Jugadores que son hinchas del club: el plus del River de Gallardo que amenaza a Boca y es líder en la Copa

Marcelo Gallardo reunió al plantel y -palabras más, palabras menos- les dijo: "Hoy vamos a ir a recorrer el museo del club. Quiero que conozcan la historia de River". Algunos futbolistas ya lo habían visitado por su condición de hinchas del club. Y otros se terminaron empapando gustosos de muchos de los hitos históricos y de los grandes nombres que vistieron la camiseta de la banda roja desde 1901, cuando se fundó el club. El episodio tuvo lugar el 25 de noviembre de 2015, cuatro meses después de la obtención de la Copa Libertadores y tres semanas antes de que River fuera a jugar el Mundial de Clubes a Japón. Y ayuda a entender uno de los orígenes del sentido de pertenencia que caracteriza al plantel del Muñeco, otro de los motores que impulsan a este River que marcha primero en el Grupo 3 de la Copa Libertadores y que parece ser la principal amenaza del líder Boca en la lucha por el campeonato local.

El plantel tiene la particularidad de contar con varios futbolistas que son hinchas de River, tales los casos de Augusto Batalla , Jonatan Maidana , Lucas Martínez Quarta , Sebastián Driussi y Marcelo Larrondo , Nicolás Domingo y Exequiel Palacios. Algunos, como Batalla, Martínez Quarta, Driussi y Larrondo, no lo ocultan públicamente. Y otros prefieren mantenerlo en reserva. El vínculo afectivo con los colores es todavía más marcado en el cuerpo técnico que comanda Gallardo, quien de chico era de San Lorenzo pero con el tiempo se volvió muy de River: ya desde que iban al jardín de infantes, Hernán Buján (ayudante de campo), Pablo Dolce (preparador físico), Jorge y Franco Bombicino (kinesiólogos), Sandra Rossi (especialista en neurociencia), Alberto "Tato" Montes (entrenador de arqueros), Pablo Nigro (psicólogo), Rodrigo Sbroglia (asistente de Gallardo) y Matías Ghirlanda (jefe de prensa) vibraban por los colores blanco y rojo, tal como relata el periodista Diego Borinsky en el libro "Gallardo Monumental".

Otros jugadores, como Leonardo Ponzio, Rodrigo Mora y Ariel Rojas, muestran un fuerte compromiso con la camiseta. Ponzio, el capitán, es junto a Maidana uno de los sobrevivientes del equipo que le puso el pecho al vía crucis por la B Nacional, más allá de que el defensor jugó todo ese campeonato y el ex Newell's y Zaragoza se sumó para la segunda rueda junto a David Trezeguet. A la relación que Mora supo construir con River la cuenta un tuit que el uruguayo publicó la semana pasada, en la previa del partido ante el Melgar, de Perú, por la Libertadores: "¿Día del beso? Soñando con volver a besarte". En la foto que acompaña al breve texto se lo puede ver a Mora besando la Libertadores en el vestuario, con una galera blanca y roja, en pleno festejo luego de la victoria 3 a 0 sobre Tigres, de México, la noche de la consagración, el 5 de agosto de 2015. Rojas se fue a Cruz Azul antes de las semifinales de la Libertadores 2015 y se quedó con las ganas de ganar esa copa y de ir luego al Mundial de Clubes. Ya en México, comenzó a valorar cada día más lo que significa jugar en River y este año decidió regresar al club. "Uno se termina de dar cuenta de lo que significa River cuando se va del club. Jugar acá es algo maravilloso y por eso resigné mucho dinero para regresar", asegura el mediocampista cuya vuelta resultó de vital importancia para que el juego del equipo mostrara un repunte marcado.

Ahora bien, ¿cuál es la influencia que tiene en un plantel el hecho de que varios jugadores sean hinchas y que muchos otros estén tan comprometidos intelectualmente con la causa? Dice un integrante del cuerpo técnico: "Es algo muy importante. No es lo mismo tener un grupo que siente la camiseta que otro en el que son contados los casos en los que hay un sentimiento por el club".

"Soy hincha de River desde chico y mi sueño es ganar la Libertadores siendo el arquero titular. A la de 2015 me tocó disfrutarla como hincha y ahora me gustaría hacerlo desde adentro", afirma Batalla, quien al igual que Martínez Quarta y Driussi es surgido de las divisiones inferiores del club.

Nacido en Capital Federal, Martínez Quarta vivió en Mar del Plata entre los ocho y los dieciséis años. Y siempre recuerda que de chico esperaba con ansias los torneos de verano para ir a ver al equipo al José María Minella. "Jugar en la Primera de River siendo hincha es una felicidad completa, es inexplicable. Pero, obviamente, hay que tratar de disfrutar con responsabilidad", dijo el marcador central de apenas 20 años al sitio partidario "La página millonaria". El 8 de marzo fue papá por primera vez y, ese mismo día, su hijo Bautista ya era socio de River.

Maidana, el único integrante del plantel que sufrió el descenso a la segunda categoría en 2011 y aún permanece en el club, proviene de una familia dividida entre hinchas de River y de Boca. Por respeto a su pasado en Boca, donde jugó entre 2005 y 2008 e incluso ganó la Libertadores 2007, prefiere no reconocer públicamente su condición de hincha de River pero en la intimidad del plantel todos saben que el blanco y el rojo son sus colores. "River tiene un significado muy grande en mi vida, al punto de que ya se convirtió en mi segunda casa", le dijo Maidana a La Nación durante la pretemporada que el plantel realizó en enero de este año en Orlando, Estados Unidos.

Fanático de River, Driussi confesó en una nota que le dio a este diario la semana pasada que en la final de la Libertadores 2015, frente a Tigres, se le volvió imposible dejar en el olvido los tiempos en que iba a la popular que da al Río de La Plata junto a su papá. "El aliento de la gente se escuchaba permanentemente y no podías quedarte al margen. Era muy difícil estar ajeno a eso porque la gente estaba enloquecida. Cuando me tocó entrar, traté de jugar más con la gente que en la cancha porque íbamos ganando 3-0. Traté de disfrutarlo como hincha y como jugador a la vez", confió el actual goleador del equipo.

Para irse de Central, cuyos hinchas lo acusan de traidor por haber pasado a River, Larrondo puso en la balanza su enorme deseo de representar al club del que es hincha. Hasta ahora jugó poco y nada a causa de distintas lesiones, de manera que sigue viviendo al hecho de actuar con continuidad en el Monumental como una cuenta pendiente.

Como puede verse, en River no son pocos los que para hacer su trabajo se recuestan en el espíritu amateur del que tanto le gusta hablar a Marcelo Bielsa. Un intangible que en este caso funciona como un plus para apuntalar la marcha triunfal del equipo, que suma cinco victorias en cadena en el campeonato local y dos triunfos en otras tantas presentaciones en la Libertadores.

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