Encontrá resultados de fútbol en vivo, los próximos partidos, las tablas de posiciones, y todas las estadísticas de los principales torneos del mundo.
Independiente - Racing: del grito “¡Adelantá el equipo, Falcioni!” al cabezazo de Romero, en un clásico lleno de tensión
El clásico de Avellaneda tuvo un ganador, pero el desarrollo se vivió con presiones de los dos lados y mensajes desde los palcos, condicionado por los altibajos de los ciclos de ambos entrenadores
- 5 minutos de lectura'
Un premio enorme es el que festeja Independiente, que bajo la lluvia celebra el triunfo en el clásico de Avellaneda y cierra la 5° fecha del Torneo 2021 como puntero del campeonato. Pocas cosas se pueden disfrutar más que una victoria ante el rival de toda la vida, con esta cortina de agua. Más aún si te deja en la cima de la tabla. Y eso es lo que se festeja en la mitad roja de Avellaneda.
La amenaza estaba latente. Y estalló a los 69 minutos de juego. El que falló fue Eugenio Mena. El que lo aprovechó, Sebastián Palacios. Y el que definió fue Silvio Romero. Hasta ahí había sido un partido de ida y vuelta, con situaciones para los dos lados. Pero el Rojo pegó primero. Se puso 1 a 0. La diferencia mínima, pero una ventaja que resultó enorme para lo que estaba en juego.
Lo mejor de Independiente-Racing
Todo la intensidad que había tenido el partido hasta ese momento se desvaneció con el grito de Romero. El reloj corría más rápido que la pelota y el local manejaba el ritmo del juego y los nervios de la Academia. Independiente se agrupó cerca de su arco. Y Racing nunca encontró el camino. Los 20 minutos que quedaban tras el tanto del capitán rojo se fueron en algunos córners, la experiencia de Sosa en el arco para hacerse el distraído y con un tumulto en el final. El Rojo se aferró a esa victoria como lo que valía: rompía una racha de tres derrotas clásicas y cambiaba el ánimo de un plantel que andaba a los tumbos. Cuando Facundo Tello marcó el final hubo explosión en el Libertadores de América. Todo se pintó de rojo. Hasta las luces del estadio. Esa fue la imagen final.
Casi dos horas antes, el panorama era otro. Cuando Independiente y Racing salían al césped del Libertadores de América para disputar el clásico de Avellaneda que podía dejar a alguno de los dos equipos como líder del fútbol argentino, el sonido de ambiente era el de las gotas de lluvia que caen contra el plástico de las plateas vacías. Debía ser un hervidero ideal para combatir el temporal del domingo. Pero había apenas 250 privilegiados, 175 locales y 75 visitantes, que se resguardaron en los palcos y se sacaron las ganas con algunos cantos antes de que Javier Correa diese el puntapié inicial.
En el campo, igual, la tensión se sentía. El agua regaba los nervios. Aunque el pasto de la cancha del Rojo sea uno de los mejores de la Argentina, había zonas con charcos, donde la pelota se detenía y alguno no hacía pie. Si los equipos de Julio César Falcioni y Juan Antonio Pizzi viven entre altibajos y rumores desde que comenzaron sus ciclos en enero, el clima no los ayudaba. El riesgo era grande. Y los errores se pagan. Los dos plantearon esquemas similares. Cuatro en el fondo, dos mediocampistas mixtos y cuatro puntas para salir rápido de sorpresa. Por eso el juego se hizo de ida y vuelta. Con situaciones.
A los 21 minutos, el primero que avisó fue Lisandro López, con un zurdazo desde la medialuna del área. Sebastián Sosa miraba. La pelota se fue pegada al palo. Un ratito después respondió el local: a Andrés Roa le quedó servida en el punto del penal, luego del despeje a medias de Gabriel Arias. Definió al gol pero Leonardo Sigali se vistió de bombero y salvó en la línea. Fue el momento de dominio de Independiente, cuando Silvio Romero no pudo empujar un buen busca pie de Sebastián Palacios. Luego Racing se reacomodó, y volvió dominar el ritmo del partido, con Licha López como eje del juego. Esta vez desde la medialuna del área el que prueba de zurda es Javier Correa, la pelota se desvió y salvó Sosa con el pie, cuando ya se había pasado. Dos claras por lado, en un primer tiempo que terminó en cero.
A los allegados locales les sabía peor la primera mitad. “Movete dejá de joder”, pedían desde un palco cuando el Rojo se fue al vestuario. Un rato antes el grito fue dirigido al entrenador: “Adelantá el equipo, Falcioni. Está en la estación Avellaneda”. Pizzi, en el otro banco, peleaba con un paraguas que se le daba vuelta por el viento. El cuerpo técnico local había decidido arriesgar a Lucas Romero y a Lucas Rodríguez, con molestias musculares después de la derrota ante Tigre por Copa Argentina. No estaban en condiciones. Quisieron estar igual. El mediocampista duró medio tiempo. El lateral 45 minutos.
El ritmo del segundo tiempo fue igual. Palo y palo. Sin espacio para la construcción. Palacios se resbaló en el área chica tras un pase de Romero. Y en el área de enfrente respondió Racing: Miranda remató cruzado, Sosa tapó a medidas y en el rebote Chancalay definió al palo. Las situaciones estaban. El 0 a 0 parecía inamovible. Hasta que llegó ese error de Mena. La corrida de Palacios. Y el cabezazo de Romero que sentenció la historia.
Otras noticias de Torneo 2021
Boca campeón. Por qué ganó una copa nacional y no una liga, cuántas finales “le deben” y cuáles no tienen sustento
Libertadores y Sudamericana. Cómo será el sorteo de mañana y todo lo que hay que saber de las Copas 2022
Ya lo hizo. Cuando Colón le ganó a River pateando dos veces al arco y todas las cifras claves de la final
Más leídas de Fútbol
Duelo cuyano. Así quedó conformada la final del Reducido de la Primera Nacional, tras las semifinales
Blooper televisivo. ¿Fue o no fue? El gol de Argentinos Juniors que tardó dos minutos en subir a la pantalla
"Amo a Jesús". La Premier League promovió el uso de los brazaletes LGTB para los capitanes, pero se desató la polémica
Objetivo final. Tabla anual del fútbol argentino: qué necesitan Boca y River para entrar a la Copa Libertadores