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Historias íntimas, a 15 años de Boca campeón del mundo en Japón contra Real Madrid
El 28 de noviembre de 2000, los xeneizes derrotaban 2-1 a los merengues y conseguían su segunda Copa Intercontinental en Tokio
Carlos Bianchi se había levantado muy temprano. La noche japonesa (mañana de la Argentina) había finalizado mucho antes de lo imaginado. El DT más ganador de la historia xeneize puso en alto su copa y brindó con su plantel y cuerpo técnico por el logro conseguido, pero enseguida les aclaró a los jugadores: "Real Madrid ya está, ya pasó. Ahora hay que pensar en San Lorenzo. No hay que dormirse en los laureles que supimos conseguir". Hace 15 años, el Virrey dejó la habitación 3711 del hotel Keio Plaza y subió al piso 44, desde donde se veía todo Tokio, para desayunar unas tostadas con dulce de frambuesa y manteca del buffet. Pidió un café en jarro mediano y le respondió con un "aligató" al mozo que le alcanzó el pedido. Con el primer jugador que se cruzó fue Oscar Córdoba: "¿Dormiste bien?", le preguntó el DT, a lo que el arquero respondió: "Siempre que se gana esta clase de partidos se duerme bien".
La era Bianchi iba a tomar más dimensión a medida que pasaran los años. Y hoy se cumplen 15 de aquel triunfo ante Real Madrid 2-1 que le significó a Boca tocar el cielo con las manos, conquistar la Copa Eurcopea/Sudamericana y adueñarse del mundo, frente a diez mil hinchas xeneizes que se hicieron presentes en el estadio Nacional.
Hubo historias que marcaron ese viaje, algunas de ellas potenciaron el equipo desde lo futbolístico y también desde lo humano. Veamos:
1-La elección de los titulares y el banco de suplentes
No fue casualidad que Bianchi dejara fuera del banco a los últimos refuerzos, quienes no habían sido parte de la vuelta olímpica en la Copa Libertadores ante Palmeiras. Ellos fueron Daniel Fagiani, Fernando Pandolfi y Hernán Medina. En el caso de Fagiani fue más compleja la decisión para el Virrey porque venía siendo titular, aunque no estaba cumpliendo buenas actuaciones. Y el DT eligió a Aníbal Matellán como lateral izquierdo para marcar a Luis Figo. Sin embargo, Fagiani entendió la decisión y hasta hoy mantiene una muy buena relación con el técnico a quien saluda para cada Navidad.
Con respecto al equipo titular, Bianchi nunca dudó en que Marcelo Delgado debía ser el compañero de Palermo en el ataque. En las horas previas, el Titán tuvo una charla con el DT y, entre otras cosas, tanteó la posibilidad de que jugara Guillermo, con quien el 9 tenía una mejor afinidad y entendimiento. "Ok, no hay problema. Pero si entra Guillermo el que sale sos vos", le dijo, medio en broma y medio en serio, el Virrey. La realidad es que Barros Schelotto era titular para Bianchi, pero venía de una lesión y no llegaba en idénticas condiciones físicas al Chelo para ese partido. El primer gol, al minuto, llegó con una asistencia de Delgado para la arremetida de Palermo.
2-Román y la camiseta de Figo
Una de las postales que más se recuerdan de esa final fue Luis Figo marcando a Riquelme . Ese día, el N° 10 xeneize supo controlar la pelota como un imán. En los momentos complejos del partido, cuando había que poner el balón bajo la suela y generar infracciones, el enganche apareció en todo su esplendor. Y como no lo podían parar, hasta Figo le cometió una falta. Al final del encuentro, Román le pidió la camiseta a la estrella de Real Madrid. ¿Por qué? Se la había pedido su papá Cacho. Y Román cumplió con el regalo de regreso a Buenos Aires.
3-Lágrimas de todos
Dos días antes del partido, Bianchi reunió a todo el grupo de jugadores antes de un entrenamiento y les habló durante una hora aproximadamente. Fue tan intenso el mensaje que hasta él se emocionó. Les habló de todo lo que le había costado a Boca llegar hasta ahí, de que estaban ante una oportunidad única. No fue una charla futbolística. Una de las frases de Bianchi fue: "Lo tienen que disfrutar y dejar todo en cada jugada. Es una oportunidad única para un cierre de un ciclo que arrancó en el 98, en donde siempre fuimos protagonistas. Todos sabemos lo que nos costó llegar. Y no saben si volverán a tener otra chance como esta. No todos los días se tiene la chance de ser campeón del mundo".
4-La charla previa con Santella
Antes de viajar a Tokio, Bianchi le dijo a Julio Santella, su preparador físico: "En cinco días podemos ser Dios o ser el Diablo". El DT explicó luego el motivo de su frase. "Si perdíamos con Real Madrid y luego con San Lorenzo, no sé cómo hubieran reaccionado los hinchas…"
5-El análisis previo de Valdano
Jorge Valdano estaba como secretario técnico de Real Madrid. Consultado en la previa por el partido, el argentino había dicho: "Los dos equipos tendrán la misma ansiedad ganadora, pero Boca es un equipo ordenado que siempre sabe lo que quiere. Y la peor noticia para Real Madrid es que casi siempre consigue lo que quiere".
6-Palermo, el eje de la victoria
"Fueron los goles más importantes que hice en mi vida. En aquel momento ya eran importantes, pero ahora lo siento mucho más", le dijo el centro delantero a canchallenac.com hace unos días y agregó: "Para mí aquél contraste ya había sido muy grande, ya que hacía un año me había roto los ligamentos de la rodilla. Fue un año difícil en mi carrera, pero lo terminé haciendo dos goles al Real. La verdad es que no me canso nunca de ver esos goles, los voy a llevar siempre en la memoria".
7-La hipoteca
Ya estando en Japón, Bianchi se enteró que un hincha había hipotecado la casa para poder viajar. "Fue y le dijo a la señora. Acabo de hipotecar la casa. La mujer lo quería matar… ¿Sabés lo que puede ser quedarse sin techo por ver una Copa Intercontinental? Del hincha no te podés asombrar de nada porque se moviliza a través de la pasión, y la pasión está cerca de la locura… El hincha no reflexiona, no piensa, actúa".
8-Fieras enjauladas
El Patrón Bermúdez hizo un partido perfecto aquél día. Hace unos días, en declaraciones a ESPN, canal donde trabaja como comentarista, el defensor colombiano recordó: "Nosotros estábamos muy mentalizados. Estábamos formados los dos equipos para salir juntos al campo de juego en el estadio Nacional y Boca estaba como una fiera enjaulada. No veíamos la hora de salir a jugar, teníamos ansiedad, ganas, no parábamos de movernos. A ellos los veíamos que estaban tranquilos. Tenían el apodo de Galácticos y como que salieron a ver qué pasaba. Yo creo que la copa la daban por ganada. Los sorprendimos de entrada y después ya no pudieron acomodarse, más allá que descontaron".
Tras aquél brindis en la madrugada de Tokio, Bianchi pidió que piensen en San Lorenzo, que no había que relajarse porque en el fútbol lo más difícil era confirmar, no llegar. Ese fue uno de sus mensajes que hoy, con el tiempo, sigue repitiendo en cada situación de la vida. Boca volvió de Japón, le ganó a San Lorenzo en la Bombonera 1-0, y luego también se quedó con el título del campeonato local. El equipo xeneize fue tricampeón ese año. Y luego siguió ganando. Pero en Tokio, hace 15 años, se aplicó parte de la filosofía Bianchi para jugadores que hoy ejercen de discípulos.
cl/ph
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