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Juveniles: abandonaron hasta las ruinas y la Argentina se cae del mapa
No avanza el proyecto de los seleccionados juveniles y el semestre parece perdido; Theiler se bajó entre tantos manoseos y Martino se cansó de las dilaciones
Todos los plazos prometidos están vencidos, irrebatible prueba del desinterés. Los seleccionados juveniles siguen abandonados, víctimas de una AFA en crisis de conducción que se ocupa del rojo financiero y se olvida del default estructural del semillero albiceleste. El 1° de marzo era la fecha prometida para iniciar el nuevo proyecto, pero luego se postergó para los primeros días de abril. Otro desengaño. El semestre parece perdido y a nadie tendría que sorprender que definitivamente se aplace todo hasta que desembarque el próximo presidente en la AFA. Mientras, el resto de los países de América del Sur está trabajando con sus selecciones menores.
El manoseo de candidatos provocó agotamiento y frustración. Desfilaron tantos apellidos como desprolijidades en el manejo de la cuestión. Desde Gabriel Milito y Hugo Tocalli, pasando por Adrián Domenech, Fabio Radaelli, Fernando Batista, Pedro Troglio, Gabriel Heinze, Daniel Oldrá, Jorge Theiler, Roberto Sensini, Luis Zubeldía y Claudio Vivas, entre otros. "No se avanzó mucho. Es un tema a resolver, no urgente. Pueden pasar 60 días." La confesión de un hombre fuerte de la AFA, involucrado en el tema, confirma la evidente desatención. Grave distorsión: sí es urgente. La Argentina ya desperdició mucho tiempo, entre septiembre de 2007 y fines del año pasado, entregándoles un área esencial a la bautizada Generación del 86 –Sergio Batista, José Luis Brown, Oscar Garré, Marcelo Trobbiani, etc.–, primero, y luego a Humberto Grondona-Miguel Ángel Lemme. Aquellas desacertadas decisiones reclaman inaplazables correcciones.
Sobrevolaron en las últimas semanas opciones disparatadas, como que conviviesen tres propuestas diferentes, sin vínculo alguno, asumiendo la dirección de cada categoría. Nada más alejado de un proyecto integrador. Varios se frustraron porque ni siquiera recibieron una notificación tras ser tanteados desde la AFA. "Hasta el día de hoy no tengo ninguna novedad. No creo que el elegido sea mi proyecto, si no ya me hubieran llamado. Pero creo que lo tienen que decidir rápido por el bien del fútbol argentino", todavía repite Tocalli. Nadie tuvo ni la cortesía de avisarles a los desestimados. Mejor, que lo intuyeran desde el silencio. Jorge Theiler acaba de bajarse porque lo agotó el manoseo. El entrenador de la selección mayor, Gerardo Martino, que desde que desembarcó, en septiembre de 2014, se mostró entusiasmado con ayudar a alumbrar un renovado ciclo formativo, también se hartó: después de insistir en su posición desde fines de enero, optó por correrse y enfocarse en su área, cansado de tantas dilaciones.
Quizás el candidato que parecía sumar más avales entre los dirigentes era Claudio Vivas. Con él se contactaron el miércoles 23 de marzo, se reunieron el sábado 26 y el 30, el ex ayudante de Marcelo Bielsa presentó dos carpetas y un pendrive con su idea. Entre otros detalles, proponía incluir a Diego Placente y Julio Arca, ex campeones del mundo juveniles, para transmitir experiencias y recuperar el sentimiento de pertenencia. Nunca más lo llamaron. Desde los pasillos de AFA confían que Nicolás Russo, presidente de Lanús, enfrió sus posibilidades. Vivas aún sueña con la función, pero hay límites.
Luis Zubeldía reuniría muchas adhesiones, pero actualmente dirige a Santos Laguna, bajo el abrigo económico del fútbol mexicano. Porque aquí vale recordar las grietas financieras de la AFA; arrastra tantas deudas con sus empleados que no se presenta como una meca laboral para la mirada externa.
¿Por qué el tema se dilató tanto si desde mediados del año pasado todos sabían que el cuerpo técnico anterior, encabezado por Humberto Grondona, sería desplazado? Porque nadie gobierna en la AFA. Avanzar reclama decisiones, que ninguno toma. LA NACION ya lo explicó el mes pasado, pero las semanas profundizaron las debilidades de mando. Luis Segura ha tomado contacto con el tema de manera esporádica. Insuficiente. Lo acompaña Chiqui Tapia. Luego se sumó Víctor Blanco, que no dinamizó el programa como se pretendía, y últimamente se aproximó Russo. Todos intermitentes. Y siempre postergando el debate central. En el medio, chicos de las divisiones inferiores de Lanús se desempeñaron como sparrings de la mayor en la doble fecha por las eliminatorias, una salida provisoria, síntoma de la regresión.
En una reunión durante la semana pasada con dirigentes de la AFA, cuando Martino descubrió que los juveniles ni aparecían en la agenda, se convenció: hasta ahora tolerante, había llegado el momento de tomar distancia. Comunicó su determinación con amargura, ya que él soñaba con materializar un planeamiento serio y ambicioso. Nunca se engañó: siempre supo que el modelo alemán era imposible de aplicar en la Argentina."Hay cuestiones para las que nosotros no estamos dispuestos. Hay que tener mucha grandeza para llevar ese proyecto adelante. Tendrían que desaparecer todos los egos, los intereses. ¿Acá? No", confesaba Martino. Pero de allí a ni poder articular un nuevo ciclo...
Si bien Segura no le imprimió prioridad ni celeridad al tema, tampoco surgieron otras figuras para motorizarlo. Matías Lammens, Daniel Angelici y Rodolfo D’Onofrio, atentos a los incendios en el edificio de la calle Viamonte –desde el fondo solidario para rescatar a los clubes del ascenso hasta la ruptura con el Gobierno por el contrato con la televisación–, siempre ignoraron la problemática. Nunca los ocupó ni les interesó. Quizá pendientes de algún interés eleccionario, porque los comicios en la AFA del 29 de junio seguramente marcarán una bisagra. El bien común aquí hubiese indicado que convenía reunir consenso y alentar un proyecto para escapar de la inacción. No sucedió.
Una alternativa podría haber sido abrir durante enero la recepción de carpetas y crear un comité de especialistas (¿Ramón Cabrero, Jorge Griffa, Ramón Maddoni?, nombres autorizados pero que no aspirasen al cargo) que eligiera la mejor opción y se entrevistara con los candidatos durante febrero. Así, el 1° de marzo hubiese nacido la refundación. Pero los dirigentes hace tiempo que no toman dimensión de la trascendencia que tienen las selecciones juveniles. Sólo patean las ruinas. El fútbol de base remolca tantos desórdenes que su progresivo hundimiento no puede sorprender a nadie.
Llegan invitaciones, pero la Argentina se cae del mapa
El vacío alrededor de las selecciones juveniles se profundiza frente a las invitaciones que llegan desde el exterior. Ante la propuesta del tradicional torneo Esperanzas, de Toulon, que se jugará entre el 18 y el 29 de mayo (la Argentina no asiste desde 2009), la AFA se ha limitado a no responder. La contestación más sincera sería asumir que no hay plantel, cuerpo técnico ni proyecto. A finales de mayo, por iniciativa de la FIFA, en Zurich se reunirán los departamentos formativos de las principales federaciones… pero la Argentina no tiene representatividad. Con el certamen de L´Alcúdia, en Valencia –del 24 de julio al 4 de agosto–, ocurre lo mismo: la AFA hace silencio. Los juveniles están a la deriva y la Argentina se cae del mapa.
cg/jt
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