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João Félix deja Atlético de Madrid en el marco de una intensa “guerra fría” con Diego Simeone
El delantero portugués llegó en 2019 por la exorbitante cifra de 126 millones de euros, pero nunca pudo adaptarse al estilo de juego de su entrenador; su destino será Chelsea, en la Premier League
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El calvario de João Félix en Atlético de Madrid está a punto de terminar. Tras una breve disputa por su firma, fue finalmente Chelsea el club dispuesto a pagar la cifra de 11 millones de euros por un préstamo de apenas seis meses para llevárselo a la Premier League. Los Blues están muy lejos de su mejor momento, marchando décimos en la liga, pero para Félix será la búsqueda de un ambiente completamente diferente al que vivía en el club Colchonero, donde su relación con Diego Simeone quedó completamente rota tras mucho tiempo de desgaste.
Al ver las cifras de Félix en el conjunto madrileño, es difícil pensar por qué el club habría estado dispuesto a gastar la cifra récord de 126 millones de euros en 2019 por alguien que nunca pudo adaptarse a lo que pedía su entrenador.
Pero si se observa el contexto del desembolso es posible encontrar una justificación para tamaña inversión. Félix apenas había hecho su debut profesional para Benfica en el ciclo anterior, pero esa temporada 2018/19 fue explosiva para él, cerrando con 20 goles en 45 partidos y siendo la figura de la campaña en Europa League, alcanzando los cuartos de final antes de caer ante Eintracht Frankfurt. Por otra parte, Atlético de Madrid se encontraba en una situación límite: Barcelona había comunicado su intención de activar la cláusula de rescisión de Antoine Griezmann, el máximo anotador del club en esa temporada con 21 tantos, por 120 millones de euros, y necesitaba de inmediato alguien que intentara reemplazar su cuota goleadora.
La realidad indicó que no hubo nada más lejano que eso. El portugués estuvo aquejado por varias lesiones en su tiempo en Madrid, pero en los períodos en que estuvo dentro de la cancha nunca estuvo conforme con el rol que le asignó Diego Simeone, que buscó utilizar su talento en el uno contra uno desde el carril izquierdo.
Por su parte, el DT argentino también expresó fastidio al ver que Félix no retrocedía y hacía el mismo aporte defensivo que solía hacer Griezmann, y al año siguiente designó a Luis Suárez, llegado desde Barcelona por un monto muy reducido, como su delantero predilecto. La apuesta funcionó: los 21 goles del uruguayo fueron fundamentales para el primer título de Liga para los Colchoneros desde 2014, pero el rol de Félix fue muy reducido, y cuando la cuota goleadora de Suárez bajó a 13 tantos al año siguiente, los 10 suyos no fueron suficientes para suplirlo adecuadamente.
De cara al inicio del actual curso, las tensiones eran palpables, pero con el paso de los partidos fueron escalando considerablemente. Félix de hecho empezó la temporada como titular, pero sólo debido a que el regresado Griezmann, del agrado de Simeone, debía resolver una extraña cláusula con Barcelona para no activar una recompra automática de 40 millones de euros. Una vez que esa situación fue saldada, el portugués volvió al banco de suplentes, y entre mediados de septiembre y fines de octubre nunca jugó más de 15 minutos por partido. Y a partir de ahí comenzaron los gestos y declaraciones cruzadas.
Luego de que Félix reaccionara negativamente por entrar apenas 10 minutos en una caída contra Brujas por 2-0 en la Champions League, el equipo se recuperó con un triunfo en la Liga por 2-0 contra Girona, gracias a un doblete de Ángel Correa que Simeone aprovechó para lanzar una crítica por elevación: “Cuando Correa está enojado, lo demuestra en la cancha”. Para el segundo encuentro contra los belgas el delantero tampoco entraría, y al saber de la decisión de su DT lanzó su pechera al piso en medio de su enojo, a lo que el argentino respondió sarcásticamente: “Sus números están a la vista de todos. Es normal que esté frustrado. Todo lo malo que haga él es porque yo lo hago peor todavía, toda la frustración que pueda tener él es que yo no le he podido dar todo lo que él necesita para demostrar todo el talento y fútbol que tiene”.
Para mediados de octubre, las preguntas de la prensa sobre la no participación de Félix en un período muy complicado para Atlético se intensificaron, y Simeone retrucó para justificar sus decisiones: “¿Ustedes se piensan sinceramente que no voy a poner a João Félix para perder? No soy así. Ningún entrenador es así”, se defendió. “Cuando João vuelva a estar bien en los entrenamientos, a correr cuando el equipo lo necesite en el partido, cuando vuelva a reencontrarse con el gol, que lo tiene y lo recontra necesitamos, jugará. Ojalá cuando le toque muestre todo lo que tiene. Jugó cada vez que estuvo bien”, aseguró el DT, que comenzó a cosechar mejores resultados y reforzar su postura. “Cuando se habla de João se pone el foco lo que le pasa a João; si le pasase a Correa, a Cunha, a Morata o a Griezmann no se tocaría el tema de la misma manera. Genera opinión y discusión hablar sobre João”, criticó más tarde.
Esa racha se sostuvo en la Liga, donde Atlético quedó bien establecido en la pelea por quedar en las primeras cuatro posiciones, pero su campaña en la Champions terminó de la peor manera, con dos derrotas ante Bayer Leverkusen y Porto que lo dejaron afuera de toda competencia europea, con escasísima participación de Félix, que ya comenzó a hacer fuerza para encontrar un nuevo club en enero. Posteriormente el dueño del club, Miguel Ángel Gil Marín, expresó en diciembre, mientras el delantero jugaba la Copa del Mundo, lo que ya era un secreto a voces: “Es la apuesta más grande que ha hecho el club esta temporada. Creo que tiene el nivel máximo mundial, pero por los motivos que ahora no merece la pena entrar, la relación entre Simeone y él no es buena, ni su motivación es la mejor. Es razonable que piense en salir, pero a mí me encantaría que siguiera con nosotros, aunque esta no sea la idea del jugador”.
Asimismo, mientras su agente Jorge Mendes negociaba los términos de un préstamo fuera del club, Félix volvió al once titular de Simeone, pero para entonces ya era un intento por despertar el interés de otros clubes que de una posible reconciliación. Arsenal y Manchester United se mostraron como los primeros interesados, pero estaban reticentes a pagar la cifra de 15 millones de euros (más otros 6 millones que corresponden a su salario completo) que les exigía Atlético. Chelsea fue finalmente el que más se acercó a ese número, y la operación se cerró en 11 millones, pero con condiciones que en el largo plazo favorecen a los madrileños: no hay opción de compra en el acuerdo y antes Félix firmará una extensión de su contrato hasta 2027.
Los Colchoneros tienen varias razones para no estar aún listos para desprenderse por completo de João Félix. Primero, el dinero que invirtieron inicialmente en él es demasiado elevado para justificar una pérdida muy significativa (Arsenal, por ejemplo, buscaba una opción por 70 millones, que habrían sido más de 50 menos que los que desembolsó Atlético), de modo que la prolongación del vínculo los deja mejor preparados para negociar una posible venta futura. Segundo, la duración más extensa también significa una bocanada de aire para las cuentas del club, permitiendo que su elevado sueldo esté más espaciado en el tiempo. Y tercero, expresa con mucha claridad que en Atlético apuestan más por el futuro de Félix en el club que el de Simeone, cuyo propio contrato expira en 2024, e incluso ya comienzan a circular rumores de que culmine antes de tiempo.
Lo que es seguro es que la relación João Félix-Diego Simeone es totalmente irremontable, y ya se extendió a los demás integrantes del plantel: “Al final, es una cosa de él. Porque tiene que saber que todo el equipo, toda la afición, todo el mundo está con él. Es una cosa que tiene que saber gestionar él”, afirmó Saúl, referente del equipo, a DAZN a fines de octubre. “La calidad la tiene y tiene que saber que tiene que ponerla al servicio del equipo, como hace en los entrenamientos y está haciendo en los partidos”. Las divisiones se trasladaron al vestuario, con algunos compartiendo el sentimiento del portugués y otros manteniéndose fieles al argentino. Pero a pesar de que la salida temporal de Félix pueda contar como una batalla ganada por Simeone, los movimientos de Atlético indican que podría terminar perdiendo la guerra.
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