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Italia 90. A Claudio Caniggia le costó muy caro rescatar a la princesa Peach
Claudio Caniggia volaba, pero de furia. Maradona también, aunque entonces le comentaba a La Nación que "esto demuestra que nunca le puse ni le saqué un jugador. Queda claro, una vez más, que Maradona no tiene nada que ver con poner a sus amigos como titulares". Carlos Bilardo había anunciado la formación para el debut ante Camerún, con cinco zagueros centrales –Simón, Lorenzo, Fabbri, Ruggeri y Sensini-, y Caniggia en el banco. Tres décadas después, Caniggia está convencido de su teoría. En una de las últimas prácticas en la concentración de Trigoria, la selección había goleado 5-0 a los sparrings, con tres goles suyos y dos de Pedro Troglio, su compañero de habitación. Esa noche, en las habituales recorridas de control de Bilardo, a las 3 de la madrugada abrió la puerta del cuarto y los encontró jugando a Mario Bross, furor por entonces. Como el entrenador siempre necesitaba testigos, fue a buscar a Pumpido para que presenciara el desacato. Caniggia siente que esa noche, Bilardo los borró a los dos del partido inaugural de Italia ‘90.
"Esa decisión de Bilardo fue increíble, increíble. Menos mal que se dio cuenta. Era un tipo muy capaz, pero tenía esas locuras, como esa… Primero sentí frustración, y después me entró una bronca. Pensé: ‘cuando entre hijo de p… agarrate, te vas a tener que tragar la decisión’. El problema es si Argentina ganaba 2-0, la puta madre, yo no quería que ganásemos… Bueno, sí quería, pero que el gol lo hiciera Ruggeri, o hasta Pumpido, pero no un delantero", le cuenta a LA NACION. Caniggia reemplazó a Ruggeri después del entretiempo y voló. Hizo expulsar a dos cameruneses (Andre Kana-Biyik y Benjamin Massing), pero no alcanzó para salvar la derrota. No saldría más del equipo…, pero se perdería la final con Alemania.
-¿Qué te dolió más: el desgarro después de brillar contra Nigeria, que te dejó sin más Copa en EE.UU. ’94, o la amarilla que te sacó de la final en Italia ‘90?
-Nooo, la amarilla contra Italia que me hizo perder la final. Se la podría haber evitado el árbitro (el francés Michel Vautrot)…, fue a siete u ocho metros de la mitad de la cancha. Fue un instinto poner la mano… y el árbitro estaba con la predisposición: si un argentino caía en alguna trampita, a la mínima, no iba a tener piedad. Él sabía que algunos teníamos amarilla. Sabía que yo era un delantero, no le había entrado con una patada a un rival, podía evitarla. Es una regla ridícula y sigue existiendo; por una mano intrascendente, sin riesgo para el rival, sacarte de una final del mundo… Fue muy feo y tengo que vivir con eso.
-¿Argentina no podía salir campeón en Italia ‘90?
-En la cancha, solo un tiempo nos pasaron por arriba: el primer tiempo contra Brasil. Después, no jugábamos bien, pero nadie nos arrolló. Incluso en la final, Alemania tuvo más la pelota, pero nosotros no estuvimos colgados del travesaño. Hasta hubo un penal a Calderón que no nos dieron. No querían que ganáramos otra vez la Copa del Mundo. Mirá, en el partido con Italia, el árbitro también expulsó a Giusti y, a la vez, lo dejó sin final al ‘Vasco’ Olarticoechea por una segunda amarilla. Con dos de los tres que no pudimos jugar contra Alemania, les ganábamos. En ese Mundial tuvimos todo en contra, y no me refiero solo a lo futbolístico.
-Elegí un gol: ¿el que le hiciste a Brasil o el que le convertiste a Italia en el Mundial ‘90?
-A Brasil y a Italia, los dos al mismo nivel. Eran dos candidatos a ganar el Mundial y los bajamos.
-¿Cuántas veces viste ese gol a Brasil?
-Sí, lo he visto. A veces me lo manda gente, ahora es más fácil porque en el teléfono es mucho más fácil, antes sin los teléfonos era difícil, salvo en alguna ocasión que pasaran el partido por televisación o en algún documental. Pero ahora los podés ver, tranquilamente, todas las veces que quieras.
-¿Hoy podés recuperar las sensaciones de aquel gol, de aquella jugada que hace Maradona? ¿Cómo te llega la pelota, qué pensaste, cómo decidiste…?
-No tengo que recuperar las sensaciones, las tengo intactas. Nunca desaparecieron, es imposible que desaparezcan. El gol arranca con una jugada espectacular de Diego en la mitad de la cancha, en un momento donde prácticamente, si ves la secuencia de la cámara, era solamente Maradona, muchos brasileños y yo ahí, en un sector del campo. Pensé que a Diego lo iban a voltear, pensé que caía, pero Maradona era un tipo difícil de voltear. La secuencia es Maradona a la posición en la que yo estaba, entonces pensé que si iba para la derecha terminábamos los dos en un rincón, o lo tiraban a Diego, o terminaba ahí la jugada. Entonces, en un instante veo que hay un hueco por el otro lado, que los defensores se estaban juntando porque la gente venía persiguiendo a Diego, y del otro lado no había nadie. Entonces decidí ir para ese lado. Por suerte no me siguió nadie, porque es difícil decidir quién se queda, quien se va. Siempre hay un error en un gol. Diego cayéndose y con la derecha me mete el pase, mientras yo había cuidado no caer en fuera de juego. Sale Taffarel y la primera decisión fue pegarle, pero como vi que tenía mucho espacio preferí gambetearlo… En ese momento fue la gloria.
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