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Juan Sebastián Verón, a fondo: “Queremos crecer y el sistema del fútbol argentino está agotado”
El presidente pincharrata desgrana el acuerdo con el empresario Foster Gillett y cómo afectará al fútbol y al club todo
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Estudiantes de La Plata está entre los clubes argentinos de mejor pasar. Tras concluir su nuevo estadio a fines de 2019 se enfocó en lo deportivo, y esa búsqueda resultó exitosa (tres trofeos entre diciembre de 2023 y diciembre de 2024). Sin embargo, está por dar un paso sin precedentes: aceptar inversiones privadas y, de esta manera, transformar el fútbol en una nueva sociedad.
¿Cuál es la explicación a semejante cambio si el club atraviesa un momento auspicioso de su rica historia? Juan Sebastián Verón, el presidente, no se conforma. “Llegamos al techo y ahora debemos empujarlo hacia arriba”, sostiene convencido. Para muchos esta voracidad es una virtud, y para otros puede generar un riesgo. Una extensa charla para LA NACION puede aclarar el panorama.
-El club creció muchísimo: un estadio nuevo y tres títulos de campeón en los últimos cinco años. Entonces, ¿por qué no seguir el mismo camino?
-Es cierto que el club creció, pero con el mismo sistema ya no tiene manera de seguir su evolución. ¿Por qué pensamos en aceptar las inversiones privadas? Porque queremos crecer y el sistema del fútbol argentino está agotado. Desde hace rato no da posibilidades: los ingresos por derechos televisivos son cada vez menos, el patrocinio es cada vez menor, los premios son muy bajos. Y de eso nos nutrimos, más allá de vender a algún jugador. De esta manera, alcanza solo para mantener las disciplinas y no se puede potenciar el fútbol, que es el deporte principal. Yo veo que el club puede crecer muchísimo más que lo que creció –eso se ve– pero está dentro de un sistema que se agotó. Y nosotros estamos dispuestos a hacer lo necesario para que Estudiantes sea cada vez más grande.
-¿Cómo resumirías el acuerdo entre Estudiantes y el empresario estadounidense Foster Gillett?
-Es el futuro. De eso va a alimentarse el club y la institución va a cambiar de escala. Obviamente, esto es un proyecto y llevará un proceso, pero no tenemos dudas de que así será. Así lo ve Foster y ésa es la visión que tiene Estudiantes: no detener la evolución a pesar de estar en un contexto que no acompaña. Al acuerdo lo resumiría así: un inversor pondrá sus activos con la idea de que la nueva sociedad crezca y a nosotros nos implicará un cambio sustancial, tanto en el presupuesto para el fútbol como en la ampliación del estadio y de las instalaciones.
-Hablás de sociedad. ¿El club se convertirá en una sociedad anónima deportiva?
-Estudiantes no va a convertirse en una SAD básicamente porque mantiene su razón social; lo que sí ocurrirá es que vamos a crear una sociedad en el fútbol y en todo lo que nuclea a este deporte en particular. Por supuesto que el club va a tener presencia en esa sociedad, como tiene que ser. El fútbol sí va a ser una sociedad nueva, pero Estudiantes nunca va a ser una SAD. Eso no va a pasar.
-Si el acuerdo es entre Gillett y el fútbol, ¿quién tendrá la última palabra en las decisiones en ese ámbito?
-Habrá un directorio del que yo voy a formar parte, y las decisiones importantes, como pueden ser ampliar el presupuesto y una gran contratación, van a ser consensuadas. Después, el día a día va a seguir funcionando de la misma manera, porque se viene haciendo bien eso, y es una de las cosas que Foster conocía y resaltó. Me parece que el manejo del fútbol es bueno, más allá de que se pueda errar en algunas decisiones, cosa que es normal. Él confía en seguir en esa línea y en que el fútbol se maneje como estamos haciéndolo hasta ahora. Por eso, en lo cotidiano, no va a cambiar en nada.
-¿Cómo devolverá Estudiantes el dinero que reciba? ¿Qué pasa si no puede devolverlo?
-En realidad, el club no va a devolver el dinero que reciba: no es que vendemos un jugador y vos te llevás un porcentaje y yo me quedo otro. En la sociedad el inversor pondrá activos, y hay que trabajar para que esa sociedad crezca en valor. Si hoy nosotros facturamos diez, por poner un número, tenemos que llevar esa facturación al máximo: nosotros apuntamos a 100, pero pueden ser 90, pueden ser 80. Ese es el espíritu que tiene esta sociedad: no cuánto se lleva cada uno, sino que todo lo que esa sociedad gane sea reinvertido. Y en un futuro, si el inversor vende parte de sus acciones, ahí estará su ganancia; hoy no. El planteo no es cómo lo vamos a devolver, sino cómo vamos a darles más valor a los activos de la sociedad: patrocinio, entradas, venta de jugadores y, ojalá el día de mañana, derechos de televisión. Todo eso tiene que crecer en valor.
-¿Corre riesgo el patrimonio institucional?
-No. El patrimonio del club no corre riesgo porque no se lo pone dentro del acuerdo. Todo lo que forma parte del patrimonio del club queda por fuera. Lo que yo digo es que, a diferencia de una sociedad anónima pura, como se lo ve desde fuera, en la que los clubes son comprados y pueden quebrar si a la sociedad le va mal, acá eso no puede suceder porque la sociedad civil y el patrimonio quedan por fuera del acuerdo. ¿Puede irte mal? Y sí, puede irte mal, pero Estudiantes no va a quebrar. Si eso pasara, la sociedad se disolvería y el fútbol volvería a ser parte de la asociación civil. De esta manera, entonces, el patrimonio institucional no corre ningún riesgo.
-¿Con qué garantiza Estudiantes el cumplimiento de sus obligaciones?
-El club no garantiza nada. Nos asociamos con una persona, en este caso Foster, que aporta capital, y nosotros aportamos nuestro know-how [saber hacer]. Se trata de potenciar todo lo que respecta al fútbol que es intangible, como ticketing, patrocinio, estadio, derechos de televisión. La realidad es que hay que trabajar para potenciar el fútbol: las obligaciones serán compartidas, con el objetivo de que esto realmente funcione y tenga más valor que el que hoy tiene.
-¿Ya está acordado de cuántos años será el vínculo?
-En esto se está trabajando y hablamos de un mínimo de 30 años. Lo que más queremos es que esto dure y se potencie porque implicará que el proyecto del fútbol habrá mejorado y que habremos conseguido ampliar la infraestructura del club. Si eso pasa, se beneficiarán los otros deportes y el club en general. De entrada uno no sabe si se queda corto o largo con los años; lo que vamos a intentar es que sea una sociedad exitosa y que dure mucho. Si fuese de 30 años y se cumplieren ciertos objetivos, existirá la posibilidad de ampliarlo y de renovarlo. No me preocupa mucho el tiempo porque nosotros no hacemos esto pensando en cortarlo; ¿cómo vamos a pensar en que dure poco si consideramos que es lo mejor? En definitiva, si lo que van a hacer es inyectarle dinero al club para crecer, ¿por qué querríamos cortar eso? Nosotros hacemos esto por la positiva, no por la negativa.
-La aprobación o el rechazo será decisión de los socios, que reclaman leer la ”letra chica” del acuerdo. ¿Cuándo podrán leer de qué se trata, con todos los pormenores?
-La otra vez decían: “¿Cómo puede ser que Verón no conozca la letra chica?”. La realidad es que hay cuestiones que están siendo armadas, discutidas y reglamentadas. Por eso yo hablo de lo macro y no tanto de lo micro ni de las cuestiones específicas. Los abogados y la parte contable están trabajando en los detalles, que pronto van a ser conocidos. La idea es tener un borrador dentro de algunas semanas, y cuando esté armado, revisado y pase por la comisión directiva, el socio tendrá toda la información.
-¿Pensás que por este paso que está por dar Estudiantes AFA tomará alguna represalia?
-No, represalias no. Yo creo que es un paso necesario porque no estamos encontrando respuestas del otro lado. Necesitamos que se encuadre bien el marco legal, y que los clubes puedan decidir qué hacer y qué van a ser. Yo creo que cada club debe tener la libertad de elegir. Para el empresario que viene de afuera, y lo mismo para un inversor local, es importante que esté bien determinado el marco legal y le dé seguridad jurídica para invertir. La idea no es solo armar un buen equipo, que es lo que más llama la atención; la intención es crecer en infraestructura: eso da más puestos de trabajo y permite crecer como club. La idea va desde mejorar el sistema educativo que tenemos hasta brindar servicios médicos. Y algo importantísimo: el derrame tiene que llegar a los clubes de barrio, no solo con materiales sino también ayudándolos con recursos técnicos y médicos. No creo que nadie tome represalias porque es un paso para nuestro crecimiento y un paso necesario para el fútbol argentino.
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