Ignacio Piatti: "Con Bauza puedo tener una chance"

Bajo una intensa lluvia en el estadio BMO Field de Toronto se terminó la temporada para Montreal Impact. El equipo de Ignacio Piatti claudicó ante Toronto en los cierres de las dos finales de la Conferencia Este de la MLS de los Estados Unidos. En la ida, Montreal tuvo una ventaja de 3-0, pero el rival se llevó un 3-2 que le dio ánimo para el desquite. Otro 3-2, ahora para el conjunto en el que es figura el italiano Sebatián Giovinco llevó la definición a un suplementario en el que Toronto se impuso 5-2. "Nos quedamos con un sabor amargo", expresó en comunicación telefónica con LA NACION Nacho Piatti, si bien el equipo de la Flor de Lis, que viste camiseta azul y negra a bastones, cumplió su mejor temporada histórica, a dos años de haber sido uno de los peores de la MLS.

-¿La campaña del equipo superó las expectativas que tenían a principio de temporada?

-Sí, sí, obviamente. Montreal Impact hace tres años que participa en la MLS. El año pasado habíamos llegado hasta las semifinales de Conferencia. Es la primera vez que nos clasificamos para una final, en el club quedaron conformes.

-¿Tu temporada es mejor de lo que imaginabas?

-Sí, es una temporada muy buena, no sé si la voy a poder repetir. Hice 21 goles en 35 partidos, estoy más que satisfecho. Ocupo una posición parecida a la que tenía en San Lorenzo, por la izquierda, con la obligación de retroceder. Trato de regularlo, de no bajar tanto para defender porque si no te cansás cuando te toca atacar.

-¿Cómo se explica esta versión goleadora tuya, la más eficaz de tu carrera?

-Siempre me gustó llegar al arco rival, y acá lo empecé a hacer más seguido. Vinieron los goles y así me mezclé con los principales goleadores de la temporada, que son todos delanteros. Más que yo sólo marcaron Wright-Philips, Villa y Giovinco.

-Esta atracción por el gol explica tu admiración por Batistuta.

-Al Bati lo tengo como un ídolo. A mi hijo le puse Gabriel por él. Batistuta me llevó a la Roma en el 2000, estuve 15 días con él.

-Bauza siempre se lamentaba cuando te fuiste vos y Correa. Decía que a San Lorenzo se le habían ido 20 goles.

-Sí, cuenta mucho que un equipo tenga volantes con gol. Como ocurre ahora con Belluschi y Blanco. Es un aporte importante, ya que el equipo no pasa a depender exclusivamente de los delanteros.

-Alguno puede imaginar que estás en un fútbol en el que encontrás más facilidades para hacer goles.

-Sí, obvio, lo pueden pensar. Pero igual es difícil hacer tantos goles, ¿eh? Cualquiera puede decir "ah, sí, como está en la MLS hace 20 goles, pero lo quiero ver acá (por la Argentina)". Sé que son ligas distintas; seguramente no voy a hacer 20 goles en un campeonato de la Argentina, o no sé, pero tampoco es sencillo marcarlos acá.

-Entre los 17 y 19 años pasaste fugazmente por Roma, Galatasaray y Niza, y terminabas volviendo a la Argentina. Llegaste a pensar que no te ibas a ganar la vida con el fútbol. ¿Por qué terminó ocurriendo lo contrario?

-Sí, fui a probarme a todos esos lados y terminé volviendo. Cuando regresé de Niza, en 2004, pensé que ya no iba a seguir en el fútbol. Ya era grande, tenía 19 años, y me dieron una posibilidad en Chacarita. Me probé, quedé, y ahí empecé. Estuve 6 meses en 4° división y me subieron al plantel de primera. Nunca bajé los brazos, luché por lo que quería, que es jugar al fútbol.

-Después del fallecimiento de tu abuelo en 2015 le dedicaste varios goles. Decís que te enseñó muchas cosas. ¿De la vida, del fútbol?

-Sobre todo del fútbol. Mi abuelo jugaba muy bien en mi pueblo (General Baldissera, al sur de Córdoba). Me enseñaba a patear; yo todos los días iba a su casa después de la escuela y me enseñaba a patear contra una pared, de derecha, izquierda, derecha, izquierda. Así tres o cuatro veces por semana. Jugaba también al fútbol con él porque mi papá trabajaba en el campo y mucho no entendía de fútbol.

-Ser futbolista en Canadá te permite hacer una vida muy diferente a la que hacías en Buenos Aires.

-Sí, acá se vive muy tranquilo. No se concentra antes de los partidos, se llega a la cancha una hora y media antes. No hay presión de los hinchas, van a ver los partidos como si fueran al teatro.

-¿Cuando Edgardo Bauza fue designado en el seleccionado pensaste "ahora sí voy a tener más posibilidades de ser convocado"?

-Sí, te digo la verdad: cuando lo eligieron pensé que podía llegar a tener una chance. Él me conoce, hice las cosas bien, fuimos campeones de la Copa Libertadores. Sé que tengo que andar bien en mi equipo para que el Patón me tenga en cuenta. Hasta ahora no tuve ningún contacto con él ni el cuerpo técnico.

-En febrero cumplís 32 años. ¿La edad te puede jugar en contra para llegar a la selección?

-No, ahora fue citado Belluschi, que tiene más de 30 (33). Hay varios de esa edad. Estoy en un buen momento de mi carrera, aunque sé que es difícil porque hay muy buenos jugadores.

-¿En tu mejor momento en San Lorenzo, Martino nunca pensó en vos?

-Cuando vine para la MLS, el médico de la selección me preguntó cómo estaba de la operación en una rodilla. Me puso contento porque me dijo que el Tata me estaba siguiendo. Yo le agradecí el llamado, porque significaba que estaba haciendo bien las cosas.

-Conociéndolo, ¿cómo lo ves al Patón en esta tormenta que está tratando de capear?

-Lo veo bien. Los jugadores que tiene la Argentina no los tienen otros países. Hay que aprovechar eso. Se lo critica mucho, eso es lo complicado, pero el Patón sabe concentrarse en su trabajo.

-En octubre te visitó Marcelo Tinelli. ¿Te convenció para volver a San Lorenzo?

-Sí, en realidad estuvo en Toronto, igual hablamos. Siempre está la posibilidad de volver a San Lorenzo. Me queda un año de contrato, en cualquier momento voy a volver.

-El reencuentro parece inevitable.

-Sí, acá me encuentro con muchos hinchas de San Lorenzo y siempre me recuerdan aquellos tiempos. En San Lorenzo exploté futbolísticamente, gané campeonatos que nunca había ganado. Extraño jugar en el Nuevo Gasómetro, la pasión que se siente.

-Se va Drogba. ¿Siente que a los 38 años ya le dio todo al fútbol?

-No sé si va a retirarse o continuará seis meses en otro club. Es un jugador bárbaro.ß

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