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Julián Álvarez, de River al mundo: cómo puede insertarse en el Manchester City de Pep Guardiola y qué rol podría tener en la selección en el Mundial de Qatar 2022
El mapa que le espera al delantero del momento del fútbol argentino
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El primer cambio que encontrará Julián Álvarez en su llegada a Manchester City será la adaptación física. Tiene una calidad técnica muy buena y de por sí ya en River demuestra potencia y despliegue, pero ahora deberá llevarlo a límites que sólo la competencia europea lo podrá llevar. En ese sentido, vale el ejemplo de Lucas Alario, meses después de llegar al Bayer Leverkusen. “Estaba capacitado para jugar, pero por ahí al ritmo que lo hacen en Europa… me fundía antes; el choque con los defensores y el roce son mayores; rendía, pero yo necesitaba estar activo y al cien por cien para rendir así los 90 minutos”. Sería el primer consejo que podría servirle, de 9 a 9, de tercer máximo goleador de la era Gallardo (Alario) al segundo (Álvarez).
Quizás el mayor desafío de Julián Álvarez en River fue haberse re-convertido en goleador y referente de área cuando encontró esa posibilidad ante bajos niveles o lesiones de sus compañeros. Pero, esa oportunidad, la aprovechó para transformarse, empezar a hacer goles desde todas las formas posibles, y aportarle versatilidad a cada avance. Alvarez está entre los cinco principales artilleros de la era Gallardo en River, con 51; está a cuatro de desbancar a Rafael Borré (55); detrás de ellos siguen el mencionado Alario (41), Ignacio Scocco (38) y Pity Martínez (35).
Delantero con movimientos más fuera que dentro del área, Álvarez se transformó en referencia ofensiva sin ser un 9 de las características de Martín Palermo. Y fue desequilibrante compartiendo fórmula de ataque con Matías Suárez o Romero en un 4-1-3-2 o jugando él solo en un 4-1-4-1 rodeado de todos mediocampistas ofensivos y llegadores como Simon, De la Cruz, Barco, Palavecino o Pochettino.
Julián Álvarez entra, desde las características, en el grupo selecto de esos delanteros que pueden jugar en cualquiera de los ‘4 puestos ofensivos’ en un hipotético esquema 4-2-3-1 que tanto se usa en Europa: como 9, como extremo por la derecha o por la izquierda y detrás del 9, en la posición en la que asistió varias veces a Borré (mientras fueron compañeros). Puede asistir y convertir, pero se mueve según su rol. Tiene la inteligencia táctica y los movimientos para tomar las mejores decisiones en función del rol que tenga en cada partido. Incluso aun no siendo muy alto (1m70), puede convertir de cabeza, como hizo ante Boca en la Bombonera. Claramente el cabezazo sería uno de los gestos técnicos a perfeccionar en el Manchester City de Guardiola, pero tiene todo para ganar.
¿Cómo encajaría en el City de Pep? Si tomamos como referencia el último Manchester City, el que ganó la Premier League en una definición apasionante y dándole vuelta el partido a Aston Villa 3-2, podría haber sido titular como 9, también por afuera en el 4-3-3; o ingresado por Phil Foden, Gabriel Jesus o Riyad Mahrez; Gabriel Jesús, que cuando convivió con el Kun Agüero supo reacomodarse por la banda izquierda para “convivir” con el argentino, es otro ejemplo; Raheem Sterling también respondió a esa versatilidad.
La llegada de Erling Haaland y las posibles salidas de Jesus y Sterling le van a modificar el panorama del City, pero -más allá de la posición en la que lo pruebe o piense Guardiola- el mayor potencial de Álvarez será su adaptación para cumplir el rol que necesitará el equipo de él. Porque incluso en River jugando como 9, no todos los partidos los jugaba igual. Había algunos en los que se movía y marcaba diagonales para tocar más pelotas en los últimos 20 metros del campo de juego y otros en los que el mapa de calor lo señalaba más como un falso enganche, por la cantidad de balones que tocaba cuando se retrasaba para ser nexo.
Esa versatilidad será el punto de partida que lo podría hacer convivir con Haaland, como antes lo hizo con Borré. O como lo puede hacer con Lautaro Martínez en la selección argentina. Pero son la “movilidad” y los desplazamientos con y sin la pelota lo que también generaría seducción en Pep en la próxima pretemporada europea para retenerlo y no cederlo a otro equipo, para marcar las diagonales y los pases que suelen ser muy bien aprovechados por los mediocampistas de elite que suele contar Guardiola en sus planteles. Y su despliegue defensivo: es el primer defensor de River, para presionar las salidas rivales y hacerles faltas a los zagueros o para ser la punta de lanza ante la pérdida de un ataque respaldado del Millonario.
Para Lionel Scaloni debería ser una buena noticia el traspaso de Álvarez en esta etapa. Porque debería confiar en que Julián va a tener rodaje en Manchester City y que llegará al Mundial con ese roce internacional de potencia y resistencia física que ya tienen Lautaro, los Correa (Joaquín y Angel), Nicolás González y Di María, por citar ejemplos de futbolistas que van a competir con él en Qatar. Cuando ingresó con Scaloni lo hizo más por afuera, aunque –de nuevo- le aporta la versatilidad al DT para ser doble 9 o delantero por afuera. También podría jugar de 9 solo, aunque para esa posición –cuando no estuvo Lautaro- el entrenador argentino le dio prioridad a Joaquín Correa, hoy compañero suyo en Inter.
El ‘subgrupo’ de Julián Álvarez lo avala para encajar en Europa y también en Qatar: está entre aquellos futbolistas que pueden jugar como extremos, por las bandas, detrás del 9 o llegando desde atrás a posiciones como las principales referencias de ataque de un equipo que va a seguir siendo comandado por Lionel Messi y que dentro de un mismo partido puede variar desde las posturas, las estrategias y los esquemas.
Álvarez fue la figura del campeonato que conquistó River a fines de 2021. Desde la incidencia que tuvo Juan Román Riquelme en la Copa Libertadores 2007 con Boca que un futbolista no era tan determinante y decisivo para la conquista de un título para un equipo argentino como lo fue Álvarez con Gallardo. Pero el delantero de River se destaca no sólo por hacer goles importantes, sino también por la calidad de esas conquistas, por los gestos técnicos que aplica antes de cada festejo. De derecha, de izquierda, de arremetida abajo del arco; desde afuera del área a lo Batistuta (una de sus especialidades) y también anotando por todo el frente de ataque.
El 1-0 a Alianza Lima
El primero de los seis goles que le hizo a Alianza Lima en la goleada 8-1 de River, por la Copa Libertadores es un fiel reflejo de cómo se puede autogestionar también las situaciones: porque él presiona la salida del rival, recupera y luego es quien termina definiendo cruzado ante el pase filtrado de Simón.
“Álvarez es muy funcional para el equipo”, dijo Gallardo alguna vez. Una frase simple que lo llena de elogios. Más allá de que todavía no llegó a su techo y que tiene cosas para pulir y perfeccionar, eso es lo que recibirán Guardiola y Scaloni en los meses previos al Mundial.
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