La convicción de Mauro Icardi: "¿Si en Italia me valoran más? Sí!..., 100 a 0"

–Mauro, ¿tenés amigos en la selección argentina?

–...Eeeeh, jugué con Chiquito, con Romero en la Sampdoria..., después seguimos teniendo relación, cada vez que nos veíamos nos poníamos a charlar..., también su mujer es amiga de Wanda... ¿Y después con otroooo?... ¿Que tenga relación...? A Dybala lo conozco de acá... Y después a todos los conozco... El otro día jugamos contra la Lazio y con Lucas Biglia nos saludamos. Cada vez que me cruzo con un argentino nos saludamos, cambiamos camisetas, el otro día cambié la camiseta con Ansaldi, que me la pidió... Tengo una buena relación con todos.

Es la única pregunta que Mauro Emanuel Icardi se demora en responder durante 45 minutos de charla. La voz llega serena del otro lado de la línea. Directo, a veces filoso, pero continuamente amable. Toca varios temas y siempre reaparece la selección argentina. A los 23 años se siente pleno, pero con la paciencia de un orfebre y la obstinación de un detective, rastrea respuestas. Le faltan piezas en su puzzle albiceleste.

Recuerda con detalles la primera vez que se vistió de futbolista de selección. Mauro estaba en La Masía de Barcelona cuando recibió el llamado para jugar dos amistosos en el sur de la Argentina con el Sub 17 que dirigía José Luis Brown. Más tarde fue elegido el mejor en el torneo de L´Alcudia, ahora en el Sub 20 y con Marcelo Trobbiani de técnico. Y cuando se entrenaba en Ezeiza para participar del Sudamericano de la categoría en 2013, Sampdoria lo hizo regresar. Icardi se enfrentó con el dueño, el manager deportivo y con el entrenador, pero la decisión estaba tomada. Césare Prandelli, entonces DT de Italia, y toda la Federazione orquestaban el operativo tenazas para que Icardi fuese azurro. Ya le había dicho que no al Sub 19 y también rechazó a la mayor.

–¿Nunca te arrepentiste?

–Yo no me arrepiento de nada. Ni en mi vida futbolística ni personal. Yo soy bien argentino y siempre quise jugar para mi país.

–¿No temés que lo que genera tu nombre más allá de las canchas eclipse al futbolista?

–Ese tema extrafutbolístico, que en realidad es mi relación con Wanda, sólo se mantiene vivo en la Argentina. Acá ya pasó, se terminó, fue un boom, ok, pero terminó. En Italia hace tres años que, si soy noticia, es por lo que hago en una cancha. Allá buscan mierda... acá me valoran por mi rendimiento deportivo. ¿ Martino dijo que yo tengo que salir en los diarios deportivos? Yo acá salgo en esas tapas casi todos los lunes por mis goles, no por mi historia con Wanda. Acá todo el mundo se pregunta por qué no estoy en la selección. Hasta mis compañeros se lo preguntan. Puedo ser un jugar bueno, malo o mediocre, como quieras, pero al menos hago goles, que es lo que cuenta en el fútbol. Acá los directivos, la gente de prensa, la gente de la cocina... me dicen: «¿Y te van a llamar? ¿Y cuándo vas? ¿Y cómo no estás? ¿Cómo no te llaman?...»

43 son los goles

–¿Y qué les respondés?

–Y nada... «Y bueno, ya veremos cuando me llamen». ¿Qué les voy a responder? Me insisten: «¿Cómo no te llaman si hacés un montón de goles?» Y bueno, no sé...

–¿Y vos qué crees que pasa?

–Acá en Italia, en cada nota que hago hablo de fútbol, no me preguntan por mi vida. Y en Argentina es todo al revés, no dicen... «¡Mirá este pibe que hizo tantos goles…!», sino que dicen «Mirá, es el que está con Wanda Nara..., él que le cagó la novia al amigo». Y yo no le cagué la novia a nadie. Éramos compañeros, como tengo 25 compañeros acá y tendré otros 25 compañeros el año que viene. Y ya está. Comíamos un asado juntos porque éramos conocidos y del mismo país. Pero ya está. Después..., no sé, si él descuida a su mujer y su mujer dio la casualidad que justo cayó conmigo... Eso es lo que pasa en la Argentina, que buscan lo peor para hablar siempre de lo malo.

–¿No será sencillamente que hay muy buenos delanteros y Martino prefiere a otros?

–Obviamente que hay grandes jugadores... Pero en mi lugar tenés uno, o dos, máximo, que ocupan mi posición: el Pipa y el Kun. Después, sí, tenés a Messi, Dybala, Lavezzi, Carlos... Di María..., pero juegan todos más de media punta. De punta-punta sólo están Higuaín y Agüero, que también hace esa labor. Tenemos la mejor delantera del mundo, eso lo sé. La camada de delanteros que hoy tiene la Argentina creo que no se va a volver a repetir.

–Y si jugaras de lateral..., ¿qué creés que pasaría?

–Es que va más allá del puesto... Con mi comportamiento en el Inter, al menos una oportunidad tendría que tener. Como la tuve cuando estaba en la Sampdoria... no es por eso entonces, es por otros temas, como lo decía antes... La explicación sólo la tiene Martino. Martino dice que sólo le hablan de mí por cuestiones extrafutbolísticas, pero yo veo que en las últimas notas que le hacen lo único que le preguntan es cómo Icardi no está en la selección con los goles que hace. Y el que dice las cosas extrafutbolísticas siempre es él, no son los periodistas. Lo repito: hace tres años que ya se olvidó el tema.

–¿Una charla con Martino serviría?

–Obvio. Yo estoy disponible. Cuando estaba en la Sampdoria, y yo era más chico, Sabella vino, miró un partido y después nos sentamos, tomamos una Coca y un café, y charlamos. Él me dio sus explicaciones y yo le di mi punto de vista. Yo estoy disponible siempre para conversar. Si Martino quiere venir, bienvenido. El otro día acá estuvo Dunga, que vino a hablar con sus jugadores... Me gustaría tener una charla para que me de motivos reales, no motivos que salen de cualquier lado.

–¿Con quién te entenderías mejor en la selección?

–Obviamente me gustaría jugar con Leo, que es el mejor del mundo. Mirá a Suárez... tiene que correr nada más, Leo te pone la pelota donde él quiere. Y después un jugador que me gusta muchísimo, que lo veo como un crack descomunal, es Di María. Me gusta por su velocidad, como lleva la pelota…, parece que la tiene atada. Es un jugadorazo. ¡Y de Rosario! Bueno, es de Central..., pero se crió ahí cerquita de Sarratea, de donde soy yo, a dos o tres cuadras. Con todos estos jugadores sería un placer jugar.

–Vos decís que los temas extrafutbolísticos pertenecen al pasado. Pero tenés una intensa vida en las redes sociales, te gusta exponerte, mostrarte... ¿No te excedes?

–Yo a las redes sociales, Instagram y Twitter las uso como herramientas de trabajo. Las entiendo como parte de mi trabajo porque sabemos que el uso de la imagen influye en campañas publicitarias y demás. Y creo otra cosa: la gente me conoce por lo que hago adentro de una cancha nada más, entonces siento que poniendo fotos con mi hija, con los nenes y con Wanda le muestro que afuera de la cancha soy una persona normal, como cualquier ser humano. Nadie conoce al Mauro Icardi social, el que vive adentro de su casa.

–Si no vas a Rusia. ¿te consolaría pensar que en Qatar 2022 todavía ni habrás llegado a los 30 años?

–Mi trabajo es dar lo máximo en Inter y después la selección es un premio al trabajo en el día a día. Si el seleccionador, cuando llegue Rusia 2018, me quiere llevar, obviamente que voy a estar contento porque yo quiero jugar y ganar algo con la selección. Representar a tu país te llena de orgullo y de emoción.

–Un país que hace mucho no gana un título…

–Sí, y es una pena. Me puse recontento cuando la Argentina llegó a la final del Mundial y a la final de la Copa América..., después no se pudo dar por esas cosas que pasan en el fútbol, pero viéndolo desde afuera decía ´cómo me gustaría estar ahí para al menos intentar dar una mano, contribuir de alguna manera...´

–¿Estás pendiente de las convocatorias?

–No, nooo, ni las miro ni estoy pendiente. El día que llegue, ya me van a venir a avisar. Y si no llega nunca, ya debuté, jugué unos minutos y al menos por un día pude vestirme con la camiseta de mi selección.

–¿Nunca sentiste que en ese partido [8 minutos contra Uruguay,en Montevideo, cuando entró por Augusto Fernándezen octubre de 2013] sólo te blindaban para que no pudieras jugar por Italia, pero en realidad no te tenían en cuenta?

–A veces jodemos con eso... Bueno, si me estaban boludeando ellos sabrán..., quizá me hicieron un favor, porque después de esa convocatoria, en Italia ya no me preguntaron más si quería jugar para ellos.

–¿En Italia te valoran más?

–Sííí, obviamente..., 100 a 0, jajaja... En Italia hablan bien de mi y cuentan mi costado deportivo; jugó bien, hizo tantos goles, maduró, creció dentro de la cancha, se complementa bien con tal o con cual, gira bien, lee la jugada, aguanta de espalda... Por eso te digo 100 a 0. Pero en la Argentina nunca tienen nada bueno para decir; primero porque no me conocen, y después, porque buscan revolver la mierda.

"Yo no soy un vendehumo".

"Un día me gustaría jugar en Newell´s".

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