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La actitud de Marcelo Bielsa, algo que no se ve en la Superliga argentina
Sucedió a 11.144 kilómetros de Buenos Aires, pero las acciones de Marcelo Bielsa siempre hacen pensar, generan disparadores que movilizan sensaciones, declaraciones a favor y en contra. También preguntas. ¿Estuvo bien Bielsa? ¿Lo hizo convencido de que su equipo debía hacer eso o se vio presionado por el contexto y el reclamo de los rivales? ¿O también porque su imagen hace poco se vio cuestionada en la Liga inglesa por el espía-gate? Los gestos de Bielsa suelen hablar por sí solos, pero pocos aprovecharon las miradas para analizar lo que sucede en nuestro país: ¿Cómo se portan los entrenadores en el fútbol argentino? ¿Se ven esta clase de gestos en la Superliga? ¿Se ven gestos? ¿Se respetan los técnicos durante los partidos?
¿Qué sucedió en Inglaterra? Leeds convirtió el 1-0 ante Aston Villa por la Championship inglesa en una jugada en la que varios adversarios se frenaron porque tenían un compañero tirado en el piso. Eso generó un escándalo con la actitud que quien anotó el tanto (Mateusz Klich ) y el árbitro, que lo convalidó. Enseguida, ante el revuelo, Bielsa le ordenó a su equipo que no bien sacaran del medio, dejaran que el rival convierta el 1-1.
¿Y en el fútbol argentino? El viernes a la noche protagonizaron un papelón entre Gabriel Heinze , DT de Vélez, y Luis Zubeldía, conductor de Lanús. No se trataba de un clásico o de un partido superdecisivo (ida de los octavos de final de la Copa de la Superliga), tampoco de dos entrenadores que hayan construido una rivalidad como la de Mourinho y Guardiola, como para entender tanta histeria. Pero alcanzó para que Zubeldía crea que Leandro Fernández se quedaba en el piso para hacer tiempo, para que se acercara y le diga a algo al delantero. Saltó Heinze para increpar a Zubeldía: "¿Quién sos vos para insultar a mi futbolista?" y terminaron los dos expulsados por insultarse mutuamente. Lamentable.
Reina la desconfianza. También hace poco, en un partido entre Banfield y River en el estadio del Taladro, se cortó la luz y se generó una polémica entre Marcelo Gallardo y Hernán Crespo . El DT millonario entendió que la situación fue provocada: "No voy a hacer una polémica con eso porque el partido estaba empatado 0-0 y ellos estaban mejor que nosotros. El corte de luz no favorecía a nadie, pero sé cuáles fueron los motivos y no voy a juzgar a nadie. Había un jugador que quería ir al baño, fue eso". A lo que el entrenador local respondió: "No discutí. Lo conozco a Marcelo y no pasa nada. Entiendo que quería desestabilizar y, frente a esa situación que veía comprometida, me quiso acusar a mí. Le dije que no soy electricista".
También en el último Vélez vs. River hubo un intercambio desde el banco de Heinze con Gallardo en pleno partido que fue más subido de tono de lo habitual. Sí hubo en Gallardo un gesto de solidaridad con Barros Schelotto tras los incidentes entre los hinchas de River y el micro de Boca en la previa de la segunda final de la Copa Libertadores 2018. La Conmebol estaba dispuesta a jugar el partido ese mismo día, en el Monumental, pese a la lesión de Pablo Pérez.
Pero, por lo general, los entrenadores no buscan una ley pareja o justa, sino que los beneficien. Muchas veces realizan declaraciones para condicionar al próximo árbitro de turno, ya sea apoyados desde las estadísticas que reciben en la semana previa o antecedentes de errores que en los últimos cruces pudieron haber favorecido a los adversarios.
Desconfianza. Se hace cada vez más común, en el fútbol argentino, ver entrenadores que demoran el cambio porque hay un error en el nombre anotado en el papelito que se le dio al árbitro: "¡Ese no es! ¡El que tiene que salir es otro!", se escucha desde los ayudantes de campo gritarle al cuarto árbitro. Pero esa "confusión" encierra el efecto buscado de… consumir segundos, demorar. En el campo de juego mismo, hay arqueros que fingen una molestia para hacer tiempo (recurso utilizado cuando un equipo es muy dominado por el adversario para enfriar un poco el ritmo), pero también jugadores de campo. Algunos se cansaron de sufrir esas situaciones. Porque, se quejan, ante la reanudación del espectáculo, encima, tienen que devolverle la pelota al otro equipo. Esto dijo Pedro Troglio, por entonces DT de Gimnasia, a fines de 2013, tras un escandaloso partido con Arsenal: "Queremos avisarle a Racing (era el próximo rival) que nosotros no queremos que nos devuelvan la pelota ni vamos a devolverla nosotros".
Tampoco se cumple con los contratos. Los dirigentes pueden echar a los técnicos a los 20 días de haberlos contratado, como sucedió con Paulo Ferrari en Rosario Central, pero los directores técnicos también son capaces de quebrar vínculos cuando (por más que estén bien en una institución) cambian de club porque reciben una oferta superadora, como sucedió con Gustavo Alfaro, que se mudó de Huracán a Boca. Igual, Alfaro encontró una coartada y hasta citó el artículo 88 de la Ley de Contrato de Trabajo: "Lo hablé con los jugadores y Nadur, el presidente de Huracán, ¿dónde está la traición?". Sí hubo un respaldo de Alfaro a Gallardo por la sanción que había recibido de la Conmebol, una acción solidaria pensando que (a futuro) le podía pasar a él. Pero la propia Asociación de Entrenadores del Fútbol Argentino está dividida y acéfala de conducción. De ahí para abajo, todo puede suceder.
Hay entrenadores también que exponen a sus jugadores ante un resultado. Sucedió con Eduardo Domínguez dirigiendo a Colón, cuando pasó de ganarle 2-0 a Huracán a perder 2-3 y pese a tener un jugador más. "¡No puede ser! ¡Son unos cagones, eso es lo que son!", gritó en medio del partido dirigiéndose a los suplentes. Algo parecido hizo el uruguayo Julio Comesaña, su sucesor. Y hasta el actual DT, Pablo Lavallén, tuvo un cruce en una práctica con otros dos futbolistas.
Hay veces que se cruzan límites que difícilmente tengan retorno. El más recordado en el rubro fue en 2010, entre Omar Asad (DT de Godoy Cruz) y Ricardo Caruso Lombardi. El DT de Tigre tildó a su colega de drogadicto, y el Turco lo acusó de cobrarle a los jugadores para ponerlos en el equipo. Caruso protagonizó la pelea callejera con Fabián García (exayudante de campo de Madelón) y acusó a Juan Antonio Pizzi de serrucharle el piso porque negoció su vínculo con San Lorenzo cuando él todavía estaba como entrenador del Ciclón.
Hace poco lo dijo Néstor Gorosito en una charla con LA NACION: "En la Argentina hay mucha mentira, por eso estamos como estamos. Tenemos un país rico y vivimos muy mal. Por ejemplo, se dice ‘el fútbol es para vivos, no para tontos’. Es la viveza criolla nuestra, así estamos. No importa los gobiernos, somos ricos y vivimos en la pobreza absoluta. Con delincuencia, sin educación, con desconfianza. Los argentinos nos tenemos que replantear cuánto daño nos hizo la viveza criolla".
Demasiado lejos está el fútbol argentino del inglés, pero no por los 11.144 kilómetros de distancia, sino porque es (muy) improbable que actitudes como las de Bielsa se vean en la Superliga. El fútbol no es ajeno a la sociedad, forma parte de ella y las actitudes ventajeras o desleales que se ven en el día a día también invaden las canchas argentinas.
El paso a paso en Leeds
1| El gol de klich: faltaban quince minutos para el final del partido y Leeds empataba sin goles con Aston Villa, por la 45° fecha de la Championship de Inglaterra. Hay un jugador caído del equipo visitante y varios de sus compañeros se frenan y piden que el juego se detenga. Pero Leeds sigue la jugada y Mateusz Klich anota el 1-0.
2| protestas y peleas: los jugadores de Aston Villa increpan a Klich y los bancos también discuten (sobre todo Terry, ayudante de campo rival, con Bielsa). El DT Dean Smith dijo: "Le sugerí a Bielsa que nos dejen hacer el gol del empate y él estuvo de acuerdo. Le tengo mucho respeto". Bielsa dio la orden. Aston Villa sacó del medio y (sin oposición, solo el defensor Jannson quiso impedirlo) hizo el 1-1.
3| el tanto devuelto: la reacción de Aston Villa fue porque, previo a la acción marcada, un jugador de Leeds había caído y ellos habían tirado la pelota afuera para que sea atendido. Al final, Bielsa dijo: "El gol no se lo regalamos, se lo devolvimos. Los hechos son los que se vieron".
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