La noche en la que Dibu salvó a un Messi que estuvo lejos de su plenitud
El penal fallado por el capitán en la definición le agregó una cuota de suspenso a la calurosa noche texana, pero el arquero de la selección lo hizo de nuevo y la Argentina sigue adelante en la Copa América
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HOUSTON, (enviado especial).- En el estadio la tensión estaba en su punto culmine. Lionel Messi tomó la pelota y caminó hacia el punto penal con la vista fija. Se hizo cargo, como es costumbre, de la responsabilidad del primero. La pinchó, la pelota pegó en el travesaño y quedó flotando un instante antes de caer suavemente sobre la red.
La tremenda atajada del Dibu en el penal siguiente fue un desahogo para el 10, que apretó su puño y miró al cielo. El abrazo al final del partido en el círculo central con todos sus compañeros y, especialmente, la ronda de todo el plantel saltando sin querer irse, resumió lo que costó este pase a las semifinales en la Copa América. Un revival de Qatar.
Messi siempre quiere estar. Al capitán nunca hay que sacarlo, es lo que aprendieron todos los entrenadores que lo dirigieron. Solo se pierde un partido por los puntos cuando su físico se lo impide. La selección ya estaba clasificada y mientras el aductor derecho del capitán generaba preocupación, decidió preservarse ante Perú.
Especialmente en partidos definitorios como el de anoche, Messi nunca quiere salir.