Domínguez se hartó y renunció como DT de Independiente, a pesar del pedido de sus jugadores de que continuara

La mañana en Avellaneda se encontró con una noticia que para muchos se caía de maduro. Eduardo Domínguez llegó temprano al predio de Villa Domínico, donde tenía programado un entrenamiento de su equipo, se reunió con Daniel Montenegro, asesor deportivo del Rojo, y le comunicó que renunciaba. La derrota en el clásico por 1-0 fue el detonante de una situación sin punto de retorno. El entrenador dio varias señales de lo que podía ocurrir en medio de una olla a presión, que estalló en medio de una crisis eterna y los flojos resultados. Pese a contar con el apoyo del plantel, que le pidió hasta último momento que reviera la situación, Domínguez dijo basta.

Según cuentan desde la intimidad, a través de los referentes (Marcone, Sosa, Insaurralde, Romero) los futbolistas le pidieron a Domínguez que no se fuera.

Una vez que se fue del predio de Villa Domínico, Domínguez habló ante la prensa y expresó: “Sé que es un momento difícil para mí y obviamente para el equipo. Estuvimos hablando con los jugadores, con los dirigentes y con Rolfi Montenegro. Lo único que tengo que hacer es agradecerle al club por abrirme las puertas, por haberme heho sentir cómodo, me hizo sentir bien para trabajar tranquilo y agradecerle a Rolfi por la confianza que me brindó, por haber puesto los ojos en mí para encarar este proyecto. También a los jugadores y al hincha. Sabemos que generamos una expectativa grande al inicio y no pudimos devolverlo en resultados, les agradezco a los hinchas de por el cariño. Sé que es una etapa que hay que dar vuelta la página, mirar para adelante. Les deseo todos los éxitos, les deseo lo mejor, sé que brindamos todo, pero no alcanzó. Estoy tranquilo de que lo di todo”.

Cronología de los hechos

El silencio de Domínguez lo dijo todo después del partido. El lunes fue un día de reflexión. Aunque, en el fondo, el DT ya sabía cuál sería el camino. El asesor deportivo Daniel Montenegro tampoco se pronunció. Casi nadie contestó el teléfono. Según pudo saber LA NACION, los dirigentes no movieron ninguna pieza ni intentaron hablar con el entrenador, que, entonces, en su interior, supo que estaba todo dicho.

Hubo muchas versiones en medio del malestar interno sobre lo que sucedió en el vestuario visitante de la cancha de Racing. Gritos. Reproches. Algún forcejeo. Nada confirmado. Apenas las disculpas de Damián Batallini en las redes sociales por la furia al ser sustituido, cuando se sentó en el banco y tiró al piso la camiseta roja. El DT vio todo ese panorama y sólo hubo que esperar el momento del anuncio. Y ocurrió. En caso de que se confirme el alejamiento, el plantel será conducido interinamente por Claudio Graf, técnico de la reserva.

La reacción de Damián Batallini por el cambio de Eduardo Domínguez

El ambiente estaba enrarecido desde hacía mucho tiempo. Los refuerzos fueron todo un tema. El mensaje era claro. Por si hacía falta, Domínguez lo expuso tras la derrota con Argentinos por 2-1. “No sabemos bien cuál es el presupuesto para el mercado. La dirigencia se está moviendo para aumentar ese presupuesto para encontrar los mejores jugadores. Confío en lo que me dijeron los dirigentes en estas reuniones. Ya saben que necesitamos refuerzos. Cuando finalice el libro de pase veremos quienes vinieron y quienes no y cómo se hicieron las gestiones”, había sentenciado el entrenador. La situación se venía precipitando.

El desgaste fue permanente. Hasta que la indefinición en la llegada de Rodrigo Aliendro, de Colón, en una negociación que encaró el mismo Domínguez, fue un verdadero dolor de cabeza. ¿Qué sucedió? El club se demoró en darle el dinero prometido al mediocampista, River y Marcelo Gallardo aparecieron en el medio y… lo sabido: el futbolista terminó en Núñez. Algo que Domínguez jamás digirió.

Domínguez llegó a Independiente a principios de 2022 por un único factor: Montenegro, el asesor deportivo, que por estas horas considera seriamente seguir los pasos del entrenador, defraudado por promesas incumplidas y el caos institucional de un club que debió haber tenido elecciones a fines de 2021.

Fueron siete meses sinuosos para un DT apegado a la seriedad y la proyección. Más de una vez se mordió la lengua para no agigantar problemas que ya eran enormes. Trató de arreglárselas con un plantel cada vez más débil y con lo que tuvo a mano. Las eliminaciones en las copas de la Liga y Sudamericana fueron duros golpes. Pero siempre esperó el mercado de pases como para pensar en un impulso deportivo. Se le reconocen, justo es decirlo, equivocaciones estratégicas.

Independiente no tuvo –ni tiene– dinero ni credibilidad. La trabajosa llegada de Iván Marcone, en la que Domínguez intervino para tocar la fibra íntima del mediocampista, a estas alturas jugador-hincha de los Rojos, pareció un bálsamo. A la luz de los hechos, tampoco alcanzó.

Domínguez, hasta ahora, era el único que mantenía cierto consenso entre la gente. Pero la consideración desbarrancó con la seguidilla de partidos adversos. La caldera explotó y también le apuntó directamente al DT tras las derrotas con Patronato (3-1), Platense (3-1) y Racing (1-0).

Con el fútbol en manos del secretario del club, Héctor “Yoyo” Maldonado, la relación con el cuerpo técnico fue cada vez más tirante. Domínguez casi que ni se cruzó con el presidente Hugo Moyano. Rolfi Montenegro siempre fue su nexo y, por estas horas, el ex número 10 espera una charla con la dirigencia.

Independiente sigue a la deriva. La comisión directiva encabezada por Moyano se ganó el repudio de los socios. Las elecciones, ya con el mandato vencido, no tienen fecha de realización por la intervención de la Justicia, luego de las idas y venidas con la lista que encabeza Fabián Doman, a la que le impidió presentarse en la votación por presuntas irregularidades en la documentación.

Los Moyano tuvieron relaciones con altibajos con los entrenadores contratados. Cuando asumieron, decidieron no renovar el contrato de Omar De Felippe, el técnico que devolvió a Independiente a la Primera. Enseguida llamaron a Jorge Almirón y la seguidilla incluyó a Mauricio Pellegrino, Gabriel Milito, Ariel Holan, Sebastián Beccacece, Lucas Pusineri, Julio César Falcioni y Domínguez; en el medio quedaron tres interinatos de Fernando Berón.

Precisamente, las primeras versiones indican que Independiente se habría contactado con un entrenador que ya tuvo un ciclo en el club. En ese contexto, ingresarían Pellegrino y Almirón, ambos libres.

Muchos se sorprendieron cuando, a principios de año, Domínguez, campeón con Colón en la Copa de la Liga 2021, le dio el sí al club de Avellaneda, alejado de su estilo de trabajo y en crisis permanente. Hoy todo parece un poco peor. Ahora, ante ese panorama, la pregunta surge espontánea: ¿quién querrá venir a Independiente?

Los números de Domínguez

Entre todas las competencias, Domínguez dirigió a Independiente en 29 partidos, con 10 triunfos, 9 empates y 10 derrotas, con una efectividad del 44,8 por ciento.

• En la Copa de la Liga: ganó 3, empató 7 y perdió 4. Independiente hizo 17 goles y recibió 18. Finalizó 10° de 14 equipos en la Zona 2.
• En Copa Argentina: venció por penales a Central Norte (luego de empatar 1 a 1) en 32avos y superó a Atlético Tucumán en 16avos. Clasificó a octavos.
• En Copa Sudamericana: ganó 4 y perdió 2, con 13 goles a favor y 4 en contra. Quedó eliminado en la fase de grupos tras finalizar segundo.
• En la Liga Profesional: ganó 2, empató 1 y perdó 4, con 7 goles a favor y 11 en contra. Independiente se ubica 22° de 28 equipos.
• Clásicos: jugó 4 y no ganó ninguno. Perdió dos veces con Racing, empató con Boca e igualó con San Lorenzo.

Vía libre para elecciones con todas las agrupaciones

Además, dentro de este convulsionado momento, la cámara Civil y Comercial tercera de Lomas de Zamora revocó la sentencia de primera instancia por lo que se levanta la suspensión de las elecciones. Esto le permitiría a la lista liderada por Fabián Doman, Agrupación Independiente Tradicional, a participar del proceso electoral que fue suspendido a finales de 2021.

De esta manera, hay vía libre para que se desarrollen elecciones con todas las agrupaciones en pugna. Todo depende de la decisión del oficialismo, que tiene diez días para apelar ante la Corte Suprema. De lo contrario, el actual gobierno debería fijar una fecha para los comicios, con la participación del oficialismo (encabezado por Hugo Moyano), Gente de Independiente (con Claudio Rudecindo como cabeza) y la Agrupación Independiente Tradicional (con Doman como candidato a presidente).

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