washington Spirit, a quien le criticaban haber creado un ambiente machista y abusivo dentro del vestuario. Las jugadoras fustigaron con dureza a la liga por no proteger a las futbolistas y por no tomar decisiones contundentes para investigar esos comportamientos, con el objetivo de que no se repitieran.
Una de las voces que más escuchadas fue la de Megan Rapinoe, estrella del fútbol estadounidense y muy involucrada en la lucha feminista dentro del deporte. “Hombres, protegiendo a hombres, que abusan de mujeres. Lo vuelvo a decir: hombres, protegiendo a hombres, que están ABUSANDO DE LAS MUJERES. Que explote todo. Dejen que todas sus cabezas rueden”, escribió la jugadora en Twitter. Y agregó: “A todos los que estaban en una posición de poder y que dejaron que esto sucediera, que lo oyeron y lo dejaron estar: JÓDANSE. Son todos unos monstruos y pueden presentar sus dimisiones inmediatamente”. Tanto Riley como Burke fueron despedidos tras las respectivas investigaciones.
Men, protecting men, who are abusing women. I’ll say it again, men, protecting men, who are ABUSING WOMEN. Burn it all down. Let all their heads roll. https://t.co/iHg3JlVVe0
— Megan Rapinoe (@mPinoe) September 30, 2021
Como un efecto dominó, un par de meses después se activó la reacción en cadena. En octubre de 2021, en Venezuela, la Fiscalía abrió una investigación contra el exentrenador del seleccionado nacional femenino Kenneth Zseremeta y el preparador físico Williams Pino. Fue la consecuencia de que un grupo de 24 futbolistas de esa nacionalidad los denunciara públicamente por abuso y acoso sexual.
“Nosotras, las jugadoras de la selección de Venezuela de diferentes procesos, hemos decidido romper el silencio para evitar que las situaciones de abuso y acoso físico, psicológico y sexual ocasionadas por el entrenador de fútbol Kennet Zseremeta tomen más víctimas en el fútbol femenino y en el mundo”, comenzaba la Carta a la Opinión Pública dada a conocer en la cuenta de Twitter de Deyna Castellanos. En su descargo acusó al entrenador de haber abusado sexualmente de una de ellas, además de haberlas sometido a acoso físico y psicológico desde 2013 hasta 2017.
🚨COMUNICADO. 🇻🇪 #NoMasAbusos
— Deyna Castellanos (@deynac18) October 5, 2021
#ProtejanALasJugadoras #ProtectThePlayers pic.twitter.com/KJ2alEE0Jz
En abril de 2023, el plantel del Alhama de Murcia, equipo de la primera categoría femenina de España, escrachó en los medios a su entrenador, Randri García, que por WhatsApp le había enviado una imagen de él desnudo recién duchado, junto a otros integrantes del cuerpo técnico. La foto llegó a manos de una menor de edad, que también forma parte del equipo.
Eso derivó en la reacción de las jugadoras, que expusieron al DT y lo acusaron de “acoso continuo, insultos y menosprecios”, al punto de que varias de ellas optaron por salir del plantel después de recibir insultos vinculados con las formas de sus físicos y su condición sexual. Una, incluso, fue encerrada en una habitación y obligada a orinar delante del DT por la sospecha de que ella estuviera consumiendo sustancias ilegales. El club negó los hechos.
En España, dos entrenadores del Centro de Tecnificación Deportiva de Palma están siendo investigados por supuesto acoso sexual y maltrato psicológico a una alumna menor de edad. “Lloraba mucho, porque no entendía qué hacía mal. Me entrenaba al máximo y aun así no paraban de gritarme, insultarme y hacer comentarios obscenos sobre mi cuerpo. Hablaban delante de mí sobre mis pechos o me decían que había adelgazado el culo”, declaró la estudiante de 17 años.
No es algo nuevo. Ignacio Quereda fue el DT del seleccionado femenino de España entre 1988 y 2015. Hartas del maltrato y los abusos, las mujeres lograron que renunciara. Gracias a los testimonios de varias jugadoras, el libro No las llames chicas, llámalas futbolistas, escrito por la periodista Danae Boronat, detalla lo que Quereda les dijo en esos 27 años. Entre ellas: “Esta lo que necesita es que le metan una guindilla por el culo”, “a ti lo que te hace falta es un buen macho”, “me pellizcaba el culo y me decía: «¿Tú sabes cómo fecundan los gallos a las gallinas?»”.
En mayo pasado, la Liga de Fútbol de Bogotá (LFB) prohibió el ingreso del director técnico Pedro Ignacio Rodríguez Rodríguez a todo escenario donde se desarrollaran competencias deportivas e, incluso, a sus oficinas. La decisión se debió a las denuncias recibidas en contra del hombre que supo ser entrenador del seleccionado femenino de Colombia. Entre otros hechos, los familiares de cuatro de las víctimas denunciaron manoseos indebidos, envío de fotografías de penes a niñas y adolescentes, pedido de imágenes de contenido sexual o pornográfico, acoso, amenazas y planteo de relaciones sexuales, además de intentos de manipulación y subyugación.
Dos años después de las denuncias efectuadas por la delantera de Sierra Leona Bilkisu Kandeh-Turay, la FIFA decidió en marzo de 2023 comenzar a investigar. Todo comenzó cuando la jugadora se quejó en 2017 ante el preparador de la selección femenina, Abdulai Bah, por las malas condiciones en las cuales se entrenaban. La respuesta del DT al planteo de la futbolista fue enviarle fotos de su pene y videos pornográficos, además de “pedirle sexo todos los días” durante varios meses.
Bah fue suspendido por la Asociación de Fútbol de Sierra Leona en octubre de 2021, luego de que Kandeh-Turay ratificara sus acusaciones en una entrevista radial. Sin embargo, recién ahora el comité de ética de la FIFA investiga esos abusos, consecuencia de las críticas del sindicato internacional de jugadores, Fifpro.
Ante sus quejas por las condiciones de trabajo en la selección, la excapitana del equipo sub 20 Kandeh-Turay declaró: “Yo tenía 17 años y él me dijo que me callara, que no podía cambiar el sistema. Luego cambió de tema, me dijo que me amaba y me envió fotos de su pene y videos y fotos pornográficos”. Ante esto, la arquera del FC Kallon, Zainab Conteh, aseguró que Bah también le había hecho una propuesta indecente y le había enviado videos de su miembro.
El infierno recién comenzaba. Sorpresivamente, Kandeh-Turay anunció su retiro del fútbol internacional, luego de afirmar que había sido amenazada por funcionarios de la Federación Africana; los involucrados niegan las acusaciones. Es común que los victimarios no comprendan, o elijan no comprender, que sus actitudes son inadecuadas.
“Los entrenadores usan un lenguaje inapropiado para las chicas, como cuando dicen «hoy estás tan hermosa» o «¿saldremos después del entrenamiento?»”, declaró la sierraleonesa Fatmata Kamara, promesa del sub 20, al diario La Razón, de España. Y agregó: “Incluso entrenadores de los clubes intentan salir con jugadoras. Si hablás, nunca más jugarás al fútbol. Esta es la amenaza”.
Esto último es frecuente en el ámbito del fútbol femenino. Personas que por el solo hecho de ser mujeres deben convivir con comentarios machistas en un ambiente laboral que incomoda. No solo por la situación en sí, sino también porque quien hace ese comentario suele ser, en general, o el entrenador o algún directivo del club.
El último caso fue difundido hace unos días. El DT de Zambia, Bruce Mwape, fue acusado de coaccionar a jugadoras para tener relaciones sexuales con él si querían mantener su puesto en el equipo. “Si él quiere acostarse con alguien, ese alguien tiene que decirle que sí”, contó una futbolista en un medio británico.
La jugadora, de quien se conservó el nombre para resguardar su seguridad, hizo la denuncia pública en una entrevista en el diario The Guardian. La deportista habló de una conducta sexual inapropiada por parte del director técnico Mwape. También involucró a Kaluba Kangwac, que estaba al frente de la sub 17.
“Es normal que el entrenador se acueste con las jugadoras de nuestro equipo”, relató la futbolista al periódico inglés. Como si fuera poco, aseguró que el plantel recibió amenazas para impedir que los hechos se volvieran públicos. Según The Guardian, el caso fue elevado a la FIFA para que lo investigara como organismo rector mundial.
Algo lejos aún de lo que sucedió con el fenómeno #MeToo en el mundo del espectáculo, el fútbol femenino no se queda callado y ya no quiere permitir situaciones que se naturalizaban en un pasado no muy lejano, pero que empieza a desentonar.
Seguí leyendo
"Nadie dijo que sería fácil". Pochi Montenegro: el golfista que se formó en una casilla de palos y al que todos quieren ayudar
Nicanor. Jugó en los Pumas, relató rugby por radio, desafió las burlas sobre su obesidad y elige a los 5 mejores
"La Sheika". La mujer fuerte de Dubai que fue deportista olímpica y ahora gana títulos con polistas argentinos
Otras noticias de Abusos en el deporte
“Después de violarme se fueron a jugar al casino”. Habló la periodista que denunció haber sido abusada por cuatro jugadores de Vélez
Caso Pérez Roldán. Un fallo dictaminó que las medidas restrictivas para el exentrenador denunciado eran excesivas
No podrá jugar por cuatro partidos. Teófilo Gutiérrez fue suspendido por manosear a una trabajadora de logística
Más leídas de Fútbol
Scaloni sube la vara. Quiénes son los que necesitan mejorar en 2025 para no quedar abajo de la selección
Con movimientos. Así quedó la tabla de posiciones de las eliminatorias sudamericanas, tras la fecha 12
Detalles. Final de la Copa Sudamericana 2024: cuándo se juega el partido Racing vs. Cruzeiro
Día, hora y TV. Cuándo juega Independiente Rivadavia vs. River Plate, por la Liga Profesional 2024