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"Hacé como Messi": Benjamín Garré, el pedido de Guardiola y los consejos de su abuelo, el 'Mago'
A los 17 años, durante una práctica en la Academia del Manchester City, Benjamín Garré arrancó por la derecha, recortó hacia adentro para aprovechar su zurda, pero volvió hacia atrás para arrancar la jugada. Luego del entrenamiento, le llegó el consejo. "¿No viste cómo hace Messi? Tenés que hacerlo como lo hace él. Apuntale al arco", le dijo Pep Guardiola. En ese contexto se formó Garré, el delantero que con sólo 333 minutos y un gol en la Primera de Racing ya empieza a mostrar por qué durante tantos años fue señalado como una promesa. "Decí que fue el día que lo conocí, si no a Pep le hubiera dicho ‘qué facil hacerlo como Messi’. No hay ni que decir que es el mejor del mundo. Claro que lo es. Uno mira a los mejores no para imitarlos sino para aprender, para sacarle lo mejor. No soy de copiar a un jugador, pero sí me gusta ver a los mejores en mi posición. Soy de mirar mucho a Leo, a Mahrez. Y me gusta mucho Ángel Di María, que de más chico era mi ídolo", dice el delantero de 20 años, que aunque alterne entre el banco y la titularidad es una de las cartas bravas del equipo de Sebastián Beccacece.
–Manchester City, Messi, Guardiola. Europa. Y ahora Racing. ¿Es cómo volver a empezar?
–Yo sabía que volver al país era una decisión arriesgada. Podría haberme quedado en Europa en un club más tranquilo. Pero decidí jugármela acá. Está siendo como lo soñé y lo estoy disfrutando. No pienso en el mañana, me enfoco en lo que es hoy.
–¿Por qué elegiste Racing si te podías quedar en Europa?
–Desde el club se contactaron a través de Diego Milito cuatro o cinco meses antes de que lleguemos al acuerdo. Y me sedujo por muchas cosas. Principalmente, por el rodaje. Si bien tuve dos pretemporadas con el primer equipo del City y con Pep, no llegué a debutar oficialmente. Y para mi edad, ya con 19 años, estaba buscando sumar mis primeros minutos. Eso fue lo principal. Después siempre tira volver a casa. Vivía con mi novia en Inglaterra y decidimos que pasar tiempo en familia iba a ser bueno. Yo había tenido problemas con el club porque no me daban libertad para ir con la selección. En el Mundial Sub 17 y en el Sub 20 no pude estar. Y Diego me sedujo por ese lado. Me dijo varias cosas que me resultaron importantes.
–Diez meses después, ¿fue una buena decisión?
–Era un paso arriesgado, era consciente de eso. Si bien estaba en un equipo gigante como es el City, capaz acá no tenía rodaje. La verdad que desde el primer momento llegué con confianza y desde el club me trataron muy bien, tuve un tiempo para adaptarme con tres o cuatro partidos en Reserva. Hoy estoy feliz, disfrutando de estar en un club tan grande como Racing. Disfruto mucho también del plantel, de compartir con este grupo. Soy joven y tengo para aprender todos los días.
–Desde lo futbolístico, ¿qué te dejó entrenar cuatro años en el Manchester City?
–Jugar a uno o dos toques, depende la situación que tengas en el partido; usar las dos piernas y el control. Son tres detalles que te dan más tiempo en el partido. Creo que eso fue lo que más mejoré como jugador. Desde lo posicional también. El jugador argentino cuando no recibe la pelota se desespera un poco y se mueve para agarrarla. En Inglaterra estaba marcado que el extremo si no le llega la pelota se tiene que quedar ahí porque el equipo va a hacer el trabajo para que le llegue. Eso con Sebastián [Beccacece] también es así. Los trabajos y los ejercicios coinciden con lo que hacíamos en Europa. Cuando llegué a Racing esa era la idea, aprovechar lo que incorporé en Europa y seguir aprendiendo acá. Y creo que se va dando.
–¿Cómo te imaginabas a Racing?
–La realidad es que me sorprendió en todo sentido el club. Hacemos trabajos de neurociencia que ni en Inglaterra hacíamos, aunque sí solíamos trabajar otros aspectos más allá del fútbol. Son trabajos que sirven para ganar vista periférica, que es algo que te sirve mucho dentro del campo.
–Te tocó jugar sólo un partido con público en el Cilindro. Y pareció que nacía una conexión, pero después llegó la pandemia y los estadios sin gente.
–Fue muy llamativo lo de esa tarde. Cuando se empezaron a dar las charlas con la gente del club y mi llegada se encaminaba, empecé a ver todos los partidos de Racing. Y la gente me llamaba la atención. Ese partido con Newell ‘s no pensé que iba a ser para tanto. Después de tocar dos o tres pelotas, ya sentía a la gente cuando proponía el uno contra uno. Era mi primer partido con tanta gente. Fue hermoso, estoy esperando con muchas ansias el partido en el Cilindro con gente porque para el jugador es muy importante.
El debut ante Newell's
–Fue tu debut en Primera. Y no parabas de levantar los brazos para pedir la pelota. ¿Eso fue por las ganas de mostrarte?
–Es mi personalidad. Me considero un jugador con personalidad, que quiere demostrar en los momentos adversos. Cuando me tocó estar entre los concentrados solo quería entrar a jugar. Y ni hablar cuando supe que iba a estar en el banco. Cuando entrás desde el banco siempre es importante la primera pelota en el uno contra uno. Tuve la suerte de generar una situación peligrosa. Y ahí se encaminó todo. No me voy a olvidar nunca de ese debut.
–Esa gambeta, esos chiches que ya te valieron el apodo en redes sociales de "El Bicis". ¿Es algo que se entrena o es espontáneo?
–Me causa gracia eso del apodo. Tanto la gente como mis compañeros me piden que haga la bicicleta. Yo siempre lo hice en inferiores. En Vélez, en Inglaterra y también ahora. Son cosas que si uno no las practica es más difícil que te salgan, pero me salen naturalmente. Es importante saber cuándo sí y cuándo no. A veces es el pase, a veces es la gambeta. Hay que estar listo y preparado para saber qué hacer en cada momento.
–Lideran varias de las estadísticas de juego en la Libertadores. ¿Te gusta cómo juega Racing? ¿Entre ustedes hablan de para qué están en la Copa?
–Estamos conformes. A pesar del largo parate, nos adaptamos bastante bien a la idea de Seba. No estamos para decir que somos candidatos, pero vamos a dar pelea hasta el final porque mano a mano le podemos dar pelea a cualquier equipo. Estamos con esa idea.
Para Garré jugar al fútbol es tan natural como caminar o respirar. Su abuelo, Oscar, fue campeón del mundo con Argentina en México 1986 y un lateral izquierdo emblemático de la década del ‘80 en Ferro. El ‘Mago’ tuvo dos hijos futbolistas: Emiliano, el padre de Benjamín, que jugó en distintos clubes argentinos y en Chile; Ezequiel, lateral izquierdo de Argentinos y Tigre, entre otros, que se retiró el año pasado. El hermano de su mamá (y su padrino) es Leandro Orsi, ex defensor de Chicago y Huracán. Así que el fútbol está desde siempre.
Aunque comenzó como lateral izquierdo, Benjamín rompió el mandato familiar: juega en los últimos metros de la cancha. "En cada momento, cada comida, cada charla hablamos de fútbol. Tengo la suerte de tener ese entorno en el que apoyarme. Me están encima y saben en qué momento hablarte y qué decirte. Para mi es un punto a favor. En cada decisión clave no solo tenía el consejo de mi papá, sino también de mis tíos y mi abuelo. Son cuatro que han jugado al fútbol y quieren lo mejor para mí. Jamás lo van a hacer para sacar algo bueno ellos, sino para mí. Y además se que son sinceros, porque cuando me han tenido que decir algo malo también lo hicieron. A los 20 años sigo aprendiendo de lo que me cuentan", dice el Benjamín de la familia.
–Jugadores argentinos de fútbol hay miles. Campeones del mundo sólo 43. ¿Qué consejo te dio tu abuelo que todavía guardes?
–Los valores. Ser humilde, ser respetuoso y trabajar. Esas tres cosas, que también están en la familia. Siempre hay detalles que te ayudan.
–Alguna vez dijiste que estuviste cerca de jugar en Barcelona. ¿Cómo fue?
–Antes de llegar al City, fui a hacer esa prueba en el Manchester United. Ellos me dijeron que querían esperar al Sudamiercano Sub 15 para ver cómo me desempeñaba. Ahí apareció el City, y después el Barcelona. Tenía que tomar una decisión. Tampoco es que tenía para elegir, porque el United me quería esperar y lo del Barcelona era una intención. Lo del City fue concreto. Y yo no lo desaproveche.
–¿Qué significa la selección para vos? Ya estuviste en juveniles. ¿Extrañas o te imaginás que podrás regresar?
–Tuve la suerte de estar en el Sub 15 con Coyette, en el Sub 17 con Micó y también en el Sub 20 con el ‘Bocha’ Batista, pero no fui al Mundial por lo que pasó con el club que no me dejó ir. Cada vez que uno ve fotos o imágenes, se extraña. Es un lugar privilegiado. Todos los jugadores argentinos queremos estar ahí, pero a muy pocos les toca. Siempre pienso en volver, es el sueño que tengo. Esa es la realidad. Uno trabaja para destacarse en su club y para tener la posibilidad de jugar en la selección.
–La foto con Messi ya la tenés… Y también con varias estrellas mundiales más.
–La mejor es la que estoy con Leo, que fue en la gira previa al Mundial. Cuando me tocó hacer la primera pretemporada con el City, que me llevó Pep, tuve la oportunidad de jugar contra el Bayern y el Liverpool. Así que me quedó el recuerdo de Salah, de David Alaba, Mané. Fue la pretemporada que se jugaba el Mundial, así que me perdí algunos cracks porque estaban en Rusia 2018. Fue un recuerdo muy lindo que todavía tengo.
Su gol en el triunfo ante Alianza Lima, en Perú
–Además de esa pretemporada, ¿compartiste juveniles con Jadon Sancho, Phil Foden y otros de los cracks que ahora aparecen en Europa?
–El primer año que llegué estuve ocho o nueve meses sin jugar por problemas con Vélez. Y compartí plantel con ellos. El equipo era tremendo. De los jugadores que me ha tocado compartir práctica, Sancho es de los mejores. Nosotros teníamos 16 años y era llamativo. Se sacaba a la gente de encima de una manera muy fácil. Ahora está brillando.
–¿Hay mucha diferencia de nivel entre una quinta división de acá y lo que viviste en el City?
–No sé si hay tanta diferencia. Porque a esa edad se nota mucho los que son buenos. El tema es cómo se lo toma el jugador cuando llega a Primera. Sancho, en ese momento, tiraba chiches todo el tiempo. Literal, cargaba a los rivales. Los pasaba, los esperaba, los pasaba. Hasta tres veces. Ahora sabe que el juego necesita otra cosa y es más decisivo. Ahora se limpia a uno y va hacia el gol o da la asistencia. Pero acá también me ha tocado compartir con Thiago Almada, Agustín Obando, Facundo Colidio. Son jugadores que se destacaban así. Después está la importancia de adaptarse a Primera.
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