En un partido malo, Boca se conformó con el 0 a 0 ante Jorge Wilstermann

Arrancó una nueva Copa Libertadores para Boca . El golpe de la final perdida ante River en la última edición aún sigue siendo difícil de digerir, pero de a poco deberá pensar en esta nueva oportunidad de volver a ser. El equipo de Gustavo Alfaro se habrá ido de Bolivia con una sensación agridulce: quedó la sensación de que pudo haber mostrado algo más ante Jorge Wilstermann . No obstante, en el complemento sufrió bastante. Entonces, el punto que rescató a raíz del 0-0 tiene un color positivo en este inicio.

El primer tiempo fue completamente chato. Los intentos de Wilstermann no pasaron de los remates desde media distancia, queriendo dejar en manos de los 2.500 metros de altura los efectos que pudiese efectuar sobre la movilidad de la pelota. Así y todo, los locales estuvieron lejos de generarle algún inconveniente a Boca. Además del juego lento y cuidadoso, el trámite se hizo insoportable también por el mal estado del campo de juego.

Así es como Boca no tuvo claro qué quería hacer con la pelota. Por momentos, arriesgó en las salidas, pero en otras ocasiones prefirió escoger el pelotazo. Eso, justamente, fortaleció los trabajos defensivos del brasilero Alex Silva y el boliviano Edward Zenteno, la dupla central del conjunto Aviador, que hicieron pequeños a Carlos Tevez y Darío Benedetto al momento de los roces. De cualquiera de las dos formas, Boca no tuvo ocasiones de gol. Aunque bien pudo tener una posibilidad concreta, pero Julio Bascuñán, el juez chileno, no se la concedió a los 19 minutos: estando de frente a la jugada, no observó el claro pisotón que Silva le propinó al pie izquierdo de Agustín Almendra adentro del área.

Cerca de la media hora del encuentro, algunos futbolistas empezaron a sentir la falta de aire. Tanto de un lado como de otro. Y eso derivó en grandes cierres de los respectivos zagueros: primero fue Silva el que alcanzó a Emanuel Reynoso y le privó la definición mano a mano; en el área de enfrente, Lisandro López leyó muy bien la intención de Serginho y le cortó, casi en el área chica, la habilitación a Cristian Chávez, en lo que era una jugada que prometía encontrarse con la red azul y oro.

Tanto en el primero como en el segundo tiempo, Boca dependió del pivoteo de Tevez, acaso el nombre más interesante que tuvo el xeneize. Así como Chávez, también segunda punta, lo fue en el conjunto de Miguél Ángel Portugal: ambos tomaron las riendas del equipo e intentaron despertar a sus compañeros.

De hecho, fue Pochi, el exBoca, el que generó las jugadas más peligrosas del local en el complemento. En una aprovechó que Tevez era quien lo marcaba, producto del desorden xeneize, desbordó por la banda derecha y lanzó el centro a la cabeza del alto Silva, momento en el que se produjo una triple salvada: Buffarini la sacó en la línea, Mas puso la pierna izquierda para rechazar el rebote del brasilero y luego fue Andrada el que sacó al córner el remate de Jorge Ortíz. Y, luego, sacó un peligroso disparo de zurda que dejó estancado al N°1 observando cómo la pelota rozaba su poste derecho. ¿Y Boca? El trámite, en algún momento, aparentó ser auspicioso pensando en una posible victoria en la altura, sobre todo por la liviandad con la que jugaron los bolivianos en la primera mitad y pese a la falta de ocasiones del lado del elenco de Alfaro. Pero de repente todo se dio vuelta. El cansancio derivó en constantes errores y la pelota estuvo todo el tiempo en manos de los de camiseta roja.

Sin embargo, a pocos minutos del final, el xeneize tuvo las suyas gracias a un levantamiento de Emanuel Reynoso: desequilibró con calidad por izquierda y le cedió el gol a Nahitan Nandez, que remató potente a pocos centímetros del palo del guardameta Giménez; luego, fue el propio Bebelo el que lo exigió peligrosamente con un remate al primer palo.

Boca inició el camino rumbo a la séptima conquista continental. Aunque sin el éxito deseado.

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