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Hugo Moyano: "En algunos casos habría que darle al fútbol la esencia del sindicato"
Desde la presidencia de Independiente, admite que la política se mete en el fútbol; cómo ordenó el club en tan pocos meses
La charla no fue la misma a partir de que Hugo Moyano soltó la carcajada. El tipo duro se relajó. Hubo un antes y un después con la pregunta: "¿Qué se siente que lo imiten en todas las radios y en todos los canales de TV?" "¡Jaaaaa! Es un cago de risa. Pero, esperá un cachito y vas a ver". El líder de la CGT opositora se levantó como un rayo y le pidió su teléfono celular a su secretaria, Fernanda, que lo guardaba para que no sonara en medio de la entrevista. En un BlackBerry no demasiado moderno buscó el número de un contacto con la ilusión de que nadie más que el contestador atendiera. Y tuvo suerte. Del otro lado parecía su voz. "¿Perooo quién te crees que sos? Esta llamada está siendo bloqueada. No voy a atenderte hasta que arreglemos el aumento salarial." Ese, más o menos, era el speech. Claro que no se trataba de Hugo. Era uno de sus nietos, Matías, de 18 años, que ablandó los gestos de su abuelo.
En el segundo piso del sindicato de Camioneros, en la avenida Caseros al 900, Moyano no se rindió: discó otra vez, habló en vivo con Matías y le sacó un par de personajes más. "Dígame, Riquelme, ¿va a seguir en Argentinos?", preguntó. En ese instante, cualquiera hubiera dicho que respondía el mismísimo Román. "En Argentinos, Riquelme está felí. Ya dije que la camiseta de Boca no me la pongo más. Pueden quedarse tranquilos". Hasta que el sketch cambió de figura. "Charly, ¿cuándo es el próximo show?", se aventuró Hugo. "Ehhhh, dentro de poco. Pero vos a la fiesta de Independiente llevaste al Oso Arturo y no a mí", se quejó el falso García. "No se preocupe, Charly, en la próxima lo invito a usted."
"Mi nieto me saca igual. El día que hablé en Huracán, cuando renuncié al partido, también me imitaba. «Y me voy del PJ porque es una cáscara vacía…», decía yo en el discurso. Justo me agarró tos. Y hasta la tos le salía igualita. Me río cuando me imitan. Siempre me hacen hablar por una radio y me ponen al otro yo. Le digo, che, Huguito, ¿cómo te tratan? Mirá que si no te mando a los muchachos..." Sí, Hugo Moyano, un orgulloso padre y abuelo, se soltó.
—¿Por qué de Independiente?
—Por mi viejo. Él era fana del Rojo. También mi vieja y mis hermanos. Vivíamos en un conventillo en Mar del Plata. Y justo en la casa de adelante había un hincha de Racing. Cuando jugaba el Rojo, mi viejo ponía una radio chiquita a todo volumen. Pero, a veces, también se la devolvían…
—¿Usted jugaba al fútbol?
—Sí, en Unión, de Mar del Plata. A quién no se le cruzó alguna vez la idea de ser futbolista… También jugué en Pompeya. Era N° 8 o 5. Tenía bastante dominio de pelota. No sé si hubiera llegado a primera. Creo que no me daba el cuero para vestir la roja. En 1965 empecé a ir a la cancha.
—¿Arriesgó mucho al haberse metido en el fútbol?
—¿En qué sentido?
—Por la trayectoria, por los temas políticos...
—Yo sé cómo soy y confío en mi forma de actuar. Sabía que podíamos ordenar a Independiente. Miraba desde afuera y no podía creer lo que pasaba. Más allá de la capacidad del que asume, hay que tener un respaldo fuerte. Si no, es difícil porque hay un montón de cosas que se mezclan. Hay que tener espalda porque si no se lo llevan por delante. Después, políticamente, todo se mezcla. Tenía compañeros, muy buena gente y solvente económicamente, que fueron presionados para que no estuvieran con nosotros. Desgraciadamente, la política se mete mucho en el fútbol.
—¿Es parecido manejar un sindicato y un club?
—El gremio es más ordenado. Hay una diferencia: los dirigentes no estamos todo el día dedicados al club porque cada uno tiene otra responsabilidad. A mí me pasa eso. Hay clubes que nombraron un gerente. Es algo que también vamos a hacer.
—¿Cómo es, por un lado, defender a los trabajadores y, por otro, ser una especie de "patrón"?
—De responsable… El papel es el mismo: ordenar y que cada uno cumpla su responsabilidad. En Independiente, antes de las elecciones, se proponían cosas importantísimas. Yo les decía que se precisaba plata. Había que conseguir los recursos para salir de esta situación. Si no podíamos pagar los sueldos, ¿cómo íbamos a desarrollar las ideas?
—¿Y cómo consiguió tanta plata en tan poco tiempo?
—Con recursos. Teníamos sponsors que, en muchos casos, habían ampliado el período tres días antes de la elección. Eso fue una conducta errónea de la comisión directiva anterior, por no decir de mala fe. Era inaceptable. Por eso se fueron y trajimos otros auspiciantes que pusieron el dinero que Independiente merecía. Otros se aprovecharon de la debilidad del momento y de la necesidad.
—¿Cambió mucho los hábitos?
—Y… duermo un poco menos, je. Hay mucho que hacer y, a veces, se me mezclan las cosas. Estoy en un tema gremial y me sale lo del fútbol…
—¿A los socios los sigue llamando compañeros?
—Sí. Todavía se me escapa. También les digo afiliados. Y a las peñas les digo agrupaciones. En algunos casos habría que darle al fútbol la esencia del sindicato. Sobre todo para ordenarlo mucho más, para que fuera más disciplinado.
Hugo, el de tono firme, se suelta cuando habla de la familia. Es otro. De Gerónimo, su hijo menor, el que le cuenta todos los partidos de fútbol que ve: los de acá y los de afuera. También cuando subraya la tarea de otro de sus hijos, Pablo, al frente del club Deportivo Camioneros y las gambetas de Nico, otro de sus nietos, en las categorías menores. No se olvida de nadie de su descendencia. Dice que ya no le gusta viajar mucho y que en las vacaciones, a lo sumo, se va a Mar del Plata. Le gusta acostarse temprano y ya le cuestan las cenas de trabajo porque sigue la recomendación de su mujer y sólo come "una manzana" por la noche.
—¿Se veía presidente de un club?
—No. Nunca tuve la vocación de ir a pelear a ese lugar. Todo surgió por la necesidad del club. Porque la pasión supera la razón. No quería porque no tenía tiempo. Hasta que firmé la planilla... cuando quedaban 20 minutos para el cierre de las listas.
—¿Lo sorprendió algo como dirigente de fútbol?
—Algunas cosas, como la cantidad de cheques que se largan sin fondos. Jamás se me hubiera ocurrido. Nunca lo hicimos en la organización gremial. Prefiero decir: «Vení dentro de tantos días que va a estar la plata». Acá hubo cantidad de cheques sin fondos. Y todavía algunos rebotaron hasta hace unos días. Hay jugadores que se fueron hace 15 años y quieren cobrar.
—¿Va a hacer una investigación?
—Sí, ya está en marcha una auditoría muy profunda. Vamos a pagar lo que corresponda. No cualquier cosa. Y vamos a poner a la AFIP de por medio. Si la AFIP nos autoriza, vamos a pagar. Si no, no.
—¿Le va a alcanzar un mandato para hacer todo lo que quiere?
—Creo que sí. Ya ordenamos bastante. Pagamos los sueldos en tiempo y forma, algo que hacía mucho que no pasaba. Hicimos estudios técnicos para la finalización del estadio. Seguramente, en enero empezarán las obras que durarán un año. Independiente estaba degradado. Cuando un club no funciona cada uno hace lo que quiere o lo que le conviene.
—Dijo que en tres años se veía con una copa internacional. ¿Cómo hará?
—Vamos a seguir con toda la firmeza que hemos instrumentado. El equipo viene realizando un papel muy importante. Estamos en una etapa de reconstrucción y de formación en todos los órdenes. Eso nos va a dar el resultado deseado.
—Tendrá que traer refuerzos...
—Seguramente. Después de este campeonato se hará una evaluación y se sacarán las conclusiones. Los refuerzos serán en la medida que se den las condiciones. No vamos a hacer nada perjudicial. Acá hubo contratos escandalosos…
—¿Federico Insúa?
—Era imposible de pagar. Nadie con unos gramos de sentido común lo hubiera firmado.
—¿Se frenó el déficit?
—Se está frenando. Un caso: Independiente tiene uno de los colegios más importantes de la zona y estaba muy venido a menos. Había cinco PC para no sé cuántos chicos. Ya tengo el compromiso de que nos van a proveer de 30 computadoras. A los dos meses de haber asumido, la escuela empezó a dar superávit habiendo dado déficit muchos años. ¿Por qué? Porque lo ordenamos.
—Parece todo muy fácil. ¿Por qué no se pudo hacer antes?
—A lo mejor no había la suficiente autoridad ni la decisión de hacerlo. Nosotros, cuando tomamos una determinación, es porque estamos convencidos. Y se hace sí o sí.
—¿Se está ganando al hincha?
—No es fácil, pero en muchos casos sí. El socio es consciente de lo que vivió el club, de la degradación que pasó. Si no se da cuenta de todo lo que avanzamos, evidentemente, no hace una buena evaluación. Había deudas internacionales, el embargo de las copas… Nuestro trabajo se va a ver con el tiempo. Vamos a levantar la convocatoria de acreedores…
—¿Cuándo?
—A fin de año.
—¿Y entrará en otra?
—Vamos a evaluarlo. Veremos según los resultados de la auditoria […] A partir de ahora Independiente recuperó la seriedad. Si alguien viene a cobrar una deuda, y corresponde, vamos a pagarla. Si nos comprometemos, vamos a cumplir. Si no estamos seguros de poder cumplir, no vamos a comprometernos. Algunos quieren cobrar una locura y les digo que sigan acumulando intereses. O quieren cobrar algo razonable o quieren acumular intereses sin cobrar. Que elijan. Vamos a pagar lo que corresponda. Ni un centavo más.
—Está usted, Cristian Ritondo (legislador de Pro), Carlos Montaña (funcionario del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación). ¿Cómo convive una comisión directiva ideologías tan distintas?
—Bien. Todos los hombres de la comisión hacen una tarea importante. Cada uno contribuye para que Independiente mejore.
—¿Se pelean mucho?
—Hasta ahora, no. Cuando alguien dice algo de más tratamos de controlarlo. En todo grupo hay discusiones. Así se llega a la conclusión final.
No falta el tema fútbol y Moyano cruza los dedos en una definición apasionante en busca del título.
—¿Le gusta cómo juega el equipo?
—Hasta el partido con Lanús le había faltado un poquito. Pero estamos camino hacia el Independiente que todos queremos. Tampoco se puede hacer todo de golpe porque venimos de una categoría inferior. En el próximo campeonato tenemos que ser mucho más competitivos.
—¿Habla mucho con Almirón?
—No mucho. Es un tipo muy serio, responsable y humilde. Esas son las características que hacen importantes a los hombres. Lo llamo antes de los partidos. Pero no más.
—¿Se enoja mucho en la cancha?
—Y… me da bronca cuando las cosas no salen. Me enojo conmigo, ¿con quién me voy a enojar? Hay cosas que, como hincha, le exigiría más al equipo, pero bueno… Soy pasional. Voy con mi mujer, con mi hijo… Mucho no puedo putear porque me llaman la atención. Ahora, mis hijos, mis nietos… ellos putean todos. Ellos son mis "barrabravas".
—Si Independiente no saliera campeón, ¿quién le gustaría que lo fuera?
—¿O quién no me gustaría, je...? El que más mérito haya hecho y al que más lo haya acompañado la suerte. Podría decir que, para ver contentos a Facundo y a Huguito, que son mis otros hijos, por ahí River. Pero quiero estar contento yo.
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