Ignacio Piatti, Sebastián Torrico y Santiago Gentiletti, magia, seguridad y coraje para el gran sueño de San Lorenzo

BELO HORIZONTE.- Es un lujo. El golazo de la noche inolvidable, las manos mágicas a modo de segunda parte, el cabezazo de la primera decisiva diferencia. Los tres reunidos en un escenario asombroso, el Cidade do Galo, el próximo búnker del sueño mundial argentino. Ignacio Piatti , el goleador, Sebastián Torrico , el arquero y Santiago Gentiletti , el defensor, se reúnen a pedido de La Nacion en la paz del fantástico complejo de Atlético Mineiro, pisan el césped alto y mojado, vislumbran de cerca el confort interior y hacen jueguitos con un balón improvisado, en el mismo espacio en el que van a tirar paredes Leo Messi y el Kun Agüero. "Esto está buenísimo. Tiene mística", lanza Gentiletti. "Ojalá que la selección tenga suerte, les deseo lo mejor", advierte Torrico. "Acá, en unos días, van a venir las verdaderas figuras", exagera Piatti.

Las figuras, en realidad, hoy, ahora, son ellos: acaban de alcanzar una cúspide azulgrana, las semifinales de la Copa Libertadores luego de 26 años. "Es algo histórico. Lo decimos así como así, pero es verdad. Lo que logramos es algo importante, pero todavía falta", confiesa Nacho. "Dejamos la vida por esta clasificación y creo que el grupo se lo merece. Ahora vamos por más, no nos conformamos", insiste Torrico. "Es un sueño hecho realidad, tenemos mucho corazón para jugar este tipo de instancias", aclara Gentiletti.

Hoy, ahora, pisan el escenario del sueño nacional que vendrá. Hoy, ahora, se creen entre nubes luego de la histórica celebración. Las imágenes se suceden casi sin respiro: el golazo de Piatti, la celebración sobre el Mineirao, dedicada a los 2000 hinchas, la locura en el vestuario, la alegría, entre cantos, en la medianoche del hotel y las risas compartidas en las afueras de esta inmensa obra en construcción llamada Belo Horizonte. Más tarde, el almuerzo, el vuelo chárter rumbo a Ezeiza entre cánticos como si se tratasen de fanáticos de siempre, la llegada a casa. San Lorenzo, sí, está entre nubes.

-Nacho, ¿qué significa para vos esta clasificación?

-Muchísimo. Tuve una semana complicada por un problema en el cuádriceps y llegué con lo justo. El gol es de los más importantes de mi carrera. Demostramos el carácter que tenemos. Era una final. Pusimos todo lo que teníamos que poner en una cancha, porque siempre hay que dejar la vida. Estamos en las semifinales, esto es histórico.

-Al final, la pasaron mal. Y más luego de la expulsión de Pipi Romagnoli.

-Ellos nos apretaron, pero todavía teníamos esa diferencia por el gol. Hay que jugar con tranquilidad. Estamos bien, vamos por el camino que soñamos todos. Quiero destacar la entrega del equipo ante un rival muy bueno, ante toda su gente. Hicimos un trabajo impresionante. Merecemos estar donde estamos.

-Además, pasaron de etapa dos veces seguidas en Brasil. Eso no es fácil de lograr.

-¿Viste que te dije que me gusta jugar con la gente en contra? Sí, se goza de otra manera. Tenemos que disfrutar este momento. En la fase de grupos nos daban por muertos y ahora nos van a tener que matar para sacarnos.

-¿Te quedás para jugar las semifinales? Tenés varias ofertas tentadoras.

-Estoy muy bien, contento en el club, pensaba en ir partido a partido. Por suerte pasamos a las semifinales y lo voy a tener en consideración para lo que venga. No puedo decir nada del futuro.

-¿Y vos, Torrico, cómo lo viviste? Otra vez fuiste la figura.

-Feliz. El equipo dio todo, el máximo esfuerzo, todo lo que se tenía. Por eso pasamos, porque jugamos el partido como se debía en esta instancia. Tuvimos orden, personalidad y fútbol. El triunfo en nuestra cancha en el primer partido fue fundamental y en Brasil, el golazo de Nacho nos dio tranquilidad.

-Todos hablan del carácter de este grupo. Que nunca baja los brazos, que es una roca.

-Jugamos como se debe jugar. Tenemos ganas de ganar algo importante. El grupo está mentalizado que puede ganar en cualquier circunstancia. Fijate que muchos nos daban afuera en la primera rueda y les demostramos que estaban equivocados.

-Fuiste fundamental en la parte final, cuando Cruzeiro se venía con todo. ¿Sentís que buena parte de la clasificación es tuya?

-El arquero está para eso, por eso siento que tengo que responderle al equipo. Todos hicieron algo importante para pasar, no sólo yo.

-¿La pelota más compleja?

-Recuerdo un cabezazo, no sé de quién, pero fue terrible, la pelota más difícil.

-En tu caso, Gentiletti, marcaste el gol en el Bajo Flores y fuiste decisivo en Brasil. ¿Lo soñaste tiempo atrás?

-Y, no soy de hacer goles, pero si me siento bien, puedo ser muy útil en la defensa. Nosotros, atrás, tenemos que darle seguridad al equipo, sobre todo a los de arriba, que cuando tienen alguna ocasión, no fallan.

-¿Sentís que es un premio al esfuerzo?

-Lo merecíamos. Sufrimos mucho para llegar hasta acá. Cruzeiro es un gran equipo, también pasamos a Gremio. Estamos haciendo historia.

La historia, dicen, la escriben los que ganan. Piatti, Torrico y Gentiletti rubrican con una sonrisa esa sentencia. La obsesión de San Lorenzo vuela por el cielo.

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